Me niego a que me sigas de Dafne Pioni

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la reseña de una novela que leí en otro libro viajero. En este 
caso además, lo ha escrito una autora cuya pluma no conocía y que había incluido en mi lista de autoras por conocer este 2023. Así que esa parte ya la he suplido.

En este viaje, mi posición ha sido intermedia, por lo que ya había marcadas y anotadas muchas cosas... a las que traté de no prestar atención.

No me voy a entretener mucho más y por eso os dejo con la sinopsis y mi opinión de Me niego a que me sigas de Dafne Pióni:

SINOPSIS

«El pasado es como una marca en la piel, siempre está ahí para recordarte que forma parte de ti».

Lis está dispuesta a dejar enterrado este pasado que le marca, buscando una nueva vida lejos de la anterior. Cargada con un pequeño equipaje, Lis deja atrás a todos los que han tenido algo que ver con el peor episodio de su vida, dispuesta a empezar una nueva etapa y convertirse en una ermitaña, antisocial y con una vida tranquila y descomplicada. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando aterriza en el pueblo donde decide instalarse, se verá obligada a mantener contacto con gente mucho antes de lo que ella pretendía. Nuevos amigos, un corazón que vuelve a latir con fuerza, una exnovia celosa y el pasado que regresa para recordar que hay manchas imborrables pondrán a Lis en una situación comprometida. Huir de nuevo o arriesgarse y cerrar para siempre esa puerta al pasado.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, he de decir que no sabía muy bien a qué podía hacer referencia el título. Es más, admito sin ningún tipo de vergüenza que pensaba que se trataba de una persona. Y, aunque no voy del todo desencaminada con ese hilo de pensamientos... la realidad es que, para sorpresa de nadie, erré en mi suposición.

La realidad es que, este libro está lleno de giros y sorpresas inesperados que no vi venir. Y precisamente por eso, por darle un giro a la novela romántica por lo que va a gustar a los amantes del género.

En ella conoceremos la historia de Lis, quien vuelve a su pueblo tras haber sufrido un pequeño bache vital. En realidad está huyendo de algo que no descubriremos de inicio, sino de forma progresiva, que nos demuestra dos cosas: que no se puede huir eternamente y que, por mucho que lo ocultemos - o creamos hacerlo bien - el pasado siempre nos perseguirá porque forma parte de nosotros.

Con esta mudanza y vuelta a sus orígenes, la autora hace una alabanza a la vida en los pueblos. Tanto para bien como para mal. Bien porque normalmente la acogida suele ser mucho más cálida desde el inicio, pero también la falta de intimidad puede ser bastante estresante. Sobre todo porque no tiene nada que ver el sentido de la intimidad propio de las ciudades con el concepto de comunidad de los pueblos.

Amén de que los rencores y las malas relaciones también tienden a heredarse. Y con ello, también nos recuerda que el rencor no puede regir nuestras vidas, porque si no, al final no se vivirá en paz.

No solo se hereda lo malo, también las amistades entre diferentes familias lo hacen. Justo lo que le sucede a ella.

La vida de los pueblos está íntimamente ligada con la profesión de ella, la cual me sorprendió. Sobre todo en lo que a lo que la exposición de la vida personal se refiere. La cual siempre ha de tener límites y ha de ser la propia persona implicada quien decida cuáles son. Esta relación y asociación de temas me ha parecido muy inteligente y me ha gustado mucho.

Interesante me ha parecido el debate planteado por el ex de Lis, Marco. Será el canal a través del cual nos haga preguntarnos si todo vale por seguir nuestros principios o, si debemos dejar que la moralidad rija nuestras decisiones vitales. Especialmente en aquellos casos en que otras personas se ven tan o más implicados que nosotros.

Por supuesto, es una novela de amor. Presente de muchas maneras diferentes.

Ya he mencionado antes el amor a una profesión... si bien hay personas que se obsesionan con ella y no saben separar la vida laboral de la personal. Ahí es donde empiezan los problemas.

Aparece el amor sano y tóxico desde el punto de vista de la amistad, quienes son la familia que se elige y te pueden querer igual o más que un familiar de sangre. Y con Marco, demuestra que todo el mundo tenemos derecho a equivocarnos, especialmente si caemos bajo el embrujo de una persona manipuladora como Bea.

Y hablando de Bea, ella es el mejor exponente de lo que es un amor tóxico en lo a su relación con Gaby se refiere. Me ha gustado que, si bien un pelín extrema, la haya incluido en la novela porque así el lector puede identificar a una persona tóxica si se encuentra con ella en su vida.

Su capacidad de manipulación, control - incluso bajo amenazas - es tal, que no hace distinciones la posición de poder que se pueda tener de cara al público, porque puede hacer la vida imposible a otra persona sin dejarla vivir. En realidad, no creo que esté enamorada de él, sino que le fastidia que le "quiten" algo que considera suyo porque nadie antes se había atrevido a plantarle cara.

En ese sentido, representa a la perfección que, si pasas más tiempo discutiendo que compartiendo buenos momentos con tu pareja y sobre todo, que si una vez te dejan, no quieres el bien de la persona que quieres, eso no es amor.

El egoísmo imperante de nuestra sociedad, así como la crítica hacia ella por ese motivo - o por el miedo a exponernos - y cómo involucionamos en lo que a comunicación se refiere también está presente en esta novela y me ha parecido una crítica muy necesaria.

Por supuesto, el buen amor representado en la historia entre Gaby y Lis también está presente. Un canto a las segundas oportunidades porque se conocen desde pequeños, pero las personas crecen y maduran y por eso, ofrecen una nueva oportunidad y perspectiva para interesarse por ella. Y conocerla. Eso sí, advierte también - y por eso me gusta - de la fina línea que hay entre convertirse en la debilidad de una persona y en quererla bien. Por eso, hay que estar pendientes.

Por último, no puedo dejar pasar la inclusión del que, quizás es el amor más importante que tenemos en nuestra vida: el amor propio. Y aquí Lis es el mejor exponente de esto porque, continúa anclada en el pasado y por eso, no se valora lo suficiente. De ahí que por eso le cuesta confiar y aceptar exponerse para aceptar a Gaby.

Y no, no debemos vivir anclados en el pasado. Debemos perdonarnos a nosotros mismos. Y la sociedad también debe conceder segundas oportunidades a las personas porque el estigma de los antecedentes aún es bastante pesado de cara a la sociedad y aún, ante la pronunciación de determinadas palabras, la desconfianza sigue presente.

Sí que admitiré que el final me dejó desconcertada porque no esperaba que fuera así. Y sobre todo porque no sé si dará pie a una segunda parte, la cual creo que no sería buena idea continuar, ya que la inmensa mayoría de las tramas han quedado cerradas.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!


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