La mirada del corazón de Olalla Pons

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a uno de los libros viajeros que han llegado a mi casa en estos 
días pasados. Y como se me han juntado varios en casa, he de decir que este inicio de publicaciones se repetirá en próximos días.

Sin embargo, no voy a adelantar acontecimientos y por eso, voy a centrarme en la que nos ocupa, que no es otra que La mirada del corazón. Y he de decir que, en este caso es la primera vez que conozco la pluma de la autora pero, no la primera vez que la conozco porque, de hecho, a este libro le di publicidad en mi feed. Y no pude evitar que me llamara la atención.

Hasta el punto de que, cuando vi que se abría de nuevo la oportunidad de pedir libros viajeros... no me lo pensé dos veces y lo propuse. Algo me decía que iba a gustar. Para mi suerte, la autora dio el sí y... por eso estamos hoy aquí.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación - bastante extensa, además en este caso - y por eso, os voy a dejar con la sinopsis y mi opinión de La mirada del corazón de Olalla Pons:

SINOPSIS

Después de que Branwell Ferrers, conde de Westmordland, perdiera la vista en un desafortunado accidente, su corazón se volvió de piedra y todo su mundo se convirtió en oscuridad. Cuando Beth Howard reaparece en su vida, el plan de venganza del conde cobra un nuevo sentido.

Beth ignora ser causante de su desdicha, pero el conde está dispuesto a obligarla a un matrimonio forzado, con tal de cobrarse su venganza. Sin embargo, Beth es una muchacha dulce y apasionada. ¿Logrará conquistar el endurecido corazón de Branwell?

Una venganza. Un matrimonio concertado. Honor, amor y sensualidad.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir un par de cosas al respecto de la portada y de la sinopsis.

Con respecto a la primera, he de decir que me ha resultado muy llamativa y muy bien cuidada e incluso, que la chica que aparece en ella me ha recordado a Megan Markle, la mujer de Harry, solo que con los ojos claros.

Y con respecto al segundo dato, he de decir que, si bien no es de la Regencia, sí que transcurre en el siglo XIX y por eso, ahí aparece la mini vestida de lady, ya que se incluye como novela histórico-romántica.

Entrando ya en materia de reseña, voy a empezar la casa por el tejado y por eso, voy a decir que es una novela que he disfrutado mucho y que me ha dejado muy buen sabor de boca. Además, es cortita y el modo de escribir de la autora era tan fluido que lo he leído en un par de días.

Me ha gustado principalmente porque pone de relieve el valor del amor romántico dentro de las relaciones humanas, el cual suele denostarse, pero que gracias a novelas como esta, descubrimos que es mucho más importante de lo que pensamos. Principalmente porque el amor no era el motivo principal o el sentimiento imperante en los matrimonios hasta no hace mucho tiempo.

Los motivos más habituales solían ser transacciones comerciales, acuerdos e incluso, venganzas, como es este el caso. Y lo que se extrae de todas y cada una de esas acciones es el rol secundario que la mujer ha tenido en la historia y que, aunque aún hoy continúa teniéndolo, parece que la cosa ha mejorado y ha avanzado con respecto a antaño. Sin que eso signifique que aún quede un largo camino por recorrer. De ahí que, aunque a la inversa, ese guiño feminista de la novela ha estado muy bien y lo destaco.

Junto a ello, me ha parecido muy inteligente el juego de palabras del título y el sentido de la vista porque, concede a la sabiduría popular y a su refranero el lugar que merecen hoy día. Y nos emplaza a que no hagamos como el protagonista y luchemos contra él. Al contrario, debemos abrazarlo, acogerlo y darle la bienvenida una vez aquí presente porque aparece cuándo y dónde menos se le espera. Y, en ocasiones, camuflado de más de una manera, así que debemos estar con los ojos bien abiertos, por si le diera por aparecer. Ya que no hay más ciego que quien no quiere ver.

Y relacionado con eso, la autora también envía un segundo mensaje al lector al indicarle que, en ocasiones el ser racional está muy bien, pero que no siempre tiene por qué permitir que el cerebro sea quien le guíe en la vida. Y por eso, conviene que ceda y que deje que otros sentidos sea quienes le guíen en determinadas ocasiones. Así que, fiémonos de otros sentidos y aprendamos a utilizar mejor la mirada del corazón, por tanto. Al hilo de esto, he de decir que, una vez conocido el motivo por el cual el libro se llama así, este me parece precioso.

Un tercer aspecto que me ha gustado mucho ha sido el de contraponer el odio contra el amor para que nos demos cuenta de que los extremos nunca son buenos y sobre todo, que dejar que sentimientos negativos gobiernen nuestra vida, de positivo no tiene absolutamente nada. E incluso pueden llevar a envenenarnos y emponzoñarnos, dejándonos ciegos a lo bonito que tiene la vida, como el amor.

También me ha gustado que recuerde que, antes de formarnos nuestra verdadera opinión al respecto de cualquier tema, debemos conocer siempre las dos versiones de la misma historia porque, desgraciadamente, los accidentes suceden a diario. Y aunque las consecuencias sean irreversibles, conviene incidir también en que un único hecho cometido en un momento puntual de nuestras vidas, no tiene por qué regir o determinar que nos convirtamos en alguien bueno o malo para el resto de las mismas.

Por supuesto, también habla del duelo - aunque no de una muerte - sino del duelo por la pérdida de uno mismo en la persona de Branwell. Y si bien es cierto que, al pertenecer al campo de los sentimientos, cada persona lo gestiona y le dura de diferente manera, tampoco debemos permitir que se regodee en la pena y el sufrimiento perpetuo porque, así, ni quiere bien él ni quiere bien a los demás.
Y ese es el motivo por el cual, no me ha gustado al principio cómo trataba a Beth, si bien es cierto que describe muy bien cómo a veces las palabras pueden hacer más daño que los golpes y determinadas acciones.

Eso sí, no negaré que he disfrutado mucho ver cómo intentaba gestionar esas herramientas para con respecto al amor, porque, no podía evitar no amar a Beth desde el primer momento en que la conoce. Diría que fue amor a primera vista, pero en este caso, quedaría una metáfora bastante desafortunada.

Al mismo tiempo, entiendo muy bien a Beth, desde el principio está desconcertada ya que, ella busca desesperadamente el ser querida, ya que ni siquiera su propia familia le ha demostrado ser digna de amor. Y cuando por fin cree poder haberlo encontrado, ese sentimiento que creía haber idealizado, le golpea con la puerta en las narices. Lo cual demuestra que no se puede idealizar a nada ni a nadie, dándole así un toque realista bastante acertado.

Eso sí, el único aspecto que he echado en falta en esta novela es un epílogo ya que el final, sí que me ha parecido abrupto. No hay venganza más dulce que la que te provoca el amor. 

Salvando ese pequeño detalle, por lo demás, me ha parecido una novela muy elegante y muy bien cuidada y redactada que me ha dejado un muy buen gusto en la boca y también con más interés por saber más de otras novelas que haya escrito.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!







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