Quererte no es solo cuestión de suerte de Kate Eberlen

¡Buenas tardes!

El post de hoy está dedicado a un libro que compré hace mucho tiempo, principalmente por su precio:
5'95 €. Una ganga, vaya. Además, si bien la portada no es la más bonita que haya visto en mi vida - de hecho, el dibujo es pelín raro- hay algo en ella que llama la atención en el buen sentido de la palabra.

Es la primera vez que leo la pluma de la autora. Básicamente porque solo se ha publicado en inglés -si bien eso no es un problema-, pero tras conocerla, he de decir que me gustaría leer más libros suyos traducidos al castellano. Así que espero que este sea el primero de muchos.

No quiero entretenerme mucho más en la introducción y por eso, os dejo aquí con la sinopsis y mi opinión al respecto de Quererte no es solo cuestión de suerte de Kate Eberlen.

SINOPSIS

Tess está en Florencia apurando las vacaciones antes de empezar la universidad. Gus también está en Florencia de vacaciones, pero lo único que desea es escapar de todo. Durante un fugaz segundo, sus vidas se entrecruzan y en los siguientes dieciséis años todo parece indicar que están predestinados a no conocerse… ¿O quizá sí?
Las potentes voces de los dos protagonistas, narradas en primera persona, nos guían a través de sus vidas por separado pero en ellas siempre viven experiencias similares, durante más de dos décadas de tragedias, felicidad y experiencias únicas. Ellos son los irresistibles protagonistas de la mayor historia de amor de su generación.
«Se cruzan, se intuyen, se oyen. Sin embargo, a veces tienen que pasar veinte años para reconocer al amor de su vida.»

OPINIÓN

Antes de nada, quiero comenzar este post diciendo que, este libro desde el inicio tenía bastante ganado conmigo. ¿Por qué? Porque la acción transcurre en Florencia, mi ciudad favorita de Italia e Inglaterra, un país que también adoro. Así que a mí no me echaron hacia atrás las casi 600 páginas de libro.

Este es el libro de la historia de amor de Tess y Gus, quienes se conocen durante un pequeño instante en Florencia cuando son adolescentes. Este encuentro les cambiará la vida porque, sin saberlo el uno ha conocido al amor de la vida del otro. Sin embargo, fue tan breve - casi podría decirse fortuito- que ninguno de ellos se ha dado cuenta.

Por eso, hasta que se vuelven a encontrar bastante tiempo después, la vida les pone en el camino a personas y piedras que dificulten ese reencuentro. Cinco partes en este libro narrado a dos voces, las de los protagonistas: Tess y Gus.

Y aquí la autora lanza la primera pregunta a responder ¿reconocerías al amor de tu vida a pesar de tu edad y de que el primer encuentro entre ambos sea brevísimo?

Ellos dos personajes que, comienzan siendo adolescentes pero que ya desde el minuto uno sabemos cuán diferentes son las vidas de uno y otro: mientras que Tess está haciendo el Interraíl con su mejor amiga, Gus está viajando con sus padres a todo trapo y lujo como modo de liberar sus penas. Un Gus que ya siente la presión familiar con respecto a su futuro y que, en cierto sentido, es un cobarde, priorizando lo que otros quieren por encima de sus propios deseos.

Estas circunstancias que demuestran que el dinero no da la felicidad, si bien es cierto que la tragedia les ha golpeado duramente.

La tragedia es otro punto en común que Gus tiene con Tess porque, si bien no tan rica como él, poco a poco el lector descubrirá el motivo por el cual está haciendo el Interraíl y las duras circunstancias por las que está haciendo el viaje. Ella quiere estudiar Bellas Artes y ya tiene su futuro trazado.

O tenía, porque la vida es imprevisible y puede cambiarte para bien o para mal en un instante y finalmente no puede ir: ha de hacerse cargo de su casa y cuidar de su hermana pequeña Hope, una niña bastante especial puesto que tiene síndrome de Asperger. Un tema que aplaudí a rabiar cuando lo vi incluido en él ya que no es muy habitual . Al mismo tiempo hace un recorrido por la diagnosis de la enfermedad -más reciente de lo pensaba - y narra de manera extraordinaria cómo afecta a todos los aspectos de la vida de la persona que se hace cargo de ella. Huelga decir que me encantó la relación entre las dos. Y que su pareja, si bien sabía que no era el indicado para ella, se merece un monumento por cómo gestiona todo.

Si hubiera ido a la universidad... hubieran terminado conociéndose. De nuevo, el destino casi marca un gol con ellos. Ha salido rozando el palo. Gus por su parte se siente cómodo en su infelicidad y trata de encauzar su vida dentro de la normalidad. De nuevo, volvemos a darnos cuenta de que no tiene ningún tipo de vocación por la medicina, aunque sí por la cirugía. Culinaria, en su caso porque tiene un don para la cocina y el dibujo. Sin embargo, su falsa vida termina explotándole en cara y se revelará como una mala persona.

Creo que, a pesar del matrimonio y la familia que forma, Gus no es feliz en el terreno amoroso hasta que se encuentra con Tess. Por eso, lo sabe y no pierde el tiempo en hacérselo saber y por comenzar ese viaje tan particular hacia la felicidad.

Sí que creo que Tess lo fue -al menos en una etapa de su relación - y si bien, no me gustaron algunas de sus otras elecciones amorosas... queda bien claro que necesitaba vivir un tipo de amor sexual adolescente fuera de tiempo -ya que no lo vivió en su momento - y que su pareja lo tuvo bien fácil para aprovecharse de su ingenuidad y desconocimiento.

En esta historia de idas y venidas - con más encuentros en el camino aunque sin interactuar directamente- hemos de esperar hasta la parte cuatro de cinco para que, de nuevo, tengan una conversación directa. ¿El lugar? Un concierto de los Rolling, lo cual es espectacular y demuestra su capacidad de unión y la capacidad sanadora de la música; muy necesaria en el caso de ella porque, cuando su hermana Hope es independiente y ha podido -y sabido- ocupar su lugar en el mundo, dejándola con la libertad de poder decidir cómo quiere vivir su "nueva" vida de independencia... la tragedia vuelve a golpearla, uniendo su destino al de su madre.

Y así llegamos a la parte cinco, la más corta que transcurre en la Toscana. Sí, la región italiana en la que se encuentra Florencia. Pensaba que me iba a resultar insuficiente, pero he de tragarme mis palabras porque el destino gana en esta última parte y me ha demostrado que, cuando el amor es de verdad, es como si el tiempo se parara y además, se toman decisiones que podrían parecer una locura para los no conocedores de la historia pero que tienen todo el sentido del mundo para los protagonistas. Sí que es verdad que dieciséis años me parecen muchos para alcanzar la felicidad y la plenitud amorosa, aunque también creo que necesitaban haber vivido todo lo que les había pasado para estar listos, encontrarse y amarse.

Aviso, el final es abierto, pero yo lo imagino feliz, valiente y muy duradero.

Me ha gustado mucho este libro, ha sido más de la clásica historia ligera que esperaba y por eso os recomiendo su lectura.

Congratulations, Kate!

¡Nos leemos pronto!



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