Fotografía de un sentimiento de Isabel Jiménez

¡Buenas tardes!

El post de hoy está dedicado a una novela que leí en formato digital gracias a la colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente su confianza en mí. Quizás su nombre os resulte familiar porque no hace mucho tiempo reseñé otra de sus novelas, Un retiro junto al mar.

Esta no tiene nada que ver con la anterior porque son autoconclusivas e independientes, por eso no me entretengo mucho más en esta parte introductoria y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Fotografía de un sentimiento de Isabel Jiménez:

SINOPSIS

La pasión de Rebeka es la fotografía y la naturaleza. Hasta ahora solo ha conseguido realizar trabajos esporádicos de poca importancia y añora poder abrir su propio estudio de fotografía profesional y dar a conocer al mundo sus originales obras.
Mantiene una relación con Javier desde hace años, pero ya nada es como lo era antes, aunque les duela a ambos e intenten poner remedio.
Kike es periodista y además el mejor amigo de Rebeka. Gracias a su trabajo consigue a nuestra protagonista lucrativos y esporádicos reportajes para diversas empresas.
En uno de esos encargos conocerá a alguien que cambiará su vida y sembrará muchas dudas que irán despejándose a medida que vayamos adentrándonos en la historia.
Una novela donde reina el amor y la intriga se introduce para dar un toque ácido a esta aventura.

Amigas inseparables, amores increíbles y sospechas inesperadas aderezan esta novela consiguiendo atraparte en su tela de araña.


OPINIÓN

Esta novela nos cuenta la historia de Rebeka, una fotógrafa que vive rodeada de hombres y que, a pesar de vivir en la ciudad, cada vez está más harta de ella y por eso, prefiere irse al campo y respirar la paz y la tranquilidad del mismo.

¿Por qué digo que vive rodeada de hombres? Porque es así y porque gracias a esos hombres presentes en su vida, la autora nos narra los diferentes tipos de relación y vínculos que una persona puede establecer a lo largo de su vida.

Así:

- Su mejor amigo es Kike, quien trabaja como periodista y que por eso, en ocasiones es él quien le proporciona trabajos - su situación económica no es muy boyante -. Con él la autora demuestra que es posible la amistad entre personas de distinto sexo... si bien desde el inicio se ve que Kike desearía ser más que su amigo como dice la canción de Marco Antonio Solís.

- Mantiene una relación sentimental - carente de amor - desde hace cinco años con Javier, quien se ha convertido en alguien con el que comparte piso y poco más. Desde el principio no me gustaron sus actitudes egoístas y celosas para con ella, sobre todo cuando desea mantener relaciones sexuales con su pareja sin tener en cuenta lo que ella quiere.

Con él se manifiesta a la perfección cuándo la rutina se ha apoderado de una relación y ambos se han acomodado tanto que les da miedo romper las cadenas tóxicas que les atan. Asimismo, con sus episodios de celos demuestra cuán inseguro de sí mismo está viendo fantasmas donde no los hay y sobre todo, cuán adictos nos estamos volviendo al trabajo en esta sociedad contemporánea.

- Por último, aparece Héctor, el gerente del hotel para el cual va a trabajar gracias a Kike por el que siente una atracción inmediata pero al que tiene que darle largas porque tiene que respetar a su novio, lo cual me parece bastante maduro por su parte.

Asimismo, mantiene una relación bastante estrecha con su madre, y con la inclusión de ella misma nos lanza un doble mensaje: nos recuerda que la vida es una cadena y que la historia tiende a repetirse y también que nunca es tarde para enamorarse, por mucho miedo que se tenga. Y al tratar el tema del miedo hago referencia a uno de los personajes ya mencionado anteriormente porque, su miedo me ha parecido algo endeble. Sobre todo porque no casa con quien es y por la posición de poder y privilegio que ocupa en su vida cotidiana.

Normalmente, empezar una historia in media res como Isabel ha hecho es bastante complicado porque, la fluidez entre todas las partes es algo bastante difícil de conseguir, pero en este caso, no ha sucedido así porque las tres partes y la narración están perfectamente casadas y la sucesión de los hechos es bastante razonable y natural.

Cuanto más en un libro como este donde empieza con un hecho de lo más misterioso y violento. Porque, dado que se trata de la narración de la protagonista en su día a día y sobre todo, en su crecimiento personal, cuando parece que poco a poco su vida se va encauzando, de repente, empieza una subtrama de misterio del que puedo decir que nada es lo que parece y que el personaje malvado, loco y obsesionado con ella - con ello distinguiendo así un amor sano de uno obsesivo y tóxico, completamente asfixiante - no es quien parece a simple vista, aunque poco a poco el lector va descubriendo cosas y recogiendo miguitas que lo guían hasta él.

A destacar por último, el círculo perfecto que es el final de la historia ya que todo termina donde empieza.

En resumen, es un libro que, tanto por el modo en que está narrado como por su división en capítulos breves, se lee de forma bastante rápida. Además, el lector se sentirá identificado en algún punto del libro con Rebeka y la relación que mantiene con los diferentes personajes secundarios. Y eso, en mi caso, considero que es un aspecto muy positivo.

¡Muchas gracias de nuevo por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos pronto!

Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno

Only work, no play de Cora Reilly