El síndrome de Stendhal de Claudia Velasco

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la editorial 
Colección Mil Amores, a quienes agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico.

No es la primera vez que colaboro con ellos, así que agradezco enormemente que, petición tras petición, me crean lo suficientemente válida a la hora de expresar mis valoraciones acerca de las novelas que ellos publican.

Tampoco es la primera vez que conozco la pluma de la autora. Si bien es cierto que había leído su pluma en registros diferentes. Sin embargo, la experiencia y el sabor de boca fue tan bueno que, apenas supe de la existencia de esta novela, supe que debía leerla.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho en la parte introductoria del post y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de El síndrome de Stendhal de Claudia Velasco:

SINOPSIS

Se conoce como Síndrome de Stendhal a la reacción extraordinaria de algunas personas ante la acumulación de arte y belleza. Provoca aumento del ritmo cardíaco, temblor, palpitaciones, vértigo y confusión. Chiara Laso de la Vega llegó a Florencia para encontrarse con su mejor amiga, conservadora de la Galería de la Academia de Florencia, que la había invitado para ser testigo de una jornada de limpieza del maravilloso David de Miguel Ángel, y tener el privilegio de ver de cerca la magnífica obra del genio del Renacimiento la impresionó lo suficiente como para ser considerada una víctima del Síndrome de Stendhal. Sin embargo, su experiencia iría mucho más allá, porque su interesante visita privada al museo se transformaría pronto en una aventura inesperada y asombrosa, mágica, que le cambiaría la vida para siempre.

OPINIÓN


Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, voy a deciros que, no suelo hacer esto porque, sabía que este libro estaba hecho para mí. Así que sí, os voy a dar un par de datos biográficos de esos que no suelo compartir con vosotros.

Cuando estaba en segundo de Bachilleraro, hice un intercambio con un instituto de ciencias sociales en Florencia, permitiéndome así salir de España por primera vez. Y sí, visité Italia sin tener nada de idea de italiano. Sin embargo, fui afortundad porque la casa donde me hospedé me llevó a conocer a una de mis mejores y más antiguas amigas. Hicimos tan buenas migas que, cariñosamente la llamo sorellona - hermana mayor en italiano dicho de manera cariñosa - y ella a mí sorellina - hermana pequeña. Si bien diré que nos llevamos poco más de un mes -.

Con esto lo que quiero decir es que, además de considerar a Florencia - y la Toscana como región - como una visita imprescindible y de las ciudades más bonitas Italia, es también para mí mi idea de casa italiana. Así que, cualquier novela que esté ambientada en ella - incluso si es un thriller en el que se cuenta la escalofriante historia de El monstruo de Florencia - conmigo lleva mucho terreno ganado.

Junto a ello también, he de decir que, de manera jocosa, mis amigos dicen que el David de Miguel Ángel es mi novio escultórico. Un estatus que yo tengo bastante asumido y que en absoluto me molesta porque, dicha obra de arte - nunca mejor dicho - está entre mis tres esculturas preferidas de todos los tiempos. Y sí, por si acaso os quedarais con la duda, os comento cuáles son las otras dos: El éxtasis de Santa Teresa de Bernini y El Laooconte y sus hijos; la cual es la única de las tres que aún no he tenido el privilegio de contemplar. Aunque sé de más y de sobra que, cuando lo haga, volveré a sufrir un síndrome grave de Stendhal similar al que el buen señor tuvo la primera vez que contempló la iglesia de Santa Croce sita en Florencia.

Hay veces en las que tenemos miedo por si nuestras expectativas no van a ser satisfechas, pero esto no ha sucedido en este caso. Me ha encantado. Tanto es así que me lo he tomado como un regalo de cumpleaños tardío y se ha convertido en mi lectura favorita de mayo. Ese es el nivel.

En esta novela conoceremos la historia, aventuras, desventuras y sobre todo, el despertar vital de Chiara Laso de la Vega, una doctora que tiene una vida un tanto nómada ya que no se siente a gusto en ningún lugar en concreto ni tampoco siente que una ciudad ha de ser su hogar. Pero también lo ha aprendido así por el modo de vida de sus padres, lo cual demuestra el profundo impacto que el modo en que hemos sido educados tienen en nosotros. Y ojo que en este caso no lo digo para mal, sino al contrario, para bien, ya que la doctora encarna y representa muy bien cómo nuestros progenitores son nuestros primeros héroes.

Su personaje me ha gustado mucho porque sirve de canal de transmisión para poner punto y final a esa absurda rivalidad que plantea que los de letras y los de ciencias nos llevamos mal ya que, ella, es una mujer muy de ciencias, pero siente mucho interés en las disciplinas artísticas. Un pequeño guiño a todos aquellos genios y genias - porque también hubo mujeres - del Renacimiento.

Otro aspecto que también me ha gustado es el enorme peso femenino que esta novela tiene. Así:

Reivindica el papel de la mujer en la ciencia tanto por la profesión de Chiara como de Tiziana, su mejor amiga, la cual es una de las restauradoras de la escultura del David, sita en la Galería de la Academis florentina. Al mismo tiempo, hace una crítica brutal al machismo en ese sentido porque, a día de hoy, parece que las mujeres debemos esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos a la hora de realizar determinados trabajos y profesiones. Y muy especialmente en aquellas que tienen relación o han estado asociadas históricamente con los hombres o que tienen relación con el poder.

Pero no solo eso, también hace que las mujeres occidentales seamos consciente de nuestra relación de privilegio - a pesar de todas las desigualdades a las que nos enfrentamos día a día - con respecto a la situación de las mujeres en otras partes del mundo. Esta pullita debería servirnos de revulsivo para que, en lugar de criticarnos y nos veamos como rivales las unas de las otras, lo que deberíamos hacer es tener más sororidad.

Es por supuesto una original novela romántica en la que se habla de este sentimiento desde diferentes puntos de vista.

Se habla del amor familiar y con este tema recuerda que no es indispensable compartir un vínculo sanguíneo con otra personas para quererla como parte de nuestra familia. Pero también al contrario, que el mero hecho de compartir la misma sangre que otro no ha de conllevar de manera obligatoria el surgimiento del amor hacia el otro. Todas las relaciones han de cuidarse a diario y nunca jamás darlas por descontada.

Se habla también del concepto del amor mal entendido. Un comportamiento que solemos hacer sin que seamos, en la mayoría de las ocasiones, del mismo. Ese no es otro que el de endiosar a la persona amada y considerarla perfecta, cuando la perfección no existe. Detalle que, por cierto, la propia autora se encarga de informar incluso en relación con la estatua.

Si se hace es muy peligroso porque, se corre el riesgo de perderse a uno mismo en ese proceso al anteponer los deseos y planes de la persona que queremos incluso por encima de los nuestros propios. En muchos casos por incredulidad, pero en otros - a veces incluso, combinados - por falta de amor propio. Justo como hace Chiara. De ahí que sea un personaje tranquilo y paciente con el que el lector se va a sentir muy identificado.

Y, aunque el mensaje es erróneo, está muy bien que se haya incluido porque con esta acción, la autora nos recuerda que nosotros debemos ser siempre la prioridad frente a los demás y que, a diario debemos trabajar en nuestro amor propio. El más importante que tendremos en nuestra vida y que nos permitirá también poder querer bien a los demás.

Por último, relacionado con esto, se hace alusión a lo difícil que es saber pronunciar, pero sobre todo, aceptar una negativa. En todos los aspectos de nuestras vidas, aunque muy especialmente en el romántico. Pero está muy bien recordar que los sentimientos pertenecen al campo de la subjetividad de cada uno y por tanto, no podemos obligar a nadie a que nos quiera ni a que lo haga del modo en que nosotros lo hacemos.

Interesante es la inclusión de un tipo de amor poco tratado en la novela romántica como es el amor por la fama. Especialmente porque, de nuevo, este suele estar mal entendido y en numerosos casos, se dejan guiar más por la ceguera del brillo de la fama que por la persona en sí. Otro modo de recordar lo erróneo de endiosar a los demás.

Pero es interesante también porque incluye la perspectiva desde el otro lado. Es decir, desde el famoso implicado. Y de nuevo se comprueba que no todo es oro lo que reluce e incluso entiende que tras esos halagos y seguridad en sí mismos, se encuentren personas frágiles, tímidas e incluso hastiadas y desconfiadas por naturaleza, porque ya no saben si el motivo por el cual se acercan a ellas para conocerlas es por sí mismas por la larga estela de la fama. O dicho de otra manera, si el personaje famoso se ha comido al real de tal modo que el segundo es invisible. Una metáfora muy bien tratada en Domenico.

Hay, como no puede ser de otra manera, alusión a una historia de amor. Normal porque se narra con mucha fluidez y maestría ese cambio y proceso del friends to lovers. En este caso además, confirma mi idea acerca de que las mejores relaciones de pareja son aquellas en las que los amigos además de ser amantes, también son amigos. Si bien es cierto que la pérdida es doble si se produce la ruptura y también es el motivo por el cual en numerosos cambios hay miedo a la hora de dar ese último paso que provoque el cambio.

Junto a ello, con el surgimiento de una amistad tan original entre los protagonistas, se demuestra que debemos rodearnos de personas que son diferentes a nosotros porque la diferencia siempre suma y enriquece y nunca resta.

Pero además, hay una muy bella historia de amor que entronca con la idea del destino y que demuestra que, si dos almas están destinadas a encontrarse, el hilo rojo que las ha unido, terminará buscando el momento y el lugar para hacerlo. Solo debemos ser pacientes. Virtud que no está muy a la orden del día, por desgracia.

Es una novela breve que me bebí en la cual todo lo narrado es muy original y nada parecido a lo que había leído antes, pero está tan bien narrado e hilado que realidad y ficción casan perfectamente y de forma muy lógica y razonable a pesar de lo increíble de esta historia.

Lo he dicho, pero lo repetiré.

Me ha encantado.

Y vosotros debéis leerla también porque seguro que también la vais a disfrutar tremendamente.

¡Nos leemos pronto!



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