Todos los secretos que nadie quiso contarme (Bilogía Sueños y un café 1) de Arantxa Alarcón

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con su autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. En este caso en concreto el agradecimiento es doble porque, no solo me envió la primera parte de la bilogía, sino que pude leerla completa.

Esta no es una novela que se presenta al premio literario de Amazon, así que, en ese sentido romperé la dinámica de darle publicidad a las obras que veo que se presentan. Y tampoco es otro libro viajero del que os voy a compartir mi reseña, si bien es cierto que fue gracias a un post de un libro viajero que descubrí la existencia de esta novela.

Por eso, una vez explicadas las circunstancias de cómo este libro llegó a mis manos - dispositivo en este caso - no me entretengo más y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Todos los secretos que nadie quiso contarme, primera parte de la bilogía Sueños y un café de Arantxa Alarcón:

SINOPSIS

Claudia dejó el trabajo perfecto para dedicarse a lo que realmente quería, aunque pocos a su alrededor consiguieron entenderla.
Ella quiere llenar su vida de risas, de verdades, de pequeños momentos capaces de cambiarlo todo.
Tiene miedo a tener miedo, pero lucha, vive y sobre todo ama.
¿Qué pasa cuando descubre que todos a su alrededor guardan un secreto? ¿Será capaz de asumir, aceptar y perdonar? ¿Podrá seguir amando sin perderse a sí misma?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, tengo que hacer una pequeña reflexión acerca del título porque desde el mismo, da que pensar y hace reflexionar al lector acerca de los secretos. ¿Sois buenos o malos guardándolos? ¿Hasta qué punto guardar un secreto es bueno para mantener una relación? ¿Existen los secretos piadosos, como las mentiras? Pues todas y cada una de esas preguntas tienen su representación en esta novela.

Es una novela romántica y, al saber que es la primera parte de una bilogía, el drama prevé desde el principio. Pero además del amor hay otros temas que son dignos de ser desarrollados en este post antes de centrarnos en el sentimiento.

Así, uno de los mensajes más importantes de toda la novela es el de la búsqueda y el alcance de la felicidad. No solo en el terreno romántico, sino en todos los aspectos de la misma. Por eso, si bien puede resultar chocante, como tengo muchos rasgos físicos con la protagonista - soy bajita, tengo el pelo rizado, no soy pelirroja pero sí que tengo muchos reflejos de ese color en mi cabello y adoro Sailor Moon - en mi caso, no me ha resultado difícil de comprender que, llegado un punto de su vida, se pusiera como prioridad y abandonase un trabajo que no la satisfacía para sentirse feliz con ella misma, aunque eso supusiera tener dos trabajos "mal considerados" a ojos de la sociedad.

Con esta decisión, la autora también hace una crítica velada la precariedad laboral de la sociedad contemporánea en la que, para mantener un nivel de vida medianamente decente, en muchos casos una persona ha de sacrifica su vida personal en aras del horario laboral y también pone en el lugar que merece a profesiones "denostadas" por buena parte de la sociedad al considerarlas fáciles, cuando de sencillas no tienen nada, como es la de camarera.

No solo no es sencillo porque ha de trabajar de cara al público y eso ya de por sí lo convierte en un empleo no apto para todos los públicos, sino que además, en el caso de la noche, son numerosas las ocasiones en las que la mujer pierde su estatus de ser humano para ser cosificada y sexualizada.

Y un tercer aspecto que la autora critica y con el que también estoy muy de acuerdo es el nepotismo y el enchufismo bastante presente a la hora de seleccionar a una persona para el puesto independientemente de si lo entiende o de si es válido para él, pues así sucede con Sebastián y el sobrino.

Estos son algunos de los temas importantes que se tratan en la novela, pero, como he dicho, principalmente es una novela romántica y el amor está presente en todas y cada una de las páginas desde perspectivas de lo más diversas.

Por ejemplo, y, aunque ya lo he mencionado, con la relación de Claudia y el local Sueños y un café se demuestra que sí que se puede amar un trabajo y que, evidentemente, aunque la retribución económica es importante, cuando te gusta lo que haces, supone menos esfuerzo y se le considera menos empleo.

Hay también una gran dosis de amor hacia el cine. Especialmente al clásico y sobre todo a la figura de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes, demostrando con las actitudes, contestaciones e ingeniosas réplicas entre Claudia y Joana por qué una película clásica se la considera como tal. Y, al mismo tiempo, por determinados hechos que suceden en la novela, la autora se lamente - y critica - la falta de cultura en general, pero sobre todo cinematográfica que existe en nuestra sociedad. Una pena porque así se pierden unas joyas tremendas.

Los vínculos familiares y el amor entre los miembros de una familia son también muy importantes. De hecho, en esta novela, si bien se hace un alegato a la validez de todas las familias, pone de relieve y en alza lo dura que es la crianza en una familia monoparental y los sacrificios y equilibrios que el progenitor ha de hacer para que esa carencia de amor y atención no sea apreciada por el niño. Menciona también la contraparte positiva y esa es la relación estrecha entre hijo y progenitor en esos sentidos. Advirtiendo también de la estrecha y difusa línea que puede separar amistad de paternidad y que tantos problemas puede causar. Por eso me ha parecido muy real.

Además de eso, también habla de la familia con la que no se tiene vínculo sanguíneo y que se elige, que es la de los amigos. Fundamentales para Claudia en su día a día y en su desarrollo y crecimiento personal... a pesar de que no siempre estarán de acuerdo con sus palabras y acciones. Sin embargo, creo que ha narrado de un modo muy veraz y auténtico lo que significa realmente ser amigo de otra persona. Y por ello, le felicito.

Junto a ello, se ha adentrado en temas espinosos por los que tengo que aplaudir su valentía, como por ejemplo el hecho de que, si bien es cierto que todos aceptamos que las mejores relaciones de pareja son aquellas en las que además de estar enamorado del otro somos amigos, en muy pocos casos se nos ha narrado lo difícil que es dar ese paso.

Un cambio aún más complicado en nuestra sociedad contemporánea donde abundan los problemas de comunicación - otro de los temas importantes de la novela - y en la que existe la creencia errónea de que exponerse públicamente y abrirse al otro es un síntoma de debilidad. ¿Os suena de algo u os recuerda mínimamente a un secreto? Eso es lo que sucede entre Milo y Joana, quienes prefieren ser cobardes y guardarse sus verdaderos sentimientos por miedo a arriesgarse y no tocar la felicidad con uno mismo. Además, con esta dinámica entre los dos, se nos recuerda que, en numerosas ocasiones las circunstancias en las que hemos sido criados ayudan y mucho a la hora de entender o malentender un concepto clave como el del amor.

Interesante es también cómo ese miedo a expresarnos y a llamar a las cosas - sentimientos - por su nombre, nos lleva a tener problemas, a confundirnos y confundir al otro y a aceptar una relación sexual sin sentimientos más allá del cariño en lugar de salir de nuestra zona de comfort y arriesgarnos a perder. Otra pullita para la sociedad bastante certera.

Por último, se atreve a denunciar y a llamar a las cosas por su nombre en lo que a amores tóxicos se refiere.

En primer lugar, un amor en exceso dependiente que no te deje ser libre no es un buen amor, es dependencia y como todo vicio, es malo. Así que, al primer síntoma de bandera roja en ese sentido... hay que huir.

En segundo lugar, un amor que provoca que te pierdas en ti mismo tampoco es amor sano. Y que los golpes que más duelen no son los físicos, sino los que afectan a la mente y al amor propio. Por eso, si bien es menos apreciable, es igual de doloroso y por lo tanto, es un maltrato que no hay que tolerar. Por mucho que la persona que lo sufra nos suplique que permanezcamos en modo pasivo. En este punto vuelve a demostrarse la valentía de la autora por criticar la falta de empatía y sobre todo de sororidad de la sociedad contemporánea. Hay que actuar sí o sí antes de que el maltratador vaya un paso más allá y se pase al maltrato físico. Y aquí no hay juicios de valor que valgan, hay que llamar a las cosas por su nombre.

Y en tercer lugar denuncia de manera brillante la confusión reinante aún hoy día acerca de los nuevos tipos de amor y relaciones amorosas, las cuales llevan a algunos espabilados y aprovechados a extralimitarse y explotarlo en su propio beneficio, contribuyendo al menosprecio, la confusión entre el cariño y la preocupación con el respeto. Sobre todo con el respeto hacia uno mismo.

El amor sano también está presente en esta novela, si bien es cierto que está lleno de malas decisiones y hechos. ¿Cómo? A través de la historia de amor entre Claudia y Adrien, cuya química está presente desde la página uno. Entonces ¿por qué es sana? Porque el uno hace mejorar al otro, se hacen felices mutuamente a pesar de los secretos y los malentendidos y sobre todo, como pareja provocan y causan que el otro deje de vivir con miedo. Y porque, a pesar de que hay sentimientos, ambos son conscientes de que el amor no siempre es todopoderoso y logra vencer, más cuando sus raíces están construidas con barro.

En casos como ese, el amor propio es más importante que el que se pueda tener hacia otra persona.

No sé vosotros, pero a mí me parece un magnífico mensaje para poner en práctica.

He disfrutado enormemente la primera novela y su final, además del drama, me dejó con un sinfín de interrogantes porque fue del todo inesperado el modo en que los actos se precipitaron. Jamás lo hubiera visto venir. Y por eso, aplaudo a rabiar a la autora.

No puedo esperar a saber cómo termina todo el caos que se ha creado.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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