Ni la distancia podrá separarnos de Eva M. Saladrigas

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy se corresponde con la reseña de uno de los libros viajeros que ha legado a 
mi  casa recientemente. Y sí, sé lo que me vais a decir. Otro. Pero en mi defensa diré que ya sabéis cuánto me gusta poder participar en este tipo de iniciativas y dinámicas.

En este caso, mi posición durante el viaje fue central y el motivo por el cual me decidí a participar en él se debió a que ya conocía a la autora y a su modo de escribir. Y como me gusta además de que lo considero bastante ágil... cuando vi que se organizaba uno nuevo... no lo pensé y me apunté de cabeza.

Por eso, no voy a entretenerme mucho más en esta parte introductoria de la entrada y prefiero centrarme en lo importante de la misma, que es la sinopsis y mi opinión al respecto de Ni la distancia podrá separarnos de Eva M. Saladrigas:

SINOPSIS

UNA HISTORIA DE AMOR, PASIÓN, SUPERACIÓN E INTRIGA, EN LA QUE HAY COSAS QUE NO SON LO QUE PARECEN Y PERSONAS QUE OCULTAN MÁS DE LO QUE MUESTRAN.

Martina, 33 años, neurocirujana de éxito, con un hijo de casi cuatro años, que es su vida junto con su trabajo. Un pasado reciente difícil de olvidar, plagado de desprecio y malos tratos por parte de su expareja, que cumple condena en la cárcel. Las cicatrices, tanto físicas como psicológicas, la acompañan en su día a día. Un tatuaje del ave fénix le recuerda que siempre se sale adelante.
Samuel, 40 años, divorciado, juez en excedencia y apasionado de los coches antiguos. Ahora dedica su tiempo a restaurarlos. Unos casos complicados en cadena le hacen replantearse su profesión, pero sigue sin poder olvidar una de sus últimas sentencias, que cada vez de forma más frecuente acude a su cabeza.
Un juicio, unos ojos que se cruzan… Meses después, una entrega de premios, esa mirada que vuelve a encontrarse y una nueva oportunidad amenazada por un futuro incierto.


OPINIÓN

Antes de empezar con la reseña de la novela propiamente dicha, he de aclarar un par de aspectos en el modo de escribir de la autora para aquellos lectores que no conozcan su pluma. Y sobre todo, para que, no les pille de sorpresa y como tal, lo critiquen.

El primero de ellos es que le gusta escribir historias de gran grosor. O dicho de otro modo, con un número "elevado" de páginas. Y aquí entra la subjetividad de las cantidades, por supuesto. Pero, en cualquier caso, si buscas una novela que leerte en una tarde... si bien su modo de escribir es tan ágil que engancha desde la primera página, sus libros no podrían incluirse dentro de esa categoría.

En mi caso, el número de páginas no es un problema porque, establecí una serie de metas diarias a cumplir en cinco días y, puedo decir con satisfacción que pude cumplirlas.

Y el segundo está en cierto modo relacionado con el número de páginas. Sus historias - o al menos esta - tienen capítulos largos. Así que, de nuevo, si te gustan los libros con capítulos cortos... este libro quizás no es para ti. Pero, tampoco considero que sea un aspecto a criticar de la novela, puesto que la autora ha decidido y planificado cuándo ha de hacer los cortes y pausas dramáticas, amén de que, en ocasiones los capítulos breves no pegan en la narración de una historia como también creo que sucedía aquí.

En cualquier caso, si no te gustan los capítulos largos, mi consejos es que te tomes cada uno de ellos como si fueran historias breves dentro de una más larga y así no tendrás problemas y/o sensación de cansancio o ralentización de la lectura mientras empieces a leer.

Una vez hecha la explicación pertinente, este libro narra la historia de amor entre Sam y Martina, aunque también es una historia de segundas oportunidades para con el sentimiento puesto que, ninguno de los dos ha sido afortunado en él antes de conocerse.

Me ha gustado mucho la valentía de la autora al contraponer lo que es la relación sana de los protagonistas con sus experiencias previas. Especialmente las de Martina en la que se moja al criticar de forma bastante contundente la que es una de las lacras de nuestra sociedad contemporánea como es la violencia de género.

Asimismo, he de aplaudir que rompa estereotipos puesto que, normalmente es un problema que se asocia con contextos marginales el los que la mujer no tiene educación superior y no, lamentablemente nos afecta a todos.

Sea como fuere, no se centra solo en la crítica del problema sino que también lo extiende a todo el proceso y a cómo, pese a que en muchos casos, a pesar de que el agresor esté entre rejas - con una lectura implícita entre líneas de la lentitud del proceso judicial - la sensación de falta de seguridad del afectado no desaparece. Consecuencia esta última de la falta de autoestima tan brutal al que se es sometido.

Un tema, el de la autoestima, que me ha terminando por resultar cansino en lo que al comportamiento de ella se refiere. He de confesar que en muchas ocasiones, he acabado cogiendo tirria a Martina por lo repetitivo del mismo. Entiendo que, tras todo lo sufrido y vivido, su nivel de autoestima e inseguridad no sea óptimo, pero me ha parecido que no quería salir del círculo de negatividad en el que estaba

Al hilo de esto también, me ha parecido muy interesante cómo narra también lo difícil que es romper cadenas y cómo una relación puede ser tóxica y/obsesiva incluso cuando está rota. Y aquí es cuando retomo el argumento anterior para con Martina porque, si hay un rasgo de su personalidad que me ha parecido bastante inverosímil es el de su reticencia y negación rotunda a pedir la ayuda de un profesional médico de la salud.

Es más, me sorprendió bastante que su propio abogado no se lo recomendara. Entiendo que, con esta negativa, lo que la autora pretende es denunciar el estigma aún presente en la sociedad para con la salud mental. El problema es que ella misma parece devaluar su profesión al no solicitar la ayuda de un colega experto en la materia.

Si hubiera acudido a terapia también podría haber mejorado y mucho en lo que a su gestión de relaciones se refiere ya que, el impacto negativo de la anterior fue tan brutal en ella que no es consistente en lo que predica y tampoco está entrenada en lo que a la comunicación de pareja se refiere. Aspecto fundamental para que esta funcione.

No es el único comportamiento tóxico presente en la novela porque también se trata la idealización del primer amor desde un punto de vista torcido, el cual no se supera y, aunque se tiene todo y parece que se ha superado la realidad es que no lo es. La moraleja que nos enseña con esta inclusión es que no todos somos iguales y por tanto no debemos meternos a todos en el mismo saco.

Un segundo tema interesante es el de la paternidad y su ejercicio. Porque sí, el dicho afirma que padre se nace, pero la realidad es que progenitor también se puede hacer y que el hecho de compartir vínculo sanguíneo con una persona, no significa que debamos amarlo de inmediato. Al mismo tiempo se nos recuerda que los hijos nunca deben ser usados como moneda de cambio o arma para hacer daño a nuestras antiguas parejas una vez terminada la relación. Solo deben ser unas personitas a las que querer y cuidar durante el resto de nuestras vidas.

Samuel me ha enamorado como personaje, por el modo en que se comporta con ella y cómo ha sabido llevarla durante buena parte de la novela - santa paciencia la que ha debido de tener en numerosas ocasiones - Eso sí, no negaré que al principio sospeché de él y tuve mis dudas acerca de que sus intenciones para con ella fueran buenas y no fuera en realidad un acosador. Simplemente, se enamoró de Martina de forma fulminante y en unas circunstancias que no eran las mejores para ambos.

Pero, y ese es el mensaje más importante de todos los incluidos en esta novela romántica, no importan las dificultades, las trabas o las circunstancias en las que el amor llega a nuestras vidas, si es de verdad, sano y fuerte, no habrá nada que pueda con él. Ni tan siquiera la distancia.

Por último, no puedo no mencionarlo puesto que va al hilo de lo que acabo de escribir, no hay tiempos a la hora de escribir una historia de amor, así que no se es demasiado pronto, demasiado tarde, demasiado lento o demasiado rápido para los pasos que se dan en cada una de las decisiones que se toman dentro de una pareja. Y que ellos y solo ellos son los que tienen el derecho a opinar al respecto de sus vidas, en consenso, eso sí. No los demás. El resto solo podemos aconsejar y recomendar, no imponer.

A pesar de tener una protagonista a la que he entendido poco, como siempre que leo una novela de Eva, dejo de lado las páginas y me adentro en la historia viviéndola al máximo. Esa es la magia de su pluma.

El libro muy pronto volará hacia su siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!


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