Petricor de Nuria Pérez Bachiller

¡Buenas tardes!

El que avisa no es traidor, sino avisador y por eso, como dije en el post anterior, este y alguno de los 
precedentes se corresponderán con libros viajeros. A ese pequeño subgrupo quiero añadir además el de las lecturas conjuntas pues me he animado a hacer un par de ellas y como sospecháis, correcto. También coinciden en espacio y tiempo.

Sin embargo, eso es otra historia y hoy he venido a contaros mi experiencia con el segundo de los tres libros viajeros que cayeron en mis manos a la vez. En este caso se trata de Petricor, escrito por Nuria Pérez Bachiller, una chica de la que no había leído nada anteriormente y que precisamente, ese, junto al título -que llamó poderosamente mi atención- fue el motivo para que me decidiera a leérmelo.

Sin más, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Petricor de Nuria Pérez Bachiller.

SINOPSIS

Lidia, una joven independiente y un poco alocada, está ciegamente enamorada de Erik, su novio, pero no es correspondida como a ella le gustaría. Mientras lucha por afianzar su relación, comienza a conocer a Alain, su jefe, un atractivo chico con un comportamiento muy distinto al de Erik, lo que hará que Lidia se replantee muchas cosas, aunque no siempre todo es como parece.

Llegará un momento en el que nuestra protagonista tenga que decidir quién es su verdadero amor. ¿Le será fácil tomar esta decisión? ¿Quién será el elegido?

Si te gusta la etapa de las mariposas en el estómago, el coqueteo y los fuertes deseos, esta es tu novela. Disfruta con situaciones y conversaciones cotidianas que le podrían ocurrir a cualquier persona


OPINIÓN

Antes de comenzar, me gustaría decir que el título hace referencia a un olor muy específico cuya descripción pocos conocen, pero que a mí me parece una palabra preciosa. Incluso, reconozco que la primera vez que la escuché pensé que hacía referencia a un pájaro.


Esta breve y tierna historia narrada en primera persona nos hará conocer a muchos personajes. Sin embargo, tres son los principales: Lidia, la narradora, Erik y Alain.
Lidia cree que los días de lluvia pasan cosas especiales puesto que así se lo dijo su padre y yo no puedo estar más de acuerdo. Solo que en mi caso, el hecho especial que ocurre siempre es que termino bañada en agua y barro porque piso un baldosín sorpresa que me arruina la ropa.
Algo parecido le ocurre a ella casi al inicio de la novela, solo que en su situación hay un invitado especial, que termina revelándose por ser Alain, su nuevo jefe.
A Alain lo conoce en la entrevista de trabajo para la empresa de publicidad y organización de eventos para la que ha sido llamada a una entrevista. Y descubre las dos identidades que posee con poco tiempo. Además de eso, ya desde el primer encuentro se ve que hay cierto feeling y química entre ellos.
Todo correcto hasta ahí, sino fuera porque Lidia tiene novio. Bueno, follamigo como él se denomina. Un hombre que responde al novio de Érik. He de decir que tuve un mal presentimiento con este personaje desde su presentación. Y que estos se cumplieron cuando vi su inmadurez, su propia baja autoestima a pesar de tener un gran éxito entre las mujeres y tener un cuerpo muy trabajado por ser profesor de Educación Física y su carencia de confianza hacia su pareja.
¿Sabéis de ese tipo de hombres que como amigos muy bien pero como novios son pésimos? Érik es la encarnación de todos ellos.
O ¿ese tipo de relaciones donde solo una de las partes está muy enamorada y soporta carros y carretas con la esperanza de que la otra persona cambie y se dé cuenta del partidazo que tiene al lado? Este es ese tipo de pareja.
Adivinad vosotros quién es el sufridor.

Huelga decir que no se va a tomar nada bien esta competencia inesperada. Sin embargo, diré a su favor que tiene un buen arco argumental y que al final se redimió algo a mis ojos. Supongo que se dio cuenta de verdad de cómo eran las cosas y sobre todo, empezó a quererse y a estar más a gusto consigo mismo, lo cual se reflejó en su actitud y comportamientos con el resto de personajes.

Como es lógico, la atracción entre Lidia y Alain se va acrecentando a medida que pasan los días y tienen que ir pasando más tiempo juntos. Pero, a la existencia de Érik se le han de sumar otros obstáculos como Nico -menudo cerdo mentiroso-, Pilar, la novia de Alain -personaje que encarna numerosos clichés literarios y que es el estereotipo clásico de pija estirada, pero no por ello menos odiable- y sobre todo, que las relaciones personajes dentro del ambiente laboral están prohibidas. Y ellos son jefe y empleada...vamos, que les crecen los enanos.


Sin embargo, cuando el amor es más fuerte que todos los obstáculos, estos se superan con más o menos facilidad. Y digo esto porque hubo una parte del libro en que ambos me tuvieron sufriendo como Geno a causa de las decisiones equivocadas que tomaron y sobre todo, por no querer hablar las cosas en privado y una vez pasado un tiempo prudencial. Y esto lo digo con conocimiento de causa pues, como Tauro que soy, en caliente embisto todo y necesito después mi tiempo -a veces más, a veces menos- para pensar las cosas con calma y retomar el asunto.

Solo un par de cosas que no me han gustado demasiado del libro:

- Cuando Alain en cierta manera "obliga" a Lidia a tomar una decisión. Entiendo que el hombre está desesperado, pero no es buena idea meter prisas a la hora de tomar decisiones. Especialmente cuando estas son tan importantes porque, generalmente, bajo presión, aquellas que se toman suelen ser equivocadas. Además de que tampoco me gustó que lo hiciera porque fue un rasgo de la personalidad bastante diferente a la que había mostrado. Al hilo de esto, no debería escudarse en el alcohol para hablar con valentía puesto que tiene una lengua bastante viperina. En ese momento en particular, si yo hubiera sido Lidia, la hostia se la hubiera dado.

- El final: No digo que no me guste, porque me ha encantado. De hecho, el tema de la estrella me parece precioso y como dice la canción, lo quiero para mí. Sin embargo, el precioso discurso final me ha parecido precipitado porque no había dado el más mínimo síntoma de estar a favor de ese paso en determinada dirección. Y relacionado con esto último, si bien me gustó saber qué pasó con ellos pasado un tiempo, su final cerró un círculo pero fue narrado por encima.

- ¡Ah bueno! Esto ya es personal, personalmente no me gusta Melendi y en ese sentido, comparto la opinión que Lidia tiene al respecto de él.

Quitando estas últimas cosas del final, os recomiendo su lectura porque durante buena parte del libro tendréis una sonrisa en la boca, viviréis diferentes estados de ánimo para las pocas páginas que tiene y, como es cortito, os durará un suspiro.


¡Nos leemos pronto!


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