Ragdoll (muñeco de trapo) de Daniel Cole

¡Buenas tardes!

El libro del que os voy a dar mi opinión hoy se cruzó en mi camino de manera inesperada. Todo se 
debió a Instagram, donde leí que Lucy Hale participaría en la serie que comenzará a rodarse en breves, basada en este libro.

Mi curiosidad se disparó, sobre todo tras leer la sinopsis. Y, aunque mi pila de pendientes continúa engrosándose, no pude resistirme y pedirlo prestado de mi biblioteca para intentar descubrir quién era el asesino en esta historia.

En este post os cuento qué tal me fue.

Pero antes, os dejo con la sinopsis y después, con mi opinión sobre Ragdoll de Daniel Cole.

SINOPSIS

«Ragdoll, el muñeco de trapo» es el nombre con el que los medios sensacionalistas han bautizado al macabro hallazgo en un piso vacío de Londres. Cuelga del techo mediante unos hilos, apunta con un dedo hacia la ventana y está hecho con «retales» de seis personas, cosidos para formar un solo cuerpo del que solo han podido identificar la cabeza. ¿Quiénes eran las otras cinco víctimas? ¿Y por qué el dedo del Ragdoll señalaba hacia el apartamento de enfrente, donde vive el detective William Fawkes, alias Wolf?

Casi inmediatamente después del macabro hallazgo, el asesino hace llegar a la prensa una lista con sus seis próximas víctimas y el día en que las matará.

El detective y su equipo, presionados por sus superiores y acosados por la prensa, deben descubrir por qué fueron asesinados y que tienen en común para desenmascarar al culpable antes de que cumpla su amenaza.

Un malévolo juego del gato y el ratón con un asesino que desafía a la policía y un país entero que contiene el aliento... Y es que esa mente perversa siempre va un paso por delante.

Un peligroso desafío en el que es imposible no involucrarse.


OPINIÓN

Peliculero.

Ese es el adjetivo que, en mi opinión, mejor describe este libro.

No me lo toméis a mal, pero, mientras lo leí, pude imaginármelo como una película. Después me enteré de que, efectivamente, el libro estaba planeado para ser un guion, de ahí que despierte la imaginación del lector de manera tan sencilla e inmediata.

Como todo buen libro del género, el ritmo es trepidante, pero de nuevo, desde el minuto uno - página, en este caso - me reafirmo en lo de ser películero porque, sinceramente, no veo plausible que un policía en desacuerdo con el veredicto de un jurado popular, se tome la justicia por su mano y, en medio del tribunal de justicia de Londres, le dé una soberana paliza.

Del mismo modo que, tampoco me creo que, la policía para la que trabaja lo readmita sin más.

Eso es lo que sucede al protagonista de este libro, apodado Wolf.

Como es lógico, es evidente que tiene problemas de control de la ira y de gestión de disciplina. Asimismo, es un adicto al trabajo y, en muchas ocasiones, este le obsesiona. Sus compañeros y demás personas que le rodean y quieren - entre ellas, su exmujer, quien es periodista y por tanto, tendrá un enorme protagonismo en la historia también - temerán de que la historia se repita con el caso de Ragdoll. Sobre todo desde que se descubre que la cabeza de ese muñeco pertenece al asesino al que él le zurró lo más grande.

Pero Ragdoll no es un cadáver al uso porque está compuesto por partes del cuerpo humano de seis personas diferentes. En apariencia, sin relación, aunque más tarde se descubrirá que sí. Spoiler: no es quien parece.

Para hacer las cosas aún más interesantes, tras el descubrimiento de este Frankenstein cadavérico, se publica un listado de otros seis nombres de personas que tienen que morir junto a las fechas en las que sus vidas llegarán a su fin. Como no podía ser de otra manera, será la periodista la encargada de hacerlo.

Olvidé mencionar que la última persona de ese listado es, ni más ni menos que el propio Wolf.

Desde ese momento, se inicia una carrera doble ya que, la policía tiene que descubrir las identidades del Ragdoll y averiguar si hay relación entre ellos mientras que, al mismo tiempo tienen que impedir las muertes de las seis nuevas personas de la lista. Sobre todo, porque si una sobrevive, la cadena de homicidios se rompe.

Me ha gustado mucho ver cómo se desarrollaban estas dos carreras contrarreloj y sobre todo poder leer el crecimiento de los policías investigadores del caso. Al mismo tiempo, me ha gustado saber cómo un caso tan importante como este les iba afectando también personalmente. Y también, aunque suene sádico, me ha gustado leer lo original de las muertes de algunas de las seis personas de la lista. Mi favorita, y al mismo tiempo, la que más miedo me ha dado ha sido la del alcalde. Como persona asmática que soy, juro que jamás volveré a mirar un inhalador de la misma manera.

Dos únicos aspectos negativos en lo que se refiere a este libro:

- El final: Si bien parecía un cierre y un círculo perfecto terminar donde todo comenzó, me pareció descafeinado y sobre todo, no me gustó la manera en la que Wolf escapa de todo el caso.

- El asesino: En un libro de este género, el héroe es muy importante, pero su antagonista - sobre todo, si está a su altura - ha de serlo mucho más. Esta característica no se cumple con el asesino tras el Ragdoll porque es una persona anónima que no tiene ningún tipo de relación directa con Wolf.

Para lectores como yo, si ya es de por sí difícil intentar averiguar la identidad cuando está más menos "claro", si el elegido carece de importancia y no interactúa de manera directa en ningún momento en el libro, la dificultad es aún mayor. Y en mi caso personal, me enfada.

Como debut literario, he de decir que no está mal, aunque no terminó de conquistarme. Eso sí, he visto que el autor ha publicado otra obra. Libro que deseo leer para ver si ha mejorado o cambiado estos aspectos en los que creo que ha flojeado.

Y sobre todo, para ver qué ha sido del inspector.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Only work, no play de Cora Reilly

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno