Blues de seda y grafitis de Inés Albors

¡Buenas tardes!

La reseña del libro que os presento hoy es uno de los libros que gané en un mega sorteo de Instagram,
pero que además se vio afectada por el examen oficial de la Administración organizado de modo exprés. Ese es el motivo del retraso en su lectura.

Del libro decir que vino envuelto con mucho cariño y profesionalidad -no tengo yo un talento espectacular en estas lides- y que además estuvo acompañado de una libreta con la portada del libro en uno de sus lados y en la otra... bien, decir que Inés no dio puntada sin hilo y me dio pistas de todos los escenarios de la novela desde el inicio. Sin embargo, como tampoco soy nada espabilada para estos temas... pues solo me di cuenta una vez empecé a leerlo.

Pero ya no me entretengo más con esta introducción y procedo a dejaros con la sinopsis y mi opinión de Blues de seda y grafitis de Inés Albors.

SINOPSIS

Enrique Santacreu es un exitoso abogado madrileño, aficionado a la música. Una noche, sentado en un club de jazz de su propiedad, ve a Valentina Ruiz, una enigmática mujer que lo deja prendado y obsesionado. Desde ese momento él se ve obligado a enfrentarse a sus carencias emocionales. Todo eso mientras intenta descubrir, por un lado, qué secretos personales guarda Valentina y, por otro, si ella o Elena Astaburuaga, una abogada clara y directa, pueden llenar el vacío emocional que una dolorosa historia familiar dejó en él.

¿Hasta dónde llegará para conseguirlo?


OPINIÓN

Bien, decir que el estilo en el que el libro está planteado me sorprendió, sería quedarse corta. Jamás imaginé que serían unas memorias encontradas por un familiar en unas particulares circunstancias del protagonista, Enrique.

Lo que sí que sabía era que debía tomar partido bien por una u otra mujer, ya que en la sinopsis nos dejan bien claro que Enrique, se enamora de ambas. Las dos serán importantes para él, pero solo una será la elegida. Ahora bien, ¿cuál?

No voy a hacer spoiler pero, si bien he de decir que al inicio Elena -la mujer protagonista de la segunda parte- no era santa de mi devoción, una vez finalizada su lectura, la escogería como mi compañera de vida. Y que también, si bien al inicio no entendí muy bien por qué había actuado del modo en que lo hizo, una vez lo supe, lo entendí. Perfectamente, ya que no se puede luchar contra algo que es más grande que lo que siente.

Creo que, de ambas mujeres, es la que mejor desarrollo y arco argumental tiene. Y que si bien comparte un patrón psicológico complejo con Valentina, me alegro de que, a pesar de todo, sea feliz.

Y por otro lado, tenemos a Valentina, quien es la primera mujer importante en la vida de Enrique y de quien cree estar enamorado perdidamente. Y escribo cree con total conocimiento de causa, ya que en mi opinión, no lo está. Y si ese es el concepto de amor que tiene, debería hacérselo mirar porque es bastante tóxico. Ambos.

Sinceramente, creo que Enrique no la quiere, sino que está obsesionado. No le veo otra explicación a que decida comprarse un apartamento y mudarse justo enfrente de la tienda que ella tiene. Especialmente cuando el ambiente entre un barrio y el otro es bastante diferente.

En ella, al contrario que en Elena no he visto una evolución argumental. Al menos, no de forma tan evidente como la primera. Eso sí, he de reconocerle una cosa, o mejor, dos: es excelente jugando al despiste con respecto a su identidad y a la de quienes le rodean puesto que he imaginado mil y una posibilidades diferentes con respecto a qué y cómo era su vida. Incluso llegué a sopesar que realmente estuviera diciendo la verdad y ejerciera la profesión más antigua del mundo. Aunque, de todos los interrogantes vitales de Valentina, el que más sospechoso me resultaba era el de Octavio. Huelga decir que en ningún momento averigüé de qué se trataba.

Y la segunda cosa en la que he de concederle el mérito que merece es en su gusto musical porque es excelente. Al hilo de esto, quiero informaros de que existe una lista de Spotify con el mismo título de la obra creada por la autora para que el lector conozca de primera mano cuáles fueron las canciones que le inspiraron a escribir y que le permita imbuirse de nuevo en la atmósfera de la misma. Mini spoiler: la música -sobre todo el blues - es muy importante porque Enrique posee también un club de este género de música en particular.

Existe una palabra en inglés, infatuation, cuyo significado completo en castellano no puede darse con todos los matices que en su lengua original tiene. Pero esa es la palabra que mejor define su relación. Y admito que en ocasiones, su indecisión sobre si cerraban por completo o continuaban a trompicones me cansaba, especialmente porque ambos son personas maduras, hechas y derechas; especialmente en el caso de Enrique.

Voy a confesar también que, cuando se revela cuál podría ser una de las opciones que explicaban el porqué de la estructura tan original e inesperada que comenté al principio -los delirios- quedé entusiasmada, de ahí mi decepción con el final, el cual si bien no es el que había esperado, sí que al menos es feliz para el protagonista principal, de quien deseo destacar su persistencia en la obtención de amor y en su férrea defensa de que tenía la razón.

En resumen, exceptuando las partes que he mencionado que me parecían flojas o que no me han gustado, el libro es de lectura fácil y entretenido. Y la subtrama en la que hay que descubrir quién es realmente Valentina y por qué actúa como actúa es bastante interesante.

¡Muchas gracias a la autora por dejarme conocer su pluma y por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos muy pronto!


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