Tan solo quiéreme (Escort) de Yeremi Moya Alarcón

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí gracias a un libro viajero. Sí, otro más. 
De hecho, este se juntó con la recepción y llegada de otro, pero como sabéis, soy una lectora veloz. De ahí que esa pequeña pilita durase poco. Aunque eso no es solo mérito mío, sino también de las plumas de respectivos libros.

En esta ocasión no me tocó de las primeras posiciones, sino de la mitad hacia delante, así ya hubo personas que la habían leído antes que yo. Junto a ellas, algunas de las cuentas que sigo normalmente en Instagram también habían conocido la pluma y todas coincidieron en un aspecto: me dijeron que me iba a sorprender.

Como no lo había leído antes, tenía mucha curiosidad y poco tiempo después de su envío, llegó a mis manos acompañado de un marcapáginas. Por eso, no me entretengo más en la introducción y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Tan solo quiéreme (Escort) de Yeremi Moya Alarcón.

SINOPSIS

Tan solo quiéreme (Escort) no pretende ser otro libro erótico más. La novela se enfoca desde un punto vista donde la mujer es capaz de decidir, dominar la situación o disfrutar a su antojo sin tener que ser constantemente salvada o protegida por el hombre. Oliver Jackson es un chico que vive en Nueva Orleans en un hogar roto por las constantes palizas a manos de un padre alcohólico. Tras la muerte de su madre vivirá en un orfanato hasta que conoce a Charlotte Deveraux, una mujer adinerada muy atractiva que se hará cargo de él como tutora ofreciéndole un contrato a través de una beca deportiva en la Universidad de Southern. Lo que el chico no sabe es que en ese acuerdo deberá satisfacer como escort los deseos más ocultos de Charlotte y de sus amigas más íntimas. Durante su etapa en la facultad conocerá a Elisabeth Morgan, la hija del rector, y ambos se enamorarán perdidamente a pesar de las dificultades que les tocará vivir. Oliver vivirá un affaire sexual del cual desea escapar. ¿Podrá salir de esa trama en la que se verá envuelto?

OPINIÓN

No mentían aquellos que me dijeron que esta novela iba a ser diferente. Lo es desde el propio título porque es ahí donde se nos indica cuál será una de las profesiones que ejercerá en la novela. Trabajo que ha estado asociado cultural e históricamente con las mujeres. De ahí que, en este caso, el hecho de que el protagonista sea un hombre, es sorprendente. Eso sí, al menos lo fue en mi caso porque no soy una gran entendida en este género.

Y hablando de erotismo, en la sinopsis la califican así. Y, si bien hay numerosas escenas de pasión y sexo - no olvidemos tampoco su profesión - para mí ha sido una novela de crecimiento personal y descubrimiento personal de protagonista, Oliver.

A través de su vida por ejemplo, el autor lanza preguntas incómodas como por ejemplo hasta qué punto las circunstancias contribuyen y ayudan a moldear el comportamiento de una persona puesto que, digamos que Oliver no ha tenido una infancia de lo más feliz. Sin embargo, y aunque hay cosas que mantiene en su vida como temas tabú - el alcohol por ejemplo - hay otras en las que se diferencia y bastante de su progenitor, quien, hipotéticamente, debería ser su modelo a seguir.

Junto a ello, me ha gustado mucho el rol - o roles mejor dicho - de la mujer en esta novela, puesto que son múltiples y muy variados, demostrando así que es imposible generalizar al hablar del género humano.

Para ello se basa en el enfrentamiento entre el sexo y el amor. Personalmente, creo que sus trágicas circunstancias personales y la falta de amor de sus progenitores provocan que siempre esté en la búsqueda de la aceptación por parte de los demás y sobre todo del amor. De ahí que al principio peque de ceguera y confianza ciega en Charlotte, quien lo deslumbra con su apariencia de mujer poderosa hasta tal punto que no presta atención al contrato que le hace firmar para salir del lugar donde se encuentra en busca de una mejor vida.

Evidentemente, ese es un trato envenenado y con él, su autor nos recuerda cuán importante es leer siempre un contrato. Sobre todo, su letra pequeña.

El ofrecimiento de ese trabajo tampoco lo ha dejado al azar porque creo que la intención del escritor es doble: no solo la de romper estereotipos en lo que a esta profesión se refiere, sino también para hacernos ver que, incluso en determinadas profesiones, la toma de decisiones es forzada y que no siempre la persona que está detrás está de acuerdo con ella, sino que lo ve como un método de supervivencia.

Junto a ello, vuelve a mencionar la diversidad de personas existentes puesto que todas sus clientes no lo buscan para simplemente tener sexo con él, sino para sentirse apreciadas, queridas y deseadas durante un período de tiempo más o menos breve. Amén de que como en todos sitios, hay personas buenas y malas que se pueden convertir en aliados o enemigos en caso de necesidad.

Una vez hablado de la parte erótica del argumento, toca hablar del amor - o su ausencia -, el cual está presente de muchas formas diferentes y en mi opinión, creo que tiene un peso mucho mayor que la carga erótica.

Me ha gustado mucho cómo el autor ha narrado el amor entre los amigos, demostrando así que los amigos son la familia que se escoge y, al mismo tiempo, con ello prueba lo poderoso que es este sentimiento, capaz de crecer y brotar incluso en las circunstancias más adversas.

El amor tóxico está representado más de una vez entre sus páginas, para así advertir al lector de su existencia y de que puede presentarse de maneras diferentes pero que, en ningún caso se debe consentir: ni por presiones familiares y que sea "lo más conveniente" a ojos de la familia como en el caso de Elisabeth ni en modo excesivamente controlador y celoso como es el caso de Charlotte. Una mujer a la que le sale el tiro por la culata porque es ella precisamente quien torna borrosas las líneas que separan el sexo con el amor - a pesar de haberlo firmado con un trato - y cuando las cosas escapan de su control intenta mantenerlo a su vera casi por obligación. Un comportamiento que nunca debe hacerse porque es síntoma de desesperación y sobre todo, de falta de amor propio. Diría que ha sido original la forma en la que presenta este tipo de amor contraponiéndolo en los personajes de Charlotte y Oliver porque, si bien al principio parece que es él quien podría no quererse a sí mismo por sus circunstancias, finalmente se revela que quien se valora muy poco a sí misma es ella. Amén de recordarnos que el dinero no da la felicidad y que en no pocas ocasiones, las personas que ocupan las cotas más altas de poder son las que más solas se sienten.

Además de la contraposición en el amor propio, el amor entendido desde un punto de vista sano también aparece en esta novela, aunque, en mi opinión es el que está desarrollado de forma más floja porque no vi química entre los dos protagonistas y sobre todo, se desarrolló de manera precipitada. Sé que quizás este tipo de amor no era el más importante de toda la historia, pero a mí me hubiera gustado que se desarrollara más en profundidad. Sobre todo, porque ya he mencionado anteriormente, hay mucha representación del amor tóxico.

Fuera ya de los diferentes tipos de amor, destacaré el otro gran mensaje de redención que encierra otra novela. Y sobre todo, algo que me parece fundamental: el de no olvidar nunca de dónde venimos por mucho que nuestras circunstancias vitales cambien con respecto a nuestros orígenes. La educación es la base de las personas y si nos olvidamos de ella, corremos el riesgo de acabar en soledad como Charlotte.

Es una novela que se lee de manera bastante ágil y que, a pesar de que no seáis fanáticos de la novela romántica y erótica la disfrutareis muchísimo porque no se queda únicamente ahí, hay una subtrama de acción y venganza que os mantendrá con los ojos pegados a las páginas y las manos pegadas a las cubiertas.

El libro ya ha volado hacia la siguiente parada y ya queda menos para que regrese a su autor.

¡Nos leemos pronto!


Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno

Only work, no play de Cora Reilly