La invitación de Vi Keeland
¡Buenas tardes a tod@s!
Mi reseña de hoy la leí porque debía aprender y mejorar mi fluidez en el inglés. Lo admito. Sin embargo, si he de leer en otro idioma... pues ¿qué mejor que hacerlo de la mano de una de mis historias de romántica contemporánea, la grandísima Vi Keeland? Además, después de semejante sinopsis, mi curiosidad alcanzó niveles muy altos y no pude evitarlo.
Por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de The Invitation -La Invitación en castellano - de Vi Keeland.
SINOPSIS
Como ya sabéis, siempre que leo en otro idioma, me gusta compartir la sinopsis en el idioma original en que está publicado. Por eso, os dejo la original aquí:
A new, sexy standalone from #1 New York Times Bestseller, Vi Keeland.The first time I met Hudson Rothschild was at a wedding. I’d received an unexpected invitation to one of the swankiest venues in the city.Hudson was a groomsman and quite possibly the most gorgeous man I’d ever laid eyes on. He asked me to dance, and our chemistry was off the charts.I knew it wasn’t a good idea to get involved with him, considering the wedding I was at. But our connection was intense, and I was having a great time.Though the fun came to a screeching halt when Hudson figured out I wasn’t who I’d said I was. You see, that unexpected invitation I received? Well, it hadn’t actually been addressed to me—it was sent to my ex-roommate who’d bounced a check for two months’ rent and moved out in the middle of the night. I figured she owed me an expensive night out, but I guess, technically, I was crashing the wedding.Once caught, I couldn’t get out of there fast enough. As I bolted for the door, I might’ve plucked a few bottles of expensive champagne off the tables I passed, all while the gorgeous, angry groomsman was hot on my tail.Outside, I jumped into a taxi. My heart ricocheted against my ribs as we drove down the block—but at least I’d escaped unscathed.Or so I thought.Until I realized I’d left my cell phone behind at the table.Take one guess who found it?This is the crazy story of how Hudson Rothschild and I met. But trust me, it’s only the tip of the iceberg.
SINOPSIS (en castellano)
Y ahora, una traducción sui generis que he hecho yo de la sinopsis original:
Un nuevo y sexy volumen independiente de la autora de betseller número 1 del New York Times, Vi Keeland. La primera vez que conocí a Hudson Rothschild fue en una boda. Había recibido una invitación inesperada a uno de los lugares más ostentosos de la ciudad. Hudson era el padrino de boda y posiblemente el hombre más guapo que jamás había visto. Me pidió que bailara con él, y nuestra química alcanzó cotas inesperadas. Sabía que no era una buena idea involucrarme con él, considerando la boda en la que estaba. Pero nuestra conexión fue muy intensa, y me lo estaba pasando muy bien. Aunque la diversión se acabó cuando Hudson se dio cuenta de que no era quien había dicho que era. ¿Recuerdas esa invitación inesperada que recibí? Bueno, en realidad no había sido dirigida a mí -se la habían enviado a mi ex compañera de piso que había devuelto impagado un cheque de dos meses de alquiler y se mudó en el medio de la noche Supuse que me debía una noche cara, pero supongo que, técnicamente, estaba arruinando la boda. Una vez atrapada, no pude salir de allí lo suficientemente rápido. Mientras corría hacia la puerta, pude haber agarrado unas botellas de champán caro de las mesas por las que pasé, todo mientras que el magnífico, hombre enojado estaba iracundo persiguiéndome. Fuera, salté en un taxi. Mi corazón rebotó contra mis costillas mientras nos alejábamos por la manzana, pero al menos había escapado ilesa. O eso pensé... Hasta que me di cuenta de que había dejado mi teléfono en la mesa. ¿Adivina quién lo encontró? Esta es la loca historia de cómo Hudson Rothschild y yo nos conocimos. Pero créeme, esa es sólo la punta del iceberg.
OPINIÓN
Esta historia está contadas a dos veces, la de Stella, que se hace pasar por su excompañera de piso en una boda super lujosa junto a su mejor amigo gay. Mi fantasía hecha realidad, vamos. Lo máximo que he hecho ha sido colarme en otra graduación. Solo hay un problema, que es la boda de la hermana del protagonista y padrino, Hudson. Y como tal, la mentira iba a durar más bien poco.
Como es obvio, a Hudson le atrae por ser una desconocida y ha de saber que algo oculta, por eso no va a parar hasta desenmascararla. He de decir que desde el principio he adorado a Stella y su ingenio porque, aunque sabe que se está hundiendo en el fango, intenta defenderse como puede. Eso por no hablar de cómo deja boquiabierto a un hombre como Hudson cuando adivina la marca de ginebra correcta. Todo tiene un por qué, ya que es periodista.
Como he dicho antes, Stella es descubierta cuando menciona el nombre de su alter ego: Evelyn Whitley. Una persona que enseguida supe que estaba relacionada con él, aunque los imaginé involucrados de otra manera. Él fue bastante perverso con ella obligándole a dar el discurso. Pero desde mi perspectiva lectora, me lo he pasado terriblemente bien.
Es lógico que se liara la que se lio y que ella, con los nervios, se le olvidara el teléfono. Gracias a ese teléfono será como se conozcan. Por supuesto, Stella no es para nada la clásica protagonista de una novela romántica, va con todo por delante y sorprende al lector. Así, ella se arriesga a ir a por el teléfono cuando sería más "lógico" que él fuera quien se lo diera.
Gracias a ese acercamiento, descubrimos que, cuando todos esperábamos que sus vidas fueran de color de rosa, para nada es así: ambos tienen malas experiencias en el amor. Mientras que a Stella la ha abandonado su exprometido, quien se va a casar de nuevo, Hudson está divorciado y es padre soltero de Charlie, una niña de seis años aficionada a Dolly Parton. Entre nosotros, es el mejor personaje de la historia.
Si bien empieza de un modo inusual, al final la historia se convierte en una novela con uno de mis clichés favoritos: el de romance de oficina, o jefe y empleada, por supuesto. Y es que gracias a Hudson - aunque al principio le puso muchas trabas porque desde el principio se enamoró profundamente de ella - Stella puede montar su negocio de perfumes.
Lo he mencionado numerosas veces, pero... esta no es la clásica historia de amor porque, todo tiene un por qué. Y hasta el detalle más pequeño e insignificante puede causar un terremoto argumental. Y eso es lo que sucede con el inofensivo hobby de Stella de leer diarios de gente anónima. No voy a hacer mucho spoiler pero... solo diré que el mundo es un pañuelo.
Y que, cuando los secretos salen a la luz, entendí perfectamente el modo de actuar del protagonista afectado, pues yo hubiera reaccionado igual.
Afortunadamente, esta es una historia de amor donde el perdón vence al odio y a las adversidades. Y por eso, hay un final feliz espectacular y muy acorde a como es Stella.
Como acostumbra, es un nuevo triunfo de Vi Keeland, que releeré de nuevo si lo publican en castellano.
¡Ojalá que así sea!
¡Nos leemos muy pronto!
PD: Se me olvidó decirlo al principio, pero la historia me tuvo cautivada desde el momento en que Nick Bateman es el modelo de la portada. ¡Ay omá!
Mi reseña de hoy la leí porque debía aprender y mejorar mi fluidez en el inglés. Lo admito. Sin embargo, si he de leer en otro idioma... pues ¿qué mejor que hacerlo de la mano de una de mis historias de romántica contemporánea, la grandísima Vi Keeland? Además, después de semejante sinopsis, mi curiosidad alcanzó niveles muy altos y no pude evitarlo.
Por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de The Invitation -La Invitación en castellano - de Vi Keeland.
SINOPSIS
Como ya sabéis, siempre que leo en otro idioma, me gusta compartir la sinopsis en el idioma original en que está publicado. Por eso, os dejo la original aquí:
A new, sexy standalone from #1 New York Times Bestseller, Vi Keeland.The first time I met Hudson Rothschild was at a wedding. I’d received an unexpected invitation to one of the swankiest venues in the city.Hudson was a groomsman and quite possibly the most gorgeous man I’d ever laid eyes on. He asked me to dance, and our chemistry was off the charts.I knew it wasn’t a good idea to get involved with him, considering the wedding I was at. But our connection was intense, and I was having a great time.Though the fun came to a screeching halt when Hudson figured out I wasn’t who I’d said I was. You see, that unexpected invitation I received? Well, it hadn’t actually been addressed to me—it was sent to my ex-roommate who’d bounced a check for two months’ rent and moved out in the middle of the night. I figured she owed me an expensive night out, but I guess, technically, I was crashing the wedding.Once caught, I couldn’t get out of there fast enough. As I bolted for the door, I might’ve plucked a few bottles of expensive champagne off the tables I passed, all while the gorgeous, angry groomsman was hot on my tail.Outside, I jumped into a taxi. My heart ricocheted against my ribs as we drove down the block—but at least I’d escaped unscathed.Or so I thought.Until I realized I’d left my cell phone behind at the table.Take one guess who found it?This is the crazy story of how Hudson Rothschild and I met. But trust me, it’s only the tip of the iceberg.
SINOPSIS (en castellano)
Y ahora, una traducción sui generis que he hecho yo de la sinopsis original:
Un nuevo y sexy volumen independiente de la autora de betseller número 1 del New York Times, Vi Keeland. La primera vez que conocí a Hudson Rothschild fue en una boda. Había recibido una invitación inesperada a uno de los lugares más ostentosos de la ciudad. Hudson era el padrino de boda y posiblemente el hombre más guapo que jamás había visto. Me pidió que bailara con él, y nuestra química alcanzó cotas inesperadas. Sabía que no era una buena idea involucrarme con él, considerando la boda en la que estaba. Pero nuestra conexión fue muy intensa, y me lo estaba pasando muy bien. Aunque la diversión se acabó cuando Hudson se dio cuenta de que no era quien había dicho que era. ¿Recuerdas esa invitación inesperada que recibí? Bueno, en realidad no había sido dirigida a mí -se la habían enviado a mi ex compañera de piso que había devuelto impagado un cheque de dos meses de alquiler y se mudó en el medio de la noche Supuse que me debía una noche cara, pero supongo que, técnicamente, estaba arruinando la boda. Una vez atrapada, no pude salir de allí lo suficientemente rápido. Mientras corría hacia la puerta, pude haber agarrado unas botellas de champán caro de las mesas por las que pasé, todo mientras que el magnífico, hombre enojado estaba iracundo persiguiéndome. Fuera, salté en un taxi. Mi corazón rebotó contra mis costillas mientras nos alejábamos por la manzana, pero al menos había escapado ilesa. O eso pensé... Hasta que me di cuenta de que había dejado mi teléfono en la mesa. ¿Adivina quién lo encontró? Esta es la loca historia de cómo Hudson Rothschild y yo nos conocimos. Pero créeme, esa es sólo la punta del iceberg.
OPINIÓN
Esta historia está contadas a dos veces, la de Stella, que se hace pasar por su excompañera de piso en una boda super lujosa junto a su mejor amigo gay. Mi fantasía hecha realidad, vamos. Lo máximo que he hecho ha sido colarme en otra graduación. Solo hay un problema, que es la boda de la hermana del protagonista y padrino, Hudson. Y como tal, la mentira iba a durar más bien poco.
Como es obvio, a Hudson le atrae por ser una desconocida y ha de saber que algo oculta, por eso no va a parar hasta desenmascararla. He de decir que desde el principio he adorado a Stella y su ingenio porque, aunque sabe que se está hundiendo en el fango, intenta defenderse como puede. Eso por no hablar de cómo deja boquiabierto a un hombre como Hudson cuando adivina la marca de ginebra correcta. Todo tiene un por qué, ya que es periodista.
Como he dicho antes, Stella es descubierta cuando menciona el nombre de su alter ego: Evelyn Whitley. Una persona que enseguida supe que estaba relacionada con él, aunque los imaginé involucrados de otra manera. Él fue bastante perverso con ella obligándole a dar el discurso. Pero desde mi perspectiva lectora, me lo he pasado terriblemente bien.
Es lógico que se liara la que se lio y que ella, con los nervios, se le olvidara el teléfono. Gracias a ese teléfono será como se conozcan. Por supuesto, Stella no es para nada la clásica protagonista de una novela romántica, va con todo por delante y sorprende al lector. Así, ella se arriesga a ir a por el teléfono cuando sería más "lógico" que él fuera quien se lo diera.
Gracias a ese acercamiento, descubrimos que, cuando todos esperábamos que sus vidas fueran de color de rosa, para nada es así: ambos tienen malas experiencias en el amor. Mientras que a Stella la ha abandonado su exprometido, quien se va a casar de nuevo, Hudson está divorciado y es padre soltero de Charlie, una niña de seis años aficionada a Dolly Parton. Entre nosotros, es el mejor personaje de la historia.
Si bien empieza de un modo inusual, al final la historia se convierte en una novela con uno de mis clichés favoritos: el de romance de oficina, o jefe y empleada, por supuesto. Y es que gracias a Hudson - aunque al principio le puso muchas trabas porque desde el principio se enamoró profundamente de ella - Stella puede montar su negocio de perfumes.
Lo he mencionado numerosas veces, pero... esta no es la clásica historia de amor porque, todo tiene un por qué. Y hasta el detalle más pequeño e insignificante puede causar un terremoto argumental. Y eso es lo que sucede con el inofensivo hobby de Stella de leer diarios de gente anónima. No voy a hacer mucho spoiler pero... solo diré que el mundo es un pañuelo.
Y que, cuando los secretos salen a la luz, entendí perfectamente el modo de actuar del protagonista afectado, pues yo hubiera reaccionado igual.
Afortunadamente, esta es una historia de amor donde el perdón vence al odio y a las adversidades. Y por eso, hay un final feliz espectacular y muy acorde a como es Stella.
Como acostumbra, es un nuevo triunfo de Vi Keeland, que releeré de nuevo si lo publican en castellano.
¡Ojalá que así sea!
¡Nos leemos muy pronto!
PD: Se me olvidó decirlo al principio, pero la historia me tuvo cautivada desde el momento en que Nick Bateman es el modelo de la portada. ¡Ay omá!
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