¿Mi sueño? Tus labios de Jennifer Sweet

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada de nuevo a la reseña de otro de los libros viajeros que llegó a 

mi casa en días pasados.

En este caso además, no conocía la pluma de la autora y he de confesar que la portada en su momento ya llamó mi atención, pero como se complicaron las lecturas pendientes... hube de posponerla. Sin embargo, el destino y el karma tenían destinado este libro para mí y ha sido finalmente en forma de libro viajero como he podido conocerlo.

En este caso también se da la coincidencia de que no conozco y tampoco conocía la pluma de la autora, así que me hacía especial ilusión. Y he de decir que se ha currado y ha mimado mucho a todas las partcipantes de este viaje. A mí, personalmente ya me conquistó con el detalle de la vela que, como sabéis, adoro.

Sin embargo, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de este post y por eso os dejo con la sinopsis y mi opinión de ¿Mi sueño? Tus labios de Jennifer Sweet:

SINOPSIS

¿CÓMO REACCIONARÍAS ANTE UNA TRAICIÓN, UNA PÉRDIDA Y UN ABANDONO?

Mi nombre es Jackson y lo he perdido todo en la vida, incluso a mí mismo. Me ha tocado crecer a pasos agigantados y tomar decisiones de las que no me siento orgulloso para salir adelante. Por su culpa soy lo que soy.
Todo era diferente cuando Ivy estaba en mi vida. Yo lo era. Ella era mi ancla. Ese rayo de luz en mitad de la oscuridad. La persona por la que quería ser mejor. Pero se marchó y mi mundo se tambaleó hasta los cimientos. Creé una coraza impenetrable y me entregué a la autodestrucción. ¡Fui un estúpido!
Pero he tenido que perder a las dos personas que más quiero en el mundo para darme cuenta de que no puedo seguir por este camino, que necesito un cambio, porque, cuando todo vuela por los aires, solo hay dos opciones: destruirte o reconducirte.
UN PRESENTE DEMOLEDOR, UN FUTURO LLENO DE ESPERANZA Y UN PASADO QUE SIEMPRE VUELVE
.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de advertir que no había imaginado que el título de esta historia fuera tan literal porque los sueños que pertenecen al mundo onírico tienen un enorme peso en la historia narrada entre sus páginas.

En esta novela conoceremos las duras y difíciles circunstancias vitales de su protagonista Dylan. Un personaje con el que la autora introduce el debate acerca de si se nace o se hace malo y sobre todo, hace hincapié en el enorme peso que tienen las circunstancias en las que nos criamos para que consideremos como válidos o negativos determinados comportamientos, gestos, hechos y actitudes.

Y al mismo tiempo, recuerda que hay que conceder segundas oportunidades vitales a todo el mundo porque las apariencias engañan y, aunque a priori Jackson parece un tipo duro e inalterable que va de malote, la realidad es que tiene muy buen fondo, es trabajador y muy buen corazón. Sin embargo, como en tantas y tantas ocasiones, será solo cuando dejemos prejuicios, rumores y noticias falsas a un lado y nos atrevamos por nosotros mismos a conocer a esa persona cuando descubriremos qué se esconde tras la fachada de la inalterabilidad.

Por sorprendente que pueda parecer, a pesar de ser una obra de ficción me ha gustado mucho el realismo de la descripción de las vidas de los protagonismos. Y sobre todo que haga hincapié en que, a veces, la vida es muy perra y no es siempre de color de rosa. Tampoco esté diciendo que sea de ese tipo de personas que lo ven todo negro. Pero sí que hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre y a dejar de edulcorar nuestras circunstancias vitales porque así llegamos a la etapa adulta sin estar preparados o ser lo suficientemente maduros para enfrentarse a ella, ya que, por desgracia, las desgracias nunca llegan solas.

Otro aspecto que me ha gustado mucho de esta novela y que es muy real también es que recuerde que el ser humano no es perfecto. Al contrario, si por algo se caracteriza es por ser imperfecto en todas y cada una de las acciones que realiza y emprende. O dicho de otro modo, que nadie nace sabiendo y por eso, debemos practicar más la empatía y la paciencia para con los demás... aunque precisamente esas son virtudes que, a día de hoy brillan por su ausencia en nuestra sociedad.
Y uno de los mejores ejemplos y campos de aplicación es el de la maternidad y la paternidad.

A priori, la crianza de un hijo o una hija es sencilla - aunque si os han dicho eso os han engañado como a chinos - y, si bien todos los consejos y ayuda son bienvenidos, la realidad es que cada niño y cada padre es un mundo diferente e independiente del otro, de ahí que lo que funciona para uno, no lo hará para el otro. Así que ojo con la regulación y la estandarización de todos los aspectos que tengan que ver con el ser humano.

Este tema sirve también de aviso para recordar que, el decidirse o no a traer un niño a este mundo para educarlo hasta la etapa adulta ha de ser una decisión bien meditada porque es una responsabilidad de por vida. Y, aunque haya etapas de relación más o menos estrecha e incluso otros períodos en los que hijos considerarán enemigos a sus padres, los malos momentos no han de servir como argumento de peso para deshacerse de dicha responsabilidad.

Y me ha gustado también porque hace hincapié en que todas las familias son válidas; sin importar su número de miembros. Pero también que, el mero hecho de compartir un vínculo o un grupo sanguíneo con una persona no provoca la aparición y/o el brote de un sentimiento romántico inmediato. Como todas las relaciones han de cuidarse, mimarse y darles la consideración e importancia que merecen para poder provocar algún sentimiento. Positivo o negativo.

De ahí que a veces, las relaciones entre familiares no sea del todo buena y, sin embargo, entre familiares que no son de sangre - amigos - sí que lo son. Y al hilo de esto, me ha gustado muchísimo la alabanza a la existencia de relaciones amistosas con amplia diferencia de edad. No solo porque demuestra que la experiencia es un grado del cual se puede aprender sino también que las diferencias siempre suman y nunca restan. Al contrario, a más variado sea nuestro grupo de amigos, más enriquecedor para nosotros será.

Como he dicho antes, es una historia muy metafórica y literal porque, si tuviera que describirla de algún modo sería como la del viaje de autodescubrimiento de su protagonista; Jackson. Por eso la moto es tan indispensable para él y el mar es otro de los ambientes en los que se siente más cómodo. No hay mejor metáfora de su vida en toda la novela en mi opinión: es un mar turbulento cuyo objetivo no es ni más ni menos que encontrar la calma y la paz que cree merecer. Por eso también, buena parte de los acontecimientos importantes suceden con agua de por medio o cerca del mismo.

Como todos los viajes de autodescubrimiento el camino será duro, sentimental y lleno de obstáculos a superar, pero si sirve para conocernos y valorarnos del todo bien a nosotros mismos. Y sobre todo, si sirve para que aprendamos a no cometer los mismos errores que nos han llevado a un momento bajo de nuestra vida, el resultado habrá merecido la pena. Es por tanto, una novela en la que se pude decir que nuestro protagonista busca, incansablemente la fórmula para desarrollar su amor propio.

Pero también, es una novela romántica y como tal, el amor romántico está muy presente. En más de un modo me atrevo a decir.

Así, recuerda cuán importante es el impacto del primer amor y las primeras relaciones sentimentales en nuestras vidas. Hasta el punto de que, en muchos casos, sirven para establecer un patrón, punto de referencia y vara de medir para con el resto de relaciones importantes que llegarán después a nuestras vidas. Craso error porque las personas evolucionamos y no siempre estamos igual de favorables a mantener una relación idéntica a las posteriores. Amén de que hay momentos en nuestras vidas en los que no queremos nada serio mientras que en otros sí que estamos más dispuesto a a un compromiso más serio y sobre todo, que no existen dos personas iguales en el mundo. De ahí que buscar y casi obsesionarse con ese ideal de amor romántico con el que hemos sido bombardeados desde pequeños es un error.

Del mismo modo que es un error la idealización del otro porque, de nuevo, remarco que no hay nadie perfecto y sobre todo, porque todas las comparaciones son odiosas. Además de que, puede generarse un sentimiento de inferioridad y de competitividad con uno mismo que es bastante tóxico. Como he apreciado en algunos momentos entre Jackson e Ivy.

Si tú no te quieres bien, no serás capaz de querer a los demás. Hay que saber querer bien a uno mismo y a los demás porque el amor es paciente y sabrá encontrar su lugar y su momento más idóneo. Y sobre todo, si el hilo rojo del destino ha decidido que dos personas están destinadas a estar juntas, no importan las dificultades que vayan apareciendo por el camino, al final podrán alcanzar su sueño y estar el uno junto el otro. Fundamental en cambio para que eso se produzca será siempre la buena y asertiva comunicación entre los miembros de una pareja. 

Como pega que le pongo al libro es que el final del libro me ha parecido precipitado, de ahí que piense que algunas escenas entre los protagonistas podrían haberse sobreentendido para enfatizar más el final, el cambio de vida y la tan ansiada redención del protagonista.
Salvando ese detalle, ha sido una lectura muy ágil.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!




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