Mi monstruo y yo de Ana Calderón

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que adquirí directamente a su autora y de la cual 
tenía muchas ganas de saber su final porque, Si salimos de esta, la primera parte de esta bilogía, fue uno de los descubrimientos de año anterior y uno de los libros que más disfruté leer también. Por cosas como esta es por lo que merece tanto la pena apuntarse a los libros viajeros.

Es por eso que, en lugar de adquirir solo el desenlace, adquirí los dos ejemplares de la misma, a sabiendas que los leeré más de una vez.

Además, la autora tiene orígenes pecholata y por eso, es casi como si estuviera promocionando el talento de mi tierra, algo que, por otra parte, me encanta hacer. Y, aunque tuvimos que esperar porque no terminaba de llegar el final que le pusiera cierre... la espera mereció la pena y por eso, pocos días después de abrirse la preventa, me llegó una cajita personalizada a casa, acompañada de una vela con un potentísimo olor a palomitas que daba gusto y pena encender para que no se consumiera.

Una vez explicadas con detalle las circunstancias de cómo este libro llegó a mis manos, no me entretengo mucho más y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Mi monstruo y yo de Ana Calderón:

SINOPSIS

LLEGA EL ESPERADO DESENLACE DE LA BILOGÍA OLIVIA

Olivia ya no es la misma de hace unos meses. Por fin ha encontrado a su Darcy y ha aprendido que el amor no siempre es como se describe en las comedias románticas. Cuando cree haber matado todos los monstruos que podrían interponerse en su camino a la felicidad, uno inesperado y mucho más fiero de lo que creía irrumpirá en su vida y hará tambalear los cimientos de su idílica relación.

¿Conseguirá Olivia matar al monstruo que la acecha antes de que la alcancen sus garras? ¿Y a sus propios monstruos?



OPINIÓN

Antes de iniciar la reseña propiamente dicha, me gustaría hacer un poco de hincapié en la preciosa portada de la novela. No solo porque es preciosa y complementaria de la anterior - de la que Olivia era protagonista absoluta - sino porque por primera vez tenemos una imagen clara de Ben.

No era difícil puesto que nos lo había descrito maravillosamente bien, pero, en mi caso personal, agradecí esta inclusión.

Además, con su aparición estelar en la portada ya nos está indicando que la importancia en esta novela será igual a la de su pareja. Y sobre todo, que no será todo lo que reluce en su futuro juntos porque deberán sortear y pelear millones de dificultadas y defenderse de todos los temibles monstruos - internos y externos que los rodean -

Y hablando de monstruos... aprovecho las circunstancias que esta parte del post me brinda para recordaros las definiciones de esta palabra que nos proporciona la RAE porque buena parte de las mismas aparecen reflejadas entre las páginas de la novela, demostrando así la autora lo fino que sabe hilar y que todo lo incluido en este segundo libro tiene su razón de ser.

Así:

monstruo

Del lat. monstrum, con infl. de monstruoso.


1. m. Ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie.

2. m. Ser fantástico que causa espanto.

3. m. Cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea.

4. m. Persona o cosa muy fea.

5. m. Persona muy cruel y perversa.

6. m. Persona que en cualquier actividad excede en mucho las cualidades y aptitudes comunes.

7. m. Conjunto de versos sin sentido que el maestro compositor escribe para indicar al libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables.

Si prestamos atención a la sinopsis, leeremos que Olivia ha encontrado a su Darcy en la persona de Ben. Un Darcy/Ben a quien ha idealizado porque muchas - entre las que me incluyo - estamos enamoradas de él y le consideramos el personaje literario perfecto cuando dista bastante de esa perfección... como cualquier ser humano. Y es que, si por algo se caracterizan los personajes escritos por Janes Austen hace más de 200 años es, precisamente por su humanidad y su cercanía con personas de la vida cotidiana de su autora. Quizás esa sea la clave de su éxito y el motivo que explique por qué hoy, pese al tiempo transcurrido de la publicación de esos libros, la vigencia continúe.

Una tendencia que Ana repite de forma bastante exitosa en ambas novelas porque, perfectamente podrían encontrarte a Olivia y a Ben por las calles de la ciudad o pueblo donde vivas. Y también en el modo tan humano e imperfecto - a la par que comprensible - en el que actúan. Mucho más entendible en este caso al ser narrado a dos voces ya que así se nos permite conocer más en profundidad cómo piensan, qué sienten y por qué actúan de determinada manera en algunas situaciones.

Sin embargo, aparece aquí un elemento sorpresa en forma de una tercera voz narradora correspondiente con una de las definiciones negativas de la palabra monstruo con la que nos demuestra que tener imperfecciones y cometer errores está bien ya que eso nos caracteriza como ser humanos, pero que el límite entre el bien y el mal es muy difuso y por eso muy fácil de cruzar. Al mismo tiempo que, con esta tercera voz, se compara lo que es una relación amorosa sana y una tóxica. En mi caso personal, he de decir que al principio, me costó reconocer quién era, aunque pronto las piezas de su desequilibrado engranaje mental comenzaron a cuadrar ante mis ojos.

No es un libro rupturista con el anterior porque, de nuevo, buena parte de la trama se desarrolla en Londres. De ahí que vuelvan los maravillosos proverbios ingleses que tan útiles son para enriquecer el vocabulario y/o darle más fluidez. Personalmente, a mí, que adoro la cultura británica y muy especialmente todo lo que tenga que ver con Londres, me ha encantado poder continuar aprendiendo de este modo la lengua de Shakespeare.

Y tampoco es rupturista en el sentido de que continúa tratando temas ya presentes en el primer volumen como por ejemplo el de la importancia de la salud mental en las personas aunque, normalmente no se le suele situar dentro de nuestras prioridades vitales. Tema maravillosamente bien reflejado con el personaje de Maca.

Por último, como en el libro anterior, si tuviera que elegir un tema principal del mismo, este sería el amor. Sí que es una novela romántica porque buena parte del argumento se centra en cuán difícil es cuidar, preservar y hacer que crezca la relación de la pareja protagonista. Y en este sentido, considero fundamental el hincapié que Ana le da a las mentiras. Coincidimos en este aspecto porque, creo que las mentiras, por muy piadosas que sean, inician y minan la confianza de una pareja. Y, una vez perdida, cuesta bastante volver a recuperarla.

Pero además de este amor romántico, entre las páginas del libro se mencionan otros tipos de amor, como:

- Amores como el familiar, haciendo especial hincapié en las dificultades para criar y educar a los adolescentes en la actualidad o que el hecho de parir o ser padre de una persona no te da derecho de exclusividad sobre el menor. Padre se nace, pero se hace. Y como he mencionado anteriormente, es un tipo de relación que ha de construirse poco a poco.

- Amores como el que se fragua entre amigos, cuya principal característica entre ambos ha de ser la sinceridad. O mejor dicho, la brutal sinceridad, porque los amigos son la familia que se elige y como tal, pese a que en muchas ocasiones se estará en desacuerdo, buscarán siempre nuestro bien siendo brutalmente sinceros con el único objetivo de ayudarnos a mejorar.

- O el amor entendido como atracción física y/o consuelo en la forma de las relaciones sexuales. Existen numerosas relaciones personales basadas en él en la que los miembros de las parejas confunden sexo con amor solo por el mero hecho de que, durante ese período de tiempo, creen sentirse queridos. Cuando en realidad lo que se demuestra - además de una baja autoestima - unas carencias afectivas enormes, cuando no lo utilizan como método - erróneo - del despecho.

- Y por último y no menos importante, en esta novela se habla - y mucho - del amor propio. Indispensable para poder estar con uno mismo y sobre todo, para poder amar a otra persona. Ya no digo del mismo modo que nuestro cónyuge porque eso sería cambiarlo y con ello empezarían los primeros síntomas de toxicidad, sino adaptándose a nuestra propia manera de ser.; demostrándolo bien con palabras o bien con hechos - yo soy de este segundo tipo, de ahí que entienda bien a Joshua -. Todas son válidas siempre que sea natural sin importad, edad, sexo, raza o religión.

¿Los sentimientos pueden ser monstruos? Rotundamente sí. Desde el mismo momento en que se apoderan de ti por completo y te poseen hasta tal punto que no puedes salir del pozo en el que sin darte cuenta te has metido. Aspecto muy bien reflejado con la importancia de sentimientos negativos como son la rabia, o la envidia predominante de la tercera voz narradora.

Si bien buena parte de los monstruos son negativos, en este libro también hay lugar para monstruos positivos como es el caso de la escritura de ella. En este sentido, además de que creo que la autora nos está narrando una faceta muy personal de sí misma, puedo entender lo que le sucede a Olivia con ella porque yo he escrito libros - que jamás verán la luz. Sí, yo también tengo mis propios monstruos, de ahí que este libro me haya gustado tanto - en períodos muy breves de tiempo, y, poseída por el monstruo de la inspiración me olvidé de comer, socializar... de vivir como dice la canción. Asimismo, también creo que nos anima con esta inclusión de la metaliteratura en la novela a que nos expresemos mediante esta vía para cuidar de nuestra salud mental. ¿Veis por qué digo que es una maestra a la hora de cerrar círculos?

Eso por no hablar la referencia millenial a la serie Raquel busca su sitio. cuya referencia capté al vuelo y me sacó más de una sonrisa.

Con tantas menciones a los monstruos, puede parecer que esta es una novela de cariz pesimista, cuando no es así. Todo lo contrario. Es una novela maravillosa de resiliencia y crecimiento personal de todos y cada uno de los personajes que ahí aparecen, incluso los antagonistas, así que, por favor, no me malentendáis.

Por último, creo que es un modo muy particular y personal a la hora de demostrar el amor de la autora por la música. De diversos géneros, pero sobre todo de cantantes y grupos indie. De ahí que, ese amor por la misma aparezca representado al final de la novela, dándole el cierre que esta merece.

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero esta novela es la excepción que confirma la regla y la he disfrutado tremendamente. Eso sí, si tuviera que quedarme con alguna de las dos, elegiría la primera novela... a pesar de que el azul es mi color preferido.

Os la recomiendo encarecidamente porque quedaréis enamorados para los restos.

Ana, ¡eres una monstrua! 

Lo siento, pero tenía que hacerlo.

¡Nos leemos muy pronto!

PD: ¿Queda feo decir que estoy deseando saber más cosas de tu nuevo proyecto? 


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