Blanca de Silvia Sancho

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa en días pasados y que, como me junté con varios a la vez, ese es el motivo por el cual este encabezamiento se va a repetir en más de una ocasión futura.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Blanca de Silvia Sancho:

SINOPSIS

En el cine nada es lo que parece. En mi matrimonio, tampoco.
Vistos desde fuera, Emilio y yo somos una pareja ejemplar, pero hace demasiado tiempo que el desgaste diario ha transformado nuestro amor en solo cariño.
Desde entonces, he guardado mis ilusiones en un globo pequeñito, fácil de esconder, y he dedicado todos mis esfuerzos a que nuestras hijas disfruten de la felicidad a la que yo he renunciado. Ellas y mi empresa de búsqueda de localizaciones para rodajes, sesiones fotográficas y proyectos audiovisuales es lo que ha mantenido viva mi sonrisa… hasta la fecha.
Hoy, en la reunión más importante de mi carrera, he conocido a Marc, el delegado de la productora que financiará el próximo taquillazo del cine español, y el único hombre que ha conseguido hacerme vibrar en años. Saber que voy a trabajar estrechamente con él ha provocado que mis ilusiones despierten con un soplo de oxígeno tan puro como peligroso, porque… ¿qué pasará si no logro contenerlo? ¿Cuánto puede inflarse un globo sin que estalle?

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de los motivos por los cuales decidí apuntarme a este viaje. Y es que justo se anunció el inicio del viaje cuando se anunció que la autora era la última ganadora del premio Titania, una de mis editoriales de cabecera.
Además de eso, no conocía la pluma de la autora y, como sabéis, me encanta conocer nuevas plumas. Así que, cuando se sumaron ambos factores - amén de que la sinopsis llamó mucho mi atención - y vi el viaje, me apunté de cabeza. Y a ciegas.


¿Cómo fue la experiencia? Pues absolutamente maravillosa, porque, empiezo la casa por el tejado y digo que esta historia me ha gustado muchísimo. No solo por el tremendo caudal y viaje de emociones que provocó en mí su lectura, que también. Sino porque es una historia que, aunque bonita te hace plantearte muchas cosas y sobre todo, envía más de un mensaje necesario a día de hoy en nuestra sociedad utilizando como vía y canal a la protagonista de esta historia, Blanca.


Y cuando la literatura se convierte en algo que va mucho más allá de un "mero" entretenimiento, siempre es algo positivo.


Como bien he mencionado, en esta novela conoceremos la historia de Blanca y la acompañaremos a que realice un viaje de aceptación, autodescubrimiento y valoración maravilloso, recordándonos gracias a su profesión al mismo tiempo que todos somos el director y el protagonista de nuestras vidas. Y por eso, hasta que no aceptemos este rol en su plenitud, más que vivir, lo que haremos será sobrevivir y sobre todo, estaremos rodeados - asfixiados en los casos más extremos - de un halo de tristeza que terminará por opacarnos y, sin darnos cuentas, nos iremos convirtiendo en nuestros peores enemigos.


Una Blanca que, es mucho más fuerte de lo que puede parecer y por eso se nos recuerda de una manera muy acertada que la fortaleza no tiene por qué ir asociada a un determinado aspecto físico, ya que en este sentido, la salud mental y nuestras mentes juegan un papel mucho más importante del que podríamos pensar a priori.
Junto a ello, si bien es cierto que no profundiza mucho en el tema, sí que se entrevé que no todo el mundo está preparado para dedicarse al mundo del espectáculo puesto que, se esté delante de las cámaras o no, la presión a la que se ven sometidos, no es fácil ni apta para todas las personas.


Y hablando de su trabajo, tengo que decir que me ha gustado que, no solo sea emprendedora, sino que también ocupe un puesto de responsabilidad dentro de la misma. Más que nada porque no es muy habitual que una mujer sea quien ocupe esas cotas de responsabilidad y poder en ninguna empresa. Independientemente del campo laboral al que pertenezca. Y es que, desgraciadamente, aún queda mucho camino que recorrer en lo que a la igualdad se refiere y por eso, aún hoy nos tenemos que esforzar el doble o incluso el triple que nuestros colegas femeninos para demostrar nuestra validez en primer lugar y en segundo lugar, para demostrar que podemos ocupar puestos de alta responsabilidad.


Me ha gustado también la crítica social que incluye con sus circunstancias personales porque, es muy difícil compatibilizar vida personal siendo madre y mujer trabajadora. Poco a poco cada vez las cosas están cambiando, pero, no es difícil encontrar casos en los que aún hoy, parece que se nos "fuerza" a elegir entre un aspecto y otro. Y eso es pobre y triste para nosotros como sociedad. Amén de que no debemos olvidar que la maternidad es una de las aristas que las mujeres tenemos, y por eso, no tiene por qué definirnos. De ahí que todas las mujeres somos iguales de válidas tanto si deseamos convertirnos en madres como si no es para nosotras, pero deben dejarnos espacio y posibilidades amén de total libertad al respecto de qué queremos y no queremos hacer.

Creo que, por eso, las hijas de Blanca son mujeres y es que la autora lo ha hecho ex profeso, para que aprendan desde casa lo que es un buen amor de lo que no lo es, pero también la libertad total, plena y absoluta para que sean ellas las dueñas de su destino tomando como ejemplo a su madre. Porque, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en el desarrollo de nuestra personalidad y en la aceptación o no de determinados comportamientos y actitudes como válidos o tóxicos.

Otra crítica muy importante y necesaria tratada en esta novela es el doble rasero de la sociedad para con las mujeres y las parejas que estas puedan tener. De entrada, Blanca no es una mujer "normativa" al menos si hablamos de físico porque es bastante alta y tiene un cuerpo bien proporcionado acorde a su altura, pero que, al no encajar en esos "cánones" de primeras, la convierte en un blanco fácil para ser criticada. Como si, de nuevo, nuestra validez solo dependiera de nuestro aspecto físico. 

Pero al mismo tiempo, también la usa como canal de crítica al respecto de que tenemos que cambiar la mentalidad al respecto de las parejas donde haya una diferencia de edad y sea ella quien es más mayor que él. Puesto que, cuando sucede el caso a la inversa, no hay ningún tipo de queja o protesta, al contrario, está perfectamente normalizado y aceptado... incluso en aquellos casos en los que la diferencia es grande. 

Conviene tener claro que, la madurez no va a asociada a un número sino a una personalidad en concreto y también, que debemos ser las propias mujeres las que comencemos a dar esos primeros pasos del cambio porque, si no, continuaremos siendo parte del problema y perpetuaremos esos pensamientos con cierto toque rancio. Es más, he de decir que, hasta el momento en que se revela la edad de Marc, pensaba que ella era mucho más mayor que él. Y para nada. Por eso me ha gustado cómo trata este tema, ya que buena parte de los pensamientos que Blanca tiene para sí misma son precisamente los que la sociedad piensa de ese tipo de parejas. 

Al hilo de esto, ha sido magnífico poder leer ese mensaje en contra del machismo y que tiene que ver con situaciones complejas, peliagudas e incluso incómodas en los que se ve envuelta una pareja, pero en las que solo sale perjudicada la mujer. Incluso en aquellos casos en las que su intervención es secundaria e incluso circunstancial. 

La sombra de Hester Prynne es alargada a día de hoy y por eso, cualquier mujer que se salga de la tónica y la norma marcada e impuesta por la sociedad quedará marcada para siempre con esa huella y letra escarlata, corporal y mental. Su inclusión directa e indirectamente ha estado muy bien traída. 
Más que nada porque también hay un palito hacia la sororidad en esta novela. 

O mejor dicho, ante la falta de la misma, porque es una verdadera lástima que, aún hoy, las mujeres continuemos viéndonos como rivales y enemigas las unas de las otras. Cuando, si practicásemos más la sororidad de un modo mucho más eficiente, las cosas como sociedad mejorarían mucho. Y a todos nos iría mucho mejor. 

Otro aspecto que también me ha resultado muy interesante es el de la crítica al poder y sobre todo, a cómo hay personas que se valen de una posición de privilegio para amenazar, amedrentar, menospreciar e incluso violentar a otros tan solo por el mero hecho de creerse invencibles y amparados por esa situación de poder. Y no es así, nadie debería comportarse así, independientemente de su sexo, porque un buen líder no es lo mismo que ser un buen jefe y sobre todo, porque si se sufre una situación similar a la que aquí se narra, se debe denunciar ipso facto. 

Destaco aquí que, una vez más, se haya mojado y le haya dado una vuelta de tuerca a este tema, planteándolo desde el punto de vista del "ganador" históricamente hablando. Y, además de ser siempre igual de desagradable, al hilarlo con la masculinidad frágil, lo que hace es poner énfasis en la liberación de la culpa - que no tiene ninguna el "receptor" de dichas atenciones - y sobre todo,  lo fundamental que es la comunicación. 

Y es que hay que hablar. De todo. Por muy delicado, doloroso y espinoso que sea el tema. Porque si no se habla, no existe. Y en lo que se refiere a este tipo de temas, debemos alzar la voz para impedir que se repita. El problema es que, una vez más, la comunicación es una de las lacras de nuestra sociedad y por eso, si ya nos cuesta hablar por el miedo a la debilidad y a la exposición, si el tema es peliagudo y además, se es hombre y se pierde esa "hombría" de cara a la sociedad, el miedo se triplica cuanto menos. Con lo peligroso que es eso, ya que estamos contribuyendo a la continuidad del problema más que ponerle fin. Por eso, brava. 

Es una historia de amor, sí. Pero no es al uso. Más que nada porque lo que te plantea es ¿qué sucede cuando el verdadero amor llega a tu vida en un momento completamente inapropiado? Mira que yo estoy en contra de la situación que aquí se plantea de partida, pero es la propia Silvia la que me ha puesto un punto en la boca al recordarme de una manera tan evidente que debemos ser más empáticos con la sociedad y sobre todo, que no debemos juzgar a la ligera, sino que debemos conocer todos los puntos de vista de una historia antes de emitir nuestro juicio al respecto. 
Más que nada, porque nos sorprenderíamos de lo equivocados que son nuestros pensamientos. 

Me ha gustado la mención al primer amor, y sobre todo, al impacto que este tiene en nuestras vidas... tanto para bien como para mal. Y sí que es cierto que el amor no tiene edad, pero que esta, especialmente combinada con una personalidad concreta, influye muy y mucho a la hora de unir o separar a los miembros que la conforman. 

Muy bien desarrollado es el amor tóxico, el cual demuestra que el maltrato no tiene por qué ser físico, porque, maltrato psicológico hay aquí y para rato. Porque las palabras son muy poderosas y pueden hacer más daño que los golpes, sus secuelas son más inapreciables y duraderas en el tiempo. De ahí que tengamos que tener cuidado con ellas. 
Y sobre todo, que el paternalismo no es un modo de amor. Ni siquiera de cariño. No es más que una manera soterrada de tener bajo control a la otra persona. Al hilo de eso, recordar también que no hay que consentir ningún tipo de menosprecio, palabra malsonante o incluso insulto al respecto de nuestra persona. 
Todos son faltas de respeto. Y cuando se falta el respeto al otro, el amor ha desaparecido. De ahí que haya que huir lo antes posible antes de que vaya a más. Eso es solo la antesala de que la cosa puede ir a pero. 

Sobre todo, lo que tengo que destacar al respecto de esta relación, que era la crónica de una muerte anunciada desde el principio, es que, el modo en que un progenitor trata a sus hijos durante el período de separación, dice mucho de su persona. Porque, se puede no querer más a la otra persona e incluso llegar a odiarlo - pues es solo un paso el que separa ambos sentimientos - pero jamás de los jamases hay que usar a los niños como un arma arrojadiza ni intentar manipularlos. Estos, han de ser siempre la prioridad y por tanto, hay que buscar su bienestar. SIEMPRE. 

Por fortuna, también hay una mención al amor sano, el cual siempre nos querrá bien porque nos querrá libres. Y en ese sentido, está muy bien el recordatorio de que, dentro de una pareja hay que respetar también la individualidad de cada uno. Y si esa individualidad empieza a difuminarse dentro de la misma, es síntoma inequívoco de que no es una buena relación. Y por tanto hay que ponerle punto y final. 

En este sentido, la historia de amor es preciosa y me ha encantado. Y eso que no soy yo muy fan del cliché friends to lovers, pero aquí está desarrollado de manera magnífica. Es más, incluso en el punto del conflicto, he empatizado perfectamente con ambos puntos de vista.
Sobre todo con el de ella, ya que tiene interiorizado tanto el concepto de amor como sinónimo de falta de libertad que, es necesario que tenga ese período de luto y de "soledad" para asimilarlo y sobre todo, para darse cuenta de que no todas las historias de amor son iguales. 

Eso sí, me hubiera gustado también que, de cuando en cuando, también tuviéramos una narración desde el punto de vista de él. Queda claro lo que siente y cómo actúa tal y como está contado en la novela, pero, considero que eso la hubiera enriquecido un punto más. 

Por último, no puedo no concluir este post sin recordar la importancia del amor propio. Es por eso que considero que Blanca, además de fuerte es una mujer muy resiliente y es ella por tanto, quien nos invita a no rendirnos nunca por muy duras y difíciles que puedan ser nuestras circunstancias, a sacar lo positivo de cualquier situación.

Y a no ver los errores como una debilidad, sino como una oportunidad para extraer una enseñanza, de las que la vida está llena. por otra parte. Porque nunca es tarde para poner punto y final a una etapa y empezar otra. Es más, debemos aprender a soltar lastre más rápido, ya que ese es otro modo de demostrarnos amor propio. 

Hablando de amor propio, ese es el mensaje principal que tiene esta novela porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no seremos capaces de querer bien a los demás. 

En mi caso, ha sido un modo estupendo de conocer la pluma de Silvia y por eso, os invito a que hagáis lo propio. 

El viaje ya ha salido hacia la siguiente parada. 

¡Nos leemos pronto!

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