Reseña Apofis y el Dragón y otros poemas épicos de Misael Capone



¡Hola a tod@s!

El post de hoy es un poco especial.

De nuevo, sí.

Pero en este caso no se trata de otra crítica a una obra de teatro. Ese barco ya zarpó porque el festival concluyó.

Es diferente y especial por el género del que trata el libro.

Poesía, nada menos. Y dentro de la poesía de subgénero épico.

De nuevo, el autor se puso en contacto conmigo a través de de mi cuenta de Instagram y me lo proporcionó. Y a mí, que me van los retos, pues le dije que sí.

Paso a relataros la sinopsis antes de mi opinión.

Apofis y el Dragón, y otros poemas épicos difícilmente sea un libro cuya lectura pasajera y sin mayores efectos acompañe una tarde de verano. Procura el retorno a la poesía épica, narrativa y lírica, el dominio de lo sublime. Su discurso no es críptico ni hermético, mas sus versos encierran significados en múltiples niveles de entendimiento, que el lector alerta sabrá extraer. No teme contemplar la belleza con ojos desvelados, ser la voz de las edades que sepultas yacen. Relata por igual los vésperos del hombre y el advenir de la sombra, el amor que al ser conmueve y el secreto mundo donde encarnan nuestros sueños. Aviva las páginas olvidadas donde Bien y Mal se han trabado en titánica lucha, y no hay ser que no sienta íntimo el combate, cercano el clamor de guerra. Allí aprendimos de pasiones ardorosas, idilios legendarios que nacieron eternos, hasta que la gélida y mezquina noche enfrío su llama. El texto provocará con su mensaje, y las palabras vivas se fundirán con las imágenes en el lienzo de la memoria - ¡gloriosa mixtura! No obstante, sabe también ser una afilada saeta que horada el alma, enfrentándola a faz desnuda contra sus temores, celada lobreguez y lágrimas secas.
Tres poemas – sólo tres - componen esta primera antología, escritos de puño y letra durante el espacio de tres años. Aparecen en orden cronológico, islotes a la mirada incauta, cuando un mismo dorado hilo teje sus tramas. Este cordel se revela como la presencia ignorada del Caminante, a través de nuestras eras de claroscuro y tormenta. El lector atento – quien entresaque el tesoro bajo el fango - escuchará la voz que los vientos centenarios no han logrado ahogar, ni la borrasca ha vencido con sus truenos. En medio del crispado vendaval de nuestras vidas agobiadas, que al silencio blasfema, verdadero logro es distinguir aquel notable canto. Aun así sus notas enmudecerán todo vulgar sonido; pueden al noble espíritu liberar de su encierro, de su hastío. Y despertar sus ojos por vez primera al país que le reclama: la brillante morada de los corazones – hasta aquí - sin sosiego ni intérprete. En palabras del último poema, sobre aquel luminoso reencuentro: “Fiel guarda, hogar de los espectros, nada al mundo son: ¡ocúltenlos tus alas! Déjalos ya, a merced de la intemperie, sus ojos ligados en amante necedad. El Fin del Tiempo hallarálos juntos. ¿No ves como libres las gotas corren, y cómo sus espíritus alaban la tormenta?”

OPINIÓN

He de decir que antes de ponerme con la lectura del libro, cuando vi el título pensé que iba a estar ambientado en el Antiguo Egipto. ¿El motivo? Porque Apofis es el nombre de la serpiente que no quiere que el sol Ra termine su recorrido nocturno por la noche, impidiendo así que haya luz al día siguiente y sí que haya caos y tinieblas; justo los conceptos que ella representa.

No tenía nada que ver con el Antiguo Egipto pero no iba tan desencaminada., lo cual es un mini punto para mí.

He de decir que fue un verdadero reto. Por mis circunstancias - lo leí cuando comenzaba a sentir los inicios del bloque lector - y por el género de la misma. Y es que creo que, escribir poesía es de las cosas más difíciles que un escritor puedo hacer.

No hay que confundir tampoco poesía con rima, que un par de versos que terminen en -ía u - or lo podemos hacer todos. Pero expresar su verdadero yo a través de versos, provocando un rango amplísimo de sentimientos y que además, tus lectores te entiendan... es otro nivel.

¿Que fue duro?

Lo fue, porque vuelvo a demostrar que soy un poco inútil en estos temas. Además de que, el inicio me resultó complejo y difícil de seguir.

Como dice en sus sinopsis es una colección de tres poemas, todos hilados con un prólogo o proemio titulado El Caminante, una presencia ignota y misteriosa que será la encargada de guiarnos a lo largo de todo el libro. Y en cada uno de los libros, hay un sentimiento imperante - al menos eso es lo que mi corta mente poética entendió -

- Aquel próximo lugar para mí es la confusión puesto que es el inicio de un viaje, pero es un viaje triste porque el sol empieza a ponerse y como tal, el mal empieza a actuar. Será entonces cuando la lucha interna entre cada individuo tiene que decidir por cual bando decantarse.

- Absalon fili mi a pesar de tener el título en latín, no está escrito en esa lengua. Y representa el dolor y el sufrimiento porque hay una muerte de un hijo, lo peor que le puede ocurrir a un padre. Sin embargo, también hay mención a la continuidad de la vida y por lo tanto, se atisba un poco de esperanza.

- Y por último, llegamos al poema épico en sí, el que le da el título al libro Apofis y el dragón. Pero si pensabais en cantares de gesta tipo El Cantar de Mio Cid olvidaos de eso. Está escrito en primera persona y el lector podrá meterse en la mente de la criatura para descubrir el amplio caudal de sentimientos que este posee. Y se sorprenderá al descubrir que no todos son negativos, puesto que siempre hay hueco para el amor.

Termino este post diciendo que como yo, perdáis el miedo y se atreva a darle una oportunidad porque le gustará. Y aprenderá mucho y variado vocabulario, os lo aseguro. Y si no lo entendéis a la primera, reintentadlo una segunda con un diccionario al lado si consideráis que la dificultad es extrema.

Sin más, os dejo los títulos de los poemas que el propio autor me recomendó y que podéis utilizar como punto de partida: “Cuando el mundo acabe” y “No me dejes si el viento ruge”


Comentarios

  1. Me encantó esta reseña!! Gracias por el desafío que nos pones delante!

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