Eres mi mundo de Jessica Santos

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Además, en este caso, es la primera vez que conozco la pluma de la misma, y ya sabéis cuánto me gusta a mí hacerlo.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Eres mi mundo de Jessica Santos:

SINOPSIS

Paula es policía nacional en la unidad del GEO. Vive con Alberto, su mejor amigo desde la infancia y compañero de trabajo, quien mejor la conoce. Tras una relación con un final inesperado y doloroso con un guapísimo italiano, se niega a volver a tener pareja. Pero el destino es caprichoso y, en un operativo que se desarrolla conjuntamente con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, coincide con Héctor, el chico del que lleva enamorada desde hace once años y al que no ha podido olvidar. Tan solo hubo un beso entre ellos, pero, a pesar de haber pasado nueve años desde aquel beso, Paula no ha olvidado el sabor de los labios de Héctor. La atracción entre ellos es evidente aun cuando llevan tanto tiempo sin verse. El mayor problema lo tendrán en la distancia, puesto que los separan más de setecientos kilómetros. Además de eso, el compromiso con la unidad, la falta de comunicación y que realmente no se conocen el uno al otro les va a complicar la posibilidad de estar juntos. Una historia de amor, encuentros apasionados, deseo, sensualidad, lujuria, peligro, inseguridad, orgullo, amistad, complicidad y decisiones que pueden cambiarle la vida.

OPINIÓN

En esta novela conoceremos la historia de amor de Paula y Héctor. Pero antes de profundizar en ese tema en esta parte de la entrada, conviene hablar de otros de los temas aquí presentes y susceptibles de análisis.

En primer lugar, me ha gustado mucho que la profesión de ella sea la de GEO. No es la primera vez que leo una novela en la que uno de los protagonistas tiene esta profesión, pero, en este caso, la autora le ha dado una vuelta de tuerca al recurso al elegirla como la profesión de Paula.

La realidad es que no sé si una mujer puede presentarse a las pruebas para trabajar como estos agentes especiales - vi el documental con las pruebas y son bastante duras - pero me ha gustado su inclusión porque con ello denuncia que las mujeres parece que tenemos que esforzarnos el doble que un colega masculino para demostrar nuestra valía en lo que a determinadas profesiones se refiere.

Y relacionado con este aspecto está también el excesivo afán de protección que los familiares especialmente sienten hacia ella por motivos laborales. Con esto no estoy diciendo que el trabajo de GEO no sea peligroso, porque sí que lo es. Pero también estoy convencida de que si el protagonista hubiera sido masculino, la sugerencia de que se marchara de la unidad no se hubiera repetido tan de seguida.

Y eso se debe a que, continúan viéndonos como el sexo débil y perpetuando de modo casi inconsciente algunos micromachismos. Sirva esto también para ejemplificar - de un modo magnífico - cómo, en ocasiones, las buenas intenciones, sean a través de palabras o de acciones, crean dolor a nuestro alrededor.

Además, en este sentido está muy bien ejemplificado porque Héctor es Guardia Civil y, aunque participa en misiones bastante peligrosas, jamás ha recibido comentarios acerca de retirarse del cuerpo.

Pero, si tuviera que describir esta novela utilizando un adjetivo, este sería romántica, puesto que el amor está presente a través de muchas maneras diferentes.

Por supuesto, está el amor hacia una profesión. Y en ese sentido, está muy bien descrita en el respeto, pasión e incluso admiración que Paula siente hacia la misma. A pesar de ser una incomprendida e incluso reprendida en numerosas ocasiones por haberla tomado.

Está el amor hacia los amigos, que son la familia que se elige y que, de nuevo, está muy bien tratado en la unidad de los GEO, tan cercanos entre sí que se confiarían la vida los unos a los otros - y sobre todo, en ese sentido, destaca el modo en el que se relaciona con Alberto, su mejor amigo. Y con ello demuestra que, si hay interés, la distancia no tiene por qué suponer un inconveniente.

Un Alberto que sirve además como canal para describir a la sociedad contemporánea en lo que a relaciones se refiere, puesto que parece que tenemos miedo a establecer compromisos y dar carácter de oficialidad a la intimidad que compartimos con la persona a la que queremos.

Ese miedo es también quien nos gobierna y nos guía a no querer implicarnos más allá, prefiriendo en todo caso, encuentros sexuales donde los cuerpos hablan pero no las mentes. Que conste que no critico las relaciones puramente sexuales... siempre que ambas partes estén de acuerdo, porque, si ese punto no queda aclarado, a la larga es la fuente de futuros enfrentamientos y encontronazos.

Y, por supuesto, sería una estupidez negar la importancia de la intimidad física como la antesala de la intimidad sentimental porque, en no pocos casos, la una ha derivado en la otra. Si bien de nuevo, ambas partes han de estar de acuerdo a la hora de dar el paso.

La comunicación - o mejor dicho, la falta de ella o expresada en modo incorrecto - está muy presente en esta novela. Y no solo entre los protagonistas, sino también entre los secundarios. Y me ha gustado que la autora critique cómo hemos involucionado en lo que a expresarnos se refiere puesto que lo hemos asociado con un síntoma de debilidad. Siendo justo lo contrario.

Y cuando me refiero a comunicación, hago referencia a hablar. Pero sobre todo a escuchar. Y de forma activa. Acción que tampoco solemos practicar de un modo correcto, prestando la atención que merece al tema del que nos están hablando. Y en ese sentido, Héctor es el mejor ejemplo a lo largo de toda la novela porque, no importa las veces que ella le repita las cosas, él parece que no le atiende. O no la toma en serio, que es peor.

Habla también de que hay personas a las que, por mucho que queramos o por las que sintamos atracción, jamás vamos a pasar de esa línea. Y que forzar siempre acarrea resultados negativos.

Fundamental me ha parecido la diferencia que establece entre el amor tóxico en forma de obsesión que ambos protagonistas han de padecer. Un buen amor te quiere bien, pero sobre todo te quiere libre y siempre buscará el bien del otro, aunque acarree su propio dolor.

Me ha gustado también que desmitifique el primer amor, el cual tendemos a idealizar y a poner en un pedestal de perfección, cuando nada ni nadie es perfecto. Asimismo, también me ha gustado que nos recuerde que este primer amor - para bien o para mal - es la vara de medir y la comparación con respecto al resto de relaciones sentimentales que tendremos en nuestra vida. Y que, si el golpe de realidad con la idealización es muy fuerte, lo mejor es romper cadenas y seguir de manera independiente cada uno por su lado, sin hacer daño a los demás.

Junto a eso, explica que, al quedarse con las ganas en su momento, los hechos se precipiten de manera tan rápida. Aunque, eso tampoco puede ser considerado como aspecto de crítica ya que, a la hora de mantener una relación, no se debe hacer ningún tipo de comparación, puesto que cada uno de nosotros tenemos nuestros propios tiempos.

Por último, no puedo no concluir este post sin hacer mención a la importancia del amor propio. Fundamental en nuestras vidas, porque, si no aprendemos a querernos y a valorarnos a nosotros mismos, jamás seremos capaces de querer a los demás. Aunque, el camino hacia la autoaceptación y la valoración de nosotros mismos sea largo, tortuoso y doloroso.

En este sentido, tengo que decir que Héctor, como protagonista, me ha caído mal. Si bien lo ha utilizado de manera muy estratégica e inteligente para criticar la masculinidad frágil y la madurez de las personas.

Sorprende encontrar a un Guardia Civil inseguro y muy fácil de convencer y manipular, pero eso le dota de humanidad. Aunque no quiere decir que me caiga bien, como he mencionado antes. Es más, considero que debe buscar apoyo profesional en lo que a gestión de sentimientos se refiere porque, no sabe lo que tiene entre manos y, al tratar así a una persona tan independiente como Paula, lo que provoca es que la aleja de sí mismo.

Y en referente a la madurez, esta, va a asociada a la mente de una persona. De ahí que, pese a tener siete años más que la protagonista, en numerosas ocasiones se ha comportado como alguien mucho más inmaduro que su pareja.

En cuanto al final, mentiría si dijera que no me ha sorprendido... aunque por otra parte, era la crónica de una muerte anunciada. Eso sí, me gusta dar segundas oportunidades y espero que Héctor se gane mi confianza porque, a día de hoy, está perdida.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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