Conócete antes de morirte de Lidia Alcántara

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con su autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Ya sabéis que no pongo pegas ni impedimentos en ninguno de los formatos una vez hecho el ofrecimiento, pero sí que he reconocer que, cuando es en físico, la conexión es más directa y estrecha que con el digital.

En este caso también he de decir que no conocía la pluma de la autora y sobre todo, que con él salgo de mi zona de confort, ya que sí, he de admitir que pertenezco a ese grupo de personas que no suele leer libros de autoayuda.

Sin embargo, una vez al año no hace daño y mi negativa a la lectura no quiere decir que no entienda el grado de importancia que tiene y lo necesarios que son, pues así es.

No voy por tanto, a entretenerme mucho en la parte introductoria de la publicación y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Conócete antes de morirte de Lidia Alcántara:

SINOPSIS

Ojalá hubiera... Es una de las frases más pronunciadas por las personas en su lecho de muerte.
Aún estás a tiempo de disfrutar plenamente de tu presente y conocerte bien es clave para crear la vida que deseas.
Conócete antes de morirte es un libro diferente, disruptivo y práctico. Está pensado para quienes creen que aún tienen mucho por descubrir de sí mismos.
Este libro contiene conceptos que te ayudarán en tu proceso de autodescubrimiento y que te invitarán a la reflexión y a la acción.
A través de sus páginas emprenderás un viaje con curvas, donde razón y emoción jugarán un papel importante y donde solamente tú podrás alcanzar esa conexión con tu esencia para así liberar tu poder interior y construir la vida de tus sueños.
El mejor momento para empezar es ahora, ¿te unes a la aventura?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un breve comentario al respecto del título de la novela, que es impactante y muy llamativo. Aunque, con un doble propósito: el de llamar la atención a todo aquel que se acerque a sus páginas y se ponga manos a la obra para realizar el viaje de autodescubrimiento necesario - es más, obligatorio - que todos debemos realizar en nuestra vida.
De ahí que me parezca muy acertado ese recordatorio de que, si bien es cierto que somos herederos de nuestro pasado y de que también la consecuencias de nuestros actos, tampoco conviene estar pensando en él de manera continua ya que, el pasado pasado está.
Asimismo, esta obsesión que parecemos tener por el imposible, impide que disfrutemos del momento y nos permita enfocarnos en el futuro. Así entramos en una espiral de tristeza y lamento continuos que lo que nos provocará será impedir avanzar y mucha infelicidad.

Y es que, si bien las palabras de los demás pueden hacernos mucho daño, la realidad es que nosotros somos nuestro peor enemigo. De ahí que sea tan fundamental el conocernos bien para poder querer y entender bien a los demás. Y para ello, es fundamental desarrollar una autoestima positiva, haciendo hincapié que el querernos a nosotros mismos no es ser egoístas. Una idea que, por desgracia está tan arraigada en nuestra sociedad que está muy mal visto que digamos no a determinadas propuestas o preguntas.

Conseguir una buena autoestima es bastante difícil, eso es cierto, pero hay pequeños detalles y pensamientos que pueden resultarnos muy útiles para ir, poco a poco y paso a paso... hasta conseguirla. De entrada, saber reconocer cuándo necesitamos ayuda y pedirla sin ningún tipo de vergüenza. A quienes están a nuestro alrededor. E incluso a profesionales.
Otra actitud y comportamiento erróneo bastante arraigado en nuestra sociedad que deberíamos cambiar, ya que la salud mental es la más importante de todas y por eso, si cuando nos rompemos un brazo, acudimos a un traumatólogo ¿por qué cuando sentimos que no estamos al cien por cien mentalmente hablando no acudimos al psicólogo?.

Y un segundo aspecto que debemos considerar es también bastante evidente; el de que todos y cada uno de nosotros somos diferentes del resto. De ahí que, por tanto, debamos abrazar esa diferencia y aceptarla con toda su potencia. No esta mal tomar a otros como punto de referencia y/o comparación, pero sí que hay que recordar que las comparaciones son odiosas y que, realizarlas continuamente no aporta nada positivo.

Asimismo, nuestras diferencias, que son las que enriquecen las vidas de otros, pueden ser también objeto de criticas. O dicho de otro modo, que no podemos gustar a todo el mundo.
Hay que asumir la crítica, por supuesto. Es más, es muy útil porque ayuda a mejorar. Aunque, eso sí, con reservas. Siempre que sea constructiva y por supuesto, que no ofenda.

Pero, como tendemos al egoísmo y a la falta de empatía, son bastante escasas las ocasiones en las que la persona que decide exponerse a los demás recibe comentarios de este tipo. Es más, son los otros los que suelen abundar.

En ese sentido, me ha parecido magnífico el recordatorio de que tenemos que aprender también a soltar lastre negativo. Bien sea a través de comentarios, bien a través de personas. Aunque he de admitir que, en este segundo caso es más complicado.
Puede sonar un poco borde pero, si no aportas. Aparta.

Creo que este es el motivo por el cual el eterno síndrome del impostor tiene tanta potencia aún hoy. Aunque también tiene su parte de "culpa" el hecho de que no seamos asertivos ni practiquemos una buena escucha.
Por eso, en lugar de celebrar nuestros éxitos o las noticias positivas, nos focalicemos en lo menos positivo y en nuestros fracasos y fallos.
Esos tres vértices del triángulo de las Bermudas no solo tienen impacto en nuestro amor propio, que también, sino porque nos distraen.

Y estar distraído y recurrir a la fantasía para escapar de una cotidianeidad asfixiante y/o aburrida está bien porque para eso se inventaron los hobbies y pasatiempos. Pero como todo, se ha de buscar la mesura y no permitir que nos obstaculice e impedir la realización de nuestros sueños. Canal y vía de acceso directo a la consecución de nuestros objetivos.

La constancia por tanto, ha de convertirse en uno de los vocablos imprescindibles de nuestro día a día. En todas las facetas del mismo. Y para ello, no está de más imitar a los más pequeños de la casa, que tienen como una de las características que les definen la curiosidad.
Cualidad que perdemos progresivamente a medida que nos convertimos en adultos. Un nuevo error porque, como bien dice el refrán "No te acostarás sin saber algo más". Además porque así, iremos llenando nuestras vidas de contenido interesante y enriquecedor y liberando espacio de nuestros discos duros de los errores que no nos ayudan en nada.

¿Quién sabe? Quizás esa curiosidad sea la que, a la larga, se transforme en el motor de nuestras vidas y nos sirva de punto de partida para que emprendamos el camino del esfuerzo y la perseverancia hasta alcanzar nuestros objetivos. O el éxito.
Porque no debemos olvidar de que el éxito no cae del cielo, sino que, como en nuestras vidas, es fruto de los actos que realizamos. Ya lo dice de nuevo el saber popular sin errar: "Quien algo quiere, algo le cuesta".

Por último, debemos ser más agradecidos, con nosotros mismos y con los demás. Nueva manera de enviar un mensaje crítico a nuestra sociedad, ya que tampoco hemos aprendido a pedir perdón de manera sincera. Es más, nos cuesta hacerlo, como nos cuesta asumir que estamos equivocados.

Es un libro breve, pero muy útil y necesario que todo el mundo debería ojear alguna vez en su vida. Abrirá miras y oídos, esta vez de forma activa sí o sí.

¡Muchas gracias, de corazón, por haber querido colaborar conmigo!


¡Nos leemos pronto!

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