Nunca pierdas el sur: viaje, vive y disfruta de Verónica Sanchís Vidal

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la reseña de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente su confianza en mí para que reseñase su novela. Además, es también mi primer contacto con la pluma de la misma, así que ya sabéis cuánta ilusión me hace descubrir nuevas historias.

Por eso, no me entretengo mucho más y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Nunca pierdas el sur: viaje, vive y disfruta de Verónica Sanchís Vidal:

SINOPSIS

Ana trabaja como redactora en una revista de viajes. Pero esto no siempre ha sido así. Antes trabajaba como asesora financiera en una importante empresa familiar. Tenía un despacho, un buen sueldo y era realmente buena en lo que hacía. Pero un día, decidió dejarlo todo para perseguir su sueño, recorrer el mundo con su diario.

Ana nos enamorará con su historia, con sus viajes y con sus reflexiones sobre la vida. Nos hará reír, y nos hará llorar, pero sobre todo nos enseñará, a viajar, a disfrutar y a vivir con toda la intensidad que la vida se merece.

Nos enseñará que, si no queremos acabar perdiendo el norte, necesitamos aprender a no perder el sur.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y del título.

La portada es, a priori, simple. Sin embargo, creo que, una vez leído el libro, la elección del color no es inocente sino a propósito Es un color muy brillante y vitalista. Justo uno de los mensajes que se desprenden y que transmiten las páginas de esta historia.

Y en cuanto al título, ¿no os resulta familia? Es una frase muy común, pero, en este caso, no se puede decir que sea errónea, sino que ha sido modificada ex profeso para, de nuevo, repetir y hacer hincapié en el mensaje positivo de la portada.

Como podéis imaginar, es un libro lleno de metáforas desde el principio del mismo. Al mismo tiempo, es bastante reflexivo y cuenta con numerosas y preciosas metáforas dignas de ser anotadas y recordadas.

Si tuviera que elegir una palabra para resumir esta novela, esta sería amor porque el amor está bastante presente en ella. De múltiples y variadas maneras, además.

Sin embargo, antes de desgranar todos esos tipos de amor, he de hacer mención a la crítica hacia nuestra sociedad contemporánea porque, nos han inculcado una búsqueda casi obsesiva por la felicidad y la estabilidad. De ahí que prioricemos la seguridad que proporciona un trabajo a nuestra salud mental y a la felicidad. Con la consecuente tristeza y problemas de depresión que acarrea, una de las enfermedades más comunes hoy día.

Justo lo que le sucede a Ana, quien tiene a priori todos los ingredientes para ser feliz, pero no lo es. De ahí que nos recuerde que la felicidad no la da el dinero sino el modo en que vivimos.

Con estas circunstancias se habla del primer tipo de amor, no muy tratado y/o desarrollado en novelas pero que también es fundamental para alcanzar la felicidad. Y ese es el amor por una profesión. Sí, soy de la consideración de que un trabajo siempre es un trabajo, pero si se ama lo que haces y se le pone pasión a diario, esta consideración negativa, no lo será tanto.

Relacionado con este tema está el del miedo. En este caso, asociado al de tomar riesgos y decisiones... "heterodoxas". Nos anima a que seamos valientes y nos arriesguemos a cumplir y perseguir nuestros sueños porque si no, eso se quedará enquistados y, en cierto modo, nos impedirá alcanzar la felicidad.

Me ha gustado también el modo en que ha hilado el concepto de viaje más metafórico y personal de Ana con el de los viajes que realizamos en nuestra vida. Además de original, es muy cierto porque, de entrada, nos recuerda que la vida es un viaje y que, aunque nos guste mucho tenerla bajo control o estar lo más informados posibles al respecto de un tema, hay variables y circunstancias que no podemos prever. Sin que ello tenga que ser considerado como algo negativo. Se plantean las opciones y que cada uno decida vivirlo como crea conveniente.

Al mismo tiempo, me ha gustado mucho esa asociación con la empatía y el poco respeto que, como sociedad, solemos tener hacia los demás. Y en su lugar, al mismo tiempo, preferimos la crítica hiriente sin fundamento o argumentos. De ahí que ese sea un aspecto a mejorar en el que debemos aplicarnos el cuento. Más que nada porque la diferencia enriquece y, en ocasiones, conviene tener una apertura de miras al respecto de lo que pueda decir, pensar o plantear alguien de fuera o con poca experiencia ya que sí, la experiencia es un grado, pero no te convierte en alguien omnisciente.

Debate y contraposición muy bien ejemplificados en los personajes de Carolina y Nicolás y en cómo actúan y se relacionan con ella en la revista. Y, al respecto del debate que se plantea en la revista y en el que en cierto modo, invita al lector a que participe. Por muy innovador o extraño que suene en un artículo de viajes, junto a unas buenas fotografías, yo prefiero un texto que me invite y convenza a viajar a ese destino y no una acumulación de datos e historia con media o nula conexión entre sí. Más que nada porque yo soy de ese tipo de viajeros a los que le gusta ir con cierta información leída al respecto del lugar y también porque si no, siempre puedo contratar a un guía para que me cuente y oriente por allí.

En tercer modo en que usa la metáfora del viaje es quizás la más interesante e inesperada ya que lo asocia al amor propio. Recordando con esto que el ser humano evoluciona quiera o no de manera inconsciente a lo largo de su vida. De ahí que la realización de este viaje de autodescubrimiento sea fundamental, aunque sea duro. Más que nada porque, si no aprendemos a querernos bien y aceptarnos a nosotros mismos, no podremos querer de forma sana a los demás.

Me gusta también que denuncia el machismo laboral, aún muy presente en nuestra sociedad. En este sentido, en lo que a su validez como trabajadoras competentes. Spoiler: lo somos. El problema es que debemos demostrarlo el doble o el triple que nuestros colegas masculinos. Cuando no, un hombre aprovecha su posición de poder para menospreciar - e incluso someter en los casos más graves - a las mujeres que comparten el ambiente laboral con él.

Por último, también hay una mención al amor sano, el cual nace del respeto profesional para convertirse en un sentimiento diferente. Sí que me hubiera gustado ver más el pensamiento de él al respecto de Ana porque con esta narración, ha sido muy fácil empatizar con ella. Pero no con él. Si bien es cierto que, desde el principio, había visto más de ella a través de su lente. Amén de que hubiera estado también muy bien ver un desarrollo más explícito de pequeños detalles que los encaminaban hacia ese cambio.

Huelga decir que no esperaba que hubiera un final abierto puesto que pensaba que se trataría del segundo volumen de una serie, pero con personajes diferentes. Así que ahora necesito saber más.

Y vosotros, ponedle un poquito de locura en vuestras vidas y apuntad a partir de ahora, vuestras brújulas hacia el sur. Como indica la autora. Y como ya avisó Raffaella Carrà: "Para hacer bien el amor hay que venir al sur"

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!




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