El secreto de Coraline Sparks de Dana Darius

¡Buenas tardes!

La entrada de blog de hoy se corresponde con una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Además, en este caso, esta novela participa también en el Premio Literario de Amazon, con lo que continúo con las opiniones de libros que han participado en ella.

En este caso, sí que conozco la pluma de la autora, pero es tan versátil y esta, a priori, se parece poco y nada a lo que había leído previamente, así que es como si fuera la primera vez que la conociera.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria del blog y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de El secreto de Coraline Sparks de Dana Darius:

SINOPSIS

Me llamo Coraline Sparks, hace unos años tuve que abandonar mi vida para irme a un pueblo perdido en Texas, a olvidar lo que me había ocurrido en mi ciudad natal.
El misterio me persigue y sinceramente, vivo con miedo. Los años han pasado pero la vida no deja de jugarme malas pasadas.
A pesar de todo, mi vida está a punto de cambiar, gracias a Bonnie y su hermano, pero lo que no saben es que tengo un secreto, espero que cuando lo descubran nada cambie entre nosotros.
Y tú, ¿quieres descubrirlo?

OPINIÓN


Antes de empezar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, la primera vez que vi la portada, pensé que se trataba de una novela ambientada en el Viejo Oeste. Y por eso, si a alguno de vosotros le ha pasado por la cabeza lo mismo que a mí y ese sea uno de los motivos por los cuales no está muy convencido de su lectura, tengo que decirle que no es así. Que es una historia contemporánea. 

Explicado esto y entrando en materia de opinión, en esta novela conoceremos la historia de Coraline, quien, por so no hubiera quedado claro con su título y su sinopsis, tiene un secreto. Uno que, precisamente le impide ser feliz por completo y que la autora utiliza de manera magistral para explicar la diferencia entre vivir y sobrevivir.

Verbos, confundidos en no pocas ocasiones, pero que tienen una diferencia: los sentimientos. Cuando se está vivo, se siente... mientras que mientras se sobrevive, esos sentimientos han sido apagados como si de un interruptor fuera y por eso, vive con el piloto automático continuo.

Ha tenido una vida muy dura. Es más, dado que la malvada de la historia es ni más ni menos que su madrastra. Así que, podría decirse y considerarse que su historia es una versión actualizada y contemporánea de la Cenicienta. Pero con sus circunstancias también, la autora recuerda que padre hace y no se nace y que, en no pocas ocasiones, esas nuevas familias creadas sin ningún tipo de vínculo sanguíneo entre sus miembros funciona. Ya que, en no pocas ocasiones, existe unas envidias y unas luchas de poder soterradas que, más que felicidad, a lo que conlleva es a la infelicidad por ambas partes.

De ahí que sea tan importante no tomarse a la ligera la paternidad, porque es una responsabilidad para toda la vida para la que no todo el mundo está preparado. O que simplemente no desea poner en práctica. Y en ningún caso ha de criticarse una u otra decisión, ya que cada persona es un mundo. Pero también, hace reflexionar al lector sobre todo en aquellos casos en los que aceptamos una decisión con la que no estamos de acuerdo. Sobre todo, porque nos engañamos a nosotros mismos y, de nuevo, generaremos infelicidad. En nosotros y en los demás.

No es el único modo en el que se trata la paternidad en esta novela. Y, si ahondara un poco más en este segundo aspecto, terminaría diciendo un spoiler... sí que diré que los niños son los más inocentes y que jamás deben ser usados como arma arrojadiza entre los padres o pagar los platos rotos de lo sucedido entre ellos. Siempre han de ser la prioridad.

Y, relacionado con esto, realiza un precioso y merecido homenaje a aquellos que, en ocasiones, hacen más las funciones de padres que los propios progenitores. Y esos son los abuelos. Fundamentales en nuestra educación, pero que, cuando no nos son de utilidad, nos deshacemos de ellos con mucha facilidad. Una crítica bastante contundente y acertada al comportamiento de usar y tirar de nuestra sociedad.

No es la única crítica que envía a nuestra sociedad. En este caso, de un problema cada vez más grave y serio porque aparece antes: el del bullying. Y sobre todo, cómo puede afectar en el desarrollo de nuestra personalidad y nuestro comportamiento. Es normal, con todo lo que ha sufrido, que quiera alejarse de gente de su edad, por todo lo que tiene asociados a los mismos.

Eso sí, diré que he echado en falta, tanto en ella como en Alison que recurran a ayuda profesional. Es más que evidente que lo necesitan. Aunque, también lo considero desde el otro punto de vista, como es el del rechazo a este tipo de profesionales por nuestra sociedad, ya que tiene asociados unos estigmas y una mala imagen aún a día de hoy. Cuando son completamente erróneos.

Y otro comportamiento que es bastante más común y que Coraline representa bastante bien es el de meter a todas las personas en el mismo saco. Repetido especialmente en aquellos casos en los que se ha sufrido un trauma. Sin embargo, al mismo tiempo, recuerda que no debemos meter a nadie en el mismo saco porque todos somos diferentes los unos de los otros y es precisamente esa diferencia la que nos convierte en bellos. De ahí que su desconcierto y sobre todo, la desconfianza que siente al ser integrada en un grupo de personas nuevo sea tan realista.

Sobre todo porque, de nuevo, vuelve a describir de modo realista las ventajas y las desventajas de vivir en publos y/o comunidades pequeñas. Y sobre todo, cómo el machismo continúa muy presente en nuestra sociedad. Especialmente en referencia al doble rasero a la hora de medir y juzgar determinados comportamientos en los que es más o menos grave si el implicado es hombre o mujer. Pero también, en cuán difícil es desprenderse de una mala fama una vez ya nos la han impuesto. A pesar de que sea rotundamente falsa.

Es también una novela con tintes románticos desde el punto de vista positivo y negativo. Ha sufrido por amor, sí, pero lo recibe tanto de Alison como de sus abuelos. Pero en lo que se refiere al sentimiento romántico, recuerda que este aparece cuándo y dónde menos se le espera.

Y aquí entra en juego con todo su esplendor Owen, un hombre que también carga con sus demonios, incidiendo por tanto en la importancia de la buena práctica de la empatía ya que no solemos compartir nuestros puntos débiles y peores momentos con los demás. En este caso además, relacionado con su trabajo. No apto para todos los públicos, con el que también realiza un precioso homenaje a los médicos. Figura que, en determinados momentos y ocasiones de estrés suele estar bastante denostada y que suelen ser los paños de lágrimas de sus pacientes, sí. Pero también el blanco de su ira e incomprensión sin tener ninguna culpa.

Owen representa que el amor es paciente, comprensivo y sobre todo respetuoso, porque estos son los tres adjetivos que mejor le definen en lo que su comportamiento e interacciones con Coraline se refiere. Y que, a su vez, a mi entender, también deberían definir un buen amor.

No puedo no concluir este post sin hacer mención a ese giro y esa subtrama dramática que es tan típica y característica de la autora, la cual, en este caso, sí que pude entrever. No así algunos de los aspectos de la misma. Increíbles y, en cierto modo repugnantes - aunque muy reales - el ver cómo el odio como objetivo te guía a querer destruir y atacar todos y cada uno de los aspectos vitales de otra persona, impidiéndote vivir con normalidad.

Y antes de despedir, sí que diré un aspecto negativo que le he encontrado a la novela: el modo en que Alison se expresa. Demasiado elevado para su edad. Sí que estoy de cuaerdo en el hecho de que la madurez no va asociada a una edad, sino a una personalidad. Y en este caso, ella es bastante más madura de lo que le correspondería. Pero, personalmente, me chirrió.

¡Muchas gracias por colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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