Tú de Marte y yo de sábados de Dona Ter

¡Buenas tardes!

La entrada del post de hoy está dedicada a un libro de una autora cuya pluma desconocía, pero que 
siempre estaba ahí, rondando. Para mi fortuna, sacó una oferta navideña imposible de rechazar. O al menos para mí porque, en lugar de adquirir uno, me hice con dos. Y amenazo con comprar más en próximas entregas porque he quedado encantada con su pluma.

Sin embargo, no quiero adelantarme a los acontecimientos y os diré que, como sabía que este libro sucedía en plena Navidad, aproveché precisamente ese día para leerlo... y terminarlo porque justo el 25 lo terminé también. Ese fue el nivel de ansia lectora que me entró con su pluma.

Sin embargo, de nuevo me estoy adelantando a los acontecimientos y estoy dando mi opinión cuando no corresponde, así que, por eso, no me entretengo mucho más y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Tú de Marte y yo de sábados de Dona Ter.

SINOPSIS

Para las amantes de las películas navideñas y de los músicos atormentados.
Lionheart, la estrella de rock, está en horas bajas.
Lionheart está entre las cuerdas, pero le han dado una solución a sus problemas.
Candy tiene una misión: obligar a Lionheart a escribir un villancico para la estrella del momento, Nala.
Cuatro notas y un estribillo pegadizo que haga que los de la discográfica no lo denuncien. Si Lionheart no cumple con este ultimátum, será el fin de su carrera y la de su representante (incluidos los trabajadores, entre ellos, Candy). Por eso está dispuesta a todo.
Diecisiete días para escribir una canción.
Diecisiete días juntos.
Diecisiete días de Navidad en noviembre.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, me gustaría hablar un poco de la portada porque es muy navideña, pero también describe muy bien un lugar fundamental para el desarrollo y la acción de esta novela. Personalmente, me gustan este tipo de portadas en los que las pistas para con el argumento son tan evidentes. Cuanto más si son tan preciosas como esta.

Entrando ya en materia de reseña, diré que, si tuviera que elegir una palabra para describirla, esta sería ternura, porque me ha parecido una historia preciosa y tremendamente tierna. Difícil de conectar al principio porque es una historia narrada por Candy, pero in media res y, aunque es un inicio original, al carecer de contexto previo, en mi caso se me hizo difícil entender por qué estaba tan nerviosa y sus mil y un titubeos e inseguridades acerca de si lo que estaba a punto de hacer era lo correcto. Especialmente porque era inofensivo. Sin embargo, a medida que fui teniendo datos, no solo la entendí a la perfección, sino que la conexión fue inmediata y fui incapaz de dejar de leer la novela.

Admito también que cometí un error la primera vez que leí el título porque, en lugar de leí Marte, leí martes y, aunque al principio me casó mucho más la idea de incluir dos días de la semana en él... una vez descubrí el motivo del título... me declaré muy fan del mismo y me consideré a mí misma una marciana más con predilección por los sábados. Orgullosa, además.

Incluyo aquí otra confesión que podrá pareceros un poco tonta pero que a mí, como persona que ha nacido precisamente en ese día, el hecho de que haya elegido que los días en común sean diecisiete, fue uno de los motivos - junto a la portada - que me llevó a decidirme para leerlo.  

Esta historia es idónea para estas fechas, tanto si creéis en su magia, como si no ya que ambas caras de la misma moneda están representadas: Por un lado, Lionheart, la estrella del rock en horas bajas, quien no no es muy fan de las mismas y que se ha aislado en una casa en Gales. Y por el otro, tenemos a Candy, una madre soltera joven que las adora. Tanto que, apenas finalizado Halloween, activa el modo navideño.

Por eso motivo, es la persona adecuada para ayudar a que vuelva la inspiración al rockero y componga un villancico para una estrella emergente.

Huelga decir que, con caracteres tan opuestos, chocan desde el principio...especialmente por el modo en que tienen su primer encuentro. Aunque, en este sentido, me ha gustado que se aleje de los clichés de discusión tras discusión y que sea una novela mucho más introspectiva que hacia fuera.

Son diametralmente opuestos y, sin embargo, sus vidas están unidas desde mucho antes de que se conocieran.

Me ha gustado muchísimo esta novela. Sobre todo el hecho de que, esa convivencia forzosa y solitaria les obligue a sincerarse con ellos mismos y con su compañero. Eso por no hablar de que, a pesar de sus diferentes circunstancias personales y a su diferencia de edad, la tensión sexual estuvo presente desde el principio. Al hilo de eso, me ha gustado mucho la forma de narrar y comunicarse entre ambos mediante el sexo. De nuevo, hay sentimiento y ternura. Nada de sexo, drogas y rock and roll salvaje.

No quiero hablar ya del modo en que Lionheart decide expresar sus sentimientos hacia Candy en busca de la redención: es original, aunque al mismo tiempo, entendible por ser quien es.

E incluso ese inicio in media res convertido más adelante en división de capítulos entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019 me ha parecido un acierto y una decisión con todo el sentido del mundo que aplaudo a rabiar.

Además de la historia de amor y de un maravilloso y dulce sabor de boca, la lectura de esta novela deja varios mensajes dignos de ser mencionados por separado:

- El primero es que no se puede poner trabas o límites a la inspiración porque ella va por libre y, al menos en mi caso, si la fuerzo de alguna manera... no tiene el mismo resultado que cuando esta fluye con total libertad.

- El segundo es que tampoco se deben establecer plazos para conocer a una persona ya que, algunas historias breves son igual de importantes y dejan una marca tan o incluso más profunda que una historia de amor con una duración extensa.

- El tercero es que sí que es posible volver a enamorarse. Sea de una persona, una acción o una pasión que creíamos extinguida... justo lo que sucede aquí. Y relacionado con este tema está el cuarto, que no es otro el de la valentía. ¿Por qué? Porque hay ocasiones en las que sí que merece arriesgarse y ser un poco kamikazes en lugar de quedarnos con la duda del ¿y si...? y que esta termine carcomiéndonos.

- Por último, no puedo concluir este post sin hacer mención al significado de kamikaze. Una palabra que asociamos con algo negativo pero que gracias a la lectura de este libro, he descubierto cuán equivocada estaba. Y por eso, le agradezco a Dona Ter que me lo aclarase. Obviamente, no voy a desvelarlo porque quiero que vosotros también lo descubráis por vosotros mismos.

Como debéis hacer con este libro: leedlo porque os encantará.


La única pega que le pongo a este libro es que, en su lectura, encontré varias erratas. Sin embargo, no supusieron un impedimento para que dejase de leer.


Y con este post, cierro las entradas escritas en este 2021. A mi regreso ya será 2022 y aviso que vendrá igual o más cargado que este que cierro hoy. De entrada, os aviso ya que este incluirá otra reseña de la autora. Y amenazo con continuar conociendo su pluma, ojo. 

Dicho todo esto, os deseo un ¡Feliz Año Nuevo y un próspero 2022!

¡Nos leemos pronto!




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