Once veces nosotros de Joana Arteaga

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Como sé que me vais a regañar si lo digo, no voy a repetirme y, en lugar de decir que es especial, lo que sí que voy a decir es que esta novela es curiosa. ¿Por qué? Porque, si bien tengo una novela en formato físico escrita por la autora en mis estanterías, ha sido con esta con la que he conocido su pluma.

De ahí que, no me voy a entretener mucho más y por eso, os voy a dejar con la sinopsis y mi opinión de Once veces nosotros de Joana Artega:

SINOPSIS

Kyle Briscoe es reservado, aguerrido y tiene un sueño: conseguir una medalla olímpica.
Kyle nació un once del once y le gusta dar sentido a los símbolos.
Katia Záitsev es tímida, idealista y tiene un propósito: contar historias mediante su cámara de vídeo.
Katia nació un once del once y sabe que eso es algo especial.
Kyle y Katia viven separados por una ventana hasta que se conocen.
Lo que no saben es que, desde ese día, nada garantiza que estén juntos, pero todo parece aliarse, año tras año, para que lo consigan.
Aunque tarden once cumpleaños en comprender de qué va eso de elegirse por encima de todo lo demás.
Aunque cada vez crean que nunca será posible.
Aunque les duela y los rompa en dos.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, tengo que decir que, para ser una chica de letras puras, esta novela en la que hay una presencia importante de los números, me ha gustado mucho. Y con este recurso numérico tan presente a lo largo de todas las páginas de la novela, Joana nos demuestra la importancia de los mismos en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida.

Un detalle que pasa desapercibido a los ojos de la inmensa mayoría de la población y con el que la autora ha jugado de modo magistral. ¿Por qué digo esto? Porque el once es un número primo, es decir, que solo se puede dividir por el uno y por sí mismo, lo cual demuestra que, por propia inercia ambos miembros de esta pareja buscarán la individualidad y sean bastante independientes para con los demás. Pero el once es, al mismo tiempo, un número cuya suma de unidades dan dos y por eso, en el fondo ambos son unos románticos empedernidos y buscarán siempre una pareja: aquella persona que les sume y que les complemente.

Es por eso que, si tuviera que definir un párrafo para describir y resumir esta novela, sería justo el que acabo de escribir, ya que creo que define bastante bien cómo es y cómo evoluciona la relación de Kyle y Katia, quienes, además de compartir muchos datos como la fecha de su nacimiento, también coinciden en que la primera inicial de su nombre es la K.

Me ha gustado mucho la premisa de la que parte porque todo comienza el día en que realmente ambos se dan cuenta de la existencia del uno del otro, a pesar de ser vecinos. Un día que no es otro que el de su cumpleaños: un 11 de septiembre y, con ese detalle, se nos recuerda que, una fecha que pasó a los anales de la historia de la Humanidad, también fue un día como otro cualquiera en el que la humanidad estaba realizando actividades propias de sus vidas cotidianas.

¿No habéis conocido nunca a alguien que comparta vuestro día de cumpleaños? ¿Qué tal os cayó? Yo sí que lo he hecho y tengo que decir que sentí simpatía a primera vista. Y aunque ellos ya se conocían previamente, puede decirse que es ahí cuando empiezan a caerse bien. Sí, esta es una historia de friends to lovers.

La volatilidad del tiempo es uno de los temas más importantes de esta novela, no solo porque se narra la evolución de su historia y su desarrollo como unos y pareja a lo largo del tiempo. Asociada a esta, se tratan otros temas como son el de la madurez y la inmadurez. Conceptos que no han de estar asociados con la edad y más con la mente de cada persona. Un aspecto muy bien desarrollado al hacer una narración larga en el tiempo en la que ambos se comportan de diferentes modos siendo más o menos jóvenes. Al hilo de esto, también tengo que decir que nos recuerda bastante bien que, en muchas ocasiones, son las circunstancias que nos rodean en determinados momentos las que nos obligan en cierto modo a comportarnos de un modo más o menos infantil, de ahí la importancia de abrir el campo de visión de la situación que estamos viviendo y/u observando y sobre todo, la práctica de la empatía. Fundamental en nuestra sociedad y en la que aún nos falta un largo camino por recorrer.

Por último, asociado a este concepto está la idea de las vueltas que da la vida y por eso, un día pero en años diferentes puede ser el mejor... pero también el peor de nuestras vidas. Idea que se repite en más de una ocasión a lo largo de este libro.

La pérdida es otro de los grandes temas que se tratan en esta novela desde múltiples y variadas perspectivas, convirtiéndola de nuevo, en una novela muy interesante. Sobre todo porque, nos hace darnos cuenta de que la pérdida no es siempre algo negativo sino que, en ocasiones, es algo positivo. Es más, necesaria para nuestro desarrollo y búsqueda de la felicidad plena.

Relacionado con esto último, la pérdida nos hace ser conscientes de los errores que hemos cometido en nuestra travesía vital y por eso, podemos dar un paso atrás para enmendar de nuestros errores y volver a empezar de cero. Con igual intensidad e ilusión.

Sin embargo, sí que me hubiera gustado ver más desarrollado el momento de la pérdida de uno mismo puesto que así se hubiera dado más visibilidad a la salud mental, más en el caso de Kyle como deportista profesional ya que le hubiera dado una vuelta de tuerca a un tema tan necesario. Sin embargo, sí que me ha gustado que lo esboce porque, desde esa "mención" nos ha recordado que los deportistas profesionales también son personas "normales" y por ello, como todos nosotros tienes sus momentos de subidón, bajón, dudas y fortalezas.

En ese sentido, tengo que decir que me ha gustado mucho que el inseguro de esta historia sea él porque se sale del patrón de protagonista masculino y por eso, rompe estereotipos y normaliza al protagonista masculino de novela romántica, que de héroe suele tener más bien poco. Además de que, como no da puntada sin hilo, muchos de los comportamientos y actitudes vitales están relacionadas con las circunstancias en las que hemos sido criados y por eso, no son pocas las ocasiones en que, por miedo a repetir patrones y situaciones que tenemos asociadas a recuerdos dolorosos, las evitamos a toda costa. Porque sí, la comunicación es otro de los grandes temas bastante presente en la novela. La presencia y la ausencia de la misma, motivo por el cual reitero que la presencia de un psicólogo en determinados momentos de la misma hubiera estado bastante bien. Y relacionado con este concepto, la autora nos recuerda que, las palabras pueden causar igual o más daño que los hechos, de ahí que la invitación a la reflexión que nos hace es bastante necesaria.

Con respecto a la reflexión, otro mensaje que nos invita a pensar es el de que las apariencias engañan y que nos siempre quienes parecen más fuertes o más felices no lo son, sino que es su modo de protegerse para desviar la atención sobre ellos mismos. Por miedo a sentir. Amor o dolor, es igual, pero así su coraza se resquebrajaría y la imagen "idílica" que dan de cara a la sociedad distaría mucho de ser real.

La felicidad es otro de los temas tratados desde múltiples perspectivas en esta novela y con la que nos envía numerosos mensajes a tener en cuenta entre los cuales destacaré la de no estar anclados en el dolor porque, a la larga, el regodeo en ella solo traerá infelicidad. Amén de que es un síntoma de madurez porque, en mi caso, considero que solo quien es lo suficientemente maduro es capaz de hacerlo.

Este sentimiento está muy relacionado con el amor puesto que hay que ser muy generoso para priorizar la felicidad de nuestra pareja por encima de la propia nuestra. Y sin embargo, tampoco está mal el buscar y ponernos a nosotros mismos de cuando en cuando porque es un síntoma de amor propio. Fundamental para nuestra propia felicidad.

Antes he dicho que esta es una novela en el que el cliché de friends to lovers es el principal y, si bien creo que es la relación ideal de una pareja, es también la más peligros porque, si hay ruptura, no solo se pierde a nuestra pareja, sino también a nuestro mejor amigo, lo cual es peor puesto que el sentimiento de pérdida y soledad es aún mayor. Sobre todo porque, en numeras ocasiones, una persona es también un hogar y por eso el sentimiento de desamparo será mayor si se produce la ruptura y se regresará con más fuerza que nunca a la soledad de los números primos.

Si bien es una novela romántica, tengo que decir que es muy real y por eso, el lector vivirá una montaña rusa de emociones a causa de las decisiones que ambos toman, no siempre equivocadas. Por eso, era muy fácil identificarse con uno y con otro en determinados momentos ya que, aunque ambos sabían que no lo estaban haciendo del todo bien, necesitaban ser conscientes y darse cuenta por ellos mismos del error. Como muchos de nosotros haríamos.

Quizás haya lectores que lo critiquen por esto, pero a mí este aspecto me ha gustado porque, hay veces - o mejor dicho, circunstancias - en las que el amor no lo puede todo. Sin embargo, al mismo tiempo, lanza un mensaje de esperanza acerca del mensaje del poder y la fortaleza del sentimiento. Y de que una persona puede ser el hogar para otra.

Ya lo dice el saber popular, la espera merece la pena y, si hay una característica que describe al amor es la de la ser paciente.

Lo que no hay que hacer en ningún caso es confundir amor con otro sentimiento porque el cariño, si bien puede ser el inicio de este sentimiento, no es el todo su desarrollo y por eso creo que está mal, puesto que, se está jugando con la otra persona involucrada y, aunque no esté en nuestras motivaciones la de hacer daño... a la larga se lo estamos haciendo.

Antes de concluir el post, Joana, este párrafo es para ti: has jugado de una manera magistral con los números a través de la numerología y el paso del tiempo, porque este primer contacto con tu pluma me ha gustado mucho. Así que, te animo a que sigas el consejo de tus personajes y continúes luchando por tus sueños. Y en este caso hablo por experiencia propia porque yo también sufro de síndrome de impostora. Tan fuerte que por eso no me he animado a publicar nada, a pesar de que ese es uno de mis sueños.

Y ya relacionado de nuevo con los números, el diecisiete es el número de la mala suerte en Italia, pero tú no le hagas ni caso a este dato. Céntrate más en el otro lado de la moneda: es el día de mi cumpleaños y solo puede traer cosas buenas.

Por cierto, yo soy miembro de un jurado de un premio literario, por si te animas más adelante.

¡Muchas gracias por dejarme conocer tu pluma y por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos pronto!




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