El universo en tu piel de Laura García Martín

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de otro de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en días pasados. En este caso, sí que conocía la pluma de la autora. Es más, la descubrí gracias a un libro viajero organizado por otra cuenta anterior. Amén de que había colaborado anteriormente con cuantas a las que sigo con mucho interés, de ahí que ya le había echado el ojo.

Por todo eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la entrada y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de El universo en tu piel, la tercera parte de la trilogía de Alexandra y Jon, publicado y escrito por Laura García Martín:

SINOPSIS

Alexandra había aprendido a creer en el amor a primera vista. Para ser exactos, creía que había amores que «habían sido, eran y siempre serían», aunque el destino hubiera decidido que nunca podrían ser. Sabía que el tiempo lo cura todo, menos la añoranza, y esa certeza la reconfortaba porque los recuerdos eran los balones de oxígeno que la mantenían viva.

Jon seguía negándose a etiquetar los sentimientos, él prefería vivirlos y creía que las palabras los limitaban. Sabía que a veces el destino nos vapulea sin piedad y solo nos queda la opción de plantarle cara, empezar de cero y renacer de nuestras cenizas. La vida le estaba echando un pulso y no estaba dispuesto a rendirse. Si había que perder, sería luchando hasta el final.

Alexandra había decidido no volver a contemplar la luna. No quería soñar con bajarla nunca más. Jon solo miraba el cielo las noches en que las estrellas se escondían, no quería imaginarlas derramadas en su espalda. Hasta que, en un instante eterno, sus miradas volvieron a cruzarse, destruyendo las barreras que habían levantado el miedo y la inseguridad. ¿Hará el destino esta vez la pregunta adecuada? ¿Será el amor, por fin, la respuesta? ¿Puede haber esperanza después de tanto dolor? ¿Serán capaces Alexandra y Jon de encontrar la manera de tirar juntos los dados y ganar la partida a la adversidad?

El universo en tu piel pone fin a la trilogía que empezó con El firmamento en tu espalda y continuó con La Luna en tu mirada.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de aclarar que esta es la tercera y última parte de una trilogía cuya historia se va desarrollando en cada volumen, así que, debéis leer las otras dos partes previas. Si bien es cierto que no os va a costar mucho entender cómo hemos llegado hasta aquí, sí que os lo recomiendo porque el viaje que vais a comenzar es alucinante. Un caudal y un enorme torrente de sensaciones diferentes.

Continuamos con la historia de este par de estrellas poco tiempo después de donde terminó la historia anterior. Y lo que es más importante para mí, con ese inicio de desarrollo del amor propio por ambas partes. Fundamental para así poderse querer bien. Que ya les tocaba, por otra parte.

Y es que, de hecho, uno de los mensajes más claros de esta novela es que el amor es paciente y sabrá encontrar su lugar y su momento si el destino ha decidido unirnos. Aunque, he de decir que, este es uno de los hilos rojos con más nudos y sobresaltos entre uno y otro extremo.

Sin embargo, además de la historia de amor, existen otros temas susceptibles de análisis incluidos entre las páginas de esta historia y que paso a analizar con más profundidad y detenimiento.

Así, se vuelve a dar la importancia que merecen a las palabras. Tanto para nosotros mismos para con los demás porque, es muy fácil mentir a quienes nos rodean al respecto de un tema que nos resulte doloroso o espinoso a la hora de hablar de él. Justo como hace Jon.

Un Jon que sí que ha madurado mucho en esta tercera entrega y que, si bien sigue siendo viperino en ocasiones, causando mucho daño con sus palabras a quienes están a su alrededor, la realidad es que esta característica le otorga una verosimilitud y una realidad muy cercanas porque, el inicio del camino del amor propio es largo, duro, escabroso y como todo objetivo con dificultad en su obtención, las posibilidades de recaída son bastante altas.

De nuevo, una vez más, el miedo a ser juzgados, criticados e incluso menospreciados y burlados por el mero hecho de expresar en voz alta cómo nos sentimos continúa ahí. Muy presente. Más cuando son los hombres quienes hablan porque la masculinidad frágil continúa siendo uno de los principales problemas de nuestra sociedad. Es por eso que, la metáfora con la incapacidad perfectamente visible de Jon está tan bien traída.

Pero también describe de modo muy acertado cómo, a veces son un aspecto neutro y cómo el miedo nos motiva y domina hasta el punto de que, no sabemos cómo acercarnos a tratar determinados asuntos. Y la respuesta es siempre la misma: con normalidad. Porque, a veces queriendo no causar mal o evitarlo lo mayor posible, lo que en realidad estamos haciendo en contribuir a engrandecer el problema. No necesitamos más incapacidad comunicativa activa o pasiva, al contrario, necesitamos más revulsivos y más personas que nos hablen claro. Especialmente en aquellos casos en los que estamos enfermos. Creedme, ellos son los primeros que saben de sus circunstancias.

Y por último, habla de las palabras como modo de expresión y de cómo pueden emocionarnos. En ese sentido, me han encantado determinados discursos pronunciados en ellos. Y he de decir que, me ha gustado mucho la autorreferencia a los escritores como conductores de ese sueño y especialmente, esa mínima aparición especial, que confieso me ha sacado una sonrisa.

De ahí que me haya gustado la intervención de Alexandra y la aparición de Joshua - este de manera mucho más literal porque es quien le "cura" física y también, en no pocas ocasiones, psicológicamente. Una cura mucho más necesaria e importante.

Porque, es precisamente por eso que los amigos son la familia que se elige y es precisamente esa ausencia de vínculos directo, lo que les otorga la potestad para hablarles como debe hacerse. Y junto a ello también, la familia de sangre y la paternidad cobra un nuevo significado.

Principalmente porque nos recuerda que todas las familias son válidas. Compartan o no vínculos sanguíneos y sobre todo, que padre se hace y no se nace. Amén de que los niños son mucho más inteligentes y observadores de lo que podría parecer. Saben por tanto, dónde hay cariño y dónde no. Y por eso, cuando iniciamos una relación con una persona y este tiene hijos, debemos conocer de antemano que, aunque hagan el balance lo más equilibrado posible, ellos siempre serán su prioridad. Pero que, al mismo tiempo, recuerda que un hijo es una responsabilidad para toda la vida y por eso, la decisión de la paternidad ha de hacerse con calma porque son seres humanos y no objetos y por tanto, no podemos deshacernos de ellos a nuestra conveniencia.

También se incluye un tipo de amor que no suele ser muy común en este tipo de novelas: el del amor por la vida. Más que nada en este caso porque, se le trata desde el punto de vista de la eutanasia, generando así un debate muy interesante en el lector que le invita a mojarse. Y yo, en este caso, pienso como Jon.

El amor propio está incluido en esta novela y, personalmente, me ha encantado cómo lo trata. No solo porque recuerda cuán importante es la comunicación como uno de los pilares básicos de cualquier relación, enlazando así con otro de los temas a los que quiere darle prioridad. Sino que también, nos recuerda que querernos bien a nosotros mismos, no es un síntoma de egoísmo, sino que es necesario. Y por tanto, todo el mundo deberíamos de querernos más a nosotros mismos. Pero sobre todo, aprender a querernos bien a nosotros mismos, cosa que tampoco solemos hacer bien. De ahí que empaticemos y entendamos tan bien a Alexandra en algunos momentos.

Y por último, se hace referencia al amor romántico. Desde ambos puntos de vista: positivo y negativo.

Por eso, no puedo no hacer mención a quien, en mi opinión, es una de las mejores villanas que he leído desde el punto de vista de la novela romántica contemporánea; Susana. Maravillosa en su toxicidad y en su empeño obsesivo en dar por saco e intentar impedir la felicidad de la pareja protagonista. Demostrando cuán necesario es también que sepamos aceptar una negativa y un no por respuesta. Especialmente en aquellos casos en que una relación sentimental se ha roto, puesto que el amor, como el resto de aspectos que hacen referencia a la psique humana, evoluciona.

Para concluir, y como no podía ser de otra manera, debo hacer mención al amor sano romántico entre los protagonistas, el cual ha madurado y se ha adaptado a las diferentes circunstancias de cada uno de sus miembros, demostrando que sí, es poderoso, pero que ambas partes han de poner de su parte para que funcione.

Aunque sobre todo, me ha gustado que este amor no haya sido idílico, sino muy real porque, la vida no es siempre de color de rosa. Ni siquiera en aquellos casos en los que creemos que, los implicados y miembros de la relación gozan de esta situación de privilegio social y económico, ya que todos cargamos con nuestros propios demonios. Y es precisamente por eso, que las apariencias engañan y que debemos ser más empáticos para con los demás, ya que, aun estando en las antípodas económicas y sociales, podemos ser más similares en el mundo de la psicología.

De los tres volúmenes, este es el que más me ha gustado y el que he leído con mucha más fluidez y rapidez. En mi opinión es el final y el broche ideal que esta pareja merece.

Gracias por permitirme conocer tu pluma y ser parte de este tremendo viaje.

¡Nos leemos pronto!


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