La buena esposa de Olalla García

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la reseña de una novela que leí en colaboración con la 
editorial, Ediciones B, a quienes agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico y sobre todo, la oportunidad de poder trabajar con ellos, así como la confianza en mí pese a ser una desconocida.

En esta ocasión no voy a entretenerme mucho en la parte introductoria de la entrada porque esta será una de esas entradas filosóficas que tanto me gustan a mí. Por eso, no me voy a entretener mucho y en su lugar, procedo a dejaros con la sinopsis y mi opinión de La Buena Esposa de Olalla García:

SINOPSIS

Una apasionante novela ambientada en el siglo XVII sobre cómo Francisca de Pedraza, la primera mujer divorciada de España, pudo romper el vínculo sagrado del matrimonio y liberarse de la crueldad de su marido.

En un tiempo en que el mantrimonio iba más allá de lo sagrado,
Alcalá de Henares, Siglo XVII. Francisca de Pedraza vivió en una época en que los malos tratos y la crueldad formaban parte del sacramento del matrimonio y en que las principales virtudes femeninas eran el recato, la obediencia y el silencio. Ella decidió alzar la voz.
el vínculo con la crueldad era irrompible.
Tras pasar su infancia en un convento para niñas huérfanas, la noticia de que un hombre había pedido su mano y podría convertirse en una esposa y madre joven fue toda una alegría. Sin embargo, poco después de la boda, el marido de Francisca se reveló como un monstruo violento con el que llegó a tener dos hijos a pesar de llevarla al borde de la muerte en varias ocasiones.
Esta es la historia de la primera mujer que pudo ser libre.

OPINIÓN

Mentiría si dijera que desconocía la existencia de esta novela hasta que se la vi a una de las cuentas de Instagram a las que sigo con más asiduidad. Del mismo modo en que volvería a mentir si dijera que no conocía el nombre de la mujer protagonista que pone título a la novela.

Lo hago porque soy historiadora, aunque, tengo que decir que, en mi caso, no la conocí en mis clases magistrales, sino en un taller de aproximación y conocimientos de mujeres en la Edad Moderna que organizó mi universidad en conmemoración del día de la Mujer.

Ahí fue donde conocí a Francisca de Pedraza y, desde ese momento... me fue imposible olvidarme de ella. Y creo que, cualquier persona que conozca su historia tampoco será capaz de hacerlo.

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, tengo que advertir que, si bien soy historiadora, no soy de ese tipo de historiadores excesivamente contrarios a que la gente lee novela histórica. Con reservas, eso sí, puesto que, bajo la premisa de la novela histórica se cuelan muchos anacronismos no fundamentados y/o datos erróneos diversos. Ese es el tipo de información que no me gusta encontrar en una novela de este tipo.

Sin embargo, sí que he de reconocerles el mérito de presentar y hacer visibles algunos personajes históricos que, de otro modo, por no tener la suerte y/o privilegio de haber pertenecido a las clases altas... su presencia en los libros de Historia con mayúscula pasa sin pena ni gloria - incluso desapercibida - hasta que alguna persona entusiasta decide rescatar del olvido su memoria y devolverle el lugar que merece. Tal y como sucede con Francisca. Así que, por esta parte, le agradezco a la autora que, un día, decidiese tomar esa decisión y lanzarse a la aventura de contar su historia.

Voy a ir directa al grano y diré que, no solo ha satisfecho y alcanzado mis expectativas para con ella sino que se sitúa directamente entre mis mejores lecturas del año. No solo por la historia en sí, que también, sino también por la cantidad de emociones que ha provocado a medida que lo iba leyendo. En todo momento me he sentido como si hubiera sido parte activa de la historia, un aspecto que es bastante difícil de conseguir en mi caso.

Diré también que me sorprendió al encontrar que no había uno sino tres protagonistas femeninas, convirtiéndola a la vez en una novela muy coral en la que hay representación de todos los estamentos sociales de la época y también, nos recuerda que no hay solo un buen tipo de buena esposa, sino más de uno.

Lo que más me ha gustado de esta novela - aunque, a la vez me ha parecido bastante triste - es que las cosas no han cambiado tanto en cuatro siglos, ni en la sociedad occidental, y mucho menos en países de otros continentes.

Así, en no pocas ocasiones a las mujeres continúan tratándonos con paternalismo a la hora de realizar determinadas profesiones y parece que tenemos que esforzarnos el doble para que se nos considere válidas en nuestro puesto de trabajo. Eso, por no hablar de las críticas que continuamos recibiendo si nos decidimos a ejercer determinadas profesiones no asociadas con el sexo femenino, saliéndonos de la norma establecida.

Un doble rasero también que se aplica en el caso de Clara quien, aparentemente es quien tiene el matrimonio más feliz de las tres, pero, en el momento en el que decide guiarse por su corazón y comportarse "como un hombre" comienza a ser criticada y si imagen pública e inmaculada se resquebraja en un parpadeo. Justo tal y como sucede ahora, en el que nos creamos una mala fama por una acción puntual.

Su matrimonio es también un fiel ejemplo de cómo la picaresca española siempre ha estado presente y continuará haciéndolo ya que forma parte de nuestra idiosincrasia. Asimismo plantea un interesante debate acerca de la vocación a la hora de ejercer una profesión y dónde están los límites de la ambición o si es bueno tenerlos o no.

También se habla de otro tema polémico a día de hoy como es el derecho a decidir de una mujer con su cuerpo, recordándonos que un hijo y su crianza no son baratos y nunca lo han sido, así que se debe practicar más la empatía y sobre todo, la sororidad, antes de criticar determinadas acciones.

Por último y no menos importante, se hace una crítica brutal a la que continúa siendo una de las lacras de la sociedad contemporánea como es la de la violencia de género, física y psicológica. De esta subtrama, desgraciadamente, Francisca, es la protagonista indiscutible.

Para empezar, tengo que decir que me ha gustado el recordatorio que la autora hace de que el amor romántico es una invención relativamente moderna y que, aún hoy, continúan existiendo enlaces por conveniencia o interés... y no siempre entre el tipo de personas que podemos imaginarnos.

Me ha dado una pena terrible y he sentido mucha rabia al ver cómo, poco a poco, estaba muriendo en vida con la complicidad de la gente de su alrededor por culpa de su silencio cómplice. Una crudeza magnífica, aunque necesaria para despertar conciencias y sobre todo, para que seamos conscientes de cuánto han debido padecer nuestras predecesoras para que hoy día, la justicia funcione con una eficacia medianamente buena.

Por último, pero no menos importante, era de recibo el homenaje que esta pionera - al igual que otras muchas - merece. Sobre todo porque, en este caso, arroja un mensaje de esperanza para todas aquellas guerreras y luchadoras que continúan peleando para que, este mal desaparezca y se erradique de la sociedad contemporánea.

No puedo sino recomendar esta novela, así como tampoco podré dejar de dar las gracias a la autora por escribir una historia que otorga el lugar que Francisca merece en la historia, a la editorial por publicarla y, en menor medida, por dejarme colaborar con ellos.

¡Nos leemos pronto!





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