Kira: forja mi corazón de Ygritte Berlana

¡Buenos días!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital, permitiéndome así conocer y volver a regresar al universo de inter y su mundo mágico de Hielo y Fuego.

Así como podéis imaginar, no es la primera vez que conozco su pluma. Es más, lo he hecho en géneros diferentes y las impresiones siempre han sido positivas. ¿Habrá una tercera vez?

Pues no os entretengo mucho más y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Kira:  forja mi corazón de Ygritte Berlana:

SINOPSIS

¿Te quedaste con ganas de saber qué pasó entre el patán y su pequeña dama? ¡No te pierdas la historia de Siper y Kira!

Nunca imaginé que encontraría a una mujer como ella en una herrería de un pueblo, al que jamás había ido y que no tenía intención de volver a visitar. Me dirigía a una muerte casi segura, debía estar atento a las posibles trampas, pero, en lugar de eso, no paraba de pensar en la pequeña dama a la que había conseguido hacer sonreír después de que casi me clavase un tenedor en la mano. Todo lo que quería en la vida era volver a su lado y, con un poco de suerte, ella me dejaría quedarme allí. Valía la pena intentarlo, aunque tuviera que dejarme todo el salario en bollos de crema.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de advertir que, esta historia breve sucede in media res de Winter, así que, si no habéis leído esta novela, os vais a comer unos cuantos spoilers. Por lo que os emplazo a que primero conozcáis la novela larga y, a partir de ahí, con el gusi creado, os sumerjáis de nuevo en él.

¿Sabéis esa sensacón que, a veces ocurre, mientras estás leyendo una novela y de repente aparece uno o un par de personajes que... se roban el show? Pues eso mismo es lo que me sucedió a mí mientras leí Winter. Y no hablo por Siper, que prácticamente estuvo desde el principio.

Yo hablo de Kira, la hermana herrera de Keilan, uno de los protagonistas masculinos de dicha novela. En cuanto se la menciona por primera vez y aparece ella, con ese carácter fuerte, e incluso arisco en algunas ocasiones, pensé que debía saber más de ella.

¡Qué le voy a hacer! Me van las protagonistas fuertes.

Sobre todo porque, y nunca mejor dicho en este caso, me pareció que, en realidad llevaba puesta una armadura de protección al ocupar el rol de principal sustentador de la familia. Y, aunque lo ha aceptado de mil amores, bien es cierto que son las circunstancias la que le llevan a dar ese paso al frente.

Sin embargo, no deja de ser una dama ni perder su feminidad, y eso se aprecia en que no solo forja armas, también detalles y complementos que son auténticas obras de arte y filigranas.

Y con ello, recuerda la importancia de las segundas oportunidades y también, el que debamos y sepamos ver más allá de una simple fachada porque, las apariencias engañan. Justo como Siper hace.

Un Siper con el que la shipeé ya en su momento, pero aquí, reviviendo estas escenas mucho más centrados en ello, me ha permitido revivirlo y conocerlo con más detalle.

Es un enemies to lovers con comentarios afilados como las armas de ellas, en el que él está nervioso ya que nunca ha conocido a nadie como ella. Y con esto nos recuerda que, debemos tener cuidado a la hora de elegir las palabras que utilizamos en cualquier situación, pero más la primera vez que conocemos a alguien, ya que servirán para formarnos una idea de la otra persona. Y esta, puede ser completamente opuesta y distorsionada de la realidad. Y es que las palabras, pueden y son el arma más poderosa que existe y por eso, hay que saber usarlas... A riesgo de causar un daño, en ocasiones, irreparable. Las bromas, en este caso, son el mejor ejemplo de esto que acabo de explicar. Y nosotros debemos recordar que, si no se ríen ambos implicados, no es una broma.

De ahí que me haya gustado tanto esta metáfora. Especialmente a colación del empleo de ella.

Sin embargo, Siper también ha sabido leerla al instante y sabe que ambos, pueden parecer muy duros por fuera, pero que en realidad, son blanditos como los bollos de crema que tanto les gusta comer y compartir. De ahí, le demuestre su interés en ella, admirando su trabajo y respetándola como su igual.

No es el único modo en el que se refuerza la idea de la importancia de las palabras en nuestras vidas cotidianas y, utilizando una nueva metáfora que me viene como anillo al dedo, su amor se fragua a fuego lento en forma de misivas. Recordando y haciendo de este modo que el amor se puede demostrar con hechos, pero que tampoco hay que dejar de lado las palabras. Para evitar posibles dudas y sobre todo, para evitar los posibles malentendidos y discusiones derivados de una comunicación poco o nada efectiva.

Por otra pare, refuerza un pensamiento como es el de que las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nosotros mismos, puesto que en muchos casos, no solo las tomamos como punto de referencia, sino que también aspiramos a ellas. O las rehuimos. Así que, en ese sentido, entendí muy bien a Kira.

Y es un error, porque, si bien la historia es cíclica y tiende a repetirse, cada persona es un mundo y no todos reaccionamos de la misma manera ante las mismas situaciones y estímulos. Así que, no hay que tener miedo a vivir. Y sobre todo, no hay que perder la esperanza en que todo saldrá bien ni la confianza en el otro, ya que entonces, se resquebraja uno de los pilares básicos de la pareja... abocándola al fracaso.

El amor es libre y por tanto, ha de dejar que cada uno seamos y nos expresemos tal cual somos siempre, pero también provoca y nos motiva a querer ser la mejor versión de nosotros mismos. No solo por "egoísmo" sino como un modo generoso de ofrecer y demostrar ese sentimiento a los demás.

Eso sí, recuerda, y ese es el otro mensaje importante de esta novela, debemos tener en cuenta que la verdadera riqueza no se concentra solo en lo material, sino que la conforman quienes están a nuestro alrededor. O dicho de otro modo, el hogar lo construyen las personas y no los lugares donde vivimos. Ahí, junto a los pequeños detalles que conforman la cotidianeidad es donde está la verdadera calidez y la verdadera felicidad en nuestras vidas.

Huelga decir que se lee en nada, y no solo porque sea una historia breve, sino porque Ygritte nos ha regalado el shippeo y la historia que merecen, con un final tan enternecedor y calentito como los bollitos de crema a los que son adictos ambos protagonistas.

¡Muchas gracias por la confianza de nuevo!

¡Nos leemos pronto!

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