Un te quiero no es para tanto, un te amo es para siempre de Ángela Martínez

¡Buenas tardes!

El libro del que os presento la reseña hoy se trata de una novela que gané en un sorteo organizado por 
la  propia autora, a la cual agradezco enormemente el envío del ejemplar acompañado muy bien de los numerosos marcapáginas. los cuales he de decir que colecciono y que nunca me vienen mal.

A riesgo de resultar repetitiva, este también es otro de los libros que se han visto afectados por el primer examen oficial no esperado de la Administración y los sucesivos oficiales detrás. En realidad, he de confesar que, como es una historia breve, me la leí como premio tras terminar uno de ellos puesto que mi cabeza necesitaba un break. Sin embargo, no ha sido hasta que he podido estar más libre cuando me he puesto manos a la obra con la reseña.

Por eso, aquí os dejo con la sinopsis y mi opinión de Un te quiero no es para tanto, un te amo es para siempre de Ángela Martínez.

SINOPSIS

Roberto es un abogado de treinta ocho años que pierde a su mujer como consecuencia de una grave enfermedad. Decide darle un giro a su vida y deja la abogacía para dedicarse plenamente a criar y disfrutar de sus hijas. Un par de años después recibe una llamada que le hace replantearse volver al trabajo. Una cena importante y una canguro que no puede ir. El caos se desata cuando esta le pide a su amiga Rosa que la sustituya esa noche, sabedora de que encajará a la perfección con las niñas y con el? ¿padre? Una vida nueva para Rosa y Roberto está por llegar. Tres cartas, un nuevo trabajo, un jefe comprensivo y sobre todo? ¿un nuevo amor?

OPINIÓN

Esta es una historia breve en la que se narra la historia de amor entre Rosa y Roberto. Una historia que no pensé que se desarrollaría de este modo porque, en cierto sentido, la sinopsis me despistó.

¿Por qué digo esto? Porque Rosa, la protagonista de nuestra historia no es para nada como me la había imaginado. Y es que al leer que hacía de canguro de último momento, la imaginé como una chica desempleada. Y precisamente esa escasez económica era la que le había obligado a aceptar el cambio. Pero para nada es así, porque es una de las abogadas de más éxito del bufete de su padre y jefe. Tras ese descubrimiento entendí por qué se lo describía como comprensivo.

Por otro lado, Roberto... a Roberto me lo imaginé como el cásico viudo que vive con el recuerdo perenne de su primera mujer, cuya pérdida aún no ha superado. De hecho, pensaba que ese iba a ser el gran conflicto entre ambos. Es decir, que él no fuera capaz de debatirse entre el nuevo amor hacia Rosa a causa de los remordimientos que le provoca volver a enamorarse, puesto que así le sería "infiel" a ella. En parte es así, sin embargo, me alegró descubrir que, de nuevo me había equivocado en mis prejuicios para con los personajes.

Mentiría si dijera que no me sorprendió lo rápido que ocurre la primera vez que tienen relaciones sexuales, sobre todo porque no aprecié nada de interés por ambas partes en este primer encuentro. Aunque, dadas las páginas del libro, y sobre todo, la importancia de la subtrama -especialmente en el conflicto- lo entendí todo mejor.

Una subtrama que, de nuevo, fue una verdadera sorpresa y que está muy relacionada con el trabajo de Rosa y lo crack que es. El personaje de Sergio está loco pero leda una vidilla espectacular. Eso sí, tiene un punto débil y es que enseguida se sabe quién es su cómplice. No lo critico, pero para alguien que es absolutamente inútil a la hora de descubrir asesinos en novelas negras... me decepcionó en el buen sentido de la palabra.

Aparte de eso, no le puedo poner pegas a la inclusión de este personaje en el argumento del libro. Especialmente porque, gracias a él, la tensión perdura hasta casi el final del mismo.

Como puntos fuertes del mismo he de destacar el lenguaje coloquial de algunos de los personajes, sobre todo de Rosa y sus amigas. Habrá quienes pensarán que le resta calidad a la literatura, sin embargo, yo lo agradezco. No solo porque me he reído muchísimo en ocasiones con algunos comentarios, sino porque así me ha resultado más fácil empatizar con ellos.

Un segundo punto fuerte es la relación de Rosa con las niñas de Roberto. Sí, es cierto que ambas son un amor, pero el buen rollo y el feeling entre ambas se aprecia desde el minuto cero. Y el momento de niña a mujer.. bien, he de decir que me sentí plenamente identificada con Paula. Pero claro, se llama como mi madre y era más fácil quererla.

Hablando de madres, me ha encantado el hecho de que, a pesar de que Sandra ya no esté, forma parte de las vidas de la familia. Y sobre todo, el detalle de las cartas me ha parecido precioso.

Y un tercer detalle que me ha gustado ha sido el modo tan original en el que la autora agradece al resto de escritoras que la han apoyado en su empresa y andadura de creación. Una tiene sus preferencias y, en mi caso, el recurso de la metaliteratura, siempre está entre mis preferidos.

Hasta aquí lo bueno, sin embargo he visto un punto negativo. Además de que me chocó el temprano "inicio" de la relación de los protagonistas, la actitud de Roberto en la discusión que provoca un punto álgido -malo- entre la pareja. Entiendo sus motivaciones y sobre todo, sus miedos -más tras lo sucedido con Sandra- sin embargo, no me pareció un comportamiento nada maduro para una persona de treinta y ocho años.

Dicho esto, recomiendo su lectura porque es un libro idóneo para verano donde hay mucho amor y tensión a pesar de tener poco más de 200 páginas.

¡Ah! No quiero terminar este post sin hacer mención al título. No voy a hacer spoilers, pero... creo que podéis haceros una idea de quien o quienes son los que pronuncian esta frase.

Pistita al respecto: hay happy ending y un gran qué pasó después  

¡Muchas gracias a Ángela por el envío del ejemplar y lo bien acompañado que estuvo con tantos marcapáginas!

¡Nos leemos muy pronto!

 





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