Lo que la mirada esconde de Judith Ruiz

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de está dedicada a la reseña de uno de los libros viajeros que ha llegado a mi casa 

en estos días. Sí, he vuelto a retomar la dinámica. Pero tranquilidad que no hay pilita enorme y por tanto, no me va a pillar el toro.

En este caso, este libro es especial porque es la primera vez que leo la pluma de la autora, si bien es cierto que ya le he dado publicidad anteriormente. Y también porque no es solo un libro viajero, sino porque esta obra también participa en el Premio Literario de Amazon, así que es un dos por uno.

Sin embargo, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria de la publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Lo que la mirada esconde de Judith Ruiz:

SINOPSIS

En un tranquilo pueblo de la sierra madrileña Lorenzo Mendoza aparece muerto y su mujer Diana Diaz desaparece ese mismo día.
Tras las primeras investigaciones las pruebas circunstanciales señalan a su hija Jimena Mendoza como presunta culpable. Sin embargo, el caso se cierra por falta de pruebas concluyentes y Diana Diaz sigue desaparecida.
Tres años después, tras una confesión inesperada, el inspector Iker Yilmaz consigue las pruebas necesarias para reabrir el caso.
A medida que el inspector profundiza en la investigación la vida de varios personajes comienza a entrelazarse.
Un pasado lleno de misterios aparece revelando secretos inesperados y empiezan a enfrentarse a verdades que nunca hubieran imaginado.
Nada es lo que parece ante los ojos de los implicados.
¿Qué se esconde detrás de cada mirada?

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y del título.

Con respecto a la primera, he de decir que me parece una portada bastante coherente con la sinopsis del libro, porque gracias a la paleta de colores utilizada en ella, se crea un ambiente tenebroso y misterioso que invitan a querer saber más acerca de él.

Pero además, al colocar en primer plano el rostro de un hombre - el inspector, aunque la protagonista indiscutible de la novela en mi opinión es, sin duda, Jimena - con unos ojos como los suyos, lo enlazan directamente con el título.

Un título que, he de confesar, me ha recordado mucho al de la película Lo que la verdad esconde. E incluso, he de decir, tampoco le hubiera venido mal ya que, la cadena de hechos que se producen tras la revelación de las diferentes verdades ocultas es brutal y muy impactante.

Pero, esta también le queda bien, ya que juega con esa creencia popular de que los ojos son el espejo del alma. De ahí que, el inspector Iker Yilmaz, los lleve en la inmensa mayoría de los casos tapados por unas gafas de sol: no le conviene que los demás sepan qué está pasando por su mente al ser el responsable de la investigación y resolución de un asesinato.

Y, al mismo tiempo, juega mucho con esta idea y usa ese complemento como coraza y escudo protector ya que, le da miedo que alguien traspase sus defensas y pueda ver más allá de su fachada de tipo duro e inaccesible. Una fachada para él evidente, pero, para el resto de la sociedad también porque, de nuevo, ejemplifica muy bien el que es uno de los miedos más grandes de nuestra sociedad: el de la exposición hacia los demás al identificarlo como un síntoma de debilidad.

Ese es el primero de los grandes temas que se tratan en la novela. Pero no es el único. A mí personalmente, me ha gustado mucho el hecho de que se le rinda homenaje a la palabra escrita. Recordando así que las palabras pueden ser un arma - positiva o negativa - bastante poderos a la hora de transmitir mensajes, sensaciones, pero también a la hora de tratar de hablar de sentimientos.

Muy ingenioso por tanto ha sido el homenaje a la literatura con la inclusión de unas cartas y un diario. Aunque, al mismo tiempo, sirve para enviar un mensaje de regañina a nuestra sociedad actual porque es precisamente la comunicación, uno de los grandes problemas que nos definen. Y es que, de nuevo, aparece aquí el miedo a sentirnos vulnerables y expuestos. Un recurso mucho más sutil que el del objeto de las gafas de sol.

Si pensáis por un instante que la vida en los pueblos es tranquila, esta novela se encarga de más y de sobra de indicaros que no es así. Y es precisamente, uno de los temas más importantes de la novela y que también le dan mayor realismo: el de narrar la vida en los pueblos y/o pequeñas comunidades. Con sus ventajas e inconvenientes.

Entre las ventajas se encuentra la cercanía entre los miembros de la comunidad, los cuales están bien dispuestos a ayudar y socorrer en caso de necesidad. De cualquier tipo.

Pero, en el otro lado de la balanza, se encuentra el de las herencias. Más en concreto en aquellas interrelaciones personales, como el amor. Aunque, es mucho más común la herencia de relaciones de carácter negativo. Como por ejemplo: celos, rencores y rivalidades entre los miembros y familias del mismo pueblo. Llegando incluso a prohibirse la relación entre dichas familias sin que las generaciones futuras tengan poco o nada que ver con los implicados de manera directa de la situación.

Relacionado con esto, y es un aspecto que también puede considerado como un estereotipo, es el de la desconfianza hacia el extranjero. No hablo ya de personas de otro país, sino de otro lugar. Y está bien por una parte, por el querer mantener tradiciones y costumbres tal cual se han aprendido, pero al mismo tiempo está mal porque la diferencia enriquece siempre.

El duelo y la gestión de una pérdida es otro tema muy importante, con el que la autora nos recuerda que, a la hora de hablar de sentimientos, no existe un manual de buenas o malas prácticas. Está muy bien querer echar una mano o ayudar en la superación del mismo, pero, no debemos meter prisa en ese sentido, ya que - y es otro pensamiento acertado que se repite en la obra - cada persona es un mundo y el aspecto de la subjetividad forma parte de lo que nos convierte en únicos y diferentes de los demás. Por eso, no hay que forzar nada en lo que a los tiempos se refiere cuando está relacionado con él.

La maternidad y la paternidad. O mejor dicho, la crianza de los hijos y lo difícil que es, es otro aspecto que me ha parecido muy interesante de leer y analizar. De nuevo, hay que recordar que, si bien se les debe educar de, mismo modo a todos, también hay que respetar su individualidad.

Lo que no hay que hacer jamás, por muy inevitable que sea a veces, es marcar y establecer preferencias hacia uno por encima de los demás, porque a la larga generará rencillas e hipercompetitividad entre los hermanos. Evidentemente, criar a unos hijos no es nada fácil. E incluso, a veces pensando que hacemos el bien para ellos, lo que terminamos es provocando su sufrimiento e infelicidad. Nadie es perfecto y todo el mundo tiene derecho a equivocarse, como aquí bien se plantea.

Sin embargo, lo que he de destacar de esta relación paterno-filial es que pero sirve también de canal para hacer mención a uno de los tipos de amor que están incluidos en esta novela. O mejor dicho, para recordar que, el mero hecho de compartir un vínculo sanguíneo con una persona, no ha de conllevar la generación de un sentimiento amoroso hacia ella. Padre y madre se hace y no se nace. Así que no hay que dar por descontado una relación de este tipo. Al contrario, hay que cuidarla y mimarla a diario. Como al resto de relaciones. De ahí que entienda por esa parte el desarraigo y falta de empatía de Jimena para con sus familiares.

Un sentimiento que no sucede en este caso con la familia que se escoge; es decir, los amigos. Son pocos, pero son el ancla y la fuente de apoyo que ella necesita. Y con esto recuerda que no importa la cantidad, sino la calidad.

Una relación de amistad que, a veces puede generar en algo más allá. Y que de hecho, es la evolución más natural y la dinámica de pareja que mejor funciona. Sin embargo, no debemos olvidar tampoco que, no debemos obligar a nadie a que nos quieran como nosotros queremos. Y hay que saber aceptar una negativa de cualquier tipo. Lamentablemente, este es un aspecto en el que debemos mejorar como sociedad y, al no saber hacerlo bien, puede generar en amores tóxicos y dependientes.

Claro que, también hay que recordar que, nadie se muere por nadie en lo que al amor se refiere. De ahí que tuviera que admitir que, la emulación a Romeo y Julieta incluida en la novela me dejó boquiabierta.

Por supuesto, hay referencia al amor sano, demostrando que este sentimiento es fuerte y puede aparecer cuando y donde menos se le espera, así que hay que abrir bien los ojos y sobre todo, despojarse de corazas varias para abrazarlo y aceptarlo por entero, dejando los miedos atrás en ese sentido y concediéndole todas las oportunidades que sean necesarias.

Eso sí, antes de querer a nadie más, primero debemos querernos a nosotros mismos. Y en ese amor, el perdón para con nosotros mismos y para con los demás - sin confundirlo con estupidez, costumbre muy extendida también - ha de ser obligatorio, porque, si no, ese amor jamás llegará a ser sano del todo.

Por último, como he dicho antes, hay una subtrama de misterios y resolución de crímenes con la que se demuestra que no se puede huir del pasado porque siempre regresa, que las mentiras tienen las patas muy cortas y que por tanto, la verdad siempre terminará saliendo a la luz. De ahí que debamos aceptar que somos la consecuencia de nuestros actos. Como comprenderéis, el riesgo de revelación de spoilers es muy grande. Por eso, no voy a decir gran cosa al respecto del mismo. 

Huelga decir que en ese sentido, el final me pareció vibrante y que no vi venir ninguno de los hechos que sucedieron. Me enganchó muchísimo y fui incapaz de dejar la lectura hasta que supe cómo se resolvió todo.

¡Muchas gracias por echar a volar este libro!

Este ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!



Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno

Only work, no play de Cora Reilly