Más fuerte que mi destino de Clara H. Vial

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy, de nuevo, se debe a otra de las reseñas que tengo pendientes a causa de las 
circunstancias personales que ya sabéis, período de oposición incluido, que me llevaba a leer, pero me hacía retrasar la escritura de las opiniones. Sobre todo porque, quienes me conocéis sabéis que, para hacer algo de mala calidad, prefiero no ponerme a ello.

En este caso, además, he leído los tres volúmenes de la trilogía que la autora me envió en colaboración en físico, a quien le agradezco enormemente la confianza en mí. Sin embargo, esta tetralogía - me falta el último - al contrario que con la de la reseña de ayer, está compuesta por historias independientes que tienen el mundo del deporte como hilo conductor.

Sin embargo, no voy a entretenerme mucho más en la parte introductoria de esta novela, y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Más fuerte que mi destino, el primer volumen de la serie Team Players de Clara H.Vial:

SINOPSIS

Obligados por el destino, trabajarán contra el reloj y contra sus propios deseos.

Alex
No. No soy un hombre terco, soy un hombre determinado que sigue sus instintos.
No me importa lo que piensen los demás.
No saben qué es lo que deseo, ni dónde quiero llegar.
Tampoco me importa que ella siga pensando que, por una pequeña confusión y porque le robé un beso, tiene la razón.
Si cree que voy a hacer lo que me dice solo porque es mi doctora, está equivocada, porque no voy a arriesgarlo todo por su culpa.

Penélope
¿De verdad piensa que, porque me mira con esos ojos y me sonríe con esa mueca, puede cambiarlo todo? Está loco si cree que voy a dejarlo.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, a mí me pones un enemies to lovers y una serie con deportistas - dos de mis clichés preferidos - yo ya estoy muy dentro. Por eso, he disfrutado mucho de este par introductorio de la serie.

No solo por los piques entre ellos, que también sino por el salseo introductorio para las futuras parejas y personajes que ya han sido presentados en este volumen también.

En esta historia conoceremos la historia de Penélope - quien me cayó bien desde el principio porque su nombre me parece de lo más original - y de Álex, quienes, al ser una chica normal y un jugador de rugby de éxito, a priori no tienen nada que ver, pero que las apariencias engañan y que, al rascar en el apasionante y fascinante mundo interior de cada uno de ellos, se descubre que así es.

Especialmente en lo que al amor se refiere. Y con ello, la autora incide en la importancia que tienen nuestros primeros amores en nuestras vidas porque estos sirven de punto de referencia, comparación y vara de medir para el resto de nuestras relaciones importantes de nuestras vidas. Y no solo eso, a nosotros nos servirá también para aceptar o rechazar determinadas actitudes o comportamientos como válidos, cuando no lo son del todo... con el riesgo de pérdida de la autoestima asociado a la misma. Y aquí recuerda también que todo el mundo debemos ser más empáticos, para con los demás - asignatura pendiente de la sociedad en general - pero también para con nosotros mismos.

No solo porque todo el mundo cargamos con una serie de demonios que no solemos mostrar a los demás, por miedo a la exposición y al juicio ajeno, sino también porque no nos han enseñado bien a cómo usar las herramientas de gestión emocional. De ahí que, a la hora de hablar de sentimientos, la caguemos continuamente.

Se habla mucho también del amor entre los miembros de una familia. Y me ha gustado que la autora sea valiente y recuerde que, el mero hecho de compartir un grupo sanguíneo con otra persona, no conlleva el brote y surgimiento del amor entre ambos. Al contrario, es una relación que no se debe dar por descontada y que se tenga que cuidar y respetar a diario. Como el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, por otra parte. Y en este caso, es Álex quien lo sufre en sus propias carnes. Y ni siquiera el hecho de ser famoso y uno de los mejores en su deporte, le lleva a su familia a valorarle como merece.

Pero también se habla de otros miembros de familia que están a nuestro alrededor, como son los amigos. Y aquí, es de nuevo Álex quien de los dos es el más beneficiado, quizás para suplir esa carencia desde el otro extremo. Es un magnífico ejemplo de que los amigos están ahí cuando se les necesitan y que cuentan con lo mejor de ambos mundos porque, si bien es cierto que te pueden querer como un familiar, cuentan con la libertad que te otorga el no tener que verse por "obligación" o imposición para darte las pullas y collejas necesarias cuando has metido la pata. Tal y como sucede porque, he de decir que Álex no es un personaje ni un amigo fácil de tener cerca. Aunque, este rasgo en concreto lo humaniza mucho ya que su modo de actuar en la inmensa mayoría de las ocasiones es el que muchos de nosotros haríamos - especialmente los testarudos como yo - así que bravo a la autora por reflejar de un modo tan real ese aspecto de la psique y la psicología humana.

Un tercer tipo de amor aquí presente es el que se tiene por una profesión. Y de nuevo, aquí, ambos protagonistas son más similares de lo que puede parecer. Ella adora cuidar y cuidar a los enfermos - paradójicamente siendo ella quien lo necesita ya que necesita esa cura como el comer - aunque, es cierto que quizás no es la mejor a la hora de demostrar ese afecto para con los demás.

Es un problema en cualquier profesión, cierto es. Pero lo es más cuando se trabaja de manera continuada de cara al público... si bien es cierto que yo no la vi tan retraída y ajena como pueda parecer al principio. De ahí que sufriera cuando le pusieron delante un caso extremo como el de Álex para ayudarla a mejorar de ese modo, sacándola así de su zona de confort.

Ya he dicho antes que no es una persona fácil, así que imaginad lo bien que se toma la noticia de su lesión cuando estaba a punto de conseguir su objetivo de ser aceptado en una posición que él sí que considera buena para él. Su problema es que se ha focalizado tanto en el objetivo de triunfar, que a veces también se le olvida esa empatía para con los demás. Recordado de un modo magnífico cuál es la diferencia entre ser un buen líder y un buen jefe. Similares, pero bien diferentes.

Estaba claro cómo iba a desarrollarse el conflicto entre ambos, pero eso no me ha permitido no disfrutarlo. Y sobre todo, también me ha parecido bastante interesante y necesario el mensaje de crítica hacia el machismo imperante en nuestra sociedad, porque, no importa lo buenas o válidas que seamos en nuestras profesiones, siempre tendremos que esforzarnos el doble o el triple para demostrar esa valía. Incluso en colegas y profesionales que nos han visto crecer y desarrollarnos desde nuestros inicios. Porque el paternalismo, también puede ser considerado un tipo de machismo.

Pero sobre todo, lo que más me ha gustado de este choque y este amor profesional a sus respectivos trabajos es el mensaje final, que no es otro que se puede amar tu profesión, por supuesto. Es más, si no hay amor por la misma, eso se nota. Pero, como cualquier otro tipo de amor, siempre que es obsesivo, no es sano. Huelga decir que Álex la caga a lo grande en ese sentido. De ahí que sea fundamental que se nos recuerde que este no se debe convertir en el centro de nuestras vidas y que está muy bien sentir amor y aprecio por tu profesión... desde más de un punto de vista. Y que todos son válidos. O que cuanto más se vean ciertos determinados aspectos de nuestras vidas con la mirada de un niño... mejor que mejor.

Por supuesto, la historia de amor entre ellos está presente. Y la química entre ellos es brutal desde el primer encuentro... a pesar de que el miedo también hace acto de presencia a causa del bagaje emocional de ambos, que no saben gestionar. Ni hablar, de nuevo por ese miedo a la exposición.
Por eso, prefieren concentrarse en las relaciones sexuales, más simples y lejos de "compromisos" afectivos, que el hecho de dar un paso adelante y sentarse a hablar con ellos.

Lo único que he echado en falta es la presencia de un psicólogo para que les ayudara a ser las mejores versiones de sí mismos porque, a causa de sus circunstancias previas, era más que evidente que lo necesitaban. Y sobre todo, que un aspecto en concreto de él en mi opinión se ha pasado muy por encima del tema. Especialmente, porque creo que es más habitual de lo que podríamos pensar en el mundo del deporte, por sorprendente que parezca. Y también porque esto podría hacer mucho bien para desmitificar este mundillo, ya que la idealización nunca es buena y solo conlleva sinsabores. 

Amén de que confirmaría el uso que tiene la literatura como arma para que, en el caso de que algún lector se sienta muy identificado con la situación de los personajes de esta novela, pueda ver cómo debe o no debe comportarse ante determinadas situaciones.

Salvando ese último detalle, es una novela que he disfrutado mucho y que invita a querer seguir sabiendo de las aventuras y desventuras de este peculiar grupo de amigos, en apariencia triunfadores... pero que solo alcanzarán el triunfo real hasta que no lleguen a sus vidas las mujeres que les revolucionen sus vidas.

Porque... no todos los revulsivos son malos.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!





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