¡Di sí al jefe! de Ava Scott

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí en colaboración con la 
editorial  Addictive Publishing a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico.

En este caso, fue una petición expresa hecha por mí porque, ya sabéis cuánto me gusta a mí un cliché jefe - empleada. Y si ya lo relacionas con el de enemies to lovers... pues has juntado mis dos cosas preferidas en el mundo. Como podréis imaginar, mi predisposición al disfrute de la misma está más que presente, así que por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de ¡Di sí al jefe! de Ava Scott:

SINOPSIS

¿Besar a mi jefe? ¡Ni loca!
Mona Vargas es una soltera empedernida, para desesperación de su madre, y todos los domingos es la misma serenata de siempre: no parará hasta encasquetarle un novio.
Por eso, cuando su jefe Hugo Capelli, tan exasperante como sexy, le pide que actúe como su novia falsa y le acompañe a una fiesta que organiza su ex en honor a su nueva historia de amor, no duda en aceptar el trato.
Solo hay una condición: que él también se haga pasar por su novio ante su familia. No hay ninguna posibilidad de que el drama vaya a más, ¡ya que no tienen nada en común! Él es tan seguro de sí mismo, arrogante y egocéntrico que ella no se siente para nada atraída y se toma el asunto con seriedad... Además, como es su jefe, ¡ni se le pasaría por la cabeza intentar algo con él!
¿Será realmente verdad que no tienen nada en común? Tal vez, pero ¿no dicen que los polos opuestos se atraen?
Al igual que del amor al odio, de una relación falsa a los sentimientos reales solo hay un paso.



OPINIÓN

Un rato me ha durado.

Ese es el resumen que puedo haceros al respecto de esta novela porque, como bien dice el título de la novela, es adictiva. Así que, ya podréis imaginar si me ha gustado o no.

En esta historia conocemos la historia de Mona y Hugo, quien, además de sumar todos los adjetivos en el párrafo introductorio, es también italiano. Mi nacionalidad literaria - y real - favorita, así que, la disfruté mucho más.

Me ha gustado mucho que, utilizando las circunstancias de Mona, la autora critique cómo las palabras y las buenas intenciones pueden causar mucho daño. Y por eso, el eterno recordatorio a Mona de que será feliz cuando encuentra pareja, es erróneo.
La felicidad está en uno mismo y por eso, no hay que "forzar" ni orientar a nadie a que busque pareja para ser feliz, porque así no va la cosa. Y no solo hablo ya de la facilidad o dificultad de encontrar pareja, que también. Sino también porque hay períodos en nuestras vidas en las que simplemente no nos apetece o que quizás también, carecemos de esa autoestima o amor propio del bueno, necesario y fundamental para poder querer bien a los demás.

Y es precisamente ese el problema de Mona, quien finge ser fuerte y feliz utilizando un estilo de vestir un tanto peculiar. Aunque eso sí, dependiendo del punto de vista con el que se mire, por supuesto, lo que en realidad está escondiendo es que no se quiere todo lo que debería.

La actitud paternalista, junto a los comentarios de la mejor amiga, incidiendo en que cambie, nos recuerdan que hay que ser mucho más empáticos y que pensemos las cosas antes de decirlas porque todos cargamos con unos demonios de los que no solemos hablar y también que podemos animar a cambiar, pero siempre y cuando la prioridad de dicho cambio sea la mejora del autoestima de la persona implicada. Y nadie más.

Hugo, de hecho, representa a la perfección ese tipo de personas que cargan con esos demonios y que en realidad también carece de una buena autoestima. Por eso lo que he indicado antes de que las apariencias engañan y la empatía. Nadie, a priori pensaría que un hombre tan exitosos como él, no se quisiera a sí mismo. Pero sucede.

Y por eso me ha gustado ir leyendo acerca de ellos porque, a pesar de que, a priori, no tienen muchas cosas en común, desde el momento en que se acercan, se conocen de verdad y sobre todo, se atreven a rascar la superficie, se dan cuenta de que hay muchos prejuicios e ideas preconcebidas equivocadas entre ambos.

Junto a ello, me ha gustado que la autora critique su estilo y modo de vida porque está mucho más concentrado en el aspecto profesional que en el vital. Y, desgraciadamente, esto es muy habitual en nuestra sociedad. Un comportamiento erróneo porque, en el equilibrio está la clave. Y en esos caso, no se vive, se sobrevive.

Ambicioso sería el adjetivo que le describiría mejor ya que, la realidad tras todo ello es que, su complejo de inferioridad le hace olvidarse de sus orígenes para centrarse en la consecución de un estatus social mejor. Y me ha gustado que lo indique de un modo tan evidente porque así ejemplifica perfectamente lo que no es un amor sano ya que, no solo no ha superado - por rabia, no porque realmente la quisiera en el modo romántico que asegura - la ruptura con su ex, sino también porque la tiene idealizada. Otro error, porque las expectativas nunca suelen ser alcanzadas y además, la perfección no existe.

Y, si bien soy muy partidaria de las segundas oportunidades, también creo que cada historia tiene un lugar y un momento, Así que no conviene enquistarse en el pasado y lamentarse de algo que nunca fue o que no pudo ser. Por doloroso que pueda parecer, hay que saber soltar el lastre que, a veces, son las personas a nuestro alrededor. Gestionando el duelo y ruptura de manera individual por supuesto, una vez nos sintamos preparados, hay que encarar el futuro con alegría y esperanza. Y sobre todo, mantener los ojos bien abiertos porque el amor puede estar delante de nuestras narices desde siempre.

Es solo que, gracias a Mona, se humaniza y descubre qué es ese sentimiento. Si bien es cierto que, a lo largo de la novela es tremendamente testarudo y se niega a ver lo que tiene delante de sus ojos. Aunque, he de darle el mérito que merece a la autora porque describe muy bien el sentimiento de miedo general con respecto al amor. Pero también advierte que, ante la potencia de dicho sentimiento cuando aparece, poco o nada se puede hacer.

Recuerda también que el amor se demuestra con gestos, pero también con palabras. Es más, nunca está de más, que de cuando en cuando, este se recuerde para así evitar y erradicar posibles dudas al respecto.
Y eso se nota en la valoración que Hugo hace del trabajo de Mona, pero también en la tremenda atracción sexual que hay entre ellos desde el principio y que tanto me ha hecho disfrutar. Amén de que, la verdad siempre asoma entre supuestas mentiras. 

Eso sí, el mensaje final a favor del amor propio me ha parecido fantástico, porque así se le da la consideración que merece y recuerda que nosotros somos el amor de nuestras vidas y que, si no nos queremos bien a nosotros mismos, seremos incapaces de querer bien a los demás.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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