¡Ya tengo un muso! de Elisabet Gilmore

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora y la 
editorial, a quienes agradezco enormemente, no solo la confianza en mí para leer la novela sino también el envío de la misma antes de su propia publicación porque así, pude partir con ventaja y saber de qué iba así como todo lo que iba a pasar antes de tiempo.

Por eso, no me voy a entretener mucho tiempo más en esta parte introductoria y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de ¡Ya tengo un muso! de Elisabet Gilmore, publicada en Harlequín Ibérica:

SINOPSIS

¿Es posible que las leyendas tengan algo de realidad?
Noa Queralt es una redactora en paro y con un sueño: escribir una novela sobre una tejedora de historias y un pescador, destinados a enamorarse. Por desgracia, no encuentra la inspiración.
Hasta que uno de los muchos currículums que envía obtiene respuesta: será la nueva bibliotecaria en la Facultad de Medios de Comunicación y Iago Martí será su supervisor. Serio, esquivo y muy atractivo… ¿le servirá de muso en su historia?
Iago es profesor de universidad de origen griego, vive en un barco con su perro, no confía en las mujeres y tendrá que lidiar con una bibliotecaria alocada con un carácter de mil demonios, que le condenará a discutir por casi todo. Eso le sacará de quicio, sobre todo, porque no puede dejar de pensar en ella.
Sin embargo, hasta las personas más opuestas tienen algo en común. Esa conexión que traspasa los límites de la realidad y el tiempo. Esa fuerza inexplicable que te atraviesa en canal el corazón, el cuerpo y el alma.
¿Podrán resistirse a esa energía que los confunde y a la vez los atrae?

OPINIÓN

Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, me gustaría responder a una de las preguntas que se nos plantean en la sinopsis. Y es que sí. Todas las leyendas tienen su parte de verdad. Es más, como guía de rutas de misterios y leyendas que soy es algo que recalco a diario en todas mis rutas.

También me gustaría hacer un comentario acerca de la portada. O mejor dicho, del hombre de la portada. Y no es que esté de toma pan y moja, que también. Sino que me ha sorprendido para bien que no tuviera una cara conocida de uno de estos modelos del banco de imágenes. No sé a vosotros, pero a mí el hecho de encontrarme siempre con las mismas caras, en lugar de gustarme, lo que me parece es que les roba algo de frescura y originalidad.

En esta novela conoceremos la historia de Noa, un personaje femenino que sirve como canal de denuncia para dar voz a la situación laboral tan difícil que tenemos las mujeres, sobre todo al llegar a una determinada edad. Con esto no quiero decir que la búsqueda de trabajo sea más sencilla para los hombres - menos en estas circunstancias que estamos viviendo - pero sí que a la hora de la búsqueda y la obtención del mismo, las mujeres debemos esforzarnos el doble e incluso el triple para ser consideradas igualmente válidas que nuestros colegas masculinos.

Ese es - al menos uno de los mismos - el motivo por el cual al principio, Iago duda muy y mucho de su idoneidad para el puesto de bibliotecaria.

Retomo de nuevo el argumento de la validez aquí para indicar que, a pesar de que el entorno laboral es el ambiente donde se forman la mayoría de las parejas, son muchos los casos en los que no se mencionan porque tienen miedo de que se inicie una oleada de comentarios y pensamientos despectivos - especialmente en contra de la mujer - en los que se sugiere de manera malintencionada que los métodos para acceder a ese empleo no han sido muy ortodoxos. Actitudes que, por supuesto, ni se plantean a la hora de referirse al hombre de la pareja y que vuelven a confirmar una vez más cuán machista continúa siendo nuestra sociedad y cómo tenemos demasiado interiorizados determinados comportamientos micromachistas.

Un trabajo que me ha gustado mucho ver incluido aquí porque rinde homenaje no solo a los libros, sino a uno de los lugares encargados de conservarlos y preservarlos para la posteridad, los cuales, lamentablemente junto a sus colegas las librerías, también están sufriendo una crisis. Y por ello, el número de personas que le dan uso cada vez es menor. Exceptuando los períodos de exámenes, eso sí. Junto a ello, también nos recuerda cuán difícil es el trabajo de cara al público y lo necesaria que es en muchas ocasiones esa dosis extra de paciencia porque la creencia de que el cliente siempre tiene la razón está muy extendida en nuestro país, a pesar de que no es cierta.

No es el único homenaje que rinde a la literatura porque, el sueño de Noa es escribir una novela y con esta subtrama rinde homenaje a todos los autores valientes que comparten sueño con la propia autora y publican. Pero también, al mismo tiempo, lanza un mensaje de aliento y ánimo a aquellos que tienen ese pensamiento e idea, pero que aún no lo han hecho - grupo en el que me incluyo -.

Juega mucho también con la idea de que la realidad supera a la ficción y que por ello, nada mejor para inspirarnos que todo lo que nos rodea. Sean circunstancias, sean personas. Así las historias tendrán unos visos de verosimilitud que provocarán una empatía más fácil con los lectores que aquellas historias en las que hay más toques fantásticos.

Recuerda también, de un modo muy original que debemos ser más empáticos y que, por muy voraces lectores que seamos - culpable de todos los cargos - los escritores y escritoras que nos gustan también son personas y, como el resto del mundo, tienen sus rachas buenas y rachas malas que, en su caso se traducen en bloqueos. De ahí que como digo no hay que presionar en ningún caso para que continúen escribiendo ya que, no solo bajo presión las cosas no funcionan bien, sino que podemos estar contribuyendo aún más a prolongar ese período de tiempo.

Ambos protagonistas no puede ser más diferentes entre sí, y quizás por ello, confirman esa creencia tan común que afirman que los opuestos se atraen. Una dinámica de atracción muy bien llevada durante buena parte de la novela, he de decir. El salseo y su eterna lucha entre el querer, el poder y el ceder a la tentación me ha mantenido en vilo durante buena parte de la misma.

Sin embargo, esta novela recuerda bastante bien que las apariencias engañan y que, aunque a priori, pueden parecer diametralmente opuestos, hay muchas cosas que tienen en común como por ejemplo, su amor por la literatura y su interés en la mitología griega. Característica que, en este caso, también comparten con una servidora y por ello me ha gustado mucho ver y sobre todo, entender todas y cada una de las referencias mitológicas de esta obra.

O también que ambos han sufrido por amor y por ello, tienen miedo a enfrentar sus verdaderos sentimientos poniéndoles nombres. Lo cual es un error - bastante común por otra parte - ya que tendemos a englobar a todos en el mismo saco, cuando cada persona es un mundo y como tal diferente al resto.

Pero, es indiscutible las secuelas que provocan en nosotros las grandes historias de amor y por ello, una vez sufridas, preferimos no volver a arriesgarnos, convirtiéndonos así en unos cobardes emocionales que asociamos la exposición como debilidad y usando el sexo como sustitutivo y entretenimiento a enfrentar la realidad y la magnitud de nuestros sentimientos. De ahí que la metáfora de ella como escritora que vive en un mundo de ficción y sobre todo, la comparación con la sociedad contemporánea me ha parecido muy acertada.

Al hilo de esto, se rinde un homenaje precioso e incluso novedoso a las primeras historias de amor, las cuales, de manera consciente o inconsciente son las que sirven como vara de medir y comparativa para el resto de relaciones que tendremos en nuestras vidas. En este caso, además, da una vuelta de tuerca al sorprender al lector. Especialmente al relacionarlo con un pensamiento como es el de que sí que hay que regresar al lugar donde se fue feliz porque las personas no somos estáticas, sino que evolucionamos, al contrario que los lugares. Y por eso, cada viaje o visita conllevará una serie de recuerdos - positivos o no - asociados a los mismos.

Por supuesto, con esto no quiero decir que esté en contra del sexo o de las relaciones puramente sexuales, porque no es así. Es más, no son pocos los casos en los que una relación sexual termina derivando en algo más. Lo que sí que hay que saber es que ambas partes han de estar de acuerdo con la naturaleza de la relación porque si no, a la larga, uno de ellos terminará sufriendo.

La comunicación, o mejor dicho, la falta de ella es también un tema recurrente a lo largo de esta novela, ya que, está llena de malentendidos precisamente por la falta de la misma, confirmando de este modo que esta es la causa principal de que, en muchos casos se produzcan problemas y discusiones. De nuevo, por supuesto, por el miedo a ser juzgados y a ser considerados como alguien sensible.

Por supuesto, esta es una novela de amor. Sentimiento que ya he mencionado al relacionarlo con temas como la literatura, un trabajo que puede ser una pasión, lugares... pero también al amor y los vínculos entre los amigos. Unos amigos que son la familia que se elige y a los que hay que escuchar cuando dicen que han conocido a alguien ideal para nosotros porque... ¿quién mejor que una persona que nos conoce tan bien para querer nuestra propia felicidad?

Y por supuesto, no se puede dejar de lado al amor romántico. Motor del mundo y de muchas cabezas pensantes a la hora de escribir historias. Hasta tal punto que es al final este sentimiento - y no las personas que nos provocan esos sentimientos y sensaciones - el muso que inspira para, no solo narrarlas sino también vivirlas.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!



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