Si volviera a tener dieciséis de Aitana Sánchez Blanco

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el querer colaborar conmigo y sobre todo, que me haya enviado el ejemplar en dos formatos. Primero en digital, y pocos días después de haberlo terminado, en físico.

Quizás os suene del perfil de Instagram porque es un libro que he compartido muchas veces debido a que la propia autora organizaba unos sorteos a los que era difícil resistirse para no participar y también, porque le di publicidad en su momento como novela participante en el Premio Literario de Amazon.

Efectivamente, esta es otra de las novelas que se presentan y participan en el concurso, por lo que yo continúo con mi propia dinámica de presentación de obras concursantes en el PLAS.

Por eso mismo, no me entretengo mucho más en esta parte introductoria del post y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Si volviera a tener dieciséis de Aitana Sánchez Blanco:

SINOPSIS

¿Y si pudieras viajar al pasado? Blanca está a punto de cumplir los cuarenta. Ha perdido su empleo, ha roto con su novio y no le queda más opción que regresar con sus padres.
Vega lo sacrificó todo por su ex. Y cuando él se fue con otra, ella se quedó sin nada.
Las dos envidian a Sofía, la sensata, la que hizo lo adecuado. La única que tiene una vida perfecta.
Una noche, como siempre después de unos vinos, echan de menos los años del instituto, y se preguntan cómo habrían sido sus vidas de haber tomado otras decisiones.
¿Qué cambiarían si volvieran a tener dieciséis?
Cuando Blanca se despierta en 1996, descubrirá que ser una adolescente en los noventa no era tan fácil como recordaba y que algunos momentos parecen condenados a repetirse. ¿Conseguirá, esta vez, tomar la decisión correcta?
Una comedia romántica sobre las elecciones que hacemos, las personas que nos marcan y la importancia de vivir el presente…Porque el futuro ya es historia.

SINOPSIS

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, he de comentar un par de aspectos al respecto de la portada y del título porque lo merecen.

Así, de la portada tengo que decir que el color me encanta y que, si bien en digital es bonito, como también tengo la oportunidad de poder verlo en físico... en este formato es aún más precioso y vivo en su tonalidad. Es genial.
Además de eso, también tengo que decir que llevaría sin lugar a dudas los tres outfits de las chicas que aparecen en la portada, aunque hay uno en especial que no está hecho para este cuerpito que tengo. Pero, sí, creo que definen muy bien mi estilo diverso a la hora de vestir.

Por lo que respecta al título, tengo que confesar que me engañó. ¿Por qué? Porque en cierto modo me recordó a alguna comedia en la que un adulto viajaba hacia atrás en el tiempo a su juventud para revivirla provocando y causando situaciones disparatadas, desternillantes y en cierto modo podría decirse que también algo increíble. Y, a causa de esta influencia televisiva, tengo que decir que - sobre todo al leer la sinopsis - esperaba un libro más de ese estilo.

Ojo que no lo estoy criticando, ni mucho menos ya que también hay numerosos momentos divertidos y cómicos, pero... me ha sorprendido gratamente porque es una novela que trata muchos temas con seriedad y hace reflexionar al lector.

La primera sorpresa con la que me encontré fue que el libro empieza in media res. Un tipo de narración poco habitual por lo arriesgada de la misma, ya que el lector no tiene contexto alguno acerca de las cosas que están sucediendo y sobre todo, por qué la acción ha llegado hasta ahí. Sin embargo, en este caso, la jugada le ha salido maestra porque, de forma muy inteligente, ha sabido convertir y transformar de lugar lo que estaba en medio por el principio de la historia y como tal del problema. Asimismo, de nuevo he de felicitarla porque juega con el lector durante toda la narración y al final hace coincidir principio y final - con circunstancias diferentes - convirtiendo esta novela en una de esas que tiene un círculo perfecto en lo que a desarrollo de trama y personajes se refiere.

Dice Joaquín Sabina en su canción Peces de ciudad que no hay que volver al lugar donde se ha sido feliz. Y, si bien lo admiro como cantautor y compositor, en este punto en particular no estoy de acuerdo con lo que él afirma porque, si bien puede cansar visitar y hacer lo mismo una y otra vez, en cada una de nuestras visitas a ese mismo lugar nuestras circunstancias son diferentes y con ellas, nosotros mismos. Por lo que, si nos ponemos filosóficos y existencialistas, nunca volvemos al mismo lugar.

Precisamente de este pensamiento se extraen dos de los grandes temas de reflexión de la novela: la rutina y el vivir las experiencias como si fueran la primera vez.

La rutina porque es lo que a la larga mata una relación. Una relación que es como una planta y ha de regarse día a día con pequeños detalles porque si no, a la larga, se seca. Pero tampoco es bueno regarla y nutrirla en exceso porque se vicia y termina resultando tan dañina como la desidia. Eso es lo que le sucede a Blanca, una de las protagonistas en la actualidad con su pareja Jorge. Por eso decía que, me parece una gran idea la contraposición con lo excitante y la efusividad en las primeras etapas de una relación.

Hago aquí un inciso para hablar de Blanca porque me pareció curioso y al mismo tiempo, otro recurso bastante inteligente por parte de la autora el de ponerle un nombre y apellidos que la convertían en la tocaya de la actriz Blanca Suárez porque, si no me equivoco, ella misma ha tenido que vivir en carne propia alguna que otra situación similar al llamarse Aitana Sánchez. No sé a vosotros, pero a mí, de manera inconsciente y casi de corrido me sale completar la frase con Gijón, el segundo apellido de la actriz. Y, como le sucede a la protagonista, de manera puntual puede parecer anecdótico y/o gracioso pero a la larga cansa.

De nuevo, este detalle que podría parecer baladí es una forma de crítica a los estándares de la juventud actual puesto que parecen todos cortados por el mismo patrón y resulta difícil distinguirlos. Mismo mensaje que envía con la variedad de estilos a la hora de vestir de las tres protagonistas en la portada. Pero no se queda en la critica sino que anima a ser valientes y únicos porque solo así seremos felices. Mensaje que se repite de muchas maneras diferentes a lo largo de las páginas de la novela.

Por lo que se refiere a vivir el momento y al Carpe Diem es otro mensaje contundente de crítica a la sociedad contemporánea. ¿Por qué? Porque nos está indicando la dependencia a los dispositivos tecnológicos, la cual nos lleva hasta tal punto extremo que, en muchas ocasiones, olvidamos vivir el momento y gozar de la experiencia en pos de dejarla retratada y compartirla con las redes sociales para vender una felicidad que, en numerosas ocasiones es inexistente. De ahí que está muy Bien reflejado el enfrentamiento en el modo de vivir de 1996, mucho más analógico y real en ese sentido. Un mensaje de vivir el momento muy bien traído también al hacerlo coincidir con el momento en que tiene dieciséis años puesto que la adolescencia es una época de muchas primera veces vividas con mucha intensidad. Brava.

Me ha gustado mucho que lo contraponga con las vidas de las tres protagonistas en la actualidad, en la que cada una de ellas tiene una vida con un ritmo completamente diferente al de sus amigas, pero las tres se complementan y sobre todo, los tres están bien porque no todas las personas avanzamos a la misma vez ni estamos capacitadas para hacerlo al ritmo que nos marca la sociedad y los demás. Por eso me parece tan fundamental el tema de perseguir la diferencia y convertirnos en aquello que nos hace únicos, sin importar el tiempo que tardemos en hacerlo y sí disfrutando el trayecto. Así sí que se crece y se enriquece el alma.

La falsa idea de felicidad que vendemos a los demás ya la he mencionado antes, pero quiero volver a desarrollarla porque es bastante importante y de nuevo, a medida que nos hemos convertido en una sociedad más tecnológica, hemos perdido la capacidad de comunicación y percepción de lo que sucede a nuestro alrededor. ¿Por qué? Por el bombardeo continuo y constante acerca de la felicidad y la perfección al que nos vemos sometidos. Doble en el caso de las mujeres.

Una idea que es completamente errónea puesto que la perfección no existe. Por tanto, no debemos quedarnos simplemente con la foto sino que debemos abrir el plano para recordarnos que todos somos seres humanos con períodos al alza y a la baja y que, querer aspirar a un imposible a la alarga nos envenena y no solo nos convierte en infelices, sino también en amargados y envidiosos para mal. Primeros pasos para la individualidad y el egoísmo y sobre todo, para la falta de empatía tan presente en esta sociedad.

La comunicación y cómo esta ha ido variando a medida que, de nuevo, los dispositivos tecnológicos han ido colmando apartados de nuestra vida es también un tema contrapuesto en las páginas de la novela cuyo desarrollo me ha gustado mucho porque antes, para bien o para mal, nos comunicábamos más y si bien las formas en muchas ocasiones no eran las más adecuadas, las conversaciones pendientes no se postergaban y/o eternizaban hasta el punto de que podían llegar a no producirse nunca. En ese sentido, podría decirse que éramos más valientes que ahora puesto que, como digo, en muchos casos no mantenemos la conversación cara a cara con la persona implicada y preferimos comunicarnos a través de mensajes, correos, llamadas de teléfono y un larguísimo etcétera en el que no se nos ve la cara y en muchas ocasiones no escuchamos la modulación diversa que hacemos en nuestra voz, con lo importante que es la comunicación verbal y no verbal.

Y es que en la era de la comunicación nos hemos convertido en unos introvertidos sociales porque tenemos miedo a expresar cómo nos sentimos ya que, cualquier manifestación sentimental - triste o feliz - la asociamos con un síntoma de cobardía. Cuando es al contrario, es de ser valientes. De ahí que hoy más que nunca haya muchas situaciones en las que el famoso ¿y si...? que es el motor principal de esta novela aparezca continuamente.

Y hablando de amor, es muy interesante el modo en que trata la idealización del primer amor y cómo este, aunque no nos demos cuenta, establece un patrón y sirve como punto de referencia para nuestras futuras relaciones. Y también que, solo a larga - a título pasado incluso en numerosas ocasiones - sabemos apreciar un buen trato y un amor sano ya que, no importa la madurez o la edad, el efecto de atracción que tiene un chico malo sobre todos nosotros parece que va implícito en el ser humano. El llamado complejo de salador o superhéroe que lo llamo yo y que tan peligroso es porque, mal gestionado puede derivar en relaciones tóxicas y abusivas que te atrapan en su tela de araña y de las que es bastante difícil salir.

Con la trama amorosa también me ha gustado que plantee que no se puede escapar del destino por mucho que este se modifique y que, si algo está destinado a suceder o dos personas están destinadas a estar juntas lo harán. Sí, la famosa leyenda del amor rojo, pero en este caso con una vuelta de tuerca muy sana y positiva porque nos recuerda que, queriendo bien se tiene la conciencia tranquila. Además de eso hay que querer libres a nuestras parejas dejándolas volar y alcanzar sus sueños aunque eso suponga dolor para nosotros. Sin embargo, nos recuerda también que el dolor si bien hace daño, pasará. Como todo en la vida, ya que nadie se muere por nadie y hay que priorizar las cosas que tienen importancia en nuestras vidas, en cuya primera posición debemos estar siempre nosotros.

Un aspecto que me ha gustado muchísimo es el toque feminista de la novela presente en toda la novela y no solo porque las protagonistas principales sean todas chicas. Asimismo, me ha parecido curioso pero para bien el modo en que la autora afirma que las mujeres maduramos antes que los hombres en lo que a mentalidad se refiere. Solo que en este caso era cierto puesto que eran mujeres con mentes de 40 años en cuerpos de adolescentes de dieciséis. Y aunque el período de adaptación fue difícil, tengo que decir que han superado con nota ese nuevo status y que no me ha chirriado esa diferencia cuerpo-mente. De hecho, en algunas ocasiones han actuado como verdaderas drama queens adolescentes.

No puedo dejar pasar el transcurso del tiempo y cómo algunos aspectos han cambiado para bien. Porque no todo iba a ser malo en la contemporaneidad. Especialmente chocante fue leer la libertad y accesibilidad para con el tabaco, una adicción a la que sin duda consideraban mucho menos dañina y adictiva que ahora.

Pero sobre todo destacaría el tema de la libertad sexual. Si bien hay mucho campo donde trabajar en ese sentido, es imposible negar que hemos mejorado en ese sentido y que ahora hay mucho más libertad que ahora. Solo por la inclusión al hacer que una de las protagonistas sea lesbiana y poner de relieve cuánto tuvieron que sufrir y reprimir hace no demasiado tiempo, la autora merece un aplauso. Así también se despiertan consciencias. Y de paso también se demuestra que la literatura también es un arma para ello.

Como podéis sobreentender, he disfrutado muchísimo con la lectura de esta novela y, como persona que ha nacido a finales de los ochenta pero que ha vivido la infancia y la adolescencia en plena época de los noventa, he visto referencias culturales que he pillado al vuelo y otras se me escapaban, aunque los nombres y datos me sonaban de algo. Así que creo que a vosotros también os gustará.

Por eso, aprovechad todas las oportunidades cuando se os presenten porque será bastante raro que viváis la experiencia de Blanca, Vega y Sofía, así que comunicaos siempre que queráis y sobre todo sed valientes en la vida... incluyendo en vuestros sueños. Por imposibles que parezcan.
Como escritora aficionada con miedo a dar el paso más allá y ponerme del otro lado de la barrera de bookstagram... me ha inspirado.

Por último, no puedo concluir este post sin avisar de que, si bien la historia está cerrada, sí que da pie a una segunda parte porque hay flecos - sobre todo de secundarios - que no se cierran del todo, así que, la autora, por aclamación popular ha decidido escribir una segunda parte de la que estoy deseando saber más. Ojalá en colaboración de nuevo.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo y por dejarme conocer tu pluma!

¡Mucha suerte en el premio!

¡Nos leemos pronto!


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