Cuéntaselo a un extraño. El dilema de Alma (serie Cómplices nº1) de Ania Zaera

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la reseña de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital y permitirme así conocer su pluma en una nueva versión editada y mejorada.

Me hace especial ilusión porque no conocía su pluma y ya sabéis cuánto me gusta conocer a nuevos autores a través de sus escritos. Por eso, no me entretengo mucho más en la parte introductoria de la entrada y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión al respecto de Cuéntaselo a un extraño. El dilema de Alma, escrito por Ania Zaera:

SINOPSIS

Alma vive en un pueblecito de Madrid, tiene treinta y un años y el trabajo de sus sueños.
Tiene que tomar una decisión importante y no puede dejar que nada ni nadie, interrumpa su monólogo interior. Pero el Destino es caprichoso y suele enviarnos el amor, cuando menos lo esperamos.
Su mundo está patas arriba. Necesita a alguien imparcial, que le ayude a decidir cuál es el camino correcto.
¿Pedirías ayuda a un Cómplice sin conocerlo de nada?

Atrévete a adentrarte en el dilema de Alma y vivirlo en primera persona.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de advertir que este es el primero de una serie. Sin embargo, todos y cada uno de los volúmenes son independientes y, aunque haya intervenciones ocasionales de otros personajes, el lector no tendrá problemas en seguir la línea narrativa de cada una de las novelas.

En este caso conoceremos la historia de Alma y Rodrigo, una historia de amor que es un canto y un homenaje al impacto tan tremendo que las primeras historias de amor tienen en nuestras vidas. Tanto, que sirve como punto de referencia y comparativa para el resto de relaciones sentimentales que tendremos en nuestras vidas. Para bien o para mal.

Y al mismo tiempo, con este punto de partida, nos recuerda que esta acción es un error. Sobre todo porque nadie es perfecto y por ello, no hay que idealizarlo. Y también porque las personas cambian - o evolucionan - con el tiempo, de ahí que no podemos tomar como referencia el modo en que alguien actuó o se comportó en determinado momento tiempo atrás. De las experiencias se aprende y se supone que nos sirve para mejorar, de ahí que en un reencuentro, la historia no tendría por qué repetirse.

Sí, sé que suena contraproducente e increíble, pero de este modo también, además de ese canto al primer amor, por increíble que parezca también es un alegato a favor de las segundas oportunidades en la vida. Convirtiéndola de este modo en una novela muy real.

Destaco como un aspecto muy original de la novela el modo en que Alma, la protagonista se comunica directamente con el lector porque lo convierte de inmediato en un participante directo más de su historia y con este recurso además, pone de relieve uno de los aspectos que la sociedad contemporánea ha de mejorar.

Ese es el de la comunicación y especialmente el desmitificar y romper la asociación de que expresarse en voz alta acerca de uno mismo no es un síntoma de debilidad. Al contrario, es un síntoma de valentía. Sin embargo, el miedo continúa muy presente entre nosotros y por ello continuamos teniendo muy presente el qué dirán o pensarán sobre nosotros. De ahí que en ocasiones, ese desahogo sea mucho más fácil con un desconocido ya que el factor subjetividad desaparecería y su juicio sería mucho más "imparcial".

No será la única vez que se incluya el tema de la comunicación en la novela, recordándonos por tanto, lo fundamental que esta. No ya en todas y cada una de nuestras relaciones, que también, sino también en nuestras vidas. Y me gusta que lo haya incluido porque, en la inmensa mayoría de las ocasiones, los problemas, las discusiones y los malentendidos que se producen en nuestra vida cotidiana tienen como origen la falta de la misma.

Así que, recordatorio fundamental: hay que hablar las cosas.,, a riesgo de romper la confianza en una pareja.

Un tema muy interesante que trata la autora en esta novela es el de la felicidad. Y como Rodrigo en este caso es un empresario de éxito, es él quien le sirve de canal para recordar que el dinero o el hecho de tener una buena posición económica no implica una felicidad inmediata. Esta la crea el amor de las personas que nos rodean.

En parte relacionado con la felicidad está otro de los temas desarrollados en la novela. Y este es el del autoestima. En este sentido me ha gustado que, de nuevo sea valiente y use a Rodrigo para recordar que también los hombres pueden tener una baja autoestima. Me gusta que haya roto estereotipos en este sentido ya que es un problema mucho más asociado a mujeres y no es así.

Por último, esta es una novela de amor y como tal, el sentimiento está muy presente a lo largo de las páginas de la novela de maneras muy variadas.

Del amor propio ya he hablado gracias a Rodrigo, lo que no os he contado es que con Alma también lo desarrolla. Eso sí, de un modo diferente porque porque con ella de nuevo vuelve al realismo e indica cómo, en ocasiones, determinadas circunstancias difíciles provocan que las mujeres antepongan las circunstancias a su propia vida y amor propio.

El amor por la familia está muy presente. En sus dos vertientes además.

Junto a ello, incide en lo importante que es crear vínculos con nuestros hijos. Y sobre todo, que padre se hace y no se nace. De ahí que, como cualquier otra relación importante de nuestra vida, ha de cuidarse, mimarse y otorgarle el respeto y la consideración que merece. O dicho de otra manera, no hay que dar por sentado que, tan solo por el hecho de compartir un mismo grupo sanguíneo con otras personas, el amor vaya inmediatamente asociado a ellos. Cuando leáis la novela, entenderéis el giro y la vuelta de tuerca que Ania le da a este tema.

Y por otro lado también da el lugar que merece a la familia que se elige. O dicho de otro modo, a los amigos. Porque sí, en ocasiones puede dar reparos o vergüenza exponernos ante ellos por el miedo a ser juzgado y la pérdida de esa amistad. Sin embargo, en no pocas ocasiones demuestran que están ahí para nosotros de manera incondicional, comportándose como un miembro más de nuestra familia.

Y precisamente relacionado con los amigos está incluido aquí otro tipo de amor, el romántico.

Haciendo hincapié en que no hay que forzar ningún cambio de estatus y/o paso de una consideración de amistad a una romántica. Forzar las cosas nunca salen bien y, a la larga solo causarán dolor y sufrimiento en ambas partes. Y sobre todo, recuerda también que no hay que confundir la comodidad y la rutina con el amor porque, de nuevo, habrá sufrimiento.

Sin embargo, el miedo a la soledad - muy presente en nuestra sociedad - provoca que a veces prefiramos ser infelices en compañía que trabajar nuestro amor propio para darnos cuenta de que es el más importante de todos los que tendremos en nuestra vida y que solo una vez hayamos aprendido a darle el lugar que merece, seremos capaces de establecer relaciones sentimentales sanas.

Asimismo, me gusta que haya contrapuesto lo duro que es saber poner punto y final a una relación - en muchos casos nos negamos a aceptarlo por lo que he comentado en el párrafo anterior - ya que el amor es muy poderoso y paciente, sí. Pero ha de tener también su lugar y su momento para poder desarrollarse de un modo sano. Haciendo hincapié en este sentido que una vida en común compartida consiste en la búsqueda del equilibro entre dar y ceder. Y que una cesión tampoco ha de verse como una derrota o tenerle una consideración negativa... siempre y cuando la toma de una decisión afecte a más de una persona - con las que hay que contar siempre - y sopesando si la recompensa será superior.

Ha sido un primer contacto con la pluma de la autora muy satisfactoria. Tanto, que he de confesar que siento mucho interés por conocer la historia de Mada, la cual presupongo que será la próxima protagonista de la nueva entrega de la serie. Y preveo que va a liarla lo más grande... continuando así con la estela de apariciones estelares que ha tenido en este libro.

¡Muchas gracias de nuevo por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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