Un italiano conquistando Manhattan de Kress Watson

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que me ha llegado 
en  días pasados a casa. ¡Sorpresa, sorpresa! ¿verdad? En este caso en concreto, no puedo decir que los motivos por los cuales decidiera apuntarme a dicho viaje se debiera a que no conociera la pluma de su autora, porque no es así.

El motivo en este caso se debe a que leí el anterior en otro libro viajero sin saber que se trataba de una trilogía y, con el final del volumen precedente, mi gusi gusi curioso quiso saber más. De ahí que, en cuanto vi que el segundo echaba a volar... tuve que apuntarme. Junto a ello además, os voy a tranquilizar en este sentido porque, el tercero también va a empezar su viaje en breve. Así que... todas mis dudas quedarán resueltas al respecto.

No os voy a entretener en la parte introductoria de la publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un italiano conquistando Manhattan de Kress Watson:

SINOPSIS

En mi vida he cometido varios errores que me han metido en el lío en el que estoy ahora:

-El primero, el de haber obedecido sin rechistar a mi madre cuando me pidió que saliera con la excéntrica Lusi Belusi.

-El segundo, el de haberme desviado de mi meta de heredar Titania por estar centrado en cierta castaña… O más bien descentrado.

-El tercero, el de haber roto mi promesa de que nunca me dejaría atravesar por la flecha de Cupido.

Por cierto, soy Caleb, un medio italiano que tiene que hacer su papel de enamorado empalagoso para seguir conquistando Manhattan.

Porque sigo haciendo un papel, ¿no?

OPINIÓN

Como podéis imaginar por mi introducción, los libros en esta serie no son autoconclusivos, sino que la historia se desarrolla y avanza en cada uno de ellos. Y, como se apreciaba en el anterior y se observa en la portada de este, el triángulo amoroso formado, continúa con su cuota de protagonismo en este.

Es más, el motivo por el cual escribió una trilogía es precisamente, para darle la cuota de protagonismo que merece en ella.

Entrando ya en materia de opinión, he de decir que la confusión final ronda y visita Manhattan en todos y cada uno de sus rincones... así como el miedo a arriesgarse y a poner las cartas sobre la mesa, dando el nombre y el lugar que merecen a los sentimientos.

Por supuesto, del título se extrae que, en este volumen, será Caleb el protagonista indiscutible. Y, en mi caso, lo agradecí porque, no fue santo de mi devoción en el libro de Marena. Y esto por supuesto, me ha servido para recordar que, a veces, las apariencias engañas y que las personas escondemos mucho más de lo que podría parecer a priori.

Sí que continúa con ciertos comentarios desafortunados que, a veces me provocaban rodar los ojos a causa de la incredulidad. Sin embargo, he de concederle el mérito que merece y que, en ese sentido ha mejorado mucho. Aspecto que me ha gustado.

Son muchos los temas que se desarrollan en este libro también que paso a desarrollar con profundidad.

En primer lugar, el miedo que, a día de hoy nos provoca ser nosotros mismo y exponer nuestros sentimientos. Entendido esto como un síntoma de debilidad, que, en realidad dista mucho de dicha consideración.

Junto a ello, en este caso en particular, la autora lo enlaza con el impacto que tuvo - y que a su vez tienen en nosotros - nuestras relaciones previas. Eso sumado al hecho de ser hijo de quien es y con cierto grado de fama, provoca que se pueda entender las reservas que pudiera sentir al respecto de Marena y que le motivaban a cometer y decir algunas acciones y actos poco fáciles de entender. Criticando con ello un comportamiento y un tipo de amor tóxico cada vez más habitual en nuestra sociedad como es el de la fama. Por la cual parecemos estar dispuestos a todo.

Y en este sentido, Lusi Belusi - si bien histriónico e incluso, en ocasiones inverosímil - es el personaje que mejor lo refleja. Amén de que sirve para incidir que, si bien no hay tiempos a la hora de superar duelos y rupturas sentimentales, también hay que saber aceptar cuándo esa relación no da más. O dicho de otro modo, que no hay que obligar a nadie a que nos quiera como nosotros lo hacemos, ya que al final, seremos los principales perjudicados.

La moraleja y el mensaje de esta situación es doble: en primer lugar que no debemos tener miedo al amor porque siempre perderemos frente a él. Hay que demostrarlo también y estar atentos a él porque, puede hacerse con palabras... pero también con gestos. Y es precisamente este segundo el modo en que comienza a entreverse ese cambio que se produce en él.

Pero sobre todo, que siempre debemos ser nosotros mismos y no avergonzarnos y/o arrepentirnos por ser quienes somos. Quien bien nos querrá nos querrá tal cual somos y libres. Siempre libres.

Me ha gustado mucho también que recuerde el rol que tienen las relaciones sexuales en la actualidad. Es un aspecto muy importante dentro de las mismas, si bien hay que tener siempre claro cuál es la naturaleza de dicha relación. Y si ambas partes están de acuerdo, está muy bien que solo sea de ese tipo. Pero... que la intimidad compartida en la cama puede dar un paso adelante y salir de ella... hasta el punto de convertirse en algo más.

Además, me ha parecido muy necesario el hecho de que recuerde que toda mentira puede convertirse en realidad, otorgando así el papel y la importancia que merece. Así que hay que tener mucho cuidado con lo que decimos.

Hay otro tipo de amor incluido en esta novela como es el familiar. El cual puede ser positivo o negativo, pero al que nunca hay que dar por sentado. Y en este sentido me ha parecido muy interesante cómo los padres sirven de punto de referencia y persona a la que admirar - copiar incluso - pero que esto no siempre tiene por qué tener un cariz positivo. Ya que, las circunstancias familiares de todos y cada uno de nosotros hasta el punto de que, si es erróneo, puede aprenderse tan profundamente que perpetuar pensamientos y actitudes que, para nada son positivos. Y en este sentido, me ha parecido que la madre prioriza el carácter laboral por encima del personal, que ha entendido fatal el concepto de lo que es un buen amor y sobre todo, que le realiza un chantaje emocional que es inadmisible.

Por supuesto, el amor entre los amigos continúa presente. Y en este sentido, el protagonista indiscutible es Bill. Aunque también Marena, quien continúa teniendo un lío enorme en la cabeza y que por tanto, de nuevo, sufre ella y quienes están a su alrededor... siendo Bill el principal perjudicado.

Con él se demuestra que la amistad no tiene por qué significar estar presente en el día a día, sino hacerlo es caso de necesidad. Pero también advierte de que la amistad puede también ser tóxica y, en este libro, Bill parece estar obsesionado con la idea de tener a Marena a su lado, además de haberla idealizado. Un error en ambos casos porque la desesperación no conduce nunca a nada bueno.

Continúa, por tanto, teniendo una enorme falta de autoestima y una necesidad imperiosa y acuciante de ir al psicólogo - espero que lo haga en su libro - porque debe aprender que, querer a alguien también es quererlo libre y que, aunque duela, debe soltar lastre... a riesgo de perderse a sí mismo. Por eso, aunque sea de modo inverso, está muy bien que lo utilice para reforzar la importancia del amor propio y que ser egoístas no está mal sino que es necesario. Más cuando nuestra salud mental está en juego.

Por supuesto, aprecio mucho la crítica a la falta de sororidad - al menos entre los personajes femeninos principales - porque, desgraciadamente es así y solemos considerar al resto de mujeres a nuestro alrededor más como rivales que, como aliadas. Precisamente, al contraponer esta idea principal con un peculiar grupo de mujeres unidas, la autora deja entrever lo invencibles que podríamos llegar a ser si decidiéramos unirnos.




También me ha parecido muy necesario el mensaje de advertencia al uso y la gestión que hacemos de Internet y nuestras redes sociales porque, en muchos casos no somos ni conscientes ni conocedores del mismo. Y sobre todo, tampoco nos damos cuenta del impacto que podría tener en ese caso en nuestro futuro.




Para concluir, no puedo no hacer referencia al otro amor desarrollado en esta novela como es el sano. Ese que es generoso y libre, pero que no es sacrificado ni conlleva el sufrimiento de ninguna de las partes. Si fuera así, desgraciadamente, debéis romper lazos con el otro. Eso sí, hablad las cosas primero porque la comunicación ha de ser siempre el pilar básico de cualquier relación ya que, al no hacerlo, no solo aparecen los malentendidos, problemas y discusiones entre los miembros de la pareja. Incluso en aquellas ocasiones en las que son las buenas intenciones las que nos llevan a ello.




El final no puedo decir que me parezca precipitado ahora que sé que hay una tercera parte, la cual estoy deseando leer ya que aún hay muchos frentes abiertos.




El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.




¡Nos leemos pronto!





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