El olor de la primavera en tu piel de Ana González Duque

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Y por supuesto, la confianza en mí.

No es la primera vez que conozco su pluma, ya que lo hice en un libro viajero, pero me ha gustado mucho volver a conocerla en un contexto diferente.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta novela y por eso, prefiero dejaros en la sinopsis y mi opinión de El olor de la primavera en tu piel, escrito por Ana González Duque.

SINOPSIS

Caroline regresa a Silver Hill. Y, al reto de empezar de cero de nuevo, está el de reencontrarse con Tom, su amor de juventud, ahora viudo. Ambos deberán enfrentar los sentimientos no resueltos que creían olvidados.
El hermano de Caroline, David, lucha al mismo tiempo con su propio dilema. Años atrás, su relación con Oliver, un librero con un pasado doloroso, terminó abruptamente. Ahora la vida los ha vuelto a juntar.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto del propio libro. Porque, si bien es cierto que pertenece a la serie Silver Hill, la realidad es que se pueden leer de manera diferente.

En esta novela romántica, el amor está en el aire en todos y cada uno de los rincones y páginas de la misma. Así como en el pueblo. Y no solo porque sea una novela coral, que también, sino porque, al narrar e incluir dos historias de amor en ella, el primer mensaje que se envía con este libro es que el sentimiento no se puede estandarizar. Sino que, al pertenecer al campo de la psique del ser humano, todos y cada uno de nosotros lo vivimos y lo expresamos interna y externamente de una manera diferente. Y solo cuando es tóxico, puede considerarse erróneo.

En cualquier otro caso, no es ni mejor ni peor. Solo diferente. Y hay que recordar que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. De ahí que, cuanto más diversas sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Incluyendo en ese grupo a nuestras relaciones sentimentales.

Con esta ambientación en un pueblo pequeño, la autora pone de relieve las ventajas y desventajas de vivir en un pueblo pequeño. Lugares en los que la sensación de pertenencia y la llegada de ayuda es mucho más rápida e inmediata. Pero donde, por eso mismo, la sensación de falta de respeto y poco respeto a la intimidad es mucho más evidente. De ahí que por ese motivo, son muchas las personas que prefieren vivir en grandes ciudades.

Además de eso, rumores, noticias falsas se propagan con mucha más rapidez y velocidad. Amén de que el juicio externo por determinados comportamientos y actitudes permanece mucho tiempo en el tiempo. Haciendo así ver el daño que las palabras pueden provocar, porque son muy poderosas. Tanto para bien, como para mal.
De ahí que se entienda mejor el motivo por el cual determinados personajes actúan del modo en que lo hacen.

Junto a todo ello, con esta premisa de la ambientación, se desarrollan otros muchos temas susceptibles de ser analizados con más detenimiento y profundidad.

Hay dos historias paralelas. Las cuales, a su vez, tienen un doble nexo de unión. El pueblo donde sucede todo y sobre todo, el hecho de que Caroline y David son hermanos.

Así, permite introducir el primer tipo de amor presente en esta historia: el del amor entre los miembros de una familia. Y en este caso, es sano. Refrescante, aunque real. Porque sí que es cierto que no todos los miembros entre los miembros de una familia es bueno. Y tampoco lo es bueno siempre, pero, es refrescante y nunca está de más, focalizarse solo en un tipo de amor, mientras que los miembros de una familia se apoyen los unos a los otros y sean conscientes de que están ahí en caso de necesidad. Por eso, esas conversaciones y palabras que son complicadas o hirientes - aunque necesarias - terminan revelándose, de nuevo, como muy importantes. Y necesarias.

Porque hay que hablar, de todo y con todo el mundo. Pero, al igual que sucede con el amor, le tenemos tanto miedo y pánico a los daños a posteriori que nos pueden causar, que preferimos callar - y ser infelices - antes que dar ese paso al frente. Sobre todo porque, en más de un caso, esa conversación será lo que nos sirva de estímulo para cambiar aquellos aspectos de nuestras vidas que no nos gustan tanto.
Así que esta metáfora está muy bien traída.

Hablando ya de amor romántico, con la historia de Caroline se manejan principalmente dos temas: el primero, el del tremendo impacto de los primeros amores en nuestras vidas, pero también que, del amor, no se puede huir. Porque es una batalla perdida de antemano.

En cuanto al primer tema, es un comportamiento y una actitud bastantes común la de realizar comparaciones entre nuestros primeros amores y el resto de relaciones importantes anteriores. Siendo esto un error, ya que, el amor evoluciona del mismo modo que lo hace el ser humano. Así que, de nada sirve quedarse anclados en el pasado. Sobre todo porque todas las relaciones son igual de importantes independientemente de su duración. Y además, el empeñarnos en este tipo de comportamientos, lo único que conlleva es la infelicidad. Concepto que choca de frente con la felicidad, la cual debe ser el motor de nuestras vidas.

Porque, sin ser muy conscientes de este pequeño detalle, con este comportamiento, estamos convirtiendo a esa persona en perfecta. Cuando la perfección no existe. De ahí que tratar de perseguirla incansablemente, lo único que conllevará será la infelicidad por no ver satisfecho nuestro objetivo y también, la tristeza por ser conscientes a posteriori del tiempo perdido, el cual ya no podremos recuperar.

De ahí que Caroline, al final, no vive sino que sobrevive, porque quizás es una abogada de éxito, pero en su faceta más personal, está incompleta porque su amor por Tom jamás se vio correspondido. Y sufre de un mal de amores que no le permite continuar su vida con normalidad. Y es tan evidente que, todos los que están a su alrededor son conscientes de ello.

Sin embargo, en esta novela también se aboga por la inteligencia del amor, el cual sabe encontrar el momento y el modo para hacerse presente. De ahí la importancia de las segundas oportunidades en la vida. Y aquí es donde entra en juego Tom. Un Tom que se revela más sentimental de lo que en realidad es y que sirve también para desarrollar de un modo muy coherente el cliché del friends to lovers. 

Aunque, como es la hermana de su mejor amigo, tiene miedo al percatarse del cambio de niña a mujer a sus ojos, y además de las posibles consecuencias que le pueden suceder si decide a manifestar su nuevo tipo de sentimientos. Eso por no hablar de que la ve como una amiga pequeña y tiene miedo a dar esa paso adelante, porque sería la pérdida doble. O triple, en este caso, ya que sospecha que su amigo David también le daría de lado. Cuando no tiene por qué ser así.

Como bien demuestra David, se puede disociar sin ningún tipo de problema. Más, cuando sabe que al final, las partes implicadas serán felices y se mejorarán individualmente y a su vez, como pareja.

En este caso, he de decir que, de los dos, Tom es el que he visto con un desarrollo más escaso del arco argumental porque, ha pasado mucho tiempo dejando que las dudas y el miedo le carcoman. Y después, sin embargo, una vez lo tiene claro, toma decisiones y da pasos muy de seguido. Evidentemente, no hay tiempos para el amor y cada uno lo vive de un modo diferente, pero a mí, personalmente, me hubiera gustado que hubiera más progresión entre uno y otro.

En cuanto a David y Oliver, me ha gustado mucho que se plantee el hecho de que el amor aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. Junto a ello, me ha gustado mucho que recuerde la importancia del voluntariado en el caso de los más necesitados.

Aunque, sobre todo, con este par, se demuestra con ellos que, ciencias y letras son complementarias y no tiene por qué separar. Además de que, todas las profesiones y estudios son exactamente igual de importantes. Y además, dada la profesión de librero de él, se reafirma la importancia de las palabras de un modo muy original y diferente de lo habitual.

Pero sobre todo, lo que destaco de esta bonita pareja es que, refuerce esa idea tan fundamental y necesaria de que amar no es malo y por tanto, nadie debería ser increpado, insultado o menospreciado por hacerlo. Independientemente del sexo de la persona de la que nos enamoremos.
Ese comportamiento demuestra la poca empatía social y cómo aún hoy existe un largo camino que recorrer en lo que a xenofobia se refiere.

Y es que al final, el amor se revela como un perfume, cada uno es diferente y tenemos que encontrar el que sea más adecuado a nosotros, que mejor nos vaya y cuya fragancia mejor se adapte a nosotros.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!

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