Mi destino (im) probable de Javier Garrido

 ¡Buenas tardes a tod@s!

Lo sé, os estaréis preguntando qué hago reseñando una obra siendo domingo cuando he dicho que no

"trabajo" los domingos.

Las circunstancias mandan. 

Además, éstas en concreto se deben a unas circunstancias muy particulares. 

Vi por stories de Instagram un sorteo del libro del autor de este poema. El libro - aún - no me lo he leído porque aún mantengo la esperanza de que gane ese sorteo. Cruzaré los dedos. 

Bien, tras este párrafo que no venía a cuento y que quizás no os interesaba, continúo. Javier vio mi interacción con la cuenta de @lecturuskis y, al parecer... ¡le encantan los playmobil! Después de ese nexo común, me contactó por privado y me informó de que había un pequeño poema que había escrito para la presentación de la novela Mentiras que dan magia y me invitaba a escucharlo. A saborearlo diría yo, ya que la poesía se degusta, como un plato de jamón. O del plato que vosotros prefiráis, vaya. 

Bien, recuerdo que creo que la poesía es sin duda el género más difícil de todos los de la literatura ya que el lenguaje y los recursos que se usan son tan personales y subjetivos que es bastante probable que además del autor, pocas sean las personas que lleguen a apreciar todos los matices y mensajes "ocultos" que la persona que lo ha escrito ha incluido en él.

Así que, sin más dilación, procedo a contaros mi opinión.

OPINIÓN

Lo primero que debéis saber es que yo soy una persona muy de voces. Quiero decir que, si una voz me gusta, puedo enamorarme de esa característica tan particular y pasarme horas sin cesar escuchándola. De ahí que en bastantes ocasiones haya sentido desilusión mientras escuchaba un audiolibro.  

En este caso se trata de un videopoema y, se confirman mis pensamientos anteriores. 

El primero hace referencia a lo que he entendido del tema del poema. Pero eso lo relataré más adelante. 

Y el segundo, hace referencia a lo de las voces. Lamentablemente, la chica encargada de la lectura de este poema en particular no vocalizaba bien. Es más, en ocasiones, me ha costado alguna de las palabras que pronunciaba. Y en otras ocasiones, la música del piano que debía ser una música de acompañamiento y por tanto, sonar de fondo, sonaba muy alta y solapaba el sonido de la voz. 

Es un poema breve en el que la persona que lo escribe es alguien que se ha enamorado de otra persona por la voz, la cual ha escuchado y que él mismo usa a través de las líneas del poema para comunicarle todo lo que no es capaz a viva voz. 

Su timidez y cobardía en ese asunto - u otros motivos - le llevan a lamentarse del hecho de que no estén juntos. Sin embargo, su amor perdura en el tiempo, a pesar de su imposibilidad. 

Y el poeta sabe que la persona es su destino. 

Su destino improbable, eso sí.

¿Me ha gustado? He de decir que sí, mucho. Y por ello felicito al autor desde mi pequeño espacio blogger. 

Esta es mi interpretación y... probablemente - no sería una sorpresa si así fuera - me habré equivocado. Quizás, si lo hubiera escuchado tras la lectura del libro, mi predicción sería diferente - eso sin duda - y ¿más acertada? Pero eso ya nunca lo sabremos.

Y ahora os desafío. Os voy a dejar aquí el texto y el link del poema para que también lo leáis y escuchéis y me digáis qué habéis entendido vosotros y saber así, si hemos coincidido.

Tú, pasajero de ojos verdes, eres mi destino improbable.

Eres mi destino en este tren invertido,
donde las agujas me rasgan las ruedas por el miedo,
en vez de guiarme a tus brazos.
Donde las vías se clavan en mis venas,
paralizando la marcha, en vez de llevarme a ti.

Pero, al contrario, eres mi improbable,
aunque el destino hubiese querido unirnos,
porque te conocí como se conocen los olvidados,
por tu voz y no por tu rostro.
Esas horas de lectura que yo te robé,
fueron tu carta de presentación y las cogí de tus manos,
cuando ellas todavía no sabían nada de mí.
Esas palabras que profané de tu boca,
las hurté y me acosté con ellas,
como aquella palabra no dicha por dos amantes mudos.

Y lo hice con el clamor de la culpa,
porque el cielo que me condenó,
te condenó a ti también por cómplice de mi error.
Por compañero de mi solitario secreto.
Por observador ciego de este mundo en penumbra.

Pero eso no impedirá que siga pensando en ti,
a cada hora, minuto y segundo
de este tiempo frenado en seco por el dolor,
y siga sintiéndote condenado a ser mi destino,
porque sé que tú me devolverás aquello que yo nunca fui
y que tanto deseo recuperar.

Seguirás brillando como el sol que alumbra esta profunda y oscura cueva
en la que me encuentro sin recordar cuándo bajé.
Continuarás salvándome cada vez,
aun estando ya muerta, aun siendo insalvable.
Te equivocarás una y otra vez,
en cada acertada palabra que consiga remover
hasta el último milímetro de mi ausente alma.
Conquistarás todos los territorios que nunca fueron míos,
y me los devolverás para que los vuelva a descubrir por primera vez.
Me harás sentir con tus manos todas las caricias que no me diste
y tanto deseaba sentir,
aunque sabes perfectamente, mi tímido héroe y audaz pintor,
que si no fueron dados no fue por mi culpa,
sino por mi anhelo de no condenarte a mi desdicha.

Mis labios callarán a viva voz todo lo que te dije mientras no decían nada,
todos los silencios que te grité,
todos los besos que no saboreaste de mis labios,
todos los suspiros que ya salían vacuos de mi boca.

Y, sobre todo, como esa profecía que nunca se cumplirá,
porque se escribió muerta nada más verla nacer;
sabía, sé y sabré, que eres con toda seguridad,
el más improbable de mis destinos.
Porque aun sintiendo que estamos predestinados,
el mismo destino me ha gritado flojito a mi oído
lo improbable que será yacer junto a ti.

Y por esa maldición de no poder llegar a ti,
me obligo sin querer obligarme, a apartarte de mí.

Por eso te pido, si quieres, que seas… mi destino improbable

¡Nos leemos pronto!


Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Only work, no play de Cora Reilly

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno