No digas nunca jamás de Olivia Ardey

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela muy reciente. Tanto es así que se trata de una de 
las cajitas del mes de septiembre de la editorial Versátil a la que suelo comprar muchas de ellas porque me parecen una preciosura.

Esta en particular la esperaba desde hace tiempo, no solo porque debía haberse publicado antes, sino porque hacía mucho tiempo que no leía nada de la autora. Así que en cuanto se abrió la preventa... para mí y al día siguiente llegó a casa acompañada de un par de marcapáginas de las novelas de la editorial -incluyendo el de la novela- unas chucherías que ya no existen en este mundo y una libretita. Un regalo idóneo en este caso porque la protagonista suele llevar consigo un cuaderno para elaborar listas de ideas y planes.

Una vez explicado cómo llegó la novela a mis manos y lo que esta contenía, no me entretengo mucho más y por eso, os dejo con mi la sinopsis y mi opinión de No digas nunca jamás de Olivia Ardey.

SINOPSIS

El día que Madelyn Ward cometió la locura de saltarse las normas, se convirtió en la perfecta chica caída en desgracia. En boca de todos y culpable de un terremoto familiar, huye a Nueva York para camuflarse entre la multitud. Con un nuevo trabajo en una ciudad que detesta, solo le faltaba tropezarse con el hombre más inaguantable del planeta.
Dicen de Gabriel Brooks que nació con una calculadora en lugar de corazón. Dueño de uno de los grandes grupos empresariales del país, nadie se atreve a desafiarlo y su palabra es ley. Hasta que se cruza en su camino una mujer imprevisible que da curvas y giros a su rectilínea existencia.
No creas que lo sabes todo sobre el amor. A veces puede resultar una broma del destino.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, diré que he devorado este libro. Tanto, que me duró tres horas a lo sumo. Es habitual que los escritores se den buena publicidad a sí mismos para captar más lectores entre el público potencial - de nuevo, yo soy la excepción que confirma la regla con los escritos que tengo por ahí-. En su caso, uno de los adjetivos que usa para describirse es adictiva y, en este caso - al menos conmigo- se cumplió a la perfección porque hacía tiempo que un autor no despertaba en mí este ansia voraz lectora. Puede que influyera también -o no- que hacía mucho tiempo que esperaba este libro o que, si bien no he leído toda la obra de la escritora, las que sí han pasado por mis manos me han gustado mucho, pero... el resultado fue ese. Y que la novela me duró un suspiro.
Así que, enhorabuena Olivia.

Un aspecto que me gustaría destacar del libro es la portada. No solo porque me parece preciosa y muy colorida sino porque es la primera vez que observo que la han usado como un más allá del epílogo y me parece una idea brillante. Así que, en este caso felicito a la editorial y al diseñador o diseñadora de la portada. Eso sí, he de confesar que mientras iba leyendo las páginas del libro no conseguía imaginar el motivo por el cual habían decidido escoger ese diseño.

Por último, el título de la novela también merece un comentario aparte porque es una "revisión" de una frase de advertencia bastante clásica que forma parte del saber popular. Me refiero por supuesto al nunca digas nunca. Y, si bien creí que se referiría a Madeleine, considero que su aplicación casa más con Gabriel.

Entrando ya en materia de opinión, esta encantadora novela nos narra la historia de amor entre Madelyn y Gabriel. Una historia que resultó ser bastante diferente de lo que había imaginado influida por el título y la sinopsis. Confieso que creí que se trataría del clásico cliché de enemies to lovers ambientado en una oficina y sin embargo, me resultó bastante agradable descubrir que estaba equivocada.

Oficina hay, eso sí. Pero los protagonistas fueron más de lo que había esperado. De la pareja destacaría a Madelyn, a quien identifiqué enseguida como la clásica dama sureña americana. Admito que ahí el vestido de la portada ayudó mucho a que la viera como una Doris Day contemporánea -al menos en su forma de vestir- pero que para nada es así. Aplaudo mucho que la haya utilizado para denunciar el machismo de la sociedad contemporánea, sobre todo en las pequeñas poblaciones. Especialmente cuando ocurren situaciones como la protagonizada por ella y en la que dos personas fueron las implicadas y sobre todo, una de las mismas es la que tiene pareja.
Sin embargo ¡sorpresa sorpresa! es la parte femenina la que aparece vilipendiada como si de un demonio se tratase.
Me ha gustado mucho su personaje porque es muy valiente. No solo porque rompe -¡y de qué manera!- con la imagen de dama perfecta que tuvo que fingir durante mucho tiempo y prioriza su felicidad sobre su imagen pública, también es muy valiente y, aunque aterrorizada por las numerosas situaciones a las que ha de enfrentarse sola, siempre decide plantarles cara con una sonrisa además, puesto que la considero una optimista nata. Asimismo, es una persona muy terrenal y sentimental -curioso porque suele manejar asépticos números- maestra en el manejo de los tiempos, sobre todo en lo que a Gabriel se refiere. Y eso creo que es justo lo que él necesitaba.

En cuanto a Gabriel... he de decir que me sorprendió porque me lo imaginé como el clásico tirano obsesionado con su trabajo que trata fatal al resto de trabajadores de su empresa pensando equivocadamente que, al igual que él, no tienen vida más allá de la oficina. Mini spoiler: no es así.
¿Por qué digo que el título se aplica mejor a él que a ella? Porque resulta paradójico que, para ser el protagonista de una novela de amor, no tenga una buena relación con el sentimiento - en realidad, ninguno de los dos ha sido especialmente afortunado en este temas y no sepa cómo gestionarlo.
Ese es el motivo por el cual el pobre la caga una y otra y otra vez en su relación sentimental con Maddie - a destacar cuando la lía para que le organice la boda -. Y, si bien al principio he de confesar que me enfadaba, al final me provocó ternura porque no era malo, simplemente no se daba cuenta del mal que hacía. Y seamos sinceros, ¿cuántas veces nosotros mismos hemos causado mal a otra persona cuando nuestras intenciones eran buenas?
Es por eso que me ha gustado tanto ver cómo poco a poco se iba dando cuenta de todos los errores que había cometido en su relación con Maddie, la cual se construye casi por el tejado. Aunque, destacaría sobre todas las cosas que haya encontrado a la horma de su zapato en ella y que por eso, una vez se da cuenta también decide ser valiente y demostrarle lo que siente por ella sin ser pesado o egocéntrico pensando antes en sí mismo sin contar con ella sino que da un giro de 360ºC y decida amoldarse y ajustarse a sus necesidades respetando sus tiempos.

Su evolución tanto individual como de pareja es, como digo encantadora, muy bonita y sobre todo no muy habitual. Y para muestra solo hay que ver el modo en que se conocen. Asimismo, agradezco que no haya habido terceras personas que malmetan entre ambos y que sean ellos mismos los encargados de cagarla y solucionar los problemas al estilo Juan Palomo.

No puedo dejar de prestar atención tampoco a las subtramas y personajes secundarios porque también son puro amor. De hecho, esa es la palara que mejor definiría y describiría a toda la novela -y sí, sé que no es muy habitual al tratarse de una novela romántica-

Con la historia de Alma -otro personaje con una gran evolución- no solo relata las condiciones de un trabajador -aunque también puede aplicarse a un becario- al llegar a una nueva empresa, sino que también critica los distintos tipos de jefes, supervisores y/o superiores que te puedes encontrar en el camino, los cuales se suelen comportar más como los de la novela y no por su bondad y/o acercamiento. Incluso denuncia el mobbing, el cual desgraciadamente cada vez es más habitual.

Alma es una gran fan de Juego de Tronos -gusto que le hizo ganar muchísimos puntos a mis ojos desde el inicio- amiga leal con las personas que conoce y con ella Olivia también nos recuerda que la amistad entre personas de distintas edades y sexos es posible. No solo eso, sino que además deja entrever que es muy necesaria para alimentar el alma y aumentar la sabiduría de cada uno de los miembros del diverso grupo. La contrapartida de esta peculiar pareja de amigos es el señor Brooks, Casper, para los amigos -sí, como el fantasma- con quien nos recuerda de forma velada lo solos que suelen encontrarse los ancianos en esta sociedad contemporánea y que al final, no importa el dinero que alguien posea puesto que el ideal de felicidad general es que alguien nos quiera.

Volviendo a Alma, además de sensible -creo firmemente que los músicos tienen una sensibilidad especial - también es valiente y su uso para introducir las nuevas formas de encontrar el amor en nuestro tiempo me ha parecido muy acertado. Huelga decir que yo pensé que el sargento del que se enamora era un catfish -incluso llegué a pensar que el abuelo se estaba burlando de ella- pero... me alegré muchísimo de que tuviera su final feliz también. Amén de que disfruté muchísimo cómo se fueron enamorando, demostrando así que no hace falta incluir escenas de sexo entre una pareja para que esta nos haga suspirar.

Este libro tiene de todo -creo que ha quedado claro - y por eso creo que, independientemente del género literario que suelas leer más, te va a gustar.
Por otra parte confirmo que la publicidad con respecto a Olivia no es para nada engañosa, solo bastante acertada descriptivamente. Tanto, que ya tengo ganas de leer su próxima novela. Aunque como sé que no hay fecha para la misma, me conformaré con las publicadas con anterioridad.
O con otras cajas literarias de la editorial

Por supuesto, os recomiendo encarecidamente este libro.

¡Nos leemos pronto!

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