Entre el bien y el mal de Erica C. Morales

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy se corresponde con la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, quien me eligió como rep entre todas las candidaturas posibles, lo cual agradezco mogollón.

Y, entre los numerosos motivos por los cuales me anoté a la búsqueda se encontraba el hecho de que no conocía su pluma. Y ya sabéis cuánto me gusta a mí conocer nuevos modos de escribir.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta entrada y prefiero dejaros con la sinopsis de Entre el bien y el mal de Erica C. Morales:

SINOPSIS

Cuando Nathan Collins viajó a Nueva York, lo hizo con la convicción de que triunfaría como hombre y profesional. Sin embargo, su puesto como inspector pende de un hilo y su vida sentimental se acaba. Si no admite que necesita ayuda, y acepta la colaboración de Carmen Ramírez, no podrá cerrar el caso Imperio ni encontrar la felicidad que tanto ansía al lado de la mujer de la que está enamorado en secreto.

El inesperado regreso del narco Lyam Wells a Manhattan, supone el comienzo de una nueva era al lado del sanguinario Alexander Dücrov con el que debe aliarse para poder escapar con los bolsillos lo suficientemente llenos como para labrarse un futuro en el que se asegure una vida lejos de prisión o de una muerte segura. Sus planes empiezan a tambalearse cuando conoce a Kayla Hart, una mujer con las ideas muy claras y una personalidad desbordante. Será su carisma, su valentía y su arrojo los que comprometerán los planes del narco, a no ser que sean unos sentimientos más primarios los que le lleven a replantearse su futuro.

Nathan Collins y Lyam Wells son enemigos, son el bien y el mal. Dos hombres dispuestos a todo por conseguir lo que quieren trabajando en bandos contrarios sin saber que sus vidas no son tan diferentes, que comparten problemas, miedos y sentimientos. Adéntrate en las calles de Manhattan y descubre sus historias, solo así podrás saber de qué lado estás.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto de la portada y de su título.

En lo que se refiere al primer aspecto, si bien avisa de inicio que va a ser oscura, es cierto que, en mi opinión no refleja del todo lo que narra la novela. Sobre todo, porque solo aparece una pareja en la portada cuando son dos parejas - y por tanto, cuatro - los personajes principales. Además de que, el peso narrativo y de argumento es prácticamente idéntico. Por lo que hubiera estado bien esa inclusión del otro par, ya que así parece que se les hace de menos.

Y por lo que se refiere al título, es de ese tipo de los que a mí me gustan porque revelan mucha más información de lo que podría parecer a priori, además de que con él, la autora desde el inicio envía un mensaje de reflexión al respecto de cómo debemos comportarnos en nuestras vidas. Un mensaje que no es otro que el de dejar de ser maniqueos y pensar en extremos. Más que nada porque los extremos son siempre cerrados y no aperturistas y por eso, nos hacen perder el punto de vista de la realidad, que no es otro que existe un amplio mundo y campo de grises entre un punto y otro...y que esa graduación es la que precisamente provoca que todo sea mucho más bonito y enriquecedor.

Junto a todo ello, la autora nos recuerda también que no debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones ya que estas, a veces son equivocadas. Invitando con ello a la práctica de la empatía porque todo el mundo cargamos con unos demonios que no solemos compartir con los demás porque el tema de la exposición al hablar de nosotros mismos y especialmente de nuestros sentimientos, no suele ser prioritario en nuestras vidas. Sin importar nuestro trabajo y nuestra personalidad, es algo innato y asociado al ser humano. Demostrando así que todos somos muchos más parecidos de lo que podríamos pensar a priori.

Como aquí sucede con los protagonistas; Nathan y Lyam, ángel y demonio. Bueno y malvado. Policía y narco. O no tanto, ya que otro de los temas e interrogantes que la autora desarrolla bastante bien a lo largo de la novela es que ni los malos son tan malos ni los buenos tan buenos. Por eso, es un error de nuevo caer en dicho pensamiento.

Original ha sido, desde luego encontrarme con una narración exclusivamente masculina porque no es lo habitual y en mi caso, jamás me había topado con una narración así. Eso ha permitido por lo tanto comprobar cómo, no solo ambos protagonistas son más similares de lo que podría parecer a priori, pero también adentrarnos más en su psique. Aunque, no negaré que, dado el peso que tienen las mujeres que le acompañan en sus respectivas tramas, me hubiera gustado que ellas también llevaran de cuando en cuando la voz cantante y nos hubieran permitido conocerlas mejor.

Uno de los aspectos que más me han gustado y que subrayo por tanto es el de la importancia de la salud mental en las vidas de ambos. Porque, es, a día de hoy, una de las profesiones más denostadas y que continúa sufriendo el estigma de la inutilidad. Cuando es todo lo contrario, debería de ser considerada como una de las más importantes de nuestra sociedad. Ya que, al igual que cuando nos sentimos enfermos del cuerpo acudimos al especialista de turno, cuando estamos enfermos de la mente, deberíamos actuar de la misma manera. Sin embargo, como volvemos a tener ese miedo a la exposición y aún pensamos que acudir al psicólogo es uno de los mayores síntomas de debilidad existentes... por eso lo relegamos hasta el último momento.

Encontrar por eso, en esta novela esa importancia, no solo para conocerse mejor sino para también para intentar mejorar aquellos aspectos de nuestra personalidad que no son del todo sanos.. ha sido genial. Amén de que convierte así a la literatura en un arma de descripción y crítica de aquellos aspectos más sombríos y oscuros de nuestra sociedad. Genial por esa parte.

También me ha gustado mucho que se trate el tema de la masculinidad frágil. Un tema bastante necesario de tratar y de desarrollar. Otro aspecto que también sufre ese estigma y ese silencio a propósito y cómplice de nuestra sociedad, por miedo a que se nos considere débil. En este caso, se asocia indisolublemente al machismo tan presente en nuestra sociedad que ha fijado en el imaginario colectivo que los hombres han de ser fuertes y no mostrar nunca sus sentimientos en público. Cuanto menos, llorar.

Craso error porque, debemos expresar siempre lo que nos pase y ronde por la cabeza... a riesgo de que se enquiste y nos lleve a cometer una serie de errores, perpetuando patrones de comportamientos que poco o nada son sanos. Causando y generando infelicidad por tanto con ellos.

Junto a ello, y en cierto modo asociado y relacionado con esto, es trata el tema de la soledad del poder. Rasgo que ambos hombres comparten y que suele repetirse porque, en las cotas de poder más altos, la desconfianza es el sentimiento imperante y además, el riesgo de que se acerquen a uno interesados y atraídos por el brillo y la fama del poder sea más que elevado. Por eso, es entendible en ocasiones el leer cómo actúan. Más en aquellas parte de la novela en que hay mucha acción y mucho ritmo narrativo vibrante.

Por supuesto, no podemos no dejar de hablar de otro de los temas importantes y repetidos en la novela. Tema que no es otro que el de la comunicación. Tanto para bien como para mal. Porque ha de ser siempre la base de cualquier relación; sea del tipo que sea.

La ausencia de la misma siempre provoca que haya malentendidos, peleas y discusiones entre los implicados, de ahí que debamos hablar o estar disponibles para la comunicación. Incluso en aquellos momentos en los que pensamos que, el hecho de no hacer o no decir algo buscando el beneficio y el sufrimiento del otro. Comportamiento muy cabal y humano, sí. Pero que a la largo terminará provocando eso que precisamente intentábamos evitar.

Y al mismo tiempo, da y otorga la importancia que las palabras merecen. Incluso a la literatura podría decirse también. Porque las palabras son mucho más poderosas de lo que podría parecer en un principio porque sus consecuencias son más duraderas y el daño que provocan mucho más inapreciable. De ahí que debamos saber elegir cómo, cuándo y dónde utilizarlas.

Sus vidas son paralelas, pero al mismo están indisolublemente relacionadas porque uno persigue al otro. Hasta el punto de rallar la obsesión. Recordando así que ningún tipo de obsesión es buena porque, provoca que nos olvidemos del resto de aspectos de nuestras vidas, que no seamos conscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor - infligiendo daño a nuestros seres más cercanos por ello - y por último un sentimiento de enfado y frustración si nuestros objetivos no han sido alcanzados. Perfectamente ejemplificado en ambos casos.

La paternidad es uno de los temas importantes de esta novela. Y de entrada recuerda que todo tipo de familia es válida. Pero también hace ver que no es nada fácil y sobre todo, ha reflejado muy bien que, nuestros padres son los primeros puntos de referencia, roles y modelos a seguir de nuestras vidas... para bien o para mal. Porque ellos son los que nos ayudan a perpetuar determinados comportamientos y actitudes sanos o tóxicos, grabándolos así como parte de nuestra personalidad.

Además de eso, me ha parecido maravilloso el recordatorio de que padre se hace y no se nace. Pero al mismo tiempo, también recuerda que la paternidad o la maternidad ha de ser siempre una elección de la que no podemos privar a nadie.

O que las mujeres que no desean ser madres no son menos mujeres que otras por este motivo. Es su decisión y por tanto, hay que respetarla. Y se haría de manera fehaciente si hubiéramos aprendido mejor a practicar la empatía. Pero también recuerda de manera muy necesaria que se puede cambiar de opinión al respecto de cualquier tema y que tampoco se ha de criticar a nadie por haberlo hecho.

Y también es una novela llena y repleta de amor. No siempre positivo, eso sí.

Así, se habla del amor hacia la fama y el poder. Que brillan tanto que, a veces puede cegar y por eso, en no pocas ocasiones muchas personas hacen todo lo que está a su alcance y más con tal de conseguirlo y retenerlo. Efectivamente, habla de la corrupción, mucho más presente de lo que pudiéramos pensar. Especialmente cuanto más cerca de cargos y puestos de responsabilidad y autoridad nos encontremos.

Al mismo tiempo, también habla del profundo impacto que también tienen nuestros primeros amores en nuestras vidas. De nuevo, no siempre de manera positiva. Y en este sentido, el personaje que mejor lo representa es Lyam.

Es él quien tiene un comportamiento tan cabal y humano porque a causa de una desilusión, ha englobado a todas las mujeres en el mismo saco, olvidando que todas las personas somos diferentes entre sí y que además, el sentimiento, como pertenece al campo de la psique, evoluciona con los años.

Y es que, la moraleja de esta novela es que no se puede huir del amor porque aparece dónde y cuándo menos se le espera. Aunque, es muy real porque, si bien es fuerte, no es poderoso y de ahí que, en ocasiones, no todo lo puede.

Junto a ello, también recuerda que un buen amor querrá siempre bien al otro y por eso, lo que siempre buscará es que sea libre. A pesar de que eso signifique que él tenga que sufrir y tengan que estar separados ya que, en la compensación, son más aspectos negativos que positivos en la relación.

Pero eso sí, para poder mantener una relación con otra persona, primero tenemos que querernos bien a nosotros mismos. Y eso significa aceptar nuestras vidas, pasado incluido. Porque de dónde venimos describen quienes somos a día de hoy y lo que seremos en el futuro. Si ese amor propio no es sano o no está lo suficientemente bien desarrollado, seremos incapaces de querer bien a los demás.

Toca el turno por tanto de hablar de las mujeres de esta novela. Carmen y Kayla. Perfecto contrapunto de los protagonistas masculinos. Aunque, si tuviera que elegir a una de las dos, me quedaría con Kayla. Ambas son mujeres fuertes, pero su resiliencia y sobre todo, que no le ponga las cosas sencillas a Lyam han sido, sin duda, sus puntos más fuertes. Combinado junto a la fragilidad que ella también posee y a que tiene una historia personal apasionante la convierten en mi favorita de las cuatro.

Pese a que es un libro extenso, se lee de manera bastante rápida.

Eso sí, he encontrado un par de aspectos susceptibles de mejora: el primero es la espiral de autodestrucción de Lyam. Lo ha repetido en más de una ocasión y me ha resultado cansino ese comportamiento y cómo Kayla debía perdonarle una y otra y otra vez. Han sido, en mi opinión un interruptor del ritmo de la lectura y más que ayudar a que intentemos entenderle, lo que en mi caso ha provocado es que me resultara cansino.

El segundo aspecto que cambiaría sería el tema del idioma en Cuba, puesto que es el castellano y no el portugués. Es innegable la importancia y el protagonismo de los navegantes y marinos portugueses en los viajes alrededor del mundo a partir del siglo XVI. Y aunque es cierto que existen numerosas escuelas de idiomas en las que se enseña esta lengua en la isla, la realidad es que no es el lenguaje vehicular. Y aunque es una obra de ficción, ese aspecto le resta verosimilitud a esa parte de la trama y el arco argumental del personaje de Liam.

No puedo no concluir esta publicación sin hacer mención al último mensaje importante incluido en la novela y que la autora nos emplaza a que pongamos en práctica una vez terminemos de leerla: el perdón y la bondad han de ser siempre los motores de nuestras vidas. Por mucho mal y/o oscuridad que nos rodeen.

¡Muchas gracias por haberme elegido como rep!

¡Deseando saber más de unas Converse perdidas!

¡Nos leemos pronto!




Comentarios

  1. Muchas gracias por todo el cariño que le has puesto a lectura. Por recalcar los puntos fuertes y ser realista y sincera con las cosillas a modificar. Nos leemos 😘😘

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