Un trato irresistible (A solas con mi jefe, 2) de Dulce Martínez

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en días pasados. Y como tengo pilita, aún me quedan unos cuantos por dar a conocer. Así que esta introducción se va a repetir más de una vez en futuras publicaciones.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un trato irresistible, el segundo volumen de la serie A solas con mi jefe, escrita por Dulce Martínez:

SINOPSIS

Craig Donovan es un exitoso abogado de Boston que quiere ser socio del bufete en el que trabaja desde hace años. Por el despacho se rumorea que van a ascender a alguien en la gala que tendrá lugar dentro de un mes. Su secretaria, Denia García, sin embargo, parece tener muy claro que el elegido no va a ser él... salvo que hagan un trato en el que, si todo sale bien, tendrá beneficios en el trabajo para ambos.
Aunque Denia no quiere lo que le ha pedido. En realidad, quiere mucho más.

Él se juega ser socio. Ella, en cambio, se lo juega todo.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de esta novela.
En primero lugar, aunque sea el segundo volumen de una serie, se puede leer perfectamente de manera independiente al resto de volúmenes de la serie porque todas las historias son autoconclusivas.

Y en segundo lugar, os explico por qué me decidí a apuntarme a este viaje, ya que es mi primera toma de contacto con la pluma de la autora. Ese fue un motivo. El segundo se debió a que, ya sabéis que esta historia cuenta con muchos de los clichés que me gustan en una novela: romance de oficina y jefe-empleada.

Es una historia breve que se lee en una tarde si se propone. O, como mucho, en un par de días. Y en ella conoceremos a Craig y a su particular relación con su secretaria.

Él es adinerado, con éxito y buena posición económica. Y, por sorprendente que pueda parecer, no es un buen comunicador y por eso, tampoco, sabe gestionar bien sus sentimientos... para casi con ningún tema.

Su conflicto está desarrollado de un modo muy coherente ya que, la autora, plantea que, como a buena parte de la sociedad, se nos ha educado en la cultura del esfuerzo para conseguir objetivos. Y por tanto, de manera inconsciente se nos ha inculcado también esa asociación de fracaso si no se consiguen establecidos unos tiempos determinados.

Y está muy bien la cultura del esfuerzo. Pero, no debemos olvidar que todas las generalizaciones y estandarizaciones son un error porque cada persona es un mundo. Amén de que no está mal tampoco cambiar de idea en el proceso. Junto a ello - y eso me ha gustado mucho - también nos envía un mensaje de crítica, incidiendo en el hecho de que sí, está muy bien luchar por nuestros sueños. Pero no debemos deshumanizarnos en el proceso ni pisotear a nadie en el camino. Porque no todo se vale. Y a la larga, debemos ponderar si el beneficio obtenido es más o menos grande que la pérdida.

Y sobre todo, los ha hecho olvidarnos de que la diferencia enriquece y no separa. Por eso, cuanto más rodeado de gente completamente diferente a nosotros estemos, más ricos seremos. Muy aplaudido por mi parte en ese sentido, ha sido la inclusión y la relación de este tema con la inmigración, porque, el racismo parece haber regresado a nuestra sociedad. O mejor dicho, el clasismo para según qué trabajos y qué posición económica se tiene. Más cuando se es de color. Un error de manual porque, este mundo capitalista funciona como un engranaje. Por eso, si hay problemas en algunas de las partes, a la larga terminará colapsando.

De ahí que, esa especial relación que tiene Craig con Denia, su secretaria, a él le venga tan bien. Si bien es cierto que, he de confesar que ese exceso de confianza de ella para con él, a veces me sorprendió.

Una Denia que, por otra parte, demuestra que las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nuestra personalidad y en nuestro modo de afrontar las circunstancias y adversidades que nos plantea la vida. Así que, entiendo muy bien por qué ella aspira a más y desea ser abogada.

Socialmente hablando, ella está en las antípodas de su jefe. Pero ella es mucho más empática que él. Amén de que lo considera mucho más capaz de lo que él mismo piensa que es.

En este sentido, recuerda cuán importante es que estemos rodeados de personas que nos quieran. Pero, eso sí, de manera realista. Y que por eso, nos recuerden los aspectos positivos y negativos de cualquier tema o situación. Así que, no está de más en su caso, alguien que le pare los pies en sus ansias voraces de poder.

Sin embargo, Denia también recuerda cómo, a veces, las apariencias engañan y por eso, está muy bien, conceder segundas oportunidades en la vida. Y sobre todo, tener los ojos bien abiertos, ya que, en un mundo laboral tan competitivo y sin escrúpulos, las puñaladas traperas están a la orden del día.

Junto a todo ello, el personaje de Denia sirve como canal para indicar que está muy bien confiar y tener fe en otra persona. Pero que esta no ha de ser ciega porque, como en cualquier otra relación - haya o no sentimientos de por medio - la implicación por ambas partes ha de ser idéntica, ya que si no, a la larga, aparecerá el desgaste y una de las dos partes, terminará siendo perjudicada y por tanto, infeliz.
Por eso, a veces me desesperaba al ver cómo, sin importar los desplantes que le hiciera, ella seguía ahí, al pie del cañón.

Un tema interesante a desarrollar por ambas partes es el del miedo a hablar. Y sobre todo, el miedo a expresar los sentimientos porque, continuamos pensando que, el hecho de hablar de cualquier tema - especialmente de nosotros mismos - continúa dándonos miedo porque lo asociamos como un síntoma de debilidad. Cuando, en realidad, es justo lo contrario. Y en este caso, me ha gustado que lo relacione con la masculinidad frágil porque, si bien el miedo es común, es mucho más habitual el mutismo en hombres. Más de posición económica elevada u ocupando cargos y cuotas de poder.

Aquí me ha gustado que denuncie el machismo y cómo es muy habitual que hombres en posiciones de poder se aprovechen de esa posición para agredir sexualmente - y sin su consentimiento - a las mujeres. Aunque, he de decir que me hubiera gustado que se desarrollara mucho mejor la situación que ella vive con un cliente. De entrada, me chocó su falta de reacción. Y en segundo lugar, me hubiera gustado que lo usara para darle a la literatura ese carácter de arma y de denuncia social.

También hay una subtrama amorosa, relacionada con el pacto. Aunque, he de decir que me sorprendió, ya que el pacto no es uno sino dos: el más evidente entre jefe y secretaria, sí. Pero hay otro que es aún más importante y que lo relaciona con uno de esos tipos de amores aquí incluidos: el de la sororidad.

Me ha gustado mucho esta relación porque, demuestra que si las mujeres decidiéramos unirnos más en lugar de estar criticándonos entre nosotras, el mundo funcionaría mucho mejor.
¡Tremenda red de apoyo y espionaje la que tienen entre ellas!
Pero sobre todo, también me ha gustado por el tema de dar la consideración y el lugar que merece a esos trabajos que, de entrada son considerados "prescindibles" pero que en realidad, son todo lo contrario.

Otro amor presente en la novela es el que Denia siente hacia su madre, su punto de referencia y motor amén de una fuente de inspiración, rol y modelo para la vida. Otro aspecto y modo de tratar la sororidad que ha de incluirse mucho más a menudo en la literatura.

Y también está presente el amor romántico. Porque, en mi opinión, si bien desde el punto de vista de ella es más evidente que los sentimientos que tiene hacia su jefe, él los lleva más ocultos - por lo referido anteriormente -.

En este sentido, he de decir que he encontrado el aspecto más flojo de la novela porque, realmente esperaba mucho más enemies to lovers. Así como un epílogo porque el final me pareció abrupto y precipitado. 

Hay mucha química sexual y eso es evidente de entrada, pero debemos saber distinguir entre las relaciones puramente sexuales y las amorosas.
Son más habituales las primeras, eso sí. Pero no hay que desmerecerlas porque, en muchas ocasiones son el paso previo y el preludio de algo que va más allá.
Eso sí, si se hablan las cosas, a la larga todo irá bien y se resolverán esos malentendidos que la ausencia del mismo pudiera provocar.

Y sobre todo, hubiera agradecido mucho más el POV de él. Ya que, así hubiera podido empatizar más con él.

Por último, no puedo no hacer mención a un último mensaje de advertencia incluido en la novela, como es el de que, al hacer un pacto y marcarnos unos objetivos, debemos ponderar hasta qué punto saldremos ganando. Porque, lo barato, a veces, sale caro y el triunfo suele ser muy solitario.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!


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