Toma un billete y a volar de Fátima Corral

¡Buenas tardes!

La entrada de hoy lleva escrita desde hace mucho tiempo, pero... por cuestiones de secretismo y 
compromiso total y absoluto con la causa, no he podido publicarla hasta ahora. Además de que, parafraseando a Rosa Benito, "Ahora es mi momento" y no quería que este post se mezclara y perdiera entre la multitud de reseñas y opiniones varias de las que estaba convencida que esta nueva novela tendría.

Además de eso, no podía no elegir un día como este, el del libro, para publicarla por fin.

Mentiría muchísimo si dijera que esta publicación es especial y diferente a todas las que he publicado hasta ahora. Y, aunque sé que no me vais a creer, os aseguro que es verdad. De entrada, el nombre de mi cuenta aparece en las solapas de esta novela con una opinión breve y bastante resumida de lo que me parece esta novela. Y partiendo de esa base, todo va in crescendo.

Quizás me he pasado de críptica, pero, lo que quiero decir con esa frase especial es que, he tenido el privilegio absoluto de ser lectora cero del primer manuscrito, así que, antes de que fuera publicado, ya sabía qué iba a suceder y también, una vez leído, quise enseguida que el mundo la conociera. Eso sí, la espera ha valido la pena.

Quiero aclarar aquí también que, si pensáis que, solo por el hecho de haber sido cero suya voy a ser más magnánima o subjetiva, estáis equivocados. Hubiera hecho mis famosas reseñas con análisis psicológicos de andar por casa de igual modo porque, de nuevo, la historia de Fátima tiene mucha tela que cortar... en el buen sentido de la palabra.

Pero antes, he de hacer una breve mención a todo lo que contenía la preciosa caja literaria de esta novela ya que el libro vino acompañado de un marcapáginas idéntico a la portada, un boli que, si bien no es morado, hace honor y un grandísimo homenaje a su incorporación a las chicas del brilli brilli y que a mí, personalmente me encanta y un sobre con semillas para que los lectores comprueben si tienen mano para la jardinería o, si por el contrario, como en el caso de Rocío y el mío propio, toda planta cercana a nosotras que no sea de plástico se muere.

Pero no dejo que eso me deprima y continúo intentándolo con la esperanza de que mi sino cambie. Por eso, he plantado las semillas. Veremos cómo se desarrolla esta historia.

Una vez explicada esta parrafada introductoria, no me entretengo mucho más y por eso os dejo con la sinopsis y mi opinión de Toma un billete y a volar de Fátima Corral:

SINOPSIS

¿Sabes ese momento en que crees que tu vida es tranquila y te ves capaz de manejarla? ¡Já! La mía, de una semana para otra, cambió radicalmente. Me fui de Guadalajara a Guadalajara y tiro porque me toca. En realidad, me tiraron, pero metidos en la aventura no me iba a negar. El caso es que me monté en aquel avión y me dispuse a sobrevivir en un país en el que no conocía a nadie. Y, bueno, entre que soy algo intensa, no tengo filtros y me resbala todo bastante…, mi incursión en México no fue precisamente un campo de rosas. En fin, casi es mejor que lo descubras tú, créeme, merece la pena.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, he de hacer una mención especial a la portada porque, si bien es diferente al resto de las de la autora al tratarse de una ilustrada, he de decir que sus colores son vibrantes e, inmediatamente hace que la atención se vaya sobre la chica que en ella aparece: Rocío. Y con ello, ya nos da pistas de que ella será la protagonista indiscutible - casi única - de esta pedazo de historia. ¿Quedé fascinada con la variedad de sus por si acasos? Absolutamente. Eso es ser una mujer preparada para cualquier situación y lo demás son tonterías. 

El título también merece unas palabras porque, si bien de entrada no me convenció, a medida que lo iba viendo y repitiendo mentalmente, este me iba convenciendo más. Es más, una vez hecha a la idea de que ese sería el definitivo - aunque para mí siempre se llamará la majara de Guadalajara - desde que vi los aviones en los bocetos, y sobre todo, desde que el cambio en su vida era tan repentino, la imagen del humo que expulsan los motores de un avión como idea a incluir en el título apareció en mi mente... sin saber siquiera si eso podría hacerse.

Afortunadamente, se hacen virguerías con los programas informáticos y por eso, podéis verlo. Y eso me llena de orgullo y satisfacción.

Es sabido por todos los lectores de Fátima su deseo por poner a Guadalajara en el mapa y que esta sea conocida por cuantas más personas sea posible. E imagino que también sabréis que es bastante común que haya más de una ciudad o pueblo en el mundo que comparta nombre. Sin embargo, no es algo bastante común entre los argumentos de libros que he leído que se juegue con eso precisamente, es decir, con dos lugares homónimos en el mundo.

Relacionado con esto último, considero que es una manera bastante inteligente de saber que el lector diferencia una de otra y sepa ubicarlas en el mapa correctamente una vez ha terminado de leerla.

Entrando ya en materia de reseña, esta no es una novela romántica. Me explico, por supuesto que hay una historia de amor entre sus páginas, pero yo la considero mucho más una novela de crecimiento personal y autodescubrimiento de Rocío junto a muchos otros temas dignos de ser mencionados e incluso, de ser denunciados.

Rocío como protagonista es la caña. La puta ama. Con ella es amor desde la primera aparición porque es una mujer fantástica, valiente, comprometida con las causas, leona defensora de las mismas y de sus amigos y... sin filtros. Su lengua viperina de hecho es su mejor característica. Y, si bien es fantástica en momentos de tranquilidad y felicidad - tiene más salidas que una autopista esta chica - cuando se enfada, es un volcán en erupción que arrasa por donde pasa.

Y sin embargo - aunque es algo bastante más común de lo que parece - no se quiere mucho a sí misma. Su vulnerabilidad no es un aspecto de sí misma que muestre a menudo o a la mayoría de las personas. De ahí que solo pueda ser manipulada por su círculo más cercano... en el que se encuentra el villano de esta historia Jorge.

Un Jorge que es un ser inteligente, celoso, repulsivo, aunque bastante magnético y egoísta que se aprovecha de las mujeres. Al mismo tiempo, es el canal a través del cual la autora denuncia la poca información - y la necesariedad de la misma al mismo tiempo - acerca de los "nuevos" tipos de amor y las relaciones que se salen de los cánones clásicos.

Solo al final parece que se redime a ojos del lector - no en mi caso - al explicar los motivos que le movieron a realizar determinadas acciones. Sin embargo, el fin no justifica los medios como decía Maquiavelo y hay maneras y maneras de tratar el tema muchos menos drásticas y dolorosas.

El contrapunto total a Rocío es Raquel. Ella representa y perpetúa el rol de la mujer pasiva que acepta todo y todos y por eso, antepone la felicidad de su amado a la suya propia. Evidentemente, ha aprendido de forma errónea qué es el amor y, es más, es bastante cobarde y se ha acomodado hasta tal punto que se ve incapaz de romper las cadenas de la celda vital en la que vive... si bien sí que a veces se atreve a sacar el carácter escondido tras años de relación y convivencia con una personalidad tan controladora como la de su pareja.

De ella diré que como personaje me desconcertaba y que no siempre tuve todas conmigo con respecto a sus buenas intenciones. Sin embargo, en su arco argumental, finalmente caí en la cuenta de que era demasiado inocente como para ser mala y que, dos que se acuestan en el mismo colchón no salen de la misma condición. Segunda frase hecha que este libro desdice.

Otro personaje que al principio también me desconcertó - sobre todo tras ese primer encuentro en que hubo turbulencias sexuales. Esto es un guiño a la novela y si no la has leído, probablemente no lo entiendas. Pido perdón por eso - fue Miguel. Aunque de nuevo, todo tiene su por qué y a medida que van pasando las páginas el lector se dará cuenta de que se puede amar a un personaje callado y silencioso que, en lugar de de proclamar a bombo y platillo todo lo que hace o de marcar territorio públicamente - lo cual me parece una machirulada rancia - es capaz de enamorarte con detalles específicos que solo pueden ser resultado de haberte prestado total atención.

Asimismo, con él también se demuestra que, está muy bien tener una planificación de vida, hay aspectos de la misma que escapan a nuestro control y entre ellos está el amor. Un amor que si es sano es generoso y por eso no supone inconveniente o impedimento el hacer sacrificios con tal de estar con la persona que se quiere... siempre que eso sea igual o más beneficioso que la idea de felicidad que habías tenido antes. Es decir, está muy bien idealizarla como al ser del que uno se enamora, pero la realidad suele ser bastante diferente del mundo bucólico lleno de altares donde nosotros mismos los hemos situado.

A veces - y este es el mejor mensaje de todos los incluidos en el libros, además de que se repite en varios personajes - lo mejor de la vida es tomar un billete y dejarnos volar, bien nosotros mismo o bien mediante un empujoncito. ¿Quién sabe cuántas grandes cosas podremos hacer si todos nos decidiéramos a hacerlo?

Por otro lado, me ha parecido muy interesante el modo en que ha decidido tratar el tema del salto generacional entre boomers y millenials, si bien para ella resultó un infierno. En mi caso, también lo viví en carne propia y, aunque las diferencias entre mis compañeras de piso - bastante más jóvenes que yo - y mi persona, eran más que evidentes, nosotras supimos gestionarlo bien. Eso sí, cuando decides compartir en piso, te arriesgas a que te toque el incívico de turno.

Retomo una idea que he mencionado antes porque sí, este libro es valiente y no solo por la subtrama de acción que en él se incluye, sino por los personajes y otras subtramas en él presentes.

La mejor representación en lo que a valentía del primer grupo se refiere es Diego, uno de los mejores amigos de Rocío. Y no me refiero al hecho de que sea homosexual, sino a que es gitano. No sé vosotros, pero jamás había leído a un personaje así. Es más, yo que vivo en un barrio del extrarradio de mi ciudad y que convivo con familias de etnia gitana, puedo decir que jamás he conocido a ninguno que, públicamente haya declarado su orientación sexual... a pesar de que, en algunos casos es más que evidente. En estos casos particulares se debe a que las familias lo repudiarían, así que aplaudo la valentía de Diego por ser fiel a sí mismo y ponerse en primer lugar antes que condenarse a una vida a medias regida por la infelicidad.

¿Lo shippeé con el otro personaje gay de la novela? Efectivamente, porque ambos merecían ser felices. Y relacionado con ellos dos, me ha gustado mucho que incluya a los diferentes tipos de homosexuales que hay - algunos más femenino de forma evidente y otros no - pero todos adorables y dignos de amor.

A propósito de ese otro personaje - cuyo nombre no revelaré para no hacer spoilers - he de decir que me sentí bastante identificada con él porque, en numerosas ocasiones, yo también mezclo palabras en diferentes idiomas en una conversación sin darme cuenta. Sin tanto arte como él, eso sí.

Un segundo tema referente a la valentía es el de la inclusión de la depresión en uno de los personajes porque es una de las enfermedades que más personas sufren en el occidente. Y solo me restrinjo a esta parte del mundo porque no manejo cifras del resto de países, pero no me extrañaría que los porcentajes fueran altos en el resto de países ya que están bastante más poblados.

Con esta inclusión, vuelve a hacerse referencia a la importancia de la salud mental. Sobre todo porque este es un monstruo silencioso que te ataca por la espalda y, para cuando quieres darte cuenta, ya estás en tus garras. De ahí la importancia de buscar ayuda profesional ya que, como si de una adicción se tratase, el riesgo de recaída siempre estará ahí en el caso de una persona que está enferma de este mal. Y ese es otro concepto que me gustaría subrayar de nuevo. La depresión es una enfermedad y como tal, debemos tratar a una persona que se está recuperando de ella, de ahí que debamos tener paciencia porque, como si de cualquier otra recuperación se tratase, la mejora no sucede de un día para otro.

Por último y no menos importante, es de aplaudir a rabiar el recordatorio que nos envía a las mujeres del privilegio que supone que hayamos nacido o vivamos en un país seguro para nuestro sexo porque, lamentablemente, estas circunstancias no son idénticas para todas. Y si recordáis el inicio de este post, Rocío se va a Guadalajara, México. No diré mucho al respecto, pero solo quiero recordar por qué es tristemente famosa Ciudad Juárez. Así que, en esa parte entiendo perfectamente que una mujer empoderada e independiente como ella, se subleve y decida cambiar las cosas y mejorar el mundo dentro de sus posibilidades.

¡Brava ella y brava Fátima por desarrollarlo!

Dicen que quien no arriesga no gana y, en este caso, Fátima de nuevo ha hecho un gesto lleno de valentía. Y, aunque tendrá detractores entre lectores acostumbrado a su pluma anterior, no me encontrará a mí entre ellos porque sí, es diferente, pero la montaña rusa de emociones que vive el lector que se sumerja entre sus páginas bien merece la pena.

Así que, todo el mundo reservando un billete ahora mismo y... preparaos para volar.

Eso sí, abrochaos los cinturones porque... será un vuelo lleno de turbulencias... en el buen sentido de la palabra.

Gracias por todo, Fátima.

¡Nos leemos pronto!

¡Feliz día del libro a todos!


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