Reseña Reina Roja de Juan Gómez Jurado



¡Hola a tod@s!

El título de esa entrada podía ser el que tiene.

O también Cónica de un final de Bloqueo Lector.

O incluso Reenamoramiento por la lectura.

Todas servirían porque eso es lo que me sucedió con la lectura de este libro.

Si bien es cierto que me había llamado la atención desde hacía bastante tiempo - incluso lo he regalado - y que mucha gente me había dicho que me iba a gustar, hice caso omiso y no me detuve a leerlo hasta ahora.

Quizás mi procastinación tenía un motivo y precisamente tenía que conocer a Antonia Scott en ese momento para que atrajera mi atención.



Como es tónica en mis entradas, primero os dejo con la misma y después, ya os dejo mi opinión:

Antonia Scott es especial. Muy especial.

No es policía ni criminalista. Nunca ha empuñado un arma ni llevado una placa, y, sin embargo, ha resuelto decenas de crímenes.

Pero hace un tiempo que Antonia no sale de su ático de Lavapiés. Las cosas que ha perdido le importan mucho más que las que esperan ahí fuera.

Tampoco recibe visitas. Por eso no le gusta nada, nada, cuando escucha unos pasos desconocidos subiendo las escaleras hasta el último piso.

Sea quien sea, Antonia está segura de que viene a buscarla.

Y eso le gusta aún menos.

OPINIÓN:

Como bien avisan en su sinopsis, Antonia es especial, y eso se ve desde la primera página.

Además de que no sale de su apartamento espartano desde hace tiempo por algo que pasó en su pasado, tiene una rutina que es cuanto menos curiosa, por calificarla de alguna manera: dedica tres minutos del día a pensar en su suicidio. ¿Por qué? Pues no puedo decirlo, sobre todo porque el autor nos pide expresamente al final del libro que no hagamos ningún tipo de spoiler.

¿Que me gusta la mezcla de su personalidad Sheldon Cooper puesto hasta arriba? Me encanta. Y el hecho de que nunca terminemos de conocerla por completo porque siempre hay algo que descubrimos y nos sorprende, me parece un plus muy a favor de ella también.

Por otro lado, tenemos a su contrapunto: el policía Jon Gutiérrez, un señor que no pasa por su mejor momento profesional y que precisamente por eso, es el elegido por el Maestro para que consiga llamar la atención de Antonia y consiga sacarla de casa para que se reincorpore a la operación Reina Roja.

Dicho de otra manera, no pueden ser más diferentes.

Hago aquí inciso para decir que Reina Roja tiene que ver con Alicia en el País de las Maravillas y que, al contrario de lo que pensaba, el título no tenía nada que ver con la idea que yo tenía en mente: de manera errónea pensé que se llamaba así porque la protagonista era una asesina en serie inteligente, pero brutalmente violenta. Lo clavé, vaya.

Otro punto a favor del libro es la duración de sus capítulos: el hecho de que sean breves ayuda - mucho más - a que el lector se enganche, si no lo ha hecho con la trama.

He de aplaudir la valentía del autor, pues si bien los personajes a los que Antonia ha de ayudar son ficticios, todo lector mínimamente avispado puede ver cuáles han sido los personajes reales - y bastante influyentes - de nuestro país que ha tomado como referencia. ¡Bravo!

Y, aunque mientras leía, esa trama me pareció floja, cuando llegar al FINAL, vi que todas las piezas encajaban como un perfecto rompecabezas. Incompleto eso sí porque es un final que, de manera muy clara, deja abierta la opción a una segunda parte.

También me ha gustado el hecho de que se nos dé la libertad a los lectores de imaginárnoslos como queramos. Es cierto que nos da ligeras puntadas descriptivas de ambos y que a mí me gusta tener en mente a los musos de los escritores, pero en las novelas negras agradezco no saberlos.

Otro punto a favor de ella es que me ha permitido conocer muchas palabras e idiomas nuevos gracias al "juego" que ella y Marcos tenían a la hora de describir situaciones.

Por último - y esto ya es una especie de "fetiche" mío: me encanta cuando hacen referencia a poetas y me permiten conocer a nuevos escritores de tan difícil género; creo que es el más difícil de escribir de hecho. Y de entender.

Esto sucede en el libro a través de la inclusión de un poema de Blake. No es que conociera a William Blake - lo hacía, pero más en su faceta de pintor - de ahí que fuera una sorpresa más que agradable la inclusión de unos versos suyos pertenecientes al poema Tigre. Asimismo, es original el uso que le da como forma de conocerse y enamorarse a los padres de Antonia, Peter y Paula

Es un gusto mío, pero... compartir es de buenas personas, así que os los escribo por aquí:

¡Tigre! ¡Tigre!, fuego que ardes
En los bosques de la noche,
¿Qué mano inmortal, qué ojo
Pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué distantes abismos, en qué cielos,
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Y que mano osó tomar ese fuego?

¿Y que hombro y qué arte,
podrían retorcer la nervadura de tu corazón
Y cuando tu corazón comenzó a latir
¿Qué formidable mano, qué formidables pies?

¿Qué martillo, qué cadena?
¿En qué horno se forjó tu cerebro?
¿En qué yunque? ¿Qué osadas garras
ciñeron su terror mortal?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas,
Y bañaron los cielos con sus lágrimas,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Osó idear tu terrible simetría?






¿Lo recomiendo? Es un SÍ enorme.

Resumo, ¡Gracias infinitas Juan!

¡No puedo esperar a que la persona que tiene Loba Negra en préstamo de la biblioteca lo devuelva para que caiga en mis manos!

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