Hija Vieja de Javier Sáchez

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que es especial.

Sí, sé que puede parecer que me estoy repitiendo como el ajo, pero en esta ocasión es verdad. Además, 
es especial por un doble motivo: es la primera vez que leo un libro de la editorial Valhala - eso no significaba que no conociera la editorial. Al contrario sí que había escuchado hablar de ella - pero sobre todo es especial porque está escrita por un autor extremeño. Ya sabéis cuánto me gusta dar a conocer el talento de mi tierra, cuanto más cuando vive en la misma ciudad que yo.

Lo cierto es que este libro se presentó en la feria del libro del año pasado. Sin embargo, dado que estaba muy ocupada por aquella época, no pude asistir a tantas presentaciones y firmas como me gustaría. Por eso, no ha sido hasta ahora, y gracias a la generosidad del autor, a quien agradezco enormemente el envío - recogida más bien - del ejemplar en físico. Vuelvo a repetirme con el tema de las colaboraciones también, puesto que sabéis que no pongo objeciones a la hora de colaborar sean en físico o digital, pero la magia y la conexión que se crea entre el lector y el escritor en formato físico, en pocas ocasiones se consigue en digital.

Y hablando de magia...en este libro hay. Y mucha.

Pero ya hablaré de ello más adelante. Por eso, no me entretengo mucho más y os dejo con mi opinión y la sinopsis de Hija Vieja de Javier Sáchez.

SINOPSIS

Como en todas las aldeas de la comarca, las mujeres de Vultimaco están hartas del desprecio y la dureza que han sufrido durante siglos por parte de los hombres. Una violencia que aflora en la casa, en la calle y en la cama. Encarnación, una anciana que lleva el mismo nombre que todas las mujeres de su linaje, está preparada para aunar a sus vecinas. Con su sabiduría, su temple y una ayuda venida de otro tiempo frenará la violencia de los hombres y animará a sus compañeras a superar la sumisión y a creer en ellas mismas. Llegarán incluso a practicar una cruenta respuesta, engendrada en silencio durante milenios. Para unas se tratará de justicia para otros pura venganza. Y, por ello, serán consideradas brujas. Años más tarde Penélope, una investigadora de vacaciones en la aldea, se dará de bruces con ese recóndito y mágico universo, ajeno al resto del mundo. Allí comprobará la guerra que existe entre la ternura y la rabia. Descifrará la fuerza de aquellas mujeres, el secreto secular que las hermana y también una visión nueva que zarandeará su vida para siempre.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, he de comenzar la portada porque me parece absolutamente preciosa. Asimismo, es bastante indicadora de uno de los aspectos fundamentales de la novela, que es el de la fortaleza de las mujeres. Sin embargo, no es hasta que el lector va pasado las páginas que se da cuenta de este detalle.

Sí, es una historia tremendamente feminista y eso me ha encantado. Por dos motivos en particular: por dar el papel a la mujer en la historia y por desmitificar determinados aspectos y creencias populares erróneas -sin duda, politizadas por hombres - acerca de las brujas, quienes en realidad eran sanadoras, curanderas y contenedores del saber ancestral - por lo tanto, nada peligrosas y sí muy necesarias en áreas y comunidades rurales extensas y despobladas donde el desplazamiento y la atención médica básica o primario no podía ser ejercida a diario.

Ese lucha entre lo femenino y lo masculino está perfectamente reflejado a lo largo de toda la novela. Y digo enfrentamiento cuando perfectamente podría ser un robo por parte del rol de poder de manos de los hombres y un intento continuo con más o menos éxito por parte de la de recuperar el rol que tuvo en la historia. Un rol que, en esta sociedad predominantemente machista sin que nos demos cuenta y también con mucha falta de sororidad entre las mujeres - otro rasgo del machismo por otra parte - está obsoleto. De ahí que esas mujeres que intentan recuperar lo que una vez nos perteneció son vistas como excéntricas, peligrosas y suponen un desafío para los demás. Nada nuevo bajo el sol sin importar el tamaño o la población del lugar donde se vive.

Circunstancias que describen a la perfección la situación de Encarnación, la cual tengo que decir que como personaje me ha fascinado. Su lucha contracorriente y su férrea defensa de la situación de las mujeres de su comunidad ayudándolas como buenamente puede y valiéndose de su conocimiento de la naturaleza me ha gustado mucho. Amén de la crítica que hace de la situación que he explicado antes.

También me ha gustado mucho que, sin mencionarlo y, a pesar de que es una historia de ficción, la reminiscencia de la tierrina y las menciones veladas a Extremadura como el lugar donde se desarrollan los hechos están bastante presentes. Amén de que el hecho de ubicar la novela en un ambiente rural evidencia de manera más clara determinados comportamientos y aperturas de miras al respecto de determinados temas.

A pesar de que se indica que el conocimiento es poder, el autor advierte que - como en todos los casos - este mismo ha de saber usarse y sobre todo, controlarlo con mesura porque, estar, tener y conservar el poder no es nada fácil. Por eso es tan habitual el abuso del mismo. Y sobre todo nos recuerda que hay que tener cabeza y mente fría en todo momento en el ejercicio del mismo porque, a pesar de que haya buena intención, hay ocasiones en que determinadas acciones tienen consecuencias funestas. O dicho de otro modo, hay un enfrentamiento entre el bien y el mal. Una lucha que realizamos a diario en todas y cada una de nuestras elecciones sin que nos demos cuenta de las mismas en muchos casos.

No será este el único enfrentamiento de dos conceptos contrarios. Y quiero remarcar aquí que este no tiene por qué tener siempre un contexto bélico o violento. De hecho, en la inmensa mayoría de las ocasiones no hay ningún tipo de situación violenta y sí, una puesta a frente a la misma altura de los mismos.

Como historiadora especializada en epigrafía votiva que soy, ha sido toda una sorpresa agradable encontrar una protagonista como Penélope, historiadora también a la que apasionan las religiones. Una Penélope con un nombre bastante evocador porque ella es una heroína de la Ilíada pero con un rol escaso cuanto menos. Amén de que en cierto modo sumisa. En otras palabras es el paradigma de la eterna espera fiel mientras que Ulises, su marido, no es tan fiel a sus votos matrimoniales como ella.

Un Ulises que en esta novela no tiene un vínculo sentimental para con ella pero sí familiar y que, como el héroe griego, también se olvida de ella. Sin embargo, al contrario que en la epopeya griega, en este caso, Penélope toma las riendas de su destino y participa de forma bastante activa en la trama de la historia. Tanto, que su personaje encarna a la perfección la dualidad entre la ciencia y la superstición. Es más, representa a la perfección que la una no es excluyente de la otra y que ambas pueden convivir perfectamente dentro de una persona. Más, en una comunidad.

Su personaje es también el canal a través del cual denuncia no solo el papel olvidado de las mujeres en la historia, sobre todo en la historia antigua. Centrándolo más en la contemporaneidad, se la utiliza para explicar la poca importancia o desinterés que la ciencia de la historia despierta en nuestra sociedad porque parece que no obtenemos ningún beneficio de su estudio - creencia bastante errónea - mientras que, determinado útiles, objetos sí que despiertan el interés. Y no siempre académico.

Efectivamente, hablo del mercado negro y el expolio de determinados sitios arqueológicos. Un tema del que puedo hablar en primera mano en una ciudad como Mérida, en la que, si bien contamos con un extraordinario patrimonio arqueológico, este continúa sin ser apreciado y prefieren en muchos casos no hablar de determinados restos o hallazgos para que "no sufran las consecuencias y los males que una excavación arqueológica acarrea"

Que conste que puedo entender el hilo de pensamiento que plantea que un objeto o resto debe pertenecer a su dueño, pero... creo que hay que ser más generosos con el resto de nuestros conciudadanos en este sentido y compartirlo con ellos, puesto que puede ser más importante de lo que podría parecer a simple vista. Incluso puede llegar a cambiar la historia de la humanidad. Así que, en ese sentido me ha gustado que aclare que no siempre el resto más grande ha de ser el más importante o clave para un yacimiento, amén de la crítica brutal al egoísmo y al interés de la sociedad contemporánea.

En cualquier caso, lo que no hay que hacer jamás es robar algo que no es nuestro, porque las consecuencias pueden ser terribles. Y aquí entra en juego además del peso de la ley - está dentro de todas las normas de las primeras sociedades - el peso de nuestra propia conciencia y la sugestión acerca de nuestras propias acciones. Aquí, el personaje de Eugenia adquiere un rol fundamental. Un personaje que no es baladí y que, como su propio nombre indica, es "la de buena familia".

Como he mencionado antes, las funciones tienen un papel primordial en la historia y, si algo hemos aprendido de las historias de "brujas" y hechiceras es la importancia del poder de tres para que estas alcancen su máximo potencial de poder.

Son tres porque hacen referencia a las diferentes etapas en la vida de las mismas: la anciana sabia, la madre y la doncella, que será la heredera de todo el conocimiento y por tanto con gran interés por conocer. Por eso la portada está tan bien planteada como he dicho al inicio de esta parte de la entrada.

Este también será un nuevo enfrentamiento puesto que, si bien el conocimiento masculino se ha transmitido a través de los registros y documentos escritos en diferentes formatos - sobre todo porque eran quienes tenían acceso al poder - el femenino se ha mantenido de generación en generación por transmisión oral. Con los riesgos y peligros de pérdida irrecuperable que eso supone.

¿Cuántos datos se habrán perdido a causa de esto? Es la pregunta implícita que el escritor hace que el lector se plantee.

Esas tres etapas no tienen por qué tener una relación sanguínea porque, de hecho, en esta novela no existe, pero sí que se convierte en otra de las tramas principales de la novela, narrada magníficamente y que a mí, personalmente me llevó a pensar más de una posible candidata para según qué puesto.

En resumen, no es una novela que pertenece a mis géneros habituales y sin embargo, he devorado de lo bien que está escrita y de tanto como me ha gustado.. El único aspecto negativo que le pongo es que, en mi opinión y sobre todo, si se le compara con el ritmo narrativo de la novela hasta llegar a ese punto, el final se cierra de un modo precipitado.

A pesar de eso, considero que es bastante redonda y como tal, recomiendo su lectura a todo el mundo. Amén de que a partir de ahora voy a estar muy pendiente de la pluma del autor porque me ha dejado muy buen sabor de boca.

Así que, si tenéis oportunidad, no dudéis en leerla. Más en las fechas que se aproximan. ¿Qué mejor momento que este?

¡Muchas gracias por dejarme colaborar contigo y por el ejemplar!

¡Nos leemos pronto!

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