Brooklyn de Eva P. Valencia.

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela de la que conozco de sobra la 
pluma de la autora. Solo que lo hacía de libros viajeros varios y donde el tono narrativo tendía a ser más cómico que serio. Ella, incluso, me propuso que saliera de ese subgénero y me aventurase en otras historias escritas por ella. Y por eso, nos encontramos aquí hoy.

Así que, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Brooklyn de Eva P. Valencia:

SINOPSIS

Brooklyn Steanfield crece en un ambiente hostil junto a Savannah, una madre autodestructiva y adicta a la cocaína, quien jamás se ha esforzado en demostrarle su cariño. Durante años, la joven tuvo que renunciar al sueño de convertirse en una gran actriz debido a la obligación moral de velar por la integridad física de su progenitora.

Ryan Cohen es un joven de clase alta quien, aparentemente, lo tiene todo: atractivo, inteligencia y una vida acomodada que lo mantienen libre de preocupaciones, salvo por las recurrentes pesadillas que lo atormentan cada noche recordándole la causa de su sordera cuando tenía cinco años.

Un día, de regreso a su casa, Brooklyn halla a su madre tendida en la cama debatiéndose entre la vida y la muerte por culpa de una sobredosis. En ese momento se ve obligada a buscar ayuda en aquella persona que se desentendió de sus deberes nada más saber de su existencia, cuando ni siquiera había nacido: Douglas Cohen, su padre.

Pronto, la plácida existencia de Ryan se ve alterada por la llegada de una joven a su vida. Y, sin embargo, no puede negar la evidencia: son dos almas solitarias y predestinadas a encontrarse como si estuvieran unidas por el hilo rojo del destino. Un hilo que, según cuenta la misteriosa leyenda japonesa, podrá estirarse, enredarse, tensarse o desgastarse, pero nunca romperse.

Porque hay historias de amor que nunca terminan.


OPINIÓN

En esta historia conoceremos la historia de Brooklyn, lo cual me sirve a mí para descartar que fuera ese el escenario donde transcurría la acción. Y, aunque es una historia de amor con una pareja protagonista, la realidad es que es ella quien lleva buena parte del peso argumentativo.

Así, gracias a sus circunstancias familiares con una madre que es soltera, muy pobre - tanto que tiene que dedicarse a la prostitución - y adicta a diversas drogas, la realidad es que la autora pone de relieve cuán difícil es la paternidad - maternidad en este caso - y también, cómo las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nosotros. Tanto para bien como para mal.

Por eso, Brooklyn es una ujer fuerte y sobre todo, yo la llamaría resiliente, ya que, a pesar de que tiene todos los vientos favorables del mundo para caer en el ambiente autodestructivo que la rodea, ella ha decidido que no. Ha madurado antes de tiempo, de ahí que sea fundamental el recordatorio de que la madurez no va asociada a una edad sino a una personalidad y decide luchar por las dos.

Junto a ello, con esta premisa, narra bastante bien el infierno que son las drogas y cómo destruye a la persona y a todos quienes están a su alrededor cuando entra en un hogar. Y también narra y describe de un modo muy real y coherente cómo, a no ser que el enfermo y/o adicto quiera, por mucho que el resto desee ayudarle, será en vano. Hasta que no admitan que tienen un problema, todo será en vano.

Al estar ambientada en Estados Unidos, ha jugado muy bien con la idea de la consecución del sueño americano. Tanto para bien... como para mal. Está muy bien el recordar que si practicamos la cultura del esfuerzo y luchamos por nuestros sueños, conseguiremos lo que nos propongamos.

Pero... También incide en el otro aspecto de la moneda. A cuán fácil es aprovecharse de esas personas que están dispuestas a sacrificarse por mejorar su vida o la de quienes les rodean. Dicho de otro modo, el brillo de la fama es tan intenso que puede dejarnos ciegos.

Tal y como le sucede al señor Cohen, uno de los secundarios con más relación con la protagonista de lo que podría parecer a priori. Un personaje que también sirve de manera magnífica para ejemplificar que, a día de hoy, el clasismo sigue muy presente en nuestras vidas. Y por eso, cómo en más de una ocasión, no es que seamos racistas, sino que despreciamos a los demás por su bajo nivel adquisitivo y porque, les presuponemos torpes o ignorantes. Cuando en realidad, nadie es torpe o ignorante, sino que existen las inteligencias múltiples precisamente para dar espacio y cabida a las mañas en las que no todos somos expertos. Porque la diferencia enriquece y no separa.

Además de eso, en no pocas ocasiones, precisamente esa ausencia de "poder" convierte a quienes están a su alrededor en escalones más bajos, en personas más empáticas. Un rasgo de la personalidad que debería de ser más común en cualquier persona.

Y es que sí, en muchas ocasiones se menciona la soledad del poderoso...pero, tampoco podemos olvidar que en muchas ocasiones, esa soledad es deseada puesto que, nos cuesta bastante desprendernos del lujo y el poder una vez lo hemos obtenido. Y en ese aspecto, me ha gustado que critique el machismo existente en nuestra sociedad porque, más de una vez, los hombres aprovechan esas circunstancias y cuotas de poder para someter y amenazar a quienes están a su alrededor, pero especialmente a las mujeres.

No es el único aspecto que critica de nuestra sociedad porque, lanza un mensaje muy potente acerca de la contemporaneidad y las personas que viven en el primer mundo: en no pocos casos estamos tan hartos y tan aburridos de nuestras vidas que, nos decidimos a probar cosas nuevas... con tal de sentir el impacto y el escalofrío de la novedad. Algo que será lo más parecido a un sentimiento.

Motivo que explica que las drogas y el alcohol corran como ríos desbordados en sus cauces. Y por eso pienso que, Curly, en su heterocuriosidad sea un buen ejemplo de ello.

El amor también es un tema muy importante y presente en las páginas de la novela. Desde más de un aspecto diferente.

Así, está el amor entre los miembros de una familia. Y me ha gustado la representación, una vez más, desde ambas partes de la situación. Porque, mientras que la pequeña e íntima familia de Brooklyn y su madre, si bien no goza de todas las comunidades y riquezas materiales, sí que goza de la riqueza más rica que pueda existir como es el amor. Y por eso, saben que, a pesar de dificultades, van a estar la una para la otra, apoyándose sin censura ni fisuras. Lo que sería habitual.

Sin embargo, en la casa de los Cohen, se presupone que, por el mero hecho de compartir un vínculo y grupo sanguíneo, el amor brotará de manera espontánea. Y no es así, al contrario, se ha de cuidar y dar la importancia que merece y tiene: toda. Ya que, sino, son muy pobres en lo que a sentimientos se refiere.

Y además, también debemos recordar que, aunque no se compartan vínculos sanguíneos, en no pocas ocasiones, los amigos y quienes son más cercanos a nosotros, terminan por sustituir y ocupar esos roles destinado al círculo familiar.

Junto a ello, toco el tema de la maternidad relacionándolo con otro aspecto que la autora denuncia de un modo muy coherente. Y ese no es otro que, por el mero hecho de no querer ser madres, eso no nos convierte en menos mujeres. Al contrario, somos igual que el resto.

Junto a ello, conviene recordar que, como es un aspecto de la psique, podemos tener las cosas muy claras en un momento puntual, pero después cambiar de opinión. Y no pasa absolutamente nada y por tanto, no debemos ser blanco de las críticas de los demás. Eso sí, si al final decidimos tomar un decisión tan importante como esa, debemos acudir siempre a profesionales titulados y acreditados porque, si no, como bien dice el dicho... lo barato, sale caro.

También se habla del amor romántico, el cual aparece dónde y cuándo menos se le espera. En este caso, además, tuve un presentimiento desde el principio de que, esos obstáculos que se les planteaba al par protagonista de Brookly y Ryan, en realidad no eran tan altos como para superarlos. En ese sentido, me alegré al descubrir que no me equivocaba.

Un amor sano que es capaz de expresarse y transmitirse con palabras y con gestos - en este caso, literalmente - y he de decir que, en este caso, me ha gustado esa literalidad. Así como también me ha gustado que el protagonista masculino sea un caballero bien educado y respetuoso. Más que nada porque no es lo habitual dentro del género y a mí, personalmente, si bien es cierto que un malote bien currado y reformado está bien, lo cierto es que la saturación de este tipo de personajes es en cierto sentido peligrosa, ya que, puede normalizar y ayudar a que aceptemos y validemos que, poco o nada tiene de sano.

Además de que, el amor que ellos comparten es del tipo que demuestra que, si es es sano, es paciente y sabrá encontrar el momento y el lugar para brotar, crecer y desarrollarse. Más que nada porque la verdad siempre termina saliendo a la luz y nos pone a cada uno en nuestro lugar.

Porque el amor es tan poderoso que, cuando todo pude parecer en contra, puede aparecer para darte la fuerza necesaria y volverte a hacer sentirte vivo o viva. Superando desgracias personales e "íntimas" o incluso desgracias generales. En este sentido, el libro es un tanto millenial y le he de felicitar por el mod en que narra ese hecho puntual. Yo recuerdo perfectamente qué estaba haciendo en ese momento; comer macarrones con chorizo mientras veía Antena 3, pero, en esta novela me he sentido como si estuviera allí.

Para concluir, la moraleja final de esta historia es que, está muy bien tener un sueño y perseguirlo sin descanso. Pero, no hay que olvidarse del coste vital que supone la travesía de un punto al otro de la misma. Y si, al pesar y sopesar pros y contras, nos damos cuenta de que, no somos tan felices como habíamos imaginado, o no se nos permite compatibilizar el sueño con tener los pies en la tierra, quizás no lo estemos haciendo del todo bien.

Ya que, para ser felices, debemos también querernos bien a nosotros mismos, y si no hay ese amor propio, por más que lo intentemos, estaremos incompletos. De ahí que, hay que aprovechar el momento, vivir todas las experiencias y situaciones que la vida nos vaya proponiendo y aceptar el sentimiento con total libertad e intensidad. Solo así seremos por completo felices.

Y con la felicidad, nos sobra y nos basta.

¡Nos leemos pronto!

Comentarios

  1. Impresionante reseña, como siempre me dejas sin palabras. Maravillosa reflexión de mi novela con tanto cariño. Mi enhorabuena. Muchísimas gracias ❤️

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Quimeras del pueblo libre: Primer Ciclo La Sombra del ayer I de Laura Collado Moreno

Only work, no play de Cora Reilly