Solo quiero volver a verte de Cristina Bernal

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en estos días anteriores. Sí, sé que este encabezamiento os puede sonar, pero en este caso es diferente porque es la primera vez que participo en un libro viajero conjunto por dos cuentas y por tanto eso lo convierte en especial.

Junto a ello además es la primera vez que conozco la pluma de la autora y ya sabéis cuánto me gusta hacerlo. Por eso, no me entretengo mucho más en la parte introductoria del mismo y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Solo quiero volver a verte de Cristina Bernal:

SINOPSIS

Adriana decidió vivir cada día de su vida como si fuera el último. Era impulsiva y estaba dispuesta a divertirse sin temer a las consecuencias, pero ¿a qué precio?
Necesitaba huir de la tentación, poner distancia entre la mente y el corazón, y emprendió el viaje de su vida: un camino lleno de obstáculos que marcaría su destino para siempre.

Un beso fortuito lo cambió todo.
Dos hombres totalmente opuestos.
Un amor.
Una mentira.
Y un único sentimiento: «Solo quiero volver a verte».

¿Encontrará suficientes razones para alcanzar su final soñado?

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que este viajero llegó con muchos detallitos y que también tiene una de esas portadas inteligentes que tanto me gustan porque, la pareja protagonista de la misma, aparece iluminada por los rayos del sol. Y con ello, obtiene un mensaje de esperanza en lo que respecta al sentimiento y sobre todo, traza un precioso paralelismo entre el sentimiento que nace entre la pareja protagonista y el astro rey: va dándoles poco a poco ese calor que ambos necesitan en sus vidas para, al final, iluminar con toda la fuerza del mundo no solo sus vidas, sino todo su mundo.

Aunque, si bien es cierto que es una historia romántica, si alguien preguntara mi opinión, yo diría que es más bien una historia de amor propio y del viaje de Adriana para su autodescubrimiento y en la búsqueda del amor propio y la aceptación positiva de sí misma.
De nuevo, un viaje literal y metafórico porque, buena parte del hilo argumental de la misma se desarrolla mientras realiza el camino de Santiago y, como en ese peregrinaje, su mundo interior y estado mental y sentimental pasa por diferentes etapas.

Es una novela donde quedan muy bien reflejadas las opiniones que, nuestra sociedad contemporánea tiene al respecto del amor. Y sobre todo, recuerda que no hay que darlo por descontado ni burlarse de él porque, aparece cuando menos se le espera y, perdonadme la expresión, hará que caigamos con todo el equipo.

En este sentido, uno de los dos hombres que aparecerán en la vida de Adriana para revolucionarla, es el epítome de lo que acabo de comentar. Pero también es un fiel reflejo de lo que ocurre en muchos casos con trabajadores de uniforme.

Es un cliché y una asociación como objeto de deseo desde hace tanto tiempo que, eso provoca que, en ocasiones, el cargo y la posición se les suba a la cabeza. Y, sinceramente, no puedo con esto. De ahí que, cuando prueba de su propia medicina y recibe tres cazos de aquello de lo que se vanagloria, me alegré muchísimo ya que, la autora también advierte que el karma existe y aparecerá para devolvérnosla cuando menos nos lo esperemos.

De normal sabéis que el enemies to lovers me encanta, pero desde el principio con él tuve claro que no me llenaba el ojo y a medida que iba leyendo más sobre él, descubrí que mis impresiones no estaban equivocadas. En este sentido, me ha gustado que lo haya incluido como elemento moralizante puesto que si un lector o lectora observa que personas a su alrededor que se comportan de este modo, debe estar ojo avizor... a riesgo de sufrir lo mismo que Adriana.

También me ha gustado que haya incluido a hombres con posiciones de poder para criticar cómo, a día de hoy - no siempre, afortunadamente - continúa habiendo hombres que, aprovechando esa posición de poder y privilegio, se creen por encima del bien y del mal maltratando a todas las personas que están a su alrededor, a sabiendas de su "protección".

Esta crítica muy dura hacia nuestra sociedad contemporánea me parece también muy necesario porque demuestra que debemos cambiar aún muchas cosas cuando se habla de según qué determinados temas.

Es cierto que el amor es todopoderoso, pero que cambia y evoluciona y por eso tiene su lugar y su momento. De ahí que, fuera de esto no tiene sentido forzar nada. Y sobre todo, hay que saber aceptar un como respuesta. Por muy doloroso que sea.

En el lado opuesto tenemos el segundo gran cliché de esta novela como es el de friends to lovers, el cual, en mi opinión es la evolución más natural que toda relación ha de dar. Porque sí, las mejores relaciones son aquellas en las que los componentes de la pareja son amigos además de amantes.
Eso sí, hay que hacer una transición y un cambio de estado progresivo, así como un establecimiento muy claro de ese paso dado porque si no, se corre el riesgo de pérdida. Doble en este caso.

Con este segundo chico la autora envía un mensaje muy importante acerca de lo importantes que son las segundas oportunidades y sobre todo, que no hay que fiarse de las apariencias, que a veces engañan. Su normalidad - convirtiéndolo en alguien muy real - e incluso sensibilidad e inseguridad son muy refrescantes puesto que no son características o adjetivos con los que normalmente se suele describir a un protagonista de una novela romántica. Y como todo en la vida, si no se le da voz, parece que no existe, de ahí que agradezca su inclusión.

Junto a ello, sucede algo similar con un tema que pasa desapercibido como es la ansiedad. Mal y enfermedad muy común en nuestra sociedad pero de la que aún nos cuesta y nos da miedo hablar porque lo asumimos y consideramos como un síntoma de debilidad. Eso sí, diré que me hubiera gustado que se profundizara más en ese tema porque lo trata muy por encima y podría haber hecho mucho más bien si se hubiera extendido más.

Misma actitud que tenemos con la comunicación, la cual nos da miedo porque, sucede exactamente lo mismo, la asociación con la debilidad al exponerlo frente a otro es errónea. No solo porque solo quienes son muy valientes y están cómodos al cien por cien serán capaces de dar ese paso adelante, sino que también, a la larga, nos ahorrará un montón de problemas y malentendidos con las personas que están a nuestro alrededor porque esta suele ser la principal causa de los mismos.
Para concluir, está muy bien demostrar amor con hechos, pero las palabras también han de pronunciarse de cuando en cuando para eliminar cualquier tipo de duda al respecto.

Me ha gustado cómo ha narrado las dificultades de las relaciones a distancia, en las que no siempre es fácil y requiere un compromiso. Por ambas partes, de ahí que a veces Adriana no fuera santa de mi devoción porque no entendía bien la seriedad y la escala de prioridades de él.

Como habéis podido leer, el amor en ambas caras - tóxico y mal entendido - aparece y tiene un peso muy importante. Pero no es el único.

- Hay una mención muy importante al amor familiar, magníficamente representado en la especial relación entre Ito y Adriana. Eso sí, también recuerda que en estos casos, hay que saber amar con libertad, ya que el exceso de protección tampoco es sano. Por muy buenas intenciones que haya detrás de determinados gestos o demostraciones de cariño.

- También hay otra mención al amor hacia la familia que se escoge, los amigos. Muy importante en este caso porque demuestra que siempre buscarán nuestro bien, a pesar de que en ocasiones la sinceridad necesaria para ello nos cause dolor. Otro gran ejemplo de lo importante que son las palabras y el enorme impacto y peso que pueden tener en nuestras vidas.

Pero sobre todo, destacaré como he indicado al principio el amor más importante de nuestras vidas, que es el amor propio. Y el viaje será tortuoso, con muchos recovecos y distracciones que nos pueden apartar de nuestro destino final. Aun así, no debemos decaer ni desfallecer en finalizarlo porque la recompensa merecerá la pena. Además de que, solo una vez hayamos aprendido a querernos bien a nosotros mismos, seremos capaces de querer a alguien más.

Tal y como Adriana hace.

El viaje ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!

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