Margaritas blancas: mujeres invisibles de Montse Alabarta

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy se corresponde con la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Y sí, habéis leído bien, aprovecho que estoy en un impase entre recepción de viajeros para escribir opiniones de aquellos libros que están en borradores.

Por esto, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, en su lugar, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Margaritas blancas: historias de mujeres invisibles de Montse Alabarta:

SINOPSIS

Natividad decide desvelar el secreto que mantuvo silenciado durante años, dejando para su hija el relato de un drama que vivieron miles de mujeres en la España franquista. Margaritas blancas es la cautivadora historia de una de las muchas víctimas del Patronato instaurado durante la oscuridad de la dictadura. Pasados los años, la tragedia que vivieron estas mujeres se convierte en un escándalo mediático, en una trama delictiva que roza los límites de la conciencia.

Utilizando un estilo sencillo, con una poderosa carga poética y fragmentos de gran belleza narrativa, esta novela nos sumerge en una historia conmovedora y reflexiva, cuya lectura sin duda ofrece una maravillosa enseñanza, un llamado constante a amar la vida y a luchar siempre por ella.


OPINIÓN

Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, he de decir que, si no fuera por el subtítulo, el lector no hubiera descubierto cuál es el tema de la novela. Aunque, al mismo tiempo tampoco siento que el título sea equivocado, sobre todo en lo que se refiere al color de las margaritas ya que, al menos en la cultura occidental, el blanco es símbolo de pureza e inocencia.

Y por eso, no hay mejor color que describa a las mujeres de las que se habla en esta novela... a pesar de que intenta hacerles creer que es justo lo contrario. Y también incide en la falta de sororidad que hemos heredado a día de hoy de épocas pasadas.

Y un segundo aspecto del que me gustaría hacer un comentario antes de empezar con la opinión es el hecho de que comparto por completo y suscribo sus palabras. Porque, nuestro país parece no haber pasado página sobre determinados episodios y etapas de sus vidas. Sobre todo porque no se ha dejado hablar sobre él ni se ha resuelto en muchos casos el problema.

Y ojo que yo no hablo de bandos, aquí yo hablo de personas que sufrieron represión y por tanto, a día de hoy, no han podido superar ese hecho traumático de sus vidas. Y aquí me refiero a hombre, pero también a mujeres quienes, como suele ser habitual, somos las grandes olvidadas de la historia - incluso dentro de los propios olvidados -.

El problema radica en que, si no se habla del tema, parece que nunca ocurrió. Y por eso, novelas como esta son tan necesarias porque recuerda que no solo los hombres y las mujeres que marcharon al frente sufrieron represión, también aquellos que permanecieron en la retaguardia la vivieron en sus vidas cotidianas. Y dado que el ámbito del hogar solía ser territorio femenino, fuimos nosotras las grandes perjudicadas.

Junto a ello, es una herida tan grave y profunda en la colectividad de los españoles que incluso a día de hoy, cuando todo ya ha terminado, aún hay miedo a hablar, manifestarse e incluso contar algunas de las experiencias que se vivieron en ellas.

Es por eso que novelas como esta son tan necesarias porque así se da a cada tema y a cada uno el lugar que merece. Además, es un libro de advertencia para que la historia no se repita ya que, por todos es conocido que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Me ha parecido curioso que, precisamente, el nombre de una de las protagonistas femeninas de la novela sea Irene, cuyo nombre significa "paz" necesaria en todos los aspectos de nuestras vidas.

Una novela profundamente femenina y feminista ya que continúa abogando porque las mujeres debemos continuar luchando contra las injusticias que hemos sufrido a lo largo de la historia y que a día de hoy continuamos viviendo. Y a su vez, sirve también de homenaje a nuestras predecesoras, a las que hay que darles el lugar que merecen por la lucha que protagonizaron para que las mujeres contemporáneas podamos gozar de algunos derechos que disfrutamos hoy día.

La maternidad es, por tanto, otro de los temas centrales de esta novela y sorprende - aunque no para bien - comprobar cómo es un concepto que se sigue discutiendo hoy día por todo el mundo menos por la persona más indicada para hablar sobre él, como es la madre. Además, también incide en que, no importa cuál sea la postura o la decisión al respecto de la misma, la mujer siempre saldrá perjudicada y la criticarán.

Anima también a que realicemos un ejercicio de empatía y sororidad con las mujeres entre nosotras. Y no solo con las que están a nuestro alrededor, sino con las mujeres del mundo en general. Porque las violaciones, vejaciones y maltrato en general que ellas sufren en puntos más o menos alejados del mundo occidental hasta no hace mucho tiempo eran la tónica habitual de nuestras generaciones anteriores también.

Y por supuesto, el machismo heredado en buena parte de los comportamientos sociales para con las mujeres también está denunciado de una manera fiera y guerrera aquí. Especialmente en lo que a sexualidad se refiere donde, si un hombre tiene muchas parejas sexuales es un triunfador, pero si es una mujer quien la tiene, las críticas hacia su personas serán brutales. Lo que es realmente triste de todo ello es que la principal fuente de las críticas hacia esas mujeres provienen de otras.

Denuncia también de manera muy cruda que sí que hay personas que gozan de los privilegios que les otorga el dinero, quien les permite salir airosos de situaciones de lo más peliagudas. E incluso ilegales. Criticando así que el mundo no es justo y que hay veces en las que el amor no lo puede todo.

Muy dura es la historia de Nati, pero fundamental para que las nuevas generaciones sepan aquello que tuvieron que sufrir nuestras generaciones anteriores. Pero también incluye un homenaje más que merecido a nuestros mayores. Otro colectivo que parece ser el gran olvidado en nuestra sociedad porque se les consideran inútiles e incluso un estorbo, cuando no lo es. Cada generación ocupa un rol con su función e importancia en ella y no hay que hacer de más o de menos a nadie. Todos somos iguales en lo que funcionalidad y utilidad se refiere.

Por último, no puedo no concluir este post sin el poderoso mensaje de ánimo a que seamos valiente y le demos voz a las personas que ya no están en forma de homenaje póstumo porque así cada cosa y tema ocupará el lugar que merece y sobre todo, la memoria no se olvidará.

Bases fundamentales para la construcción de una nueva historia en la que es básico y fundamental la práctica del perdón. Otra manifestación bien hecha del perdón, que ha de ser motor y regir una sociedad imperfecta, pero con ganas de ser mejor.

Muchas gracias por haber escrito una historia así, de tan fácil lectura y que despierta conciencias como la que ha hecho.

¡Nos leemos pronto!


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