Cuando tus ojos se cruzaron con los míos (bilogía Helena y Daniel, nº1) de Eva M. Saladrigas

¡Buenas tardes!

El libro del que os traigo la reseña hoy es, de nuevo, de un sorteo que gané. Lo cierto es que nunca me 
había considerado una persona afortunada en lo que a ganar sorteos se refiere, pero... se ve que mi suerte está cambiando y por eso, me estoy haciendo de una colección de libros y a la vez, estoy conociendo un montón de autores y autoras nuevos, lo cual es siempre de agradecer.

Por eso mismo, agradezco enormemente a Eva por el envío del ejemplar, por el llavero en forma de corazón que llevo como si fuera un charm en mi mochila y sobre todo, por sorprenderme puesto que venía envuelto en papel de regalo con montajes de los personajes y la portada del libro. Fue una sorpresa muy agradable ya que nunca había recibido un libro envuelto de ese modo. Al mismo tiempo, me parece una manera muy novedosa de darse publicidad, así que he de aplaudir su inteligencia.

Pero, no voy a entretenerme más y os dejo ya con la sinopsis y mi opinión de Cuando tus ojos se cruzaron con los mío, el primer libro de la bilogía de Helena y Daniel, escrito por Eva M. Saladrigas.

SINOPSIS

¿VOLVERÍAS A AMAR A ALGUIEN CUANDO AÚN NO HAS CONSEGUIDO OLVIDAR?

El mundo de Helena, una brillante estudiante de arquitectura de apenas dieciocho años, se viene abajo al enterarse que está embarazada, a pesar de que Gerry, su chico, el amor de su vida, la apoya incondicionalmente.

Meses después, casi a punto de dar a luz, un millón de tulipanes rojos, un abultado sobre con dinero y un frío número de cuenta, le mostrarán una cruel realidad para la que no está preparada.

Con el paso del tiempo, años más tarde y en su nueva ciudad de adopción, una impresionante sonrisa y unos hermosos ojos azules la harán soñar de nuevo.

¿Logrará Helena volver a amar cuando aún no ha conseguido olvidar?

Una novela romántica repleta de pasión, drama y erotismo

OPINIÓN

Obviamente, cuando vi que era una trilogía, me preparé mentalmente para esperar un final dramático en el que terminaría enfadada bien con un personaje o bien con la pareja protagonista. Sin embargo, me equivoqué.
De hecho, he de admitir que estaba muy equivocada con respecto a lo que esperaba que este libro iba a ser puesto que las sorpresas empezaron casi desde el minuto uno con la estructura del mismo.
De entrada, la historia no es lineal. Y tampoco se centra en la historia de amor de Helena y Daniel, si bien esta ocupa buena parte del hilo argumental de la obra.
Lo que este libro nos cuenta es todas y cada una de las historias y ausencias de amor que han tenido importancia en la vida de nuestra protagonista, Helena. Una mujer, a la que he de reconocer que tengo una gran envidia porque, hombre que entra en su vida, hombre que se queda prendado de ella para los restos. ¡Quién pudiera!
Claro que, visto en pibón de mujer que la autora ha escogido para inspirarse... ¡cómo para no!

Como he dicho, Eva nos narra los amores de Helena, y por eso, la autora no puede empezar en la actualidad, sino que lo hace catorce años atrás, cuando, una jovencísima Helena con ansias de comerse el mundo y de convertirse en una arquitecta de prestigio, mantiene una relación con Gerard - lo siento, no puedo llamarlo Gerry porque me recuerda al gato de los dibujos animados -. Gerard es un chico más mayor que ella y que pertenece a una familia adinerada. Por eso, la madre de él no la traga. En realidad, en esta historia, las madres no son mucho de amar, de ahí que también conozcamos la primera gran ausencia afectiva en su vida.

Como no puede ser de otra manera, su relación se corresponde con la del primer amor. Eso sí, la profundidad de los sentimientos y sobre todo, los planes de futuros no son muy habituales para alguien de esa edad. Además, de manera no planeada, Helena se queda embarazada y, pese a que eso es un contratiempo para sus respectivos futuros - sobre todo el de ella - deciden continuarlo.
Esa relación hubiera ido a las mil maravillas... sino hubiera sido porque la madre de Gerard se mete por medio, chantajea a su hijo de alguna manera y, lo que me parece más ruin de todo, le fuerza a abandonarla por carta "regalándole" una cuenta bancaria para suplir los gastos que la niña pudiera necesitar.
Huelga decir que me enfadé, aunque más que con la madre, quien se veía que no la tragó desde el principio, con Gerard. Y mi furia para con él vino desde la incomprensión. No entendía cómo diciendo amarla tanto la dejara tan de repente. Y sobre todo, que fuera tan cobarde como para no hacerlo cara a cara. En cuanto al detalle de la cuenta bancaria... bien, tampoco me gustó porque parecía que la estaba comprando por el bebé. No me hubiera extrañado si Helena se hubiera sentido como una prostituta ya que yo lo sentí así.
Sin embargo, no puedo detenerme mucho más en criticarlo porque... me faltan datos. Muchos, en realidad. Es evidente que algo bastante gordo hubo de pasar para que Gerard dejara todo atrás. Pero, como no se volvió a poner en contacto ni con Helena ni con su hija... no sabemos nada más de él aparte de que vive en Nueva York y de que está soltero.
He de confesar que deseo fervientemente que en el segundo libro tenga su cuota de protagonismo y que sepamos desde su perspectiva qué fue lo que sucedió. Y bueno, como buena amante del drama que soy... que ponga a la pareja -por muy fan suya que soy- en un brete... tampoco estaría mal, porque hasta lo de ahora, Daniel no ha tenido una competencia seria.

No todo va a ser malo en la relación con Gerard porque, gracias a él, Helena tiene al gran amor de su vida: Beatriz, quien, como no puede ser de otro modo, al principio de la obra no tiene años y que en la actualidad tiene catorce años, si bien también es una niña muy madura y muy comprensiva con su madre. Asimismo es bastante inteligente e intuitiva, por eso está tan a favor a la presencia de determinados hombres en la vida de su madre, mientras que hay otros a los que simplemente, no traga. Es muy bonita la relación que ambas tienen y cómo, más que madre e hija, en numerosas ocasiones, son amigas.

Tras Gerard, Helena no está muy a favor de los hombres. Sin embargo, Beatriz unirá su vida irremediablemente y antes de lo que desea al de un nuevo hombre, Alberto. Como la historia está contada tipo flashback, la primera vez que salió no entendí la reacción "agresiva" de Daniel, ni la alegría de Helena por el reencuentro, si bien la noté algo incómoda con el mismo. Es al final del mismo cuando el lector descubre quién es y por qué es importante para ambas mujeres. Aunque, de nuevo siento que su historia está a medias. Por eso, en el segundo libro me gustaría saber si lograron hacer las paces y sobre todo, si él entendió que había llegado en mal momento a su vida y que, aunque hubieran iniciado una relación, esta estaba avocada al fracaso porque estaban en etapas diferentes.

Antes de Daniel, André era el hombre en la vida de Helena. Sinceramente, a medida que leía, me dio la sensación de que la ruptura con Gerad fue tan traumática para ella que, a pesar de que renegaba incansablemente de los hombres, lo cierto es que es una de esas mujeres que tampoco sabía estar sola. Por eso, a pesar de que no estaba enamorada de André y de que tampoco eran únicamente follamigos, no estableció en su larga relación unos límites bastante definidos. Por miedo a la soledad. Por otro lado, se convirtió en una madre joven y necesitaba vivir al lado de alguien una etapa de disfrute y sin complicaciones, que es justo lo que André le ofrecía.
Durante un tiempo la idea estuvo bien, pero hasta Beatriz se ha dado cuenta de que no es eso lo que su madre necesita y por eso, es reticente hacia él.
Las diferencias entre él y Daniel son abismales y por eso, Helena sufre, pero no sufre tanto como se supone que la pérdida de una pareja sea. Sin embargo, la idea de perderlo como amigo... eso sí que horroriza a Helena. Ese dato es la clave que nos aporta cómo ha visto, ve y verá siempre a André. Y él, quien se ha visto fuerte y seguro siempre, no se ha atrevido nunca a declararle sus sentimientos. Cuando ha querido hacerlo, ha sido demasiado tarde.
Sí que creo que la quiere de verdad y el hecho de que prefiera estar en su vida como amigo y socio, amén de que se alegre al verla enamorada... nos lo confirma.

Antes de la irrupción de Daniel, he de recalcar que, Helena tuvo otro proyecto de pretendiente encarnado en su entrenador de boxeo. Un hombre al que nunca ha visto como algo más allá, pero que, él, sin duda sí que está interesado en ella de otra manera... por eso no para de invitarla a cañas -y tirárselas, vaya- con escaso éxito.

Y por último, apareció el huracán Daniel. Un hombre que debe tener una mirada de lo más cautivadora y perturbadora. Y lo digo yo con total conocimiento de causa, puesto que tuve una pareja con los ojos grises. Una mirada en la que me encantaba perderme, pero que, al mismo tiempo, me daba algo de miedo cuando se fijaba en mí por lo poco habitual de la misma. Es así, como me imagino los ojos de Daniel y por eso, no tuve ningún problema en imaginar cómo se sentía Helena cada vez que este le miraba.
No obstante, he de decir que, por muy guapo que sea y por muy bonitos que tenga los ojos... el modo en que la conoció fue bastante similar al de un acosador. Si a mí una persona me manda mensajes como los que él envió desde un número desconocido... le bloqueo sin pensármelo y adiós muy buenas.
No hubiera sido un problema en conocerse ya que todo el mundo se ha dado cuenta del interés de él y, como es hermano de una de sus amigas... terminarían conociéndose "de modo habitual". A veces he de admitir que me provocaron escalofríos algunas de las decisiones que toma. Por ejemplo, lo de comprarse la casa y que ella lo decore como si fuera a ser para ella. Entiendo que tenga las cosas bastante claras para con ella, pero... si alguien te lo cuenta al poco de conocerte... asustaría a un porcentaje bastante grande de la población.

Al contrario que Helena, Daniel no ha tenido mucha suerte en el amor. Pero eso no es excusa para algunos comportamientos celosos y posesivos que ha tenido para con ella, sobre todo al principio de la "relación" cuando no tenían nada definido entre ellos. En realidad, ambos han tenido comportamientos tóxicos que deben cambiar porque, como pareja, me encantan.
Y cuando se juntan los cuatro -y son felices, como la canción de Maluma...- me enternecen.
Su historia de amor está muy bien desarrollada y a mí, personalmente, el hecho de que hayan esperado mucho para intimar -sexualmente, porque en otros aspectos, lo hicieron desde el minuto en que se conocieron- me ha parecido muy bien. Así se han marcado diferencias con respecto a otros hombres e imagino que Bea, con sus dotes adivinatorias, lo ha captado también, de ahí que no haya puesto pegas. Amén de que creo que, la idea de hacer de hermana mayor no se le había pasado por la cabeza, pero una vez conocido a su posible hermano... está encantada.

Espero sinceramente que esta pareja merezca el final feliz que merecen. Y sobre todo, que Helena deje de comparar de forma inconsciente a todos los hombres con Gerard, puesto que eso solo le traerá infelicidad. Asimismo, que se reencuentre con el padre de su hija y que así conozca de una buena vez qué sucedió hace catorce años, a pesar de que eso pueda causar dolor y problemas a los Dalena -sí, ya les he moteado como a las celebrities- . Al mismo tiempo, deseo de corazón que Gerard no revuelva las agua, acepte que su tiempo ya pasó y no se comporte como un perro del hortelano tardío y que, en definitiva, que pase página implicándose en la vida de Beatriz como su padre que es. 
De lo contrario, creo que Helena no encontrará nunca su felicidad.


Por lo pronto, solo puedo recomendaros la lectura de este libro.
¡Ah! Huelga decir que estoy deseando leer esa segunda parte, la cual por suerte ya está publicada...


¡Nos leemos pronto!


Como complemento, este libro incluye una playlist. En su formato electrónico, en determinados capítulos encontrarás enlaces a dicha lista de reproducción para poder disfrutar de la música que escuchan los protagonistas en cada momento (solo en dispositivos compatibles).

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