Anat de Mercurio de Lucía Camacho

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en días pasados. Sí, he vuelto con esta maravillosa y fantástica dinámica. Pero no os preocupéis porque, no tengo pilita acumulada y, si bien este mismo encabezamiento se va a repetir mañana.

Sin embargo, retomo el tema que nos ocupa porque me apunté al viajero ya que no conocía la pluma de la autora y ya sabéis cuánto me gusta conocer a nuevas escritoras y nuevos escritores a través de sus novelas.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y en su lugar os dejo con la sinopsis y mi opinión de Anat de Mercurio, escrita por Lucía Camacho:

SINOPSIS

La princesa Anat ha sido asesinada, y su hermana gemela Keket despertará a los dioses rogando que la devuelvan a la vida. A cambio, esta deberá abandonar el templo de Seth, y adorar a la diosa Isis, por toda la eternidad.
Así mismo una chica llamada Nayet despierta de una pesadilla, cansada de tener sueños escalofriantes, escuchando voces en el viento, que le hacen ver cosas que nunca han ocurrido, una sombra de lo que le ocurrió a una chica igual a ella en una vida anterior.
Lo que la chica no sabe es que algo oscuro está cerca, algo la encontrará y ni siquiera podrá huir de ello.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de comentar el motivo o motivos por los cuales me apunté a este viajero. Como muchos sabéis, soy historiadora especializada en epigrafía votiva. O dicho de otro modo, en aquellas que se dedican a los dioses.
Así que, ya podéis imaginar cuánto me gusta la mitología en general. Y la griega y la egipcia en particular. De hecho, durante un período concreto de mi vida, estuve pensándome seriamente si estudiar egiptología. Pero al final, nada.

Por eso, en cuanto vi esta novela - más sabiendo que entre las fuentes de inspiración estaba La Momia, una de mis películas preferidas y de la que me sé los diálogos de memoria - supe que debía apuntarme a este viaje.

Si os gusta la mitología egipcia, vais a disfrutar mucho de este giro de tuerca con sus dioses. Y si no, también lo considero un magnífico modo para un primer acercamiento. Eso sí, he de advertir que, tratar de entenderla y comprenderla no es tarea sencilla. Ni siquiera para los entendidos, así que resultará difícil e incluso confuso. Y he de confesar que, precisamente, eso me sucedió a mí con el inicio de dicha novela.
No me quedó muy claro qué papel jugaba cada uno en el complejo sistema de alianzas y enemistades entre los numerosos dioses del panteón.

Porque, si bien es una novela que se centra en Nayet en época contemporánea, he de decir que los dioses tienen mucho que decir a lo largo de las páginas de la novela. Y con este recurso recuerda que, no podemos establecer quiénes somos, sino entendemos de dónde venimos. Por eso, me ha gustado mucho que dé el lugar que merece a la historia. En mi opinión - bastante subjetiva en este caso - es fundamental.
Especialmente a la hora de establecer nuestro pensamiento crítico ya que, si no conocemos todos los puntos de vista de la misma situación... no vamos a poder expresarnos con total autoridad.

Uno de los mensajes fundamentales de esta novela es el de la dualidad que existe en todos y casa uno de nosotros. Y de todo lo que nos rodea. De ahí que el pensamiento maniqueo que promueve que todo es blanco o negro o de que solo existe el bien o el mal, es tremendamente equivocada. Existe una amplia escala de grises entre uno y otro extremo y tampoco conviene olvidar que incluso hasta la persona más buena del mundo, en determinado momento y bajo determinadas circunstancias... puede cometer una acción mal considerada. O errónea.
Por eso es muy necesario recordar que debemos conceder segundas oportunidades en nuestras vidas y recordar también que todos cargamos con nuestros demonios, de ahí que debemos ser mucho más empáticos.

Pero también recuerda que no existe luz sin oscuridad ni caos sin orden. O dicho de otro modo, que para que existan esos conceptos buenos y positivos, han de existir sus contrarios porque si no, sería imposible realizar esa comparación y establecer la consideración de que uno es aceptado y el otro no.

La relación con la muerte es por tanto, otro de los grandes conceptos de la novela. El cual, de nuevo, aparece contrapuesto con la vida, en este caso. El mensaje por tanto, a favor del Carpe Diem, queda más que claro, no solo a través del protagonista masculino, que lo promulga de manera muy acertada, sino porque, también lo utilice como arma para recordar que, no está bien la idealización. Sea del tipo que sea.

Y, aunque es cierto que la muerte da miedo y ese es el motivo por el cual luchamos incansablemente para combatirla, la realidad es que, es necesaria. Especialmente para nuestra salud mental ya que, si no, terminaremos tan agotados de sufrir que nos volveremos fríos. De piedra, casi podría decirse y así desaparecerían todas esas características tan humanas que nos describen y nos caracterizan.
Por eso entiendo muy bien los motivos por los cuales Seth no desea que eso le suceda a Nayet. Es otro modo, original y diferente, de demostrar un buen amor hacia otra persona.

Asimismo, me ha parecido muy inteligente y necesario que realice la contraposición de vivir con los pies en la Tierra y contraponerla con la de vivir mirando a las estrellas. Es decir, tener siempre la cabeza en otra parte. Está muy bien usar nuestra cuota de imaginación y pensar en cómo sería nuestra vida en otras circunstancias. Sin embargo, no hay que olvidar que eso forma parte de la ficción y que, por tanto, no debe ser lo habitual ya que, a la larga causará infelicidad. Más que nada porque las comparaciones son odiosas y por eso, debemos apreciar nuestras características positivas porque todos tenemos aspectos únicos que nos convierten en especiales.
En otras palabras, debemos creer en nosotros mismos porque ese es uno de los primeros pasos para poder querernos bien. Y, a su vez, poder querer bien a otros.

Por supuesto, es una historia de amor. Y ya he mencionado algunos de los tipos de amor que se pueden encontrar entre las páginas de esta novela. Pero, añadiré aquí y ahora el resto:

Empiezo la casa por el tejado y diré que se habla del amor romántico y que el toque místico y divino que se le ha dado a la unión de las almas gemelas, que se encuentran a través de las circunstancias más diversas e incluso de vidas pasadas y futuras, me ha gustado mucho porque otorga el lugar que merece a este sentimiento, que tan poderoso es.
Un amor que te quiere bien y que quiere que seamos siempre la mejor versión de nosotros mismos, aunque eso, paradójicamente pueda causarnos daño a nosotros mismos.

Por supuesto, al respecto de este sentimiento, se trata otro de los temas importantes de esta novela y que también es común a muchas parejas. Mucho más mortales. Ese es el de la comunicación.
Continuamos teniendo miedo a expresar nuestros sentimientos en voz alta puesto que lo consideramos un síntoma de debilidad. Cuando no es así, solo aquellos verdaderamente valientes son capaces de admitirlo y proclamarlo en voz alta. Pero, el amor se demuestra a diario... con hechos y palabras.

Tampoco olvida que el sexo es otra de las facetas del amor y que es un aspecto muy importante dentro de las relaciones humanas. Tanto es así que, en no pocas ocasiones, existen relaciones de tipo puramente sexual. Sin sentimientos de por medio. Y está muy bien, siempre y cuando las cosas se hablen y queden claros desde el principio... a riesgo sino de que, una de las partes quede herida y sufra daños.

El amor es libre y por tanto, no importa el sexo, sino que las personas tendemos a enamorarnos del alma de esa otra persona - por eso lo de las almas gemelas - y, si bien es cierto que puede haber personas que no entiendan o critiquen el hecho de que Nayet empiece siendo lesbiana y termine enamorada de Seth, en mi caso, yo lo he asumido como un alegato a la libertad sexual y al amor libre.

Otro tipo de amor importante es el amor maternal y paternal, el más puro de todos los que pueden existir entre dos personas. Pero es muy realista también porque recuerda que la paternidad no es nada sencilla y que los padres, en ocasiones, buscando hacer lo mejor para sus hijos, al final terminan haciendo mal. Y es que las buenas intenciones, en no pocas ocasiones están cargadas de sufrimiento y dolor.

Por último, me ha gustado el enorme peso que las mujeres tienen en la novela. Tanto para bien como para mal y en todos los roles que pueden tener en nuestra sociedad, así que el lector. O mejor dicho, la lectora, se sentirá identificada en, al menos, alguna ocasión o con algunos de los personajes femeninos importantes de la misma.

Aunque, al mismo tiempo, lo usa también para enviar un mensaje muy poderoso acerca de la falta de sororidad entre las mujeres en la actualidad, quienes, en lugar de apoyarnos entre nosotras y enfrentar así con más fuerza las numerosas situaciones machistas que suceden en nuestras vidas cotidianas, continuamos criticándonos y enfrentándonos, haciendo así más fuerte al poderoso.

No puedo por tanto, no hablar de lo fundamental que es el perdón, para con nosotros mismos, siendo otro modo para poder amarnos de manera sana y también para con los demás, ya que el enfado y la envidia se enquistan y no conducen a nada bueno.   

Ha sido curioso aproximarme de un modo tan original al Antiguo Egipto combinado con el futuro, puesto que la acción se desarrolla en el planea Mercurio. Y por tanto, le da cierto toque de ciencia ficción y distopía que jamás hubiera esperado encontrar en una novela. Eso sí, diré que en ocasiones, la lectura no se me ha hecho todo lo fluida que debería porque numerosos comportamientos de Nayet - muy de niñata - se repetían. Y también porque, he encontrado explicaciones de circunstancias que eran fundamentales y que, al incluirlas, me distraían de la trama principal. Esa sí que era interesante.


El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.


¡Nos leemos pronto!



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