El pacto de las flores (Edetania nº 1) de Mireia Giménez Higón

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en papel. Ya sabéis que a mí no me importa el formato puesto que leo con igual facilidad tanto en digital como en papel, pero también sabéis que siempre hay una magia especial cuando el formato es físico. Llamadme loca, pero creo que hay una conexión más directa especial entre autor y lector.

Esta sí que es una novela que se presenta al Premio Literario de Amazon. De hecho, tengo que confesar que conocí a la autora gracias a que le di publicidad en su momento como participante del mismo y que ella, de modo bastante generoso y altruista, me ofreció el envío del ejemplar como modo de agradecer mi labor por los participantes y los autopublicados.

Es por eso que, aunque os pueda parecer sorprendente y en realidad sé que lo estabais deseando, de nuevo puedo decir que, continúo con la dinámica de presentación y reseña de obras participantes en esta edición del concurso.

Sin más tiempo que perder, os dejo con mi opinión y sinopsis de El pacto de las flores, el primero dela trilogía Edetania de Mireia Giménez Higón:

SINOPSIS

En un siglo XIX alternativo, donde las vicisitudes propias de la época conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor, España ha tomado un rumbo que difiere, en cierta medida, de la historia.
En este escenario, un grupo de herederas de poderosas familias se verán envueltas en un juego que pondrá en jaque todo cuanto anhelan.
Cada verano, desde hace diecisiete años, un hombre aparece ahogado en el lago cercano al templo vestal. Ahora una joven pierde la vida en el mismo lugar.
¿Qué relación guardan estas muertes?
¿Qué son capaces de hacer estas jóvenes herederas por conseguir el lugar que les corresponde?
¿Puede el amor superar todas las barreras?

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, tengo que confesar que no soy una gran experta del género steampunk. De hecho, solo había leído un libro de estética similar antes que este; el de mi querida María Ferrer; El justiciero nocturno.

Por otro lado, tiene una la portada, "simple" y sobria en su decoración. Y, a modo de advertencia al respecto de ella, he de deciros que todos los elementos incluidos en ella tienen un por qué. Efectivamente, es una de esas portadas reveladoras e inteligentes en modo sutil. 

Pues bien, ninguno de esos dos aspectos fueron los motivos principales que captaron mi atención acerca de ella. Y entonces ¿qué fue? La sinopsis, sin lugar a dudas porque, como sabéis, soy historiadora. Y, aunque no me gusta en especial el siglo XIX de la historia de España - me ha aburrido siempre el modo en que los distintos profesores que he tenido a lo largo de mi vida me lo han explicado - el hecho de que sugiriera una novela que usa la historia contrafactual me conquistó. Sobre todo porque, a medida que fui pasando las páginas de la misma, descubrí la perfecta convivencia de detalles y hechos que mezclaban historia contemporánea e historia antigua. Y eso, a la historiadora especializada en la antigüedad y en la epigrafía votiva que hay en mí le fascinó.

No tuve dificultad en descubrir que las flores a las que se hacía referencia en el título en realidad era una metáfora para hacer referencia a las mujeres. Y es que son ellas quienes tendrán un peso casi total en las diferentes tramas de la novela. Una metáfora evidente y una segunda algo más escondida porque al compararla con la flor lo que su autora critica es la consideración que se ha hecho de nuestro sexo a lo largo de la historia, al que se ha considerado más como un objeto bonito más o menos vistosos al que exhibir como decoración e incluso como demostración de poderío si era muy exótica pero que, en realidad, no tenía ninguna utilidad. Muy inteligente esa observación.

Como habréis podido sobreentender por este último párrafo, la libertad y sobre todo, la libertad de las mujeres es uno de los temas más importantes del mismo. Y, aunque ficción, muchos de los argumentos e opiniones incluidos entre sus páginas bien podrían ser extrapolables a la situación que muchas mujeres sufren hoy día en diferentes puntos del planeta. Porque sí, este libro es ficción, pero no debemos olvidar que la realidad en muchos casos la supera.

Me ha gustado mucho el debate - y de nuevo, la denuncia asociada a él - que hace del sistema educativo y de enseñanza de la novela. ¿Por qué? Porque critica que la educación sea un bien de lujo accesible a unos pocos y no de carácter universal y sobre todo por el mensaje asociado al mismo al no convertirlo en un bien gratuito porque no interesa tener a un pueblo que piense ya que el pensamiento nos hará libres. Es un arma bastante peligrosa y difícil de gestionar, sobre todo cuando se está bajo el dominio de un gobierno opresor extranjero.

Asimismo, nos recuerda que una mala publicidad puede provocar malentendidos con respecto a la educación. Y eso mismo sucedía con los afrancesados en la España del siglo XIX quienes, lo que deseaban era mejorar España en muchos de los aspectos en los que estaba atrasada con respecto a Europa, entre ellos el analfabetismo y la falta de educación de buena parte de su población. Sin embargo, al no saber vender bien el producto y sobre todo, a causa de una mala publicidad por "culpa" de la dominación - amén del choque cultural (1) - esto no fue visto como un avance sino como un retroceso. De nuevo, a un gobierno opresor - foráneo o nacional - no le interesa un pueblo que piense por sí mismo, porque el riesgo de desobediencia aumenta exponencialmente a su acceso a su capacidad de acceso a la cultura. Ya lo decían los romanos: panem et circus. Pero sobre el mundo latino ya volveremos más adelante.

El tercer aspecto relacionado con la educación que también me ha gustado es porque he visto guiños e inspiraciones literarias de varias sagas de fantasía que me gustaron mucho cuando era más joven. Estas son Harry Potter por aquello de estar divididas en casas en las que se potencian aquellas habilidades que se les dan bien - o que han elegido - las estudiantes sin dejar de lado materias comunes, por supuesto. Y sobre todo, La orden de la academia Spence, no solo porque las protagonistas también son mujeres jóvenes que estudian en una academia y porque están ambientadas en el siglo XIX. Difieren en muchos aspectos, sí, aunque destaca principalmente el de la magia... cuyo equivalente aquí es la mecánica en la construcción de determinados inventos, cachivaches y artilugios de mayor o menor utilidad aunque todos de lo más variopintos que, a decir verdad, estoy convencida de que, en el momento en que fueron construidos, más de uno estaría convencido de que la mano humana no era la que estaba detrás del ensamblaje y pensamiento del mismo.

Un segundo tema que me ha gustado mucho - y que, como profe, me ha hecho ilusión - es el de la introducción de un profesor joven; Alfonso porque, con este detalle pone en alza la figura del profesor - en numerosas ocasiones criticada y denostada - pero también, pone en alza el rejuvenecimiento y renovación de una profesión gracias a las nuevas ondas de docentes que, desde un punto de vista más contemporáneo y gracias a una cercanía de edad mayor con el alumnado trae propuestas más adaptadas e interesantes para ellos, en aras de crearles interés por las diversas asignaturas más allá del clásico copiar y vomitar. Una tarea nada desdeñable, he de decir.

Y también me ha hecho gracia por la fascinación, llámese roneo o enamoramiento bastante frecuente entre el alumnado y ese profesor joven precisamente porque la brecha de edad entre ambos extremos es menor, no porque sea un amor real. Asimismo, el hecho de que algo te guste conlleva inmediatamente el respeto y ese es otro modo de mostrar amor por el prójimo, por lo que me parece muy acertado.

La sororidad y la falta de la misma están bastante presentes a lo largo de esta novela. La primera a través del pacto de amistad que se crea entre las cuatro protagonistas: Marga, Violeta, Amber y Azucena, las cuales, de nuevo, prefieren poner por encima este a todas las adversidades - personas incluidas - que se les presenten en su camino hacia la adultez. Y la falta de sororidad no es entre ellas, sino hacia la sociedad donde se crían, empeñadas en enfrentarlas - y exhibirlas como objetos - no solo en la búsqueda de marido, sino alimentando la competitividad entre ellas para conseguir un puesto de responsabilidad en el periódico, por ejemplo.

Al mismo tiempo, rechaza y coloca en el ostracismo a toda aquella mujer que no sigue las normas de comportamiento que una buena señorita y parte de la sociedad debe cumplir. En este sentido, he de decir que la situación parece no haber cambiado mucho. Y al hilo de esta diversa consideración de la mujer - en bastantes más ocasiones con cariz negativo - me ha gustado mucho el guio adaptado a Los juicios de Salem que se produce en esta novela con El juicio de las aguas.

Un proceso judicial que será también el título de la segunda novela de la trilogía que se publicará en septiembre y del cual admito desde ya que estoy deseando leer.

Un aspecto que me ha sorprendido para bien ha sido lo original de su narrador. No solo porque enseguida descubrí de quién podría ser - motivo por el cual tenemos que hacer una cruz en el techo ya que no suelo acertar estas cosas - sino por toda la subtrama de misterios y asesinatos que convierte a esta novela en una de género thriller y novela negra a raíz de los asesinatos de hombres por una misteriosa Dama del Lago. Gran homenaje a la literatura y cantos de epopeya este y casualmente, uno de sus nombres se parece misteriosamente al de la vestal Liliane.

Y ahora es cuando os hablo someramente del aspecto que más me ha gustado de toda la novela. No solo las numerosas referencias al mundo prerromano y clásico de la historia de España - que también - sino también que las vestales tengan un papel fundamental desde el principio de la novela porque, desde que era una simple estudiante universitaria de historia sentía una fascinación hacia ellas que, a día de hoy, persiste. Especialmente porque eran una anomalía dentro de la sociedad romana y el rol que esta tenía hacia la mujer y que su consideración equivalente a la de una comunidad de monjas de clausura no puede ser más equivocada.

Ha sido maravilloso ver lo bien reflejadas que están esas características, adaptadas a la idiosincrasia el universo de la novela, amén de que la trama de misterio asociada a tan particulares sacerdotisas no dejó de sorprenderme... si bien llegó un momento en que puse en orden los hecho y vi que, utilizando los hilos adecuados... el lector no va a tener problema en saber las interrelaciones de los diversos personajes, que no el por qué. Eso imagino que irá resolviéndose en las sucesivas entregas.

Como tantos y tantos frentes que han quedado abiertos - uso a propósito el vocabulario de guerra puesto que están en un contexto bélico - y que me tienen ansiosa por saber más.

En definitiva, es la primera vez que leo la pluma de la autora y tengo que decir que me ha encantado porque, es un libro corto, pero es la perfecta primera parte de una serie ya que, hace una maravillosa presentación de los personajes y los conflictos que se desarrollan entre ellos, pero al mismo tiempo cierra algunos - aunque no completamente - y deja muchas dudas por resolver. Todo narrado de una manera tan ágil y natural que provoca que el lector se introduzca de lleno en tan particular universo decimonónico y sienta que es una más en él.

¡Muchas gracias por el envío del ejemplar y por querer colaborar conmigo!

¡Mucha suerte en el concurso!

¡Nos leemos pronto!

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