Susto o muerte de María Ferrer Payeras

¡Buenos días!

La entrada del post de hoy está dedicada a una novela que le compré directamente en un pack de oferta

de verano que personalicé acorde a mis gustos porque, una de las novelas del mismo ya la había leído y la otra llegará a mi casa pronto porque formo parte de su libro viajero.

No sé vosotros pero a mí no me gusta abandonar un libro viajero sin que tenga un motivo de peso, así que por eso, hablé con la autora personalmente y lo modificamos. Además, eso me dio la oportunidad de hacerme con mi querido Mackenna -un señor highlander que me enamoró y entró en mi top tres de escoceses de las Tierras Altas preferidos- en papel.

Así que fue un win win. Sobre todo porque el paquetito lleno de estrella llegó con unos detalles inesperados que me encantaron: una mini libretita ideal para meter en cualquier bolso y sobre todo, un boli de madera rematado con un corazón que, precisamente, me enamoró a primera vista de tan precioso como es. Me gusta tomar notas de las reseñas en boli rojo, pero... cuando llegue su viajero lo subrayaré con él y así todo quedará en casa.

Aprovecho para darle las gracias a María por el envío con misterio en el remitente incluido. Creo que se sobrentiende, pero, huelga decir que no es la primera vez que leo la pluma de la autora, pero, por si acaso lo remarco aquí y ahora.

Dicho todo esto, no me entretengo más y procedo con la sinopsis de Susto o muerte de María Ferrer Payeras.

SINOPSIS

Desear la muerte de mi jefe se había convertido en algo normal. En eso iba pensando cuando entré en el Molly Malone. Esa noche había salido de marcha y necesitaba un trago de algo fuerte. Nada me había preparado para conocer allí a Samuel, un detective privado con tanto magnetismo, que acabé contratándolo para darle un buen susto al capullo de Mario.
Pero en la vida no todo sale como esperamos y, cuando apenas doce horas después apareció el cadáver equivocado, comprendí que había ido demasiado lejos.
Dispuesta a solucionarlo decidí pedir explicaciones. Unos malditos ojos azules me lo impidieron.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, como de costumbre voy a explicaros de qué pensé que iba la obra tras leer la sinopsis. Mi imaginación creyó que trataría de una chica aficionada a las novelas de misterio y por ello con un complejo de detective frustrado enorme, cuando descubre el crimen - y porque se enamora del detective encargado de resolverlo y ve así un modo "original" de tener encuentros con él sin levantar muchas sospechas- se dedica a investigar por su cuenta provocando a su vez que la investigación oficial se retrase y por ahí, el detective -que también se enamora de ella- tenga una relación de amor/odio con ella muy divertida.

Puede que el motivo por el cual mi mente conjurase todo este intrincado tema detectivesco sea que actualmente esté viendo la serie de Agatha Raisin, la cual, si bien no es idéntica a lo que acabo de relatar, tiene algunas cosas comunes.

A propósito de esto María, creo que deberías escribir y publicar una historia con la idea original que me contaste. Incluso te cedo mi nombre y mi profesión de bookstagrammer aficionada a las novelas negras que nunca acierta quién es el asesino porque sí que le veo potencial. Hala, ya lo he dicho.

Con respecto al título tengo que decir que es una frase que uso mucho en mi vida para hacer referencia a una encrucijada en la que las dos decisiones a tomar van a tener resultados negativos pero en la cual, obviamente, el susto es la menos mala de ambas. No sé si vosotros la usáis así también, pero en este libro, no tiene nada que ver con el lenguaje sino que es mucho más literal.

Entrando ya en la reseña propiamente dicha, ¿quién no ha pensado alguna vez en matar a su jefe? No digo en sentido literal, sino en que sufriera algún tipo de dolor más o menos intenso porque os ha tenido puteados un tiempo más o menos largo. Admito que yo formo parte de ese grupo y por eso, entiendo que Inés lo pensara, máxime cuando conocí la clase de perlita que tiene como jefe.

Y es que Mario es mucho Mario y encarna bastante bien al advenedizo que ocupa un cargo sin estar todo lo preparado que debería y por eso, no solo se aprovecha de los subordinados -especialmente si son más validos que él- sino que eso mismo le frustra y, la amargura -cual tortura japonesa- va poco a poco entrando en su interior hasta convertirlo en una persona insoportable. Además, guarda un secreto que Inés descubrirá de modo involuntario - y que yo descubrí- cuyo mantenimiento creo que también era una de las causas para ese comportamiento tan poco empático.

Afortunadamente, cuando te toca en gracia una persona de semejante calaña, la balanza se suele compensar con unos grandes compañeros de trabajo. Este es el caso de Inés en las personas de Raquel y Eva, sus mejores amigas. Sin olvidar de Álvaro, su amor platónico con el que digamos que debería mejorar su ojo clínico.

En esta novela mitad romántica, mitad negra la otra parte de la balanza es Samuel, o Samu -como a él le gusta que le llamen- un chico mitad español mitad alemán que es investigación privado continuando con la tradición paterna. Un investigador que cuenta también con su propio secreto, el cual me mantuvo bastante intrigada.

Como ya he mencionado antes, pensé que se conocerían en la escena de un crimen... pero nada que ver. Al contrario, tienen un encuentro de lo más normal y en un lugar mucho más corriente: un bar. La atracción y el gusto están presentes desde el primer momento -sobre todo por su parte- pero... deberán pasar mucho más tiempo juntos desde el momento en que ella contrata sus servicios para dar un susto a su jefe -de ahí el título-

Desde ese momento, la situación comienza a empeorar porque comienzan a aparecer asesinados compañeros de trabajo en la empresa de ella y todo el mundo puede ser el sospechoso de ser el asesino. Al hilo de esto, diré que tuve dos nombres en mi cabeza desde el inicio, pero al que elegí como mi candidato final... resultó no serlo. No me sorprendió el no averiguarlo, pero sí que me sorprendió la intrahistoria detrás de esta oleada de crímenes.

Como aspectos positivos de este libro que extrapolé a mi vida cotidiana destacaré que les guste La princesa prometida porque es la película preferida de una de mis amigas y que el color favorito de uno de los protagonistas sea el azul porque es el mío.

También, pero estos no puedo aplicármelos, me ha gustado mucho la denuncia que hace de las relaciones tóxicas y del maltrato tanto físico y psicológico que hay dentro de las mismas en numerosas ocasiones. Asimismo, aplaudo su originalidad porque es la primera vez que leo una novela en la que este se produzca en una pareja del mismo sexo. Estoy convencida de que, desafortunadamente, es una realidad que existe, que es más común de lo que pensamos pero que no se menciona.

No puedo olvidar tampoco como historiadora que soy que María no haya recurrido en el clásico cliché de la asociación entre alemán y nazi que, sinceramente cansa un poco. Y no hay que olvidar que, en la historia de la Alemania contemporánea también existió la mitad de un país a cuyas condiciones e historia no se le ha prestado mucha atención.

¡Ah bueno! Y lo olvidaba cuando es un aspecto muy importante: los chicos buenos sí saben practicar sexo.

El único aspecto negativo que le pongo al libro es la ceguera de Inés para con respecto a Álvaro. Sé que el dicho que afirma que no hay más ciego que quien no quiere ver, pero en este caso era bastante evidente que las señales que él le enviaba y el comportamiento hacia ella era friendzone, así que, en numerosas ocasiones quise darle una guantá a mano abierta y decirle espabila.

Dicho todo eso, es una novela breve, bien escrita y muy fácil de leer.

Eso sí, no alcanza en nivel de mi Miles.

¡Muchas gracias de nuevo María por el envío del paquetito!

¡Nos leemos muy pronto!