Damas asesinas: mujeres letales de la historia de Tori Teffler

¡Buenas tardes a todos!

La reseña del libro que os traigo hoy va a ser diferente porque sí, es ficción, pero también es biográfico.


Y ante la vida de una persona - unas cuantas en este caso - uno no puede reseñar, si acaso juzgar haciendo un comentario más o menos breve.

Pero no adelantaré acontecimientos y vayamos por partes - nunca mejor dicho, en este post - escribiendo primero la sinopsis y después mi opinión.

SINOPSIS

Una sugerente compilación de damas letales, dotada de un vitriólico humor negro, que rescata del olvido a catorce maestras del crimen que hicieron de lo sangriento un arte: horneando deliciosos pasteles con sorpresa, manejando el cuchillo con habilidad mortal o administrando sibilinos venenos a prueba de autopsia.

Al hablar sobre los criminales más letales de la historia, siempre pensamos en Jack el Destripador, Ted Bundy o John Wayne Gacy. De hecho, en 1998, el FBI afirmó que las asesinas en serie «no existían». Pero ¿qué hay de la infame condesa Erzsébet Báthory —apodada «la Condesa Sangrienta»—, de Mary Ann Cotton —virtuosa del «arsénico sin compasión»—, de Darya Nikolayevna Saltykova —«la Torturadora Rusa»—, de Nannie Doss —«la Abuelita Risueña»—, de Alice Kyteler —«la Hechicera de Kilkenny»— o de Kate Bender —«la Bella Rebanadora de Pescuezos»—? Ingenioso y provisto de un enfoque que arrincona las explicaciones fáciles («lo hizo por amor», «es un asunto hormonal», «un hombre malvado le obligó a hacerlo») y los tópicos machistas («era una femme fatale o una bruja»), este esclarecedor estudio glosa las actividades agresivas y predatorias que las mujeres más letales nos han legado para la posteridad.


OPINIÓN

Gracias.

Si tuviera que resumir mi post en una sola palabra, sería esa.

Además, como historiadora, siempre me gusta saber cosas nuevas. Y como mujer, coincido plenamente con uno de los planteamientos de este libro: que las mujeres hemos estado eliminadas de la historia. Escrita, se entiende porque hemos formado parte, hemos sido testigo y, en definitiva, hemos estado allí cuando los hechos sucedían. ¿El problema? Que nadie se preocupó de incluirnos en los registros escritos, vitales para dejar constancia de nuestra presencia allí. Y por eso, es como si nunca hubiéramos existido.

La prueba más evidente de esta "oscuridad" en la que hemos estado viviendo buena parte de la historia la encontramos al leer los nombres de las protagonistas de este libro, de las cuales, esta mujer que os escribe la reseña solo conocía a dos. Y a una de ellas a través de una serie de la BBC, no mediante fuentes oficiales.

Por eso, libros como este son imprescindibles para sacar a la sociedad de su error y devolverle a las mujeres el lugar histórico que se merecen. Aunque sean mujeres asesinas, como en este caso. Porque sí, querido lector, también hubo mujeres que mataron. Y de forma mucho más sibilina e inteligente en lugar de brutal y violenta como otros asesinos en serie.

Me siento tan en deuda con este libro que, he decidido haceros un pequeño resumen de todas y cada de las biografías de las mujeres aquí incluidas.

¿Me acompañáis en este escalofriante viaje temporal?


Erszebet Bathory: Con ese nombre, nada puede indicar que sea peligrosa. Pero si os digo que ha pasado a la historia con el sobrenombre de la Condesa Sangrienta, la cosa cambia ¿verdad? Además, para más inri, está emparentada con Vlad el Empalador. Esta mujer, además de ser una aristócrata húngara del siglo XVII ha pasado a la historia por asesinar ni más ni menos que a más de 650 mujeres, ocupando así el primer puesto en este macabro ranking. Después han comenzado las numerosas leyendas sobre su sexualidad, los baños de sangre para conservar la eterna juventud que a mí, personalmente, no vienen al caso. Pero los hechos son los que son.

Una curiosidad al respecto de ella, actualmente es considerada una heroína por la independencia de Hungría, incluso hay una estatua de ella reconociendo ese honor.





 La segunda mujer de la que nos hablan es Nancy Hazel, aunque es más conocida dentro del mundo criminal como Nannie Doss o La Abuelita Sonriente. ¿El motivo? Porque entre 1920 y 1954 asesinó a 11 personas entre las que se encontraban cuatro de sus cinco maridos, dos hijos, su madre, su hermana, dos nietos y una de sus suegras. Todos fueron envenenados.

De hecho, fue detenida y descubierta tras la muerte de su quinto marido en el hospital. Fue condenada el día de mi cumpleaños - muchos años antes, eso sí - a cadena perpetua. No fue condenada a la pena de muerte a causa de su sexo. 




Lizzie Halliday: La tercera mujer de la que nos hablan es una pionera. ¿Por qué? Porque fue la primera mujer condenada a la silla eléctrica en la historia. ¿Qué crimen o crímenes cometió para ser juzgada de ese modo? Esta chica mitad irlandesa-mitad americana actuó entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX y, como Nancy, se dedicó a envenenar maridos. Todos ellos tenían como característica común que eran bastante más mayores que ella. Además, no solo hubo envenenamientos, también hubo asesinatos con arma blanca. Sin embargo, la salud mental de Lizzie no era demasiado buena y de hecho, fue ingresada en el sanatorio en varias ocasiones.

Antes he dicho que fue la primera mujer condenada en la silla eléctrica, pero no murió de ese modo porque le conmutaron la pena por un ingreso en un sanatorio. Fue allí donde cometió su último asesinato: el de una enfermera, apuñalada 200 veces. 
 




Elizabeth Ridgeway
: De la cuarta mujer no hay retrato, ni idealizado ni verídico porque actuó en Inglaterra, más concretamente en Leicestershire, en el siglo XVII y, al contrario que la condesa, no era aristócrata. El método con el cual cometió sus asesinatos quizás os suene ya que utilizó el veneno. Con dicho caldo envenenó a su madre, a una compañera de servicio, a uno de sus amantes y a su marido. Fue la muerte de este último la que desató las sospechas sobre su persona. Fue condenada a morir en la hoguera.




Raya y Sakina: Estas dos mujeres también fueron pioneras debido a que fueron las primeras mujeres ejecutadas por el estado moderno de Egipto, es decir, el país como lo conocemos hoy día. Fueron dos hermanas egipcias asesinas en serie, además de eso, también fueron las dueñas de prostíbulos y otros varios negocios turbios en los barrios marginales de Alejandría, más concretamente en el de Labban. En total se encontraron un total de 17 cuerpos enterrados en casa de Raya, todas ellas de chicas jóvenes de las que se presupone que ejercieron la prostitución. Eso sí, el número de jóvenes asesinadas fue mucho mayor.

Aunque el marido de una y el amante de la otra también asesinaron a las chicas, eran las hermanas las jefas de dicha banda criminal. Un hecho tan inusual - el de que las mujeres fueran jefes y ocupasen puestos de liderazgos dentro de la sociedad islámica - que los dejó conmocionados. Y por eso, los condenaron a morir en la horca.


Mary Ann Cotton: Esta es otra señora inglesa decimonónica que se dedicó a envenenar a tres de sus cuatro maridos, aunque el número puede ascender hasta el de 21 personas, incluyendo a 11 de sus trece hijos. ¿Cómo? Mediante un método ya mencionado en el post: el arsénico.


A pesar de haber matado a tantas personas, fue detenida y condenada a muerte - colgada - por el asesinato de su hijastro Charles Edward Cotton.

Está considerada como la primera mujer británica asesina en serie, es la segunda y última de las asesinas en serie aquí incluidas que conocía por el show del 2015 de ITV Dark Angel cuyo trailer os dejo aquí y que vi porque a la protagonista la interpretaba Anna de Downton Abbey, pero hay numerosas curiosidades acerca de su figura, como por ejemplo que ha inspirado multitud de canciones. Eso sí, ninguna tan popular y tan presente en la cultura popular británica como la nana que compusieron poco tiempo después de su muerte, cuyo texto os dejo aquí:

Mary Ann Cotton, she's dead and she's rotten
Lying in bed with her eyes wide open.
Sing, sing, oh what should I sing?
Mary Ann Cotton, she's tied up with string.
Where, where? Up in the air.
Selling black puddings, a penny a pair.

Mary Ann Cotton, she's dead and forgotten,
Lying in bed with her bones all rotten.
Sing, sing, what can I sing?
Mary Ann Cotton, tied up with string



Darya Nikolayevna Saltykova: Si recordáis hemos empezado el elenco con una aristócrata húngara que asesinaba a sus sirvientas. Bien, aquí la señora Saltykoya es su prima rusa. Ella fue una aristócrata rusa entre los siglos XVIII y XIX. Ha pasado a la fama porque torturó aproximadamente a 138 de sus siervos, más a mujeres que a hombres, eso sí. No fue denunciada debido a sus buenas relaciones con el zar, no porque su comportamiento no llamara la atención en la corte.

De hecho, su sadismo y violencia alcanzaron tal punto que ni siquiera el zar pudo protegerla y se inició una investigación contra ella. ¿El resultado? Estuvo detenida seis años, se le imputaron un total de 38 de asesinatos y fue condenada a muerte. Pero, como la pena de muerte estaba abolida por aquel entonces, su castigo fue mucho más leve: fue encadenada a una plataforma durante una hora con un cartel colgando de su cuello indicando que había torturado y matado antes de ser ingresada en un convento de por vida.




Anna Marie Hahn: Y de nuevo, aquí tenemos a otra pionera. A ella le corresponde el dudoso honor de ser la primera mujer condenada a la silla eléctrica en Ohio a principios del siglo XX. Tras quedarse embarazada de un médico vienés casado y escandalizar a su familia, fue enviada a los EE.UU. Allí conoció a quien sería su marido y sería allí donde trabajó como enfermera y cuidadora de ancianos en el barrio alemán de Cincinnati - era oriunda de Alemania - a los que asesinaba, actuando como un ángel de muerte. Llamó la atención porque, gracias a los cuidados que les profesaba, siempre conseguía que les dejara algo en sus testamentos.






Oum- el Hassen era su nombre real, pero su nombre artístico era Moulay Hassen, fue una cabaretera y bailarina en Fez que tuvo como otros oficios el de esclavista y proxeneta de mujeres jóvenes, a quienes obligaba a prostituirse y mantenía encerradas en su burdel en Fez hasta que dejaban de serles útiles. Tras ello, las mataba estrangulándolas, las mataba a golpes o las dejaba morir de inanición.







Ottilie "Tillie" Klimek: Esta mujer tiene un método de asesinato ya mencionado anteriormente en este post; es decir, el arsénico, pero la excusa y la parafernalia que montó para poder encubrir sus crímenes sí que es del todo original, ya que la señora Tillie Klimek -mitad polaca, mitad americana - fingió ser una psíquica con poderes que hablaba con los muertos y que estos le comunicaban la fecha de la muerte de determinadas personas. En realidad, cuando anunciaba una de estas visiones o contactos lo que realmente sucedía era que ya había comenzado el proceso de envenenamiento y por eso, calculaba más o menos cuánto tiempo iban a durar en el mundo. 

Repitió este escalofriante método con sus tres maridos, su novio y algunos de sus vecinos a principios del siglo XX. Fue la muerte de su tercer marido la que levantó las sospechas de los doctores. Incluso hay registros que dicen que, cuando fue detenida, las palabras que le dio al oficial que tuvo tal honor fueron las siguientes: "El próximo para el que quiero preparar la cena eres tú".

La investigación fue extremadamente rigurosa y por eso, los cadáveres de sus anteriores maridos fueron exhumados, confirmando también su muerte por envenenamientos. Asimismo, como hemos mencionado antes, algunos vecinos, un perro y muchos parientes y primos enfermaron gravemente tras comer en su casa. En total, hubo una lista de 20 posibles víctimas. Catorce de las cuales murieron, aunque según otras listas el número es mucho menor, oscilando entre cinco y siete.

Obviamente, Tillie fue declarada culpable de asesinato y condenada a cadena perpetua.




Alice Kyteler
: Si hay un crimen del que las mujeres hemos sido acusadas una y otra vez a lo largo de la historia, ese ha sido el de brujería. Y como tal, una bruja no podía faltar en nuestro elenco de femmes fatales, más, cuando de nuevo, es una pionera, ya que fue la primera mujer acusada de brujería en Irlanda. ¿Cuándo sucedió esto? En el siglo XIV, lo que la convierte en la mujer criminal más antigua de todas las aquí mencionadas. ¿Por qué fue quemada en Irlanda? Debemos recordar que Irlanda es un país muy devoto en su fe católica y por eso, la brujería y la religión no son muy buenos amigos.

En realidad, no era bruja, sino que era envenenadora, como muchas de las mujeres que ya han sido mencionadas y de nuevo, las sospechas recayeron sobre ella cuando su cuarto marido enfermó y murió. Aunque, en honor a la verdad, antes de su detención por bruja, ya había sido acusada brevemente junto a su segundo marido del asesinato del primero. Bien, sus acusadores en el segundo caso contra ella fueron los hijos del primer matrimonio de su cuarto marido y los propios hijos que ella había tenido con su segundo y tercer marido. ¿Estaban todos sus hijos contra ella? No, ya que lo que motivaba a Alice al asesinato era el amor hacia el primero de sus hijos William Outlaw - llamado igual que su padre - quien era el alcalde de Kilkenny. 

Sin embargo, acusarla de envenenamiento en aquella época era bastante difícil de probar y por eso, añadieron los cargos de brujería. Tanto es así, que Alice es una doble pionera porque al parecer, es la primera mujer de la que se recoge testimonio de fornicación con un íncubo llamado Robin Artisson - si me preguntáis, un nombre muy normal para un demonio -.

No obstante, Alice tenía buenas conexiones sociales además de riqueza - de hecho, el motivo de la acusación de brujería se debiera a sus riquezas y éxitos como prestamista - y durante mucho tiempo salió indemne e incluso pudo huir a Inglaterra. De este modo, no dejó otra alternativa a la iglesia que torturar y matar a sus sirvientes y gente de estirpe más baja.

¿Murió quemada como la primera bruja de Irlanda? No, nunca jamás se supo de ella tras su huida a Inglaterra. Tal honor correspondió a otra mujer: su criada, Petronila.


Kate Bender: O mejor dicho la familia Bender cuyo acogedor establecimiento hotelero bien podría ser el escenario de una película de terror localizada en el interior profundo de Norteamérica. Sin embargo, el motivo por el cual se la menciona aquí como individua es porque su belleza era el reclamo utilizado para asestar el golpe final y mortal a los huéspedes.

Pero, contemos la historia desde el principio. Imaginad una posada en el interior del condado de Kansas a finales del siglo XIX. El lugar no es el más acogedor, pero no hay nada más cerca en un amplio margen de territorio. Además, estaba situado de manera estratégica en un camino muy transitado y tenía una pequeña tienda para conseguir víveres. A todo ello, se le debe sumar la presencia de Kate, la hija de la familia - aunque se dice que en realidad no eran familia y que su hermano era en realidad su marido -. Joven, bella y famosa por sus poderes psíquicos, Kate sin duda era otro reclamo para pernoctar allí. Sobre todo, porque hay teorías que aseguran que, por un suplemento extra, los huéspedes podían compartir cama con ella.

La pesadilla empezaba después, debido a un método de asesinato muy particular: los incautos huéspedes siempre eran muy bien recibidos y los sentaban en el puesto de honor de la mesa a la hora de cenar, siempre de espaldas a una cortina roja. Mientras que Kate hija se sentaba en frente a la espera del momento propicio para dar una señal a algunos de los dos John (que se escondían tras la cortina roja), momento en que uno de ellos descargaba un golpe de martillo sobre la cabeza de la víctima. Seguidamente se abría una trampilla bajo la víctima y esta caía a un sótano, donde le esperaba Kate madre para degollarlo con un cuchillo. Tras la muerte de la víctima le robaban todo objeto de valor y lo enterraban en el jardín trasero, justo donde tenían su huerta.

¿Cómo se supo del hotel de las pesadillas? Como suele suceder en estos casos, escogiendo a la víctima equivocada. Todos los elegidos tenían en común un alto poder adquisitivo y la última de sus víctimas, el doctor Loncher cumplía ese requisito. Este era un médico que, tras quedarse viudo decidió mudarse a Iowa. Pero en su viaje no iba solo: le acompañaba su pequeña niña de dos años.

Fue de hecho gracias a la desaparición conjunta que un amigo suyo, inició una investigación y búsqueda cuyo destino final fue el hotel de los Bender. Una familia que ya había empezado a levantar las sospechas de sus vecinos y quienes, temerosos de las represalias al ser descubiertos, decidieron huir.

Los resultados de la investigación fueron aterradores ya que se encontraron más de diez cadáveres - aunque el número exacto no se sabe - entre ellos, los del doctor Loncher y la pequeña, enterrados en el mismo agujero. La niña fue la única que no presentó lesiones, con lo que pudo ser estrangulada o enterrada viva.

¿Qué les sucedió a los Bender? No se supo de ellos, aunque se cree que hijo se suicidó en el Lago Michigan tiempo después y, aparentemente se capturó a papá Bender, aunque no pudo ser encarcelado nunca porque se cortó un pie para huir de la justicia y murió desangrado. Para cuando encontraron su cadáver estaba en alto grado de descomposición.



Los ángeles de la muerte de Nagyrev: Esta no es una mujer, sino un grupo de mujeres del pueblo de Nagyrev que, en pleno contexto de entreguerras, decidieron matar con veneno a numerosos hijos, padres y maridos, siguiendo las órdenes de Gyulia Fazekas - quien paradójicamente también se suicidaría con este método - la hacedora de ángeles - sobrenombre para las parteras que ayudaban a los abortos -. Las cifras varían entre las 50 y las 300 personas asesinadas en dicho pueblo.

Pero, ¿Cómo se descubrió lo que allí sucedió? Por culpa de Anna, la miserable. Con un mote como ese, ya podéis imaginar que no le oba muy bien en la vida. Esta Anna tenía una hija, apellidada Sëbok que tampoco tenía una economía muy saneada. Sería la Sëbok, cuando la Miserable se convirtió en otra boca que alimentar, la que acudiría a la señora Fazekas en busca de ayuda para su problema.

Se precipitó tras envenenarla, no obstante, ya que la arrojó al río y su cadáver no se hundió, sino que llegó flotando hasta una población vecina y, a pesar del estado de descomposición, las alarmas sonaron porque ya había rumores de lo que podía estar sucediendo en Nagyrev.

Que conste que presentan a Gyulia como la mala de la película cuando ella nunca asesinó a nadie en el pueblo - otra cosa es su vida anterior de partera - eran las mujeres las que acudían a ella, sabiendo que era experta en complementos alimenticios y brebajes de todo tipo. En total, en 1929, veintiséis mujeres fueron detenidas y juzgadas, acusadas de haberse deshecho de sus familiares.

No quiero dejar pasar la oportunidad para decir que, hay quienes han visto lo que sucedió aquí como una revolución feminista. Y para ello, han tomado como referencia las palabras de una de las acusadas, María Szendi, quien dijo haber matado a su marido porque: "siempre quería tener el control. Es terrible la forma en que los hombres siempre quieren todo el poder"



Marie - Madeleine d' Aubray, marquesa de Brinvilliers: Desde una perspectiva masculina podríamos decir que, llamándose María Magdalena muy buena no podía ser. Buen, presentemos los hechos y después concluiremos si lo es o no. La última de las mujeres de esta lista fue una aristócrata francesa del siglo XVII, marquesa de Brinvilliers que fue acusada de tres asesinatos. ¿El método? El ya clásico envenenamiento. ¿Sus víctimas? He aquí la novedad porque no fueron sus maridos y/o amantes, sino que fueron sus hermanos y su padre. Es decir, los hombres de relación más directa que podían tener poder y control económico y social sobre ella. ¿Por qué digo esto? Porque a su padre no le gustaba el pretendiente que tenía su hija - un capitán de caballería - aduciendo que continuaba casada, a pesar de que el marido la había abandonado hace tiempo. La marquesa no se lo tomó a buenas y acabó con los tres, pudiendo obtener la libertad y el control sobre sí misma, además de una sustanciosa suma económica.

El cuento parecía feliz, pero fue precisamente su amante el capitán quien, una vez muerto - de causas naturales - la acusó. ¿Cómo, si estaba muerto? Porque había dejado testimonio de todo en unas cartas guardadas bajo llave y que en teoría deberían haber sido abiertas a la muerte de la marquesa.

No esperaron tanto tiempo y, fue acusada. Pero obviamente huyo y escapó permaneciendo en varios países antes de ser finalmente arrestada justo cuando iba a ingresar en un convento de clausura en Lieja. De hecho, el teniente que la detuvo, hubo de hacerse pasar por cura para poder hacerlo.

Tras ser sometida al tormento del agua - método de tortura consistente en obligar al reo a ingerir grandes cantidades de agua (más de nueve litros) -, Marie - Magdalene confesó, fue decapitada y quemada en la hoguera. Un destino que el capitán hubiera compartido ya que, al parecer fue él quien le enseñó todo lo que sabía.

Un final trágico, como todos los de estas mujeres.

Espero que os haya gustado la reseña y que hayáis aprendido algo más sobre algunas de las mujeres aquí mencionadas. O incluso que las hayáis conocido. Si es así, el esfuerzo habrá merecido la pena.

¡Nos leemos pronto!




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