Ecos en abril de S.J García

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en días pasados. En este caso, sí que conocía la pluma de la autora de una colaboración en digital anterior y porque he dado promoción a su obra en el Premio Literario de Amazon.

Sin embargo, con esta novela la autora da un giro a su estilo narrativo y un cambio de su género literario que me apetecía conocer. Más porque, coincidencia o casualidades de la vida, justo fue la semana en la que he tenido la boda de este verano y de este año.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y os dejo con la sinopsis y mi opinión de Ecos de abril de S.J. García:

SINOPSIS

<<En cuestión de segundos tu vida puede cambiar, todo lo que creías que tenías desaparece sin más».
Así empieza mi historia, “una de tantas”, dirás… acompáñame a esta triste historia (o no).

Me llamo Vera, creía tener todo lo que necesitaba para ser feliz, pero eso solo lo pensaba yo. Ahora me enfrento; a la boda de Cristina sin mi acompañante, a tener que mentir a la cara, a mis amigas y a mucho alcohol mezclado con un poco de tensión a punto de estallar.

¿Podré bailar La Macarena sin tropezarme?
¿Seré capaz de olvidar por una noche todo lo que pasó?

Y lo más importante de todo…

¿Cómo se ligaba?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, no es una historia cómica con un humor evidente que buscará la risa fácil del lector. Porque, si bien es cierto que sí que hay momentos así, el humor es más sutil.

En esta historia que se desarrolla y transcurre durante buena parte de la misma en muy poco espacio de tiempo, conoceremos la historia de Abril, la cual demuestra que el amor puede aparecer cuándo y dónde menos se le espera, sin importar cuánto hace que hayamos puesto punto y final a nuestra anterior relación importante.

Pero sobre todo, que si no nos queremos bien a nosotros mismos, no vamos a ser capaces de querer bien a los demás. Tal y como le sucede a Vera, la protagonista de nuestra historia.

Una Vera que, después de una relación sentimental larga con su novio, es dejada por él. Justo en las peores circunstancias porque se aproxima una boda, que también conoce a ambos miembros de la pareja. Y la incomodidad surge. Misma incomodidad que se hace patente en todos aquellos casos en los que se asiste a una boda solo porque surgen una serie de preguntas y situaciones incómodas que... a pesar de no preguntarse en voz alta, no pasan desapercibidas.

Y con esta premisa y base de partida, la autora lo que nos indica es que debemos cuidar siempre todas las relaciones importantes de nuestras vidas. Con hechos y con palabras, ya que ambos son igual de válidos para hacer saber al otro que es querido y apreciado. Sin importar el tiempo que esta tenga.

Pero también refleja de manera muy interesante el miedo que nuestra sociedad tiene a la soledad. Un sentimiento que es muy común entre la población y que nos sirve de guía para aceptar a tener a alguien con nosotros "haciéndonos compañía" a pesar de que no hay amor. O de que se le confunde con otros sentimientos como el cariño.

Eso sí, también pone de relieve de manera muy evidente. Un detalle que puede caer de cajón por lo evidente del mismo. Y ese no es otro que, da igual el tiempo en que ha durado una relación o de si el amor que se profesan los miembros de la pareja ya no es el que era y ha cambiado, todas las rupturas son dolorosas.

Me ha gustado también que incida en la importancia que tienen nuestros primeros amores. Y cómo su estela puede ser tan alargada hasta el punto de utilizarlo como punto de partida y de referencia para nuestra futuras relaciones. Llegando incluso a idealizarlo también. Siendo esto último un error porque el amor, como las personas, evoluciona y también porque no existe la perfección y por tanto, cualquier intento de alcanzarla solo generará tristeza e insatisfacción.

En cierto modo, relacionado con este tema vuelva a incidir en la importancia del amor propio. Fundamental para querer bien, pero también para conocernos bien a nosotros mismos. Y sobre todo, para recordar una vez más que, si el hecho de estar en una relación - de manera más o menos evidente - provoca que nos perdamos y/o que dejemos de ser nosotros mismos... ahí no es. No nos están queriendo bien por mucho que pretendan hacernos creer lo contrario. Y por lo tanto, poner distancia.

Al respecto de la boda, he de decir que me ha encantado toda la subtrama de los entresijos de la misma. Y especialmente porque utiliza muy bien otro tipo de amor muy importante en nuestras vidas como es el de la familia que se elige; los amigos.

Unos amigos que, en este caso, son más bien amigas. Y ese punto de sororidad me ha gustado mucho porque, pese a sus diferencias - lo que es genial porque la diferencia siempre enriquece - le apoyan y respetan sus decisiones, aunque de cuando en cuando también le dan un buen meneo. Y por eso, le hablan de manera clara acerca de cuándo creen que están cometiendo un error.

Y junto a ello, en esta novela se trata de manera bastante bien ejecutada el dicho popular que de una boda sale otra. Si bien es cierto que aquí no se ha de tomar al pie de la letra.

La química y la tensión entre V. y E. estaba bien presente y latente desde el principio. Incluso cuando ni siquiera cruzaban palabra. Y eso es todo gracias a la ejecución de la pluma de la autora. Amén de que ha incluido una sorpresa que no he visto venir y que nos incide en que debemos ser más empáticos con los demás porque puede que la vida nos sorprenda.

Pero sobre todo, que las sorpresas han de ser siempre bien recibidas y no hay que forzar tiempos. Como el amor en cada una de nuestras relaciones.

Un cambio de registro que se lee muy fácilmente porque, toda aquella persona que se acerque a su lectura querrá saber el devenir de los acontecimientos de este enlace matrimonial. Y que la convierte en una lectura perfecta para el fin de semana.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!


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